domingo, 25 de abril de 2021

Democracia de ofendiditos

Uno siempre había pensado -y lo sigue pensando-, que la democracia consistía, entre otras cosas, en confrontar ideas, argumentos, datos, hechos. Pero no. Desde hace algún tiempo -décadas diría yo-, resulta que consiste en criminalizar al que piensa distinto, en aislar al adversario político, en hacerse el ofendidito, en manipular lo que dice o hace, en plantear su ilegalización preventiva. Pues qué quieren que les diga, que a mí no me sale llamar democracia a esta deriva totalitaria.

La obra de teatro que protagonizó Pablo Iglesias en el debate del otro día, levantándose indignado de la mesa porque la candidata de Vox no condenaba la violencia, fue una genialidad que sólo funciona en sociedades con una democracia enferma como la nuestra que se nutre de sectarismo y de hooligans. 
 
Toda la izquierda presuntamente demócrata ha aplaudido en bloque que se trate como apestado a un partido político, que nadie quiera sentarse con él para convencerle de sus errores o mostrar sus vergüenzas, que todos lo califiquen de fascista. ¡Quién lo iba a decir! El progresismo, la izquierda, mostrando sus más bajos instintos totalitarios mientras reprocha en otros, indignado, sus propios comportamientos.

Pero no crean que la falta de cariño por la libertad de expresión es de ahora, no. Aunque en los últimos años se haya mostrado con toda su crudeza, viene ya de lejos y afecta a todo el espectro político. Si no puedes vencerlo con argumentos, amordázalo. Ésa es la consigna. Una consigna que sólo puede funcionar si el público les aplaude. ¡Y vaya si les aplaude!

Quienes eran habituales de esta taberna que tengo medio abandonada saben de mi radicalidad en la defensa a ultranza de la libertad de expresión. Ya cuestioné en su día la famosa Ley de Partidos que, afortunadamente, ha permanecido ignorada en los últimos años, pero que están empezando a sacar de paseo otra vez.

En fin, que os dejo con una reflexión de un alumno del genial Juan de Mairena, ese heterónimo profesor de gimnasia y retórica tras el que se escondía Antonio Machado para buscar su verdad a pecho descubierto.

"En una república cristiana, democrática y liberal, conviene otorgar al Demonio carta de naturaleza y de ciudadanía, obligarle a vivir dentro de la ley, prescribirle deberes a cambio de concederle sus derechos, sobre todo el específicamente demoniaco: el derecho a la emisión de pensamiento. Que como tal Demonio nos hable, que ponga cátedra, señores. No os asustéis. El Demonio, a última hora, no tiene razón; pero tiene razones. Hay que escucharlas todas".
 
 

6 comentarios:

Elisa dijo...

Pedazo de cita.

Er Tato dijo...

Gracias, Elisa.

Es que el Juan de Mairena es una mina.

Besos

Antonio Azuaga dijo...

Vivimos tiempos tan hipócritas que condenan en unos lo que dignifican en otros; que menosprecian verdades y alaban la posverdad (que es una especie de mentira en un baile de disfraces); que mienten cuando desmienten; que, sin embargo, sí que dejan hablar al diablo… y a pocos más. Mucha razón llevas, viejo amigo.

He tenido un accidente de nostalgia y me he ido a tomar un vino a tu taberna. Me he alegrado mucho de haberte encontrado tan igual a ti mismo, tan como siempre.

Un abrazo

Er Tato dijo...

¡Vaya Antonio, qué alegría saber de ti! ¡Y qué comentario tan delicioso y generoso!

Veo que tú sigues ahí, al pie del cañón, dando puñetazos al alma mientras yo tengo la taberna abandonada. Que sepas que me has removido, aunque no sé si sigo tan igual. Ni si es bueno. Quizás algo más enfermo de misantropía que, en los tiempos que corren, no se sabe muy bien si es enfermedad o antídoto.

En fin, que me has dado una alegría que no sabes cuánto te agradezco.

Un fuerte abrazo

Unknown dijo...

Gracias Tato por no echar el cerrojo definitivo a tu taberna.
De vez en cuando miro para ver si hay luz y me alegra ver que aún sigue abierta,
... y que sigues sirviendo esas raciones de conocimiento y razonamiento que tan buen agrado
me dejaron desde la primera vez me invitaron a probar.

Me seguiré,... nos seguiremos asomando de vez en cuando a tu taberna, para ver que aún sigues ahí, aunque tu no nos veas y ni siquiera sepas quienes somos.

Un Brazzzzzo!!

Er Tato dijo...

Gracias a ti por asomarte de vez en cuando a pesar de todo. Cualquier día de estos abro la cocina otra vez y dejo de servir tapitas frías.

Un abrazo