lunes, 31 de agosto de 2009

La tarara sí, la tarara no...

Antes te devuelvo cuatrocientos euros y ahora te los quito. O quizás no. Antes presumo de bajar los impuestos y ahora de subirlos. O quizás no. Antes -hace dos días como quien dice-, establezco una nueva prestación para los desempleados y ahora modifico los requisitos. O quizás no. Antes le iba a subir el IRPF a las rentas altas -cuando averigüe qué son rentas altas, claro-, y ahora descarto por completo subir el IRPF en ningún tramo. O quizás no.

Y por rematar con esto último, ya anticipo nuevos asesinatos del mensajero, que sin duda será el culpable de descontextualizar lo que dicen, que ellos nunca se explican mal o son víctimas de su ignorancia supina.

Primero, porque no modificar ningún tramo del IRPF no implica que no se suba dicho impuesto, pues bastaría con que modificasen las deducciones o las desgravaciones para que el contribuyente pagase más. O menos. Segundo, afirmar rotundamente que no se va a subir el IRPF y apuntar a que se van a gravar más las rentas de capital es, simple y llanamente, mentir, puesto que las rentas de capital forman parte del IRPF, y si se sube la tributación de las primeras, se sube el segundo. Matemáticas elementales, vamos. Claro, que algunos son tan ignorantes que creen que sólo son las rentas del trabajo las que tributan en ese impuesto.

En fin, la tarara, hoy sí, mañana no, y pasado ya veremos.


viernes, 28 de agosto de 2009

La más bella historia de amor...



jueves, 27 de agosto de 2009

Historias de la taberna (V)

Aún conservaba ese tonillo escolástico cuando estaba sereno y todavía su lengua era capaz de seguir el compás sin quedarse atrás ni sentirse ajena. En las raras ocasiones en las que alzaba la voz para cagarse en Dios, se persignaba tres veces de urgencia y se dirigía al trote hasta el retrete haciendo extraños aspavientos. Entonces, si se aguzaba el oído, se le escuchaba canturrear gregoriano entre sollozos hasta que finiquitaba sus disculpas místicas con un sonoro bramido de mocos y una ronda de aguardiente para disimular los ojos llorosos. Dicen que a quien alguna vez creyó de veras y cree volverse descreído, se le enquista para el resto de su vida en la conciencia un síndrome de Estocolmo como una catedral. De una familia tan pobre que ni el hambre se molestaba en visitarla por temor a que le hincaran el diente, Pepe el Papa fue un zagal guapo y espabilado. Tanto, que desde muy jovencito intuyó que las faldas le solucionarían la vida y se alistó en la Iglesia de monaguillo raso. Cuentan que a las pocas semanas ya le escribía los sermones a don Miguel y que, sin que los feligreses lo notaran salvo por la mala leche que se gastaba en las penitencias, sustituía al viejo cura en el confesionario siempre que la sangre de Cristo se le agolpaba en la cabeza. Así fue como a los doce años acumuló ya un capital en miserias ajenas como para existir tres vidas sin repetirse. Y así fue también como se enteró de que su padre no era su padre ni su madre una santa. Y de que aquello de fregotear conciencias tenía futuro porque a la gente, lo que de verdad le gusta, es pecar sobre el cojín mullido de la amnistía general. Cagarle el remordimiento al cura como si fuera un mojón y tirar de la cadena cada mañana.

Cuando ingresó en el seminario llevaba ya celebradas tres bodas, dos bautizos y varias misas de difuntos en lo que el obispo tardó en reemplazar a don Miguel, fallecido en extrañas circunstancias de una coz caprina en sus partes. Doctorado cum laude en Derecho y Teología, y ordenado sacerdote en apenas un lustro, fue requerido de inmediato por el Vaticano, donde hizo una fulgurante carrera que le hubiese conducido directamente al cardenalato de no ser porque la vocación y la fe se le enredaron en las faldas de dos hermosas gemelas, bastardas de un poderoso purpurado, a las que dejó preñadas. Excomulgado y con lo puesto, apareció por la taberna a las tres de una madrugada de hace ya cuatro décadas con una tranca enorme colgada del ánimo y pidiendo confesión. Cuentan que el tabernero improvisó un Ave María Purísima y que Pepe el Papa le soltó una retahíla en latín antes de caer redondo al suelo. Durmió la mona en la bodega de la taberna durante dos días completos con sus noches, y cuando despertó, se dirigió en silencio al tabernero, lo abrazó y le besó las manos antes de que consiguiera retirarlas acharado.

miércoles, 26 de agosto de 2009

De donde no hay... (X)

Resulta obvio que ni todos los que obtienen un título académico son listos, saben expresarse y argumentar, tienen criterio o son razonablemente cultos, ni todos los que no lo tienen son tontos y manipulables, no saben debatir seriamente o son unos ignorantes. Doy fe de ambas circunstancias. Y además, para los incrédulos ahí están las hemerotecas.

Sin embargo, no me negarán que es mucho más probable que los primeros sean más brillantes y eficientes que los segundos. Imagino que tampoco dudarán de que es preferible que quienes nos gobiernen sean los mejor preparados, los más formados y los más honrados, aunque esto último nada tenga que ver con su nivel académico.

Viene todo esto a que el Ministerio de Política Territorial ha hecho pública una nota de prensa -ya me gustaría a mí echarle un vistazo a los datos completos, pero curiosamente no están disponibles-, en la que se describe el perfil de los concejales españoles. Y lo primero que llama la atención es que más del 26% de los concejales y del 22% de los alcaldes No saben/No contestan (NS/NC).

Puede que no sepan leer, o que no sepan escribir, o que se avergüencen, o que pasen olímpicamente de los ciudadanos aunque sean licenciados. En cualquiera de esos casos, y especialmente en el último, serían merecedores de estar incluidos en uno de los tres primeros apartados, lo que arrojaría el siguiente resultado: más de la mitad de los concejales y alcaldes de este país, o carecen de estudios o sólo poseen los estudios obligatorios, y sólo alrededor del 25% posee estudios universitarios.


martes, 25 de agosto de 2009

Vencer o convencer, fascismo o libertad

Si uno fuera un nacionalista inteligente, disculpen el oxímoron, intentaría convencer para vencer, como diría Gasset. Llevan años afirmando que en Cataluña no hay ningún problema lingüístico, que no hay imposiciones, que el castellano no está proscrito, que hay libertad de elección, que esto de las lenguas se vive con absoluta normalidad en las calles y que son los políticos nacionalistas españoles los únicos que ven problemas donde no los hay.

Y ahora va el bueno de Bernat Joan, de ERC y secretario general de la cosa lingüística, y se cisca en todo eso diciendo que si el TC declara inconstitucional el artículo del Estatuto que establece la obligatoriedad del catalán, ignorarán esa sentencia. Y añadiendo que sería un error judicializar la política lingüística -esto lo dicen quienes la han judicializado legislando para imponer el catalán en todos los ámbitos e impidiendo a los ciudadanos la libre elección del castellano como lengua vehicular en la enseñanza-, y que una sentencia en ese sentido "podría crear un alud de gente que exigiera en los tribunales educación en castellano para sus hijos" -¿un alud? ¿pero no eran tres iluminados con afán de protagonismo los que reclamaban las enseñanza en castellano para sus hijos?-, y que el gobierno estatal no ha valorado lo suficiente las consecuencias que tendría un colapso de la política lingüistica en Cataluña -¿habrá confundido gobierno estatal con TC? ¿por qué será?-, y remata asegurando que el TC es una anomalía judicial que no debería existir. Aunque he de reconocer que si a esta última frase añadiera un "tal y como está configurado en la actualidad", me apuntaría. En resumen, que el catalán hay que imponerlo a ese alud de ciudadanos que, en uso de su libertad, no quieren hablarlo o aprenderlo: vencer para convencer.

Pues nada, otro que escupe al cielo y se queda para comprobar la ley de la gravedad.


lunes, 24 de agosto de 2009

Por la boca vive el pez

Lo dice cada vez que tiene ocasión sin disimular su malestar. Y resulta extraño que nadie de su amplio y caro equipo de asesores le haya recomendado prudencia. O a lo mejor sí lo han hecho pero le puede la soberbia. Dice el ministro Corbacho que "ya que desde el sector financiero se dan tantos consejos al sector laboral, voy a recordarle una cosa: que es el culpable de la situación del ladrillo". Y que la crisis actual "tiene un primer origen indiscutible, que es la avaricia financiera". Y también que "no estaríamos aquí si no hubiera habido un modelo de avaricia financiera como el que hemos tenido".

Decía que alguien debiera recordarle al ministro que su gobierno está ayudando de manera decidida a ese avaricioso sector bancario, aquél tan sólido y ejemplo de fortaleza. Y no sólo con avales y garantías, sino también con reformas contables y legales para aliviar sus balances. Y deberían advertirle de que la mitad de nuestro sistema financiero, las también avariciosas, suponemos, Cajas de Ahorros, están gestionadas por políticos igualmente avariciosos, suponemos.

Avísenlo por favor, no vaya a ser que el día menos pensado a este chiquillo le dé por escupir al cielo y le caiga el salivajo en un ojo. Que lo avisen, hombre, que lo avisen de que está muy feo escupir.


sábado, 22 de agosto de 2009

Pasatiempos de verano


Cuando lo hayan escuchado, quiten el volumen y vuelvan a verlo tantas veces como sea necesario hasta que consigan imaginar la conversación de la derecha, identificar al presidente bananero y al mono bailarín, y averiguar el precio del kilo de bananas.

Una vez conseguido, suban el volumen y escúchenlo una vez más. ¿En qué lado de la pantalla se encuentra ahora el mono cabreado? Si saben la respuesta, envíen un eseemeese con la palabra monocapuchinolloron al 91 330 10 00. Sin PRISA. ¡Cómo sigue el país!


(El coste de la llamada se publicará en el BOE tras el próximo Consejo de Ministros. Entre los acertantes se sorteará una suscripción anual a GolTv)

Si no sabes torear pa qué te metes... Manolete

El sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda emitió ayer una nota de prensa -no hay enlace directo porque no la he encontrado en la propia página del sindicato, aunque hay amplias referencias a ella en la prensa-, en la que afirmaba que la subida de impuestos a las rentas más altas -las superiores a 60.000 euros al año-, sólo representan el 3,7% de la recaudación, por lo que carecen de potencia recaudatoria. Vamos, pura demagogia.

Pero si menciono esa nota no es por las obviedades que contiene, sino por la gravedad de lo que afirma. Abogan por otras medidas. Fundamentalmente, la necesidad de combatir el elevado fraude fiscal, que cifran en 90.000 millones de euros al año. Y añaden que España es actualmente el tercer país de la UE de los 15 con mayor fraude fiscal, tras Grecia e Italia. Y que bastaría con utilizar los recursos disponibles y seguir los modelos de prevención implantados en otros países como Alemania, para reducir hasta en diez puntos el volumen de la economía sumergida, lo que supondría una recaudación extra de unos 38.000 millones de euros. Y que-¡ojo al dato!-, "no existe voluntad política ni decisión para luchar contra el fraude"

No olvidemos que todo este invento del Estado gira alrededor de los impuestos que pagan los ciudadanos, y que la equidad debería ser uno de los pilares sobre los que se apoye cualquier sistema fiscal democrático. Si estos señores del sindicato lo tienen tan claro ¿qué pierde el gobierno poniendo en marcha sus propuestas? En el peor de los casos, nos quedaríamos como estamos, así que poco hay que perder. Porque la acusación es de tal gravedad, que en cualquier otro país distinto de España provocaría un escándalo capaz de defenestrar a un gobierno. Y aquí, ni están ni se les espera. Es más fácil tensar los nudos de quienes ya están atados y tirar por la calle de en medio. Sobre todo cuando no se sabe callejear.

Ya veremos como al final, el verdadero esfuerzo de mantener este hipertrofiado Estado del Bienestar y enmendar los monumentales errores de la panda de inútiles que nos gobiernan recaerá, una vez más, en la clase media trabajadora: los profesionales más cualificados que están encadenados a una nómina. Porque la propia naturaleza del impuesto implica que los trabajadores menos cualificados -con menores salarios-, y los ricos -sin nómina y con sofisticados instrumentos financieros y jurídicos a su servicio-, apenas paguen IRPF.


viernes, 21 de agosto de 2009

Causalidades

"La patronal catalana de las micro, pequeñas y medianas empresas y los autónomos de Cataluña", como ellos mismos se definen, ha realizado un interesentísimo estudio sobre la distribución del personal al servicio de las Administraciones Públicas. Vamos, de aquéllos a los que pagamos el salario con nuestros impuestos. Y con los suyos, claro.

Sólo son cuarenta y cinco páginas, pero con letra hermosa, muchos dibujitos y muchos colorines. Anden, no me sean vagos y léanse al menos las tres páginas -de la cinco a la siete, ambas inclusive-, del resumen ejecutivo. ¿No se las quieren leer? Bueno, vale, les haré un resumen del resumen. Pero después no me acusen de demagogo.

En el conjunto del Estado, excluida Cataluña, el 14,71% del total de asalariados lo son de la Administración Pública. En Cataluña, el 9,26%.

El porcentaje medio en el periodo 2004-2009 de empleados públicos sobre el empleo de la propia Comunidad es del 23,3% en Extremadura, del 15,6% en Andalucía y del 8,3% en Cataluña.

Y finalmente, por si alguien piensa que el factor población o tasa de paro -por aquello de que en los datos del párrafo anterior andan camuflados en el denominador-, puede arrojar una foto interesada, añadiré que la ratio media de empleados públicos por cada 1.000 habitantes en el periodo analizado es de 82,8 en Extremadura, de 58,4 en Andalucía y de 38,1 en Cataluña.

¿Es casualidad que Cataluña sea de las regiones más dinámicas y ricas del Estado, y que Extremadura y Andalucía anden siempre reptando entre rastrojos a ras de suelo? Aliñen los datos anteriores con algunos otros, como la cultura de las subvenciones o los modelos y colores de los gobiernos existentes en cada caso desde que se instauró la democracia en nuestro país, y si siguen creyendo en las casualidades, es que son ustedes unos benditos. Además de cómplices de la situación, claro.


jueves, 20 de agosto de 2009

Las revueltas de las palabras

Ha dicho José Luis Carod Rovira -¡cómo me gusta tocar los cojones!-, que "una vez que ha hablado el pueblo catalán nadie más debe hablar", refiriéndose a la esperada sentencia del TC sobre el Estatuto. Que digo yo, que si la mayoría del pueblo catalán ha votado a partidos no independentistas, el señor José Luis debería callarse, ¿no? Aunque sólo sea por coherencia. En fin, debo reconocer que me río mucho con este señor y que además me permite reconciliarme con el lado más humano de los políticos: pueden llegar a ser tan imbéciles e inútiles como nosotros, el pueblo llano.


miércoles, 19 de agosto de 2009

Historias de la taberna (IV)

Cuando no se quedaba a dormir en la redacción, Juan El Manteca solía aparecer por la taberna poco después de media noche, tras dejar las máquinas escupiendo el papel de los churros de la mañana. Encargado durante los últimos lustros de la sección de cierre de un periódico de provincias, fue finalista de un prestigioso premio de poesía en sus años mozos, cuando todavía era capaz de humedecer a Marlene con perfectos e improvisados sonetos ingleses en francés al tiempo que le desabrochaba el sujetador con un pie, le bajaba las bragas con el otro y encendía un cigarrillo con el mechero de yesca. Firmaba también una columna semanal. Tan soberbia, que la escribía una vez al mes y la reciclaba cada viernes mudando de sitio los puntos y las comas sin que nadie se coscara. Desde que enviudó, comparte dos calles más abajo buhardilla y resacas con el Letri, con quien mantiene animados silencios en el epílogo de la barra siempre que no coinciden. Dicen que siendo un mozalbete estaba tan salido, que apostó una semana de putas pagadas a que era capaz de comerse una fiambrera de manteca colorá con la única ayuda de una cuchara sopera. Y que tuvieron que hacerle tres lavados de estómago y un nudo corredizo en el intestino. De aquella aventura heredó el sobrenombre y una extraña intolerancia a la erección. Cuentan que fue virgen hasta los veinte porque cada vez que se ponía cachondo le daban arcadas. Hasta que conoció a Marlene, una diosa que con paciencia de a cinco mil la hora y una tarrina de margarina, lo curó en una semana.

Aquella mañana, Juan el Manteca dormitaba sobre el mostrador recostado en la ausencia de su amigo. Abrazado al eco de su botella de vino y con el nudo de la corbata en la bragueta, dio un respingo. En la calle todo eran carreras. Gritos y caras de circunstancia corrían por la acera al contraluz de la puerta aún a medio bostezar de la taberna. Preguntó angustiado al tabernero por el Letri en el mismo instante en el que unos chavales hablaban de un ahorcado en el árbol de la plaza. Y en el mismo momento en el que el Letri salía del viejo retrete arrastrando las legañas, apestando a orines y canturreando por soleares. Terminó de despertarle el abrazo lloroso de Juan el Manteca y el rumor arenoso del tapón de la botella de Zalamea.


martes, 18 de agosto de 2009

Me lo expliquen, oiga

¿Alguien entiende que se establezca una ayuda sólo para aquéllos que hayan agotado la prestación por desempleo desde el 1 de Agosto de 2009 al 15 de Febrero de 2010? Si se trata de limitar el coste de la medida ¿por qué no se empieza por los que lleven más tiempo sin esa prestación y hasta donde llegue llegó? O mejor, ya puestos, ¿para qué ayudar sólo al 20% que menos lo necesitan de los que están en esa situación? ¿por qué no se gastan ése y otros dineros en medidas activas de creación de empleo y riqueza? ¿y por qué no se reducen impuestos disminuyendo el gasto corriente del Estado, sobre todo el de personal?


viernes, 14 de agosto de 2009

Historias de la taberna (III)

Aquella tarde le confesó una vez más al tabernero entre sollozos y mocos de borracho, que el único amor de su vida se quedó a morir en Stalingrado en el invierno del cuarenta y dos. El mismo invierno en el que una fría tarde la bayoneta del oficial alemán que intentó violarla le desabrochara la cara de un tajo en la comisura, segando a ras de cielo buena parte de la dentadura. El mismo invierno en el que se le fue media mano descerrajándole una ráfaga en los huevos a aquel hijo de puta, dejándose en el humeante gatillo tres dedos congelados que sólo echó de menos cuando más tarde intentó liar un cigarrillo con la saliva prestada del cabo de guardia. Nunca olvidará sus hermosos muslos asustados, pálidos, inseguros como la nieve que se fundía bajo sus carnes prietas. Ni su mirada sin asco cuando le recompuso el rostro con sus propias manos sujetándole los colgajos con un jirón de su falda empapado en frío. Ni la prisa abreviada a balazos de su cuerpo medio desnudo alejándose a la carrera.

Cuando Pascual el Dientoro se ponía patético, era mejor alegrarle la tristeza mirándole a los ojos para estar allí cuando los abriera y esbozara su sonrisa tabaco y oro. Porque entonces, muchacho, entonces, aquel viejo casi centenario soltaba una carcajada que erizaba la espuma de la cerveza, daba un puñetazo en el mostrador con el muñón descorazonado de su diestra, y le zampaba un beso en la boca a quienquiera que tuviera enfrente. A veces, sólo a veces, tenía éxito y le caía una buena hostia que Pascual encajaba agradecido. Y entonces cerraba de nuevo los ojos recordando extasiado cómo le reventó las criadillas a aquel cerdo. Y se le escapaba una lágrima. Sólo una. Porque a su edad, ni el recuerdo duele ya si no se le echa una mano.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Un liberal ¿de verdad? ¡No jodas!

Don Mariano ha hablado, alabado sea. Dice que "no va a intervenir ni a opinar sobre un acuerdo de fusión (refiriéndose a las Cajas gallegas) o de cualquier otro tipo que se adopte" porque "cuanto menos intervenga la política, mejor". ¿Significa eso que los políticos van a salir de la gestión de las cajas allá donde gobierne el PP? ¡Quia!

También ha dicho que no opina porque él es "un liberal de verdad". ¿De verdad? ¿Y éste es el mismo Mariano que ha apoyado el rescate bancario (FROB)? ¿Y el que apoya que los Convenios Colectivos sólo se adecuen al IPC cuando éste sube? ¿Y el que se calla cuando Zapatero le pregunta por su propuesta de reforma laboral? ¿Y el que invitó el año pasado a los liberales de su partido a irse al partido liberal, es decir al PSOE? No sé si borrar de mi perfil eso de liberal, no vayan a confundirme con don Mariano.


martes, 11 de agosto de 2009

Dudas existenciales (XVI)

¿Por qué hay convenios colectivos que contemplan la actualización al alza de los salarios cuando el IPC real se sitúa por encima de la previsión y no a la baja cuando aquél se sitúa por debajo? Es más, ¿por qué hay convenios colectivos? ¿Acaso la productividad de los trabajadores en todas las empresas del mismo sector o de distintas provincias es la misma? ¿Es que el salario de un trabajador debe ser independiente de lo que aporte a la empresa, de su productividad? ¿Por qué casi todos los convenios colectivos tienen pluses para el que es puntual o nunca falta al trabajo? ¿No debiera ser denigrante para un trabajador que haya que premiar la obligación de ser puntual para que se cumpla?


lunes, 10 de agosto de 2009

Historias de la taberna (II)

Recién desembarcado de un carguero danés en el puerto de Sevilla, entró en la taberna por primera vez hace ya más de treinta años preguntando cómo se llegaba a la Plaza de Pumarejo. Dicen que sólo se le entendieron los signos de interrogación. Y porque Pascual el Dientoro, que sirvió como voluntario en la División Azul, los tradujo al cristiano con esa cara de guasa que deja en el rostro un tajo de bayoneta en la comisura de los labios. Buscaba una puta que le ordeñase el escroto y le habían hablado de una tal Erika, una bávara paisana suya. Pelirroja, pecosa, larga y ancha de lomo y natural de Utrera. Su verdadero nombre era Enriqueta, hasta que descubrió que si se tatuaba una esvástica hilvanada por entre las rosadas pecas de su pubis y escupía su nombre masticando chicle a dos carrillos y dejaba de afeitarse la celulitis y el bigote, el morbo ajeno hacía cola a las puertas de su negocio de entrepierna.

Bautizado sobre la marcha como Sven el Pichita por la obviedad de su bragueta, Pascual el Dientoro hizo una seña al rubio alemán para que lo siguiera mientras le señalaba la puerta de la casa contigua y el balcón que sujetaba el letrero en negro y negro de la taberna. Dicen de ella que aquélla fue la primera vez que le escocieron las entrañas de puro gusto y que atrapó su corazón de un mordisco en el último momento, justo antes de que se le escapara por la boca a galope tendido. Dicen que se escuchó durante toda la noche el tintineo de las pecas cayendo al suelo tras cada espasmo de Enriqueta. Y que aún se estremece cuando recuerda aquel largo y concienzudo beso en los labios mientras bebía a morro de la botella de vodka. A la mañana siguiente apareció por la taberna con ojeras color noche de bodas a tomarse el carajillo del desayuno. Doble, para suavizar el diminutivo y burlar con disimulo la abstinencia. Fue, muchacho, amor de último tren. Aquella misma tarde los casó en la taberna Pepe el Papa, del que cuentan que truncó su brillante carrera en el Vaticano un día que... Pero esa es ya otra historia.


viernes, 7 de agosto de 2009

Historias de la taberna (I)

Cuando desenreda sus recuerdos y los desordena, dice que se llama Gonzalo, o Gabriel, o Jesús, pero todos lo conocemos por El Letri. Nadie sabe muy bien si porque en sus años mozos fue maletilla. O porque siempre anda buscando por entre el serrín del suelo los ripios invisibles que se le caen a su imaginación. O porque sólo deja de recitar a Lorca por soleares para endosarle un lujurioso beso con lengua a su eterna copa de aguardiente. Es probable que ya formase parte del mobiliario cuando el nuevo tabernero heredó aquella vieja tasca destartalada, porque en el extremo de la vieja barra de madera se aprecia claramente la horma fosilizada del hueso de su codo. Dicen de él que fue maestro de escuela y que le mataron a un hijo a base de electrochoques intentando curarle su desviado gusto por los hombres cuando él lo denunció por maricón. Dicen que desde aquel día se flagela remojando en alcohol las heridas en carne viva de su alma para que nunca cicatricen, para que siempre duelan. Y que no se quita la vida porque le avergüenza tener que mirar a la cara a su hijo. Sólo cambia de postura para que el aguardiente no tropiece siempre en el mismo recodo del estómago y se lo perfore por igual. O para ir al servicio a escurrir los restos licuados del único riñón que aún sigue a sus órdenes. Siempre que ve a alguien entrar en la taberna y no está ocupado intentando encontrar su mirada perdida, levanta la copa a modo de saludo, guiña un ojo mientras su cabeza naufraga hundida entre sus hombros, y sonríe mostrando unos inverosímiles dientes blancos, perfectos y almidonados, a los que sólo faltan un ojal y un botón sobre el que hacer el nudo de la corbata. A veces se pasa el día jugando consigo mismo en su pequeño tablero de ajedrez, moviendo las piezas de dos en dos para sorprender al contrario con alguna celada. Las pocas veces que no anda rumiando versos musicados dice a todo el que quiera escucharle que la vida le da arcadas y que si no la vomita es porque le da asco.


miércoles, 5 de agosto de 2009

De trajes y otros trajines

Dicen que si a un político hubiese que condenarlo, ética o penalmente, a estas alturas qué más da, por recibir regalos en función de su cargo, entonces no se salvaría ni uno. ¿Y qué? Pues que no se salve ni uno. Si no tienen talla moral para rechazar los regalos que le hacen a su cargo, que no a él, sobran. Más vale solos que mal acompañados. Ya saben, contra las trampas de quienes hacen las leyes, presunción de culpabilidad. Que los que nos gobiernen sean lo mejor de cada casa. Y si pasan la prueba del algodón, que no sea porque el algodón haya dejado de ser blanco.