miércoles, 4 de septiembre de 2019

Derecho de huelga en un Estado de Derecho

¿Tiene sentido el derecho a la huelga, tal y como está configurado actualmente en nuestro país, en el seno de un Estado democrático y de Derecho? En mi opinión, no. 
 
Ya sé que estoy metiendo el palito en el avispero, pero ya saben que en esta taberna es lo habitual. Y además, ahí van los argumentos. Espero que quien quiera confrontar su opinión con la mía también los tenga. Y los exponga. Y quizás, quién sabe, hasta pueda convencerme si son mejores que los míos. Pero vayamos al lío.

Como todos ustedes sabrán, el derecho a la huelga está reconocido en nuestra Carta Magna y regulado en una Ley, aunque sea preconstitucional. Por tanto, en esta entrada no se cuestiona que tal derecho sea legal, sino si es razonable que lo sea en el contexto de un Estado democrático y de Derecho.

El derecho a la huelga consite, muy sintéticamente, en la posibilidad de que el trabajador deje de acudir a su puesto de trabajo, sin que ello extinga la relación laboral o dé lugar a sanción alguna, salvo dejar de percibir el salario durante su ejercicio. Dicho de otra forma, es un derecho que permite al trabajador incumplir legalmente su contrato sin más consecuencia que la de no percibir la contraprestación -el salario- a la que tendría derecho de no incumplirlo. 

Que las huelgas han supuesto históricamente un instrumento fundamental para la conquista de importantes derechos para los trabajadores -jornadas laborales más razonables, vacaciones, permisos retribuidos, etc.-, es una obviedad. Que esas conquistas exigieron huelgas, en algunos casos con sacrificios personales extremos de los trabajadores, a causa del contexto legal e institucional en el que se produjeron es otra.

Ahora bien, en un contexto donde el marco legal de las relaciones laborales se decide por el poder legislativo que, a su vez, es elegido por los ciudadanos, ¿tiene sentido la existencia del derecho de huelga? Cuando la posible conculcación de los derechos reconocidos legalmente a los trabajadores pueden ser reclamados en los tribunales, ¿tiene sentido la existencia del derecho de huelga?

Resulta complicado defender la bondad de su existencia, salvo que lo que se defienda sea impedir por las bravas determinados comportamientos legítimos y legales de la otra parte -el empresario-, tomando además como rehenes, en muchos casos, a los ciudadanos.

Por ejemplo, la huelga de los tripulantes de Ryanair en España. Se convoca para evitar que una empresa cierre determinados centros de trabajo y despida a los trabajadores, ambas decisiones, en principio, legítimas y legales si se hacen conforme a lo estipulado en las leyes vigentes. Y si no lo fueran, ahí están los tribunales. Sin embargo, el derecho de huelga permite a los trabajadores convocar una huelga en determinadas fechas -las que más afecten a los clientes de la empresa-, con objeto de perjudicar lo más posible a la empresa y obligarla así a reconsiderar su decisión. Sea ésta legítima o no. Sea ésta legal o no.

No parece que reconocerle a una de las partes de una relación jurídica el derecho de coaccionar a la otra para que actúe de una determinada manera sea una idea justa y equilibrada. ¿No habíamos quedado en que, en un Estado de Derecho, el monopolio de la violencia corresponde al Estado? 



viernes, 23 de agosto de 2019

Indignante indignación

Loli, la española que más tiempo ha cotizado, cobrará de pensión menos de 1.000 €. Telediarios, prensa, barras de bar... Todos echan humo ante tamaña injusticia.

¿Es que nadie sabe que la pensión no se calcula en función del tiempo cotizado a partir de un mínimo, sino en función del importe por el que se ha cotizado? ¿Es que nadie sabe que el nuestro es un sistema de reparto y no de capitalización? Claro que lo saben. Lo saben todos los que se están echando las manos a la cabeza. De derechas, de izquierdas o de extremo centro.

Pero indignarse es lo políticamente correcto. Por eso a mí me indigna tanta indignación de pose que explota la ignorancia de la gente o sus tripas o sus oídos ávidos de regalos.

 

martes, 20 de agosto de 2019

Con su manguerita y su canesú

Los chicos de Lipasam tienen juguete nuevo. Y no, no es una sopladora espacial, ni una escoba voladora, no. Es un compresor. Pero no uno de esos portátiles de los que compramos en el Lidl o el Carrefour para limpiar con agua a presión la mesa y las sillas del jardín, las persianas de la casa por fuera o la mierda de las palomas en la solería del patio -porque tenemos palomas, muchas palomas, una invasión de palomas que cagan como personas y zurean a coro por los tejados como monjes gregorianos cabreados-, no. Es un compresor gigante tamaño camión, con sus decenas de decibelios, su manguerita y su canesú. Y un señor enganchado a la manguera pasándoselo pipa a las 4 de la mañana. Sí, han leído bien. A las 4 de la mañana. Como diciendo, si yo no duermo, aquí no duerme ni el Tato.

En el verano de 2017 eran las sopladoras. ¿Recuerdan? En el verano de 2018 seguían siendo las sopladoras. ¿Vuelven a recordar? Y ahora un compresor gigante. Llegaba a mi puerta sobre las 4 de la mañana pegando bufidos. El agua a presión sobre el asfalto, el compresor a todo volumen, rezando para que pasen rápido ¡y se paran en mi puerta! ¡En mi puerta!

Resulta que el señor de la manguera había recibido una llamada al móvil. ¡Manué, cortaaaaaa!, le gritaba al que conducía el compresor con ruedas de camión. Y claro, Manué no se enteraba con el puto compresor. Yo sí. Pero Manué no. ¡Manué, corta coño!, le gritó echándole cojones al compresor. Y Manué se enteró. Bueno, se enteró Manué y las limpiadoras del aeropuerto. Y cortó el compresor. En mi puerta. A las 4 de la mañana. El de la manguera contestó al teléfono. ¿Cómo? ¿Que se han dejado una bolsa de basaura en Flor de Salvia? Pero esa no es nuestra zona..., venga, vale, hasta luego. Y todo esto al mismo volumen que si estuviera discutiendo con el compresor. ¡Manué, arranca! Y Manué arrancó. Y empezaron a alejarse. Y yo daba gracias a Dios porque todavía podría intentar dormir un par de horitas más.

Pero a los veinte minutos otra vez los bufidos. Manué montado en el compresor y el de la manguera haciendo esquí acuático detrás. Y pasando de nuevo por mi puerta. De vuelta. Resulta que, a pesar de que la manguera tiene longitud suficiente para limpiar las dos aceras -¿he dicho limpiar?, perdón, quería decir mover la mierda de sitio- desde un carril de la calle, prefieren dar dos pasadas, una de ida y otra de vuelta. Por si no te habían despertado a la ida, hacerlo a la vuelta. Y si te habían despertado a la ida, terminar de despabilarte a la vuelta. Y claro, ya no dormí más.

Muchas gracias señor alcalde. Muchas gracias por tener nuestras calles llenas de mierda sin que aparezca un solo barrendero durante meses y baldearlas en verano a las 4 de la mañana; gracias por impedir el descanso nocturno de quienes tenemos que madrugar para ir a trabajar y poder pagar los impuestos municipales con los que pagamos su sueldo, el de Manué y el compresor gigante; gracias por ciscarse en su propia ordenanza sobre ruidos; gracias por no podar las puñeteras tipuanas ni cuidar las zonas ajardinadas de mi barrio; gracias por ignorar nuestras denuncias sobre la sobrepoblación de palomas. Gracias por todo, señor alcalde.

En definitiva, que acabo de volver de vacaciones y ya estoy muerto de sueño. ¡Ah!, el vídeo que les dejo por aquí es el del paseo de vuelta porque en el de ida no me dio tiempo de bajar a por el móvil. Venga, ríanse ustedes con la entrada porque lo que es a mí, maldita la gracia que me hace.








lunes, 22 de julio de 2019

Invita la casa. Hoy: "Contra el consumidor irresponsable"

Hacía tiempo que no les invitaba a algo, así que hoy traigo a la taberna un asunto del que ya hablamos por aquí hace un par de años, pero sobre el que nunca está de más insistir. Y como lo cuenta muy bien, pues aquí les dejo la tapita. En el fondo no es más que aquello de que la libertad debe conllevar necesariamente la correlativa asunción de las consecuencias de su ejercicio. Ni más ni menos.

"Una sociedad civil fuerte requiere ciudadanos maduros, que sepan defender sus derechos, que reclamen frente a los abusos y las injusticias, pero también que no esperen que todo el mundo les defienda menos ellos mismos y, sobre todo, que asuman sus propias responsabilidades."

martes, 16 de julio de 2019

Borja ¿héroe o villano?


Ya saben ustedes que no hay nada como darle al pueblo carnaza explotando su ignorancia o su pereza. O ambas cosas. Porque tener criterio es muy cansado. Hay que informarse, leer, preguntar, cuestionarse las cosas. En definitiva, perder el tiempo. Y no está uno para perderse Sálvame o Supervivientes con esas tonterías. Hasta ahí podíamos llegar.

Y por eso, ahora Borja es el nuevo héroe. Borja el altruista, lo llaman en algún periódico. En otro informan de que Vox lo considera un héroe, que va a solicitar para él la Medalla al Mérito Civil y que va a promover un cambio legislativo para que el Código Penal incluya como eximente la defensa  de terceros, algo que, por otra parte, ya contempla el art. 20.4º del Código Penal desde 1.995.

El caso es que yo no sé lo que realmente pasó más allá de lo que dice la prensa. No he podido encontrar la sentencia. Tampoco la han publicado esos medios que acusan a los jueces y al sistema de cosas muy feas, pese a que a alguno de esos articulistas se la solicité y me contestó que tenía que proteger sus fuentes. ¿Proteger sus fuentes cuando las sentencias son públicas y tarde o temprano la conoceremos? Y, curiosamente, tampoco el abogado o el propio interesado la han hecho pública. ¿Por qué? Ellos sabrán. Aunque supongo -y disculpen la maldad-, que porque quizás les venga mejor no publicarla, no vaya a ser que se nos caiga el héroe.

De momento no hay sentencia así que, frente a las noticias que ahora alaban el comportamiento de Borja, pongamos la noticia que se publicó en las fechas en que sucedieron los hechos, allá por 2015.

Ambas son eso, noticias. Y mientras no se publique la sentencia, es un ejercicio sano poner las dos en cuarentena. Yo la dejo aquí, para que al menos sirva de contrapeso y lleve a la reflexión a aquellos que se creen a pies juntillas la versión de "Borja el altruista" y andan incendiando las redes sociales contra el sistema.




Vox y la brecha salarial

En esta taberna ya se ha hablado largo y tendido sobre la brecha salarial. La primera vez hace casi doce años. Pero seguimos igual.

Se sigue hablando de brecha salarial entre hombre y mujer como una consecuencia más de la discriminación por razón de sexo, como el resultado de pagar menos a la mujer por el simple hecho de ser mujer. Y no, los datos no dicen eso. Con los datos disponibles actualmente, no se puede concluir tal cosa. ¿Existe brecha salarial? Evidentemente sí. ¿Está causada por una discriminación directa por parte del empresario en razón del sexo del trabajador? La evidencia existente dice que no. Lo he dicho a lo largo de estos doce años. Y no hace mucho, alguien lo explicó mucho mejor que yo.

Y ahora llega Vox y dice algo parecido. Eso sí, lo dice con un estilo bastante inapropiado, en un tono chulesco y mezclando churras con merinas. Pero lo dice. Dice, básicamente, que no existe brecha salarial entendida como el resultado de una discriminación directa por razón de sexo. Que las diferencias salariales se deben, básicamente, a elecciones vitales propias de la mujer, unas voluntarias y conscientes y otras impuestas por su entorno o sus circunstancias.

Eso es lo que dice en el fondo. Pero lo dice de forma tan chabacana que les ha puesto a huevo a sus detractores la crítica y el cachondeo. Y sus detractores no necesitan gasolina para encenderse. Si ni siquiera son capaces de entender que todos los informes que enarbolan no dicen lo que ellos dicen que dicen, ¿cómo se les va a pedir que lean la proposición no de ley de Vox quedándose con el fondo y no con la forma?

Porque lo importante no debiera ser machacar al contrario desde una supuesta superioridad moral, sino acertar con la causa última de la brecha salarial entre mujeres y hombres. Sólo así se podrán adoptar medidas eficaces para combatirla. Empeñarnos en que la causa principal del problema es la maldad del empresario, que paga a la mujer menos que al hombre por el simple hecho de ser mujer, puede servir para presumir de la bonhomía propia y subrayar la vileza del contrincante político, pero no resolverá el problema.

Un problema que, sin duda, existe y es real.

sábado, 6 de julio de 2019

Lo que dicen que dice el Tribunal Supremo... pero no dice

"El Supremo hace suyo el 'solo sí es sí' en la sentencia de 'la manada': el consentimiento sexual debe ser expreso", titulan en un periódico.

"‘Solo sí es sí’ y otras cuestiones que zanja el Supremo sobre La Manada", titulan en otro.

Y así, en las televisiones, en las tertulias, en las redes sociales...

Pues yo debo tener un problema de comprensión lectora porque lo que dice la sentencia respecto de ese extremo es que "en el contexto que se describe en los hechos  probados,  el  silencio  de la  víctima,  solo  se puede interpretar como una negativa".

Sensu contrario, en otro contexto distinto, el silencio se puede interpretar de distinta forma. Por tanto, el Tribunal Supremo no dice que sólo sí es sí. Es más -y esto lo digo yo-, en ciertos supuestos, hasta un sí podria ser interpretado como un no.

Quienes pretenden la simpleza de reducir el consentimiento a la manifestación expresa y visible del mismo, o tienen muy poca idea de la cuestión o, si la tienen, se están apuntando interesadamente a la ola de irracionalidad y manipulación que en los últimos años asola nuestro país.


sábado, 22 de junio de 2019

Los más demócratas del mundo

Más de un año después de la sentencia, la otra manada sigue más viva que nunca. Envalentonada diría yo. Sólo hay que echar un vistazo en redes sociales o acercarle un micrófono a algunos políticos.

Quienes creen que la sentencia del TS sólo ha sido posible gracias a la movilización del pueblo -y en concreto de las mujeres-, o que es factible y deseable expulsar de la carrera judicial a aquellos jueces que ven sus sentencias modificadas en instancias superiores, a golpe de recogida de firmas, son un claro peligro para la democracia.

Y lo que más miedo da es que se crean los más demócratas del mundo.