A raíz del tremendo drama ocurrido en Barcelona durante la noche de San Juan, se han multiplicado en televisión los reportajes sobre pasos a nivel con semáforos, pasos elevados para peatones o barreras para vehículos que son sistemáticamente ignorados por los usuarios. Circulan imprudentemente con las barreras bajadas, cruzan con el semáforo en rojo y surgen voces indignadas reclamando presencia policial en esos lugares y multas para quienes no respeten la señalización. De nuevo se le exige al Estado que nos tutele, que no nos permita cometer imprudencias, cuando la obligación del Estado debiera limitarse a advertir del peligro y poner los medios para poder sortearlo.
¿Cómo puede una sociedad tener un comportamiento tan infantil e inmaduro? Y no me refiero a quienes cometen voluntariamente una imprudencia en el uso de su libertad. Menos aún a quienes, por desgracia, esa imprudencia les cuesta la vida. Me refiero a esos ciudadanos que parecen sufrir un permanente síndrome de Peter Pan colectivo, que prefieren vivir eternamente protegidos de su infantilismo en lugar de asumir sus responsabilidades y las consecuencias de sus actos. Y nuestros políticos encantados, claro. ¿Qué tal si les regaláramos a ellos un eterno síndrome del nido vacío?
7 comentarios:
Antes se le echaba la culpa a Dios. Ahora al Estado. Un abrazo, querido Tato.
Pero fíjate qué curioso, Jesús. Para echar la culpa a Dios hay que ser creyente. Para echar la culpa al Estado, hay que creer también en él.
Un servidor, a fuer de agnóstico y liberal, prefiere autoinculparse.
Un fuerte abrazo
Querido Tato:
Hoy suscribo cada una de tus palabras. Plenamente de acuerdo.
(vaya, lo digo como si fuera habitual que viene uno aquí, siempre, a disentir. En fin)
Un fuerte abrazo.
Una terrible desgracia, desde luego.
Dá miedo la inconsciencia de nuestros jovenes...pero me sorprendió saber que eran todos sudamericanos. Muy raro también que digan ahora que no sabían lo del paso subterráneo; una casualidad que TODOS era la primera vez que iban...
De cualquier modo...una terrible desgracia.
Eres un aburrido, Juanma. ;-)
Sin duda, Anónimo, quedémonos con nuestra solidaridad hacia los familiares y amigos de las víctimas.
Abrazos
Desconozco las circunstancias, pero si que es cierto que a determinadas horas hay algunos pasos subterraneos que dan miedo y en muchos casos la gente prefiere jugarse el tipo a utilizarlos. Saludos
Vaya, Cibeles, cuánto tiempo... En cuanto a lo que dices, tienes razón, pero entonces exijámosle al Estado, como digo en la entrada, que cumpla con su obligación de poner los medios adecuados, no que haga de tutor.
Saludos
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