miércoles, 10 de mayo de 2017

Un botón de muestra...

"Esta sala ha podido comprobar, no sin sorpresa, que el recurso formulado por los demandantes es, en la práctica, una copia de otro recurso anterior del que conoció esta sala y fue resuelto en la sentencia 323/2015, de 30 de junio , del que se ha reproducido la mayor parte, pese a que en aquel caso la normativa aplicable era otra por la fecha de suscripción del contrato y los argumentos de la Audiencia Provincial que se impugnaban en el recurso eran diferentes a los utilizados en la sentencia que aquí se recurre. Se llega al punto de reproducir las erratas, el uso de acrónimos de leyes que son irreconocibles, y se hace referencia incluso a determinadas alegaciones de la entidad bancaria que allí era recurrida, Kutxabank, que lógicamente no son las realizadas en este recurso en que la recurrida es Bankia"

Sí, es lo que parece. Parte de una sentencia del Tribunal Supremo en la que reprocha al abogado del recurrente haber hecho un copia y pega de otro recurso a pelo y sin anestesia. Todo un profesional, sí señor. Y sin el menor sentido del ridículo.

Viene esto a cuento de la absoluta falta de seriedad y rigor, cuando no de aptitud, de muchas empresas y profesionales que se dedican a prestar servicios de lo más variado a los consumidores, a los ciudadanos en definitiva. La chapuza del recurso no es más que un botón de muestra. Escandoloso, sí, pero sólo un botón de muestra.


miércoles, 3 de mayo de 2017

La última manipulación del señor Bermejo...

Leo hoy un artículo titulado "La última manipulación del INE", escrito por uno de los miembros del autodenominado pomposamente "grupo de profesores y economistas independientes" y viejo conocido de este tabernero. El artículo no tiene desperdicio. No sólo por manipulador y falaz, sino fundamentalmente por su nula calidad académica.

Resulta llamativo que, pudiéndosele hacer una crítica feroz y fundada al actual gobierno del PP desde el rigor, alguien, que además ha optado a la presidencia de Ciudadanos y presume de ser profesor o economista -y a lo peor no es ninguna de las dos cosas-, decida hacerla desde la manipulación. Uno no termina de entender cómo puede publicarse esto en un medio que aspire a ser serio y riguroso. O a lo mejor es que, como demuestra a diario Podemos, la masa acrítica se lo traga todo. Pero vayamos al lío.

En primer lugar, hace una comparación entre la cifra de parados que arroja la EPA, elaborada por el INE, y la que arroja el Servicio Público de Empleo (SEPE) para criticar una obviedad esperable, a saber, que ambas cifras no coinciden. Lo extraño sería lo contrario. Que ambas cifras coincidieran sólo podría ser el resultado de una enorme casualidad o de una burda manipulación de uno de los dos organismos. Pero como no coinciden, el señor Bermejo llega a la extraña conclusión de que el INE ha manipulado la cifra. Realmente extraordinario. Incluso llega a desdeñar el hecho de que ambas cifras sean el resultado de medir el número de parados a través de distintas metodologías, afirmando que "algunos tratan de justificar que no miden lo mismo. ¿Cómo es posible? Los parados, son parados, aquí y en Lima". Interesante. Un supuesto experto en economía que se queda en las cifras y al que le da exactamente igual la metodología utilizada para su obtención.

Verán, la cifra dada por el SEPE es el número total de demandantes de empleo en alta registrados el último día de cada mes, excluyéndose algunos de ellos por estar el demandante en una determinada situación laboral (trabajadores que demandan otro empleo adicional o cambiar de empleo, pensionistas demandantes de empleo, etc.). En cambio, la cifra dada por la EPA se extrae de una encuesta realizada a una muestra de unos 4.000 hogares -quien desee conocer en detalle la metodología utilizada, aquí puede consultarla-, a cuyos miembros se les pregunta sobre un cuestionario a lo largo del trimestre al que van referidos los resultados. 

Un ejemplo sencillo para ilustrar claramente la enorme diferencia entre ambas metodologías. En la EPA del primer trimestre de 2017, un ciudadadano al que correspondiera encuestar al principio del trimestre, que respondiera que estaba parado y al que le hicieran un contrato de 6 meses al día siguiente de preguntarle, figuraría como parado en la EPA de marzo -él, y los resultantes de la extrapolación estadística del muestreo-, y como empleado en el SEPE de marzo. Y al contrario, si estaba trabajando cuando le preguntaron y al día siguiente le despidieron, figura como empleado en la EPA de marzo y como parado en el SEPE de marzo. Por eso decía antes que el hecho de que coincidieran ambas cifras, o sería producto de una enorme casualidadd o de una burda manipulación, mientras que para el señor Bermejo, el hecho de que no coincidan, lejos de ser lo normal, es el resultado de una manipulación del INE, y por ende, del gobierno. La EPA existe porque sirve para muchas más cosas y porque es la que permite compararnos con el resto de Europa que siguen la misma metodología, pero hay que saber leer e interpretar sus datos y la ignorancia, cuando no la mala fe, suele ser muy atrevida.

Dice también el señor Bermejo que la afirmación del gobierno de que el paro se redujo en 536.400 personas en los últimos doce meses es falsa. Y lo argumenta diciendo "que se han creado 408.700 empleos, y la razón de esta diferencia es que la población activa se ha reducido en 135.700 personas, dato que omiten a conciencia en la nota de prensa". Acudamos a la nota de prensa. En su página 7 se dice que "en términos anuales, la población activa ha disminuido en 127.700 personas...". Por tanto, en primer lugar, no son 135.700 personas las que han dejado de formar parte de la población activa, sino 127.700, y en segundo lugar, resulta evidente que el gobierno no ha omitido ese dato en la nota de prensa, por lo que afirmar que lo ha omitido "a conciencia", además de incierto es, como poco, tendencioso por no decir vergonzoso.
 
Continúa acusando el señor Bermejo al gobierno de omitir datos, esta vez en relación con los de afiliados a la Seguridad Social. Y vuelve a caer en el mismo error. O por ignorancia o por mala fe. Elijan ustedes. Dice que la afiliación media de marzo subió en 161.752, pero que "lo cierto y verdad es que el 31 de marzo hubo 214.028 bajas en la afiliación a la Seguridad Social. Lo ven ahora en la EPA ¿verdad?". Empezando por el final, es complicado ver este último dato en la EPA, sencillamente porque no lo mide. En segundo lugar, el 31 de marzo hubo 123.926 afiliados menos que el mes anterior y no 214.028 como afirma el señor Bermejo. Finalmente, y más grave, compara dos datos heterogéneos, pues el primero es una media mensual y el segundo es un dato instantáneo de un día concreto. De nuevo, un desprecio absoluto a la metodología con la que se obtiene cada dato y que es determinante para su correcta interpretación.

Podríamos seguir analizando el artículo porque contiene muchas más perlas y manipulaciones, pero ni quiero aburrirles ni me sobra el tiempo. Creo que lo dicho es suficiente para que cada cual saque sus conclusiones sobre la calidad, académica y humana, de una parte de nuestros opinadores profesionales patrios.

Y si han llegado hasta aquí, relean ahora el primer párrafo del artículo. No tiene desperdicio:

"Las personas que nos dedicamos a analizar los datos estadísticos de la contabilidad nacional no salimos de nuestro asombro. Cada día que el gobierno publica un dato estadístico, se incrementan más nuestras sospechas de que las estadísticas sufren cierto tipo de manipulación."

¡Ah! Y que no crea el señor Bermejo que le tengo manía. Es simplemente que estoy suscrito a ese medio y me llega diariamente a mi correo. Y claro, de vez en cuando le echo un vistazo por encima a lo que escribe. Hoy ha sido uno de esos de vez en cuando. Mala suerte.


lunes, 1 de mayo de 2017

Epitafio

8 de diciembre de 1980. Pasaba las tardes de domingo mirando abstraído aquella fecha en la tumba de su amada. A pesar del tiempo transcurrido, aún añoraba a diario su inteligencia, ingenio y sentido del humor de los que surgían aquellos relatos de apenas unas líneas y finales inquietantes que estallaban en la imaginación del lector hasta dejarlo grogui. No podía evitar una melancólica sonrisa de admiración cada vez que miraba la lápida. Era la única de todo el cementerio que sólo tenía una fecha. Así era María, coqueta y original hasta en su propio final.