"...no todas las ideas son legitimas en democracia aunque se expresen al margen de la violencia. Por tanto, aquellos que ni condenan el terrorismo, ni renuncian a su proyecto totalitario no pueden estar en las instituciones"
Eso es lo que dijo ayer Aznar en un acto. Y yo me pregunto ¿por qué no son legítimas todas las ideas que se defiendan pacíficamente? ¿quiénes deben decidir cuáles son legítimas y cuáles no? ¿acaso no es totalitario prohibir ideas y coartar la libertad de expresión de quienes no piensan como nosotros? ¿y este partido se autodenomina liberal? Y un mojón. Como ya dijo Machado -gracias Panduro, por habérnoslo recordado-, por boca de un alumno de Juan de Mairena allá por el 36:
"En una república cristiana, democrática y liberal, conviene otorgar al Demonio carta de naturaleza y de ciudadanía, obligarle a vivir dentro de la ley, prescribirle deberes a cambio de concederle sus derechos, sobre todo el específicamente demoniaco: el derecho a la emisión de pensamiento. Que como tal Demonio nos hable, que ponga cátedra, señores. No os asustéis. El Demonio, a última hora, no tiene razón; pero tiene razones. Hay que escucharlas todas. "
Ya hablé de estos asuntos en varias ocasiones, así que disculpen que me repita.
5 comentarios:
Sin que sirva de precedente, totalmente de acuerdo contigo y con Machado.
Anda, porme argo gratis que me ha costado decirlo.
Espera que cambio el barril y te pongo un tanque fresquito con unos chochitos. De tapita tenemos la coquina, la almeja, el jamón, la espinaca, la puntillita, la tortillita de camarones... ¿qué va sé? Pero la tapita no es de várvula ¿eh, artista?, que está la cosa mú mala.
Un abrazo
Con los shoshito me conformo. ¡Un tanque! Eso es una taberna como Dios manda, y no la mariconada esa de caña, importada de los madriles.
Grasia, jefe.
Supongo que Aznar, en relación con la sentencia de Machado, haría hincapié en ... obligarle a vivir dentro de la ley, prescribirle deberes a cambio de concederle sus derechos... En mi opinión, la concesión plena y sin cortapisas de los derechos es previa a la exigencia de los deberes. Es precisamente esa concesión plena de derechos la que legitima la exigencia estricta de los deberes. Y no sólo al Demonio.
Por otra parte también es -lo de Machado- un excelente argumento para invalidar la demonización del contrario como táctica política, tan cotidiana.
Y de nada, hombre. Invítate a algo y estamos en paz.
¡A mandá, Ridao! Tambien tengo el vermú de barril con sifón fresquito...
Eso está hecho, Panduro. Ahí va una botellita de manzanilla con unas ortiguillas de Chiclana recién rebozadas. Que no se diga.
Abrazos
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