jueves, 14 de junio de 2007

El misterio del vecino políglota

Hoy, en un almuerzo de trabajo, un colega portugués me contaba una anécdota sobre un amigo que había visitado por primera vez España. Resulta que cuando volvió a Lisboa le comentó, entre asombrado y admirado, lo importante que debía ser la industria cinematográfica española por su gran volumen de producción. Mi colega, extrañado, le comentó que el cine español no se caracterizaba precisamente por ser un sector potente, ni desde el punto de vista económico, ni por la cantidad de películas producidas. ¿Cómo que no?, le contestó el amigo, ¡si todas las películas que proyectan en los cines y emiten en televisión están en español!

El que no sepa que en Portugal no se doblan las películas, sino que se proyectan y emiten todas en versión original subtitulada, quizás no le haya cogido el chiste a la cosa.

No es casualidad que los portugueses tengan tanta facilidad para los idiomas y muchos se defiendan más o menos bien en inglés, francés o español. Y es que nuestros vecinos, desde pequeñitos, ven los dibujos animados, las películas o las series americanas en el idioma de origen, educando de forma natural el oído y asociando inconscientemente los sonidos característicos de cada lengua a los significados de los subtítulos.

Desconozco la razón de subtitular cualquier producción audiovisual, aunque imagino que será una cuestión de costes. Si es así, quizás debiéramos aprender de nuestros vecinos a hacer de la necesidad virtud.


2 comentarios:

Reyes dijo...

No lo sabía, interesante.
Sólo tienes que oir a Amalia Rodrigues cantar fados para entenderla, aunque no sepas lo que está diciendo.
Un beso.

el aguaó dijo...

Este detalle es algo que ocurre en la mayor parte de Europa, y no solo en Portugal. Como bien has dicho, los portugueses aprenden diversos idiomas, gracias a que desde pequeños ven la televisión en versión original. Pero no solo ellos: los alemanes, los franceses, los italianos... hay una gran cantidad de europeos que consiguen de este modo una soltura en idiomas extranjeros recibida desde la infancia, con todo lo que ello supone.

Así pues, no es de extrañar que luego en España nos pare una pareja de ingleses y nos pregunte "Where is the cathedral?" y nosotros escuchemos: "Güerr is de cazedral?"...

"La catedrá?... tire usté p'alante to seguio que allí la verá". No nos vendría nada mal que estuviésemos en contacto con otros idiomas desde la infancia. A mí desde luego me hace falta. Mi nivel en idiomas es paupérrimo.

Un fuerte abrazo querido Tato.