domingo, 27 de noviembre de 2016

Escéptico que es uno...

Por principio, no suelo creerme a los empresarios que dicen asumir su responsabilidad social y pagan más que su competencia por sus factores productivos. Ya me gustaría hacerlo -creérmelos quiero decir-, pero mi experiencia personal y profesional me lo impide. Cuando alguien sale a la palestra diciendo públicamente las cosas que ha dicho Antonio Catalán, presidente de AC Hoteles, a uno le encantaría aplaudirle, pero es que no termino de creérmelo del todo. Démosle en todo caso el beneficio de la duda y un aplauso provisional.

En lo que no puedo ni debo aplaudirle es en la mentira objetiva que vierte cuando afirma que, gracias a la última reforma laboral, puede despedir pagando 20 días por año. No es la nueva reforma laboral la que le permite ese tipo de despidos. Ni siquiera la anterior o la anterior. El despido objetivo con 20 días de indemnización por año existe en nuestro Estatuto de los Trabajadores desde su promulgación allá por 1.995. No sé por qué estas cantinelas de mentiras interesadas me suenan tanto.


lunes, 21 de noviembre de 2016

De donde no hay... (LXXI)

Cuando me lo contaron creí que me estaban tomando el pelo. Fiel a mi costumbre de acudir a la fuente original, busqué en la página web de la Asamblea de Extremadura el vídeo del pleno del 17 de Noviembre. 

Y allí estaba. La presidenta de la Asamblea, tras una votación con 6 síes, 29 noes y 29 abstenciones, ordenaba repetir la votación por empate. Sí, han leído bien, por empate. Pero ahí no queda la cosa. En la segunda votación el resultado fue el mismo. Y sí, ordena de nuevo repetir la votación por empate, aunque esta vez decide dejarla para el final de la sesión plenaria. Y al final de la sesión se repite la votación, no sin que antes pidan la palabra dos diputados -imagino que chorreando vergüenza ajena-, para hacerle ver a la presidenta lo aburdo del asunto. La presidenta, encantada de haberse conocido, dice que el Reglamento de la Cámara lo interpreta ella y que se repite la votación. Esta vez sí la da por buena, seguramente porque, al haber 27 noes y 29 abstenciones, considera que ya no hay empate. Se ve que algún diputado debió apiadarse de la criatura y se marcho de la cámara para deshacer el empate y no ir a una cuarta, quinta o sexta votación. De todas formas, incluso en esta última votación sucede algo extraño. Hay 62 presentes, pero los síes, los noes y las abstenciones suman 61. Menos mal que no se percató la presidenta, que si no, tira de Reglamento y la lía parda otra vez.

¿Que no se lo creen? Pues vean el vídeo que he editado a partir del original. ¿Que piensan que lo he manipulado? Pues véanlo en la web de la Asamblea de Extremadura, en los puntos 3h 21' y 3 h 50'.







domingo, 13 de noviembre de 2016

Invita la casa. Hoy: guardería de adolescentes

Leía ayer en la prensa una entrevista a una experta en educación. Sí, ya sé que ahora, los expertos en educación y pedagogía abundan, que cada uno cuenta su teoría y que los demás nos adherimos a una u otra según encaje más o menos con nuestra opinión, ideología o experiencia vital. Y como yo no voy a ser menos, aquí les dejo algunos pasajes de esa entrevista que dice cosas que se adecuan bastante a mi opinión, mi ideología y mi experiencia vital.

"...en el Estado del bienestar, los alumnos no sienten la urgencia de antes de estudiar para sobrevivir social y económicamente, y tampoco los padres ven así la situación. Segundo, con el Estado del bienestar se han difundido teorías permisivas en la educación que dicen que los profesores deben aceptar que no haya tanta disciplina en clase. Se dice que el aprendizaje debe ser divertido y, si no es así, los alumnos están en su derecho de rechazarlo. Esas teorías son negativas para todos, pero sobre todo para los que aprenden menos en su casa. Finalmente, esos factores han llevado a que no sea tan gratificante ser profesor, con lo cual los estudiantes más inteligentes e idóneos para ser profesores se dirigen hacia otras profesiones."

"Sin conocimientos previos sobre el mundo y sin un vocabulario que vaya más allá de las 500 palabras e incluya las abstractas, los chicos no entienden ni el telediario. No sólo es que se sientan aislados del resto de la sociedad, es que lo están. A su vez, eso lleva a que todas las noticias les lleguen de sus compañeros en el barrio y eso da por resultado una tendencia a juzgar todo desde la perspectiva del círculo inmediato de amigos y conocidos."

"La cultura de la casa es muy importante y más importante que el nivel socioeconómico. El ejemplo de los chinos en Occidente no cuaja con la visión de algunos partidos políticos de que todo depende del nivel económico y no del respeto por la educación y de la voluntad de los alumnos y de sus padres."

Por supuesto, pueden leerla aquí. Si quieren, claro.


jueves, 3 de noviembre de 2016

Un mierda más...

Los hechos, tal y como el propio protagonista los ha narrado, no sin una cierta y llamativa imprecisión. Tenía 21 años, era estudiante y no tenía un duro, así que su familia -su padre está procesado por haber ingresado sobre las mismas fechas casi 200.000 euros con este asuntillo de las tarjetas black- le presta 60.000 euros para comprarse una vivienda protegida sobre plano. Cuando se termina de construir la vivienda en 2010, da la entrada y se subroga sin mayores problemas en una hipoteca de casi 100.000 euros ganando 480 euros al mes con una beca. Pocos meses después, obtiene unas ganancias patrimoniales de 20.000 euros sobre una inversión de 60.000 euros, o sea, un rendimiento de casi un 50% anual.

En principio, a mí, salvo lo del padre y que se haga negocio con una vivienda protegida, todo me parece normal y nada reprochable. Alguien consigue recursos financieros para comprar una vivienda sobre plano y la vende más cara cuando se termina de construir, obteniendo así un beneficio tras haber asumido un cierto riesgo. Más o menos lo que han hecho miles de españoles durante la burbuja inmobiliaria.

Por contra, a quienes no les parece bien esa forma de actuar es al señor Espinar -que incluso ha participado en algún debate de nombre tan pomposo como "El saqueo de la vivienda pública en la Comunidad de Madrid"-, y a su formación política, que la han criticado hasta la saciedad. Por eso no se entiende que hayan salido en tromba diciendo aquello de la máquina del fango y movilizando a las redes sociales. ¿Qué máquina del fango? Si lo que ha contado la prensa es cierto, y lo es porque el interesado lo ha admitido en lo fundamental, no se entiende esa reacción. Salvo que el listón ético de quienes decían venir a la política para regenerarla sea una mera pose. El problema de pretender erigirse en referencia moral del comportamiento político es que mantener la coherencia es muy sacrificado e incómodo, pero es lo que hay. O se es coherente o te conviertes en un mierda más.

Por cierto, espero que el señor Espinar haya declarado la ganancia patrimonial que obtuvo en el ejercicio 2011 en su declaración del IRPF. Por aquello de que el modelo de Estado que defienden necesita impuestos, muchos impuestos para, entre otras cosas, construir viviendas sociales que terminen con la especulación de un bien de primera necesidad, según dicen defender. Yo, por si acaso, y como les gusta tanto esto de las redes sociales y la transparencia, le he pedido que haga pública su declaración del IRPF de aquel ejercicio. Si me contesta, ya les contaré a ustedes.


martes, 1 de noviembre de 2016

La culpa es del otro... otra vez

Anda el personal encantado con algunas de las cosas que le dijo Pedro Sanchez a Jordi Évole el domingo. Ya tienen a un par de culpables de que Rajoy vuelva a ser presidente: el IBEX 35 y la prensa.

Seguramente fueron ellos los que impidieron que PSOE y Podemos se entendieran. O los que consiguieron que una formación política tan peculiar como Podemos esté gobernando en muchos sitios o sea la tercera fuerza en el Parlamento. O los que pusieron a los ciudadanos la papeleta en el sobre antes de introducirla en la urna.

Decir eso es un insulto en toda regla al ciudadano en tanto que votante. Creérselo es, además, un claro indicio de imbecilidad.