El pesimismo no crea ningún puesto de trabajo, ha dicho nuestro presidente a modo de abrigo con que tapar la vergonzante desnudez que un traicionero micrófono -otro más-, dejó al descubierto. Con esas carnes de quirófano de saldo. ¡Y yo con estos pelos!
Pero cierto es. Tan cierto como que el optimismo tampoco los crea. Sobre todo si ambos se limitan a maquillar la realidad. Es lo que tiene que la mentira tenga premio, que uno termina empapelándose con ese rol paternalista de amo de la verdad que debe ser administrada al pueblo en pequeñas dosis. Poco a poco. Pero nunca antes de que la obstinada obviedad le levante la falda a la trola.
Por desgracia, es ése un lugar común de nuestra clase política. De vez en cuando se revuelcan en el lodo de la calle para oler a pueblo, para que la manada les acepte, para parecer de los nuestros el tiempo suficiente antes de echarse al monte. Después, tienen cuatro años para desinfectarse, para perfumarse de incienso, para insultar nuestra inteligencia.
Pero no pasa nada. Al fin y al cabo, a mí las cosas me van bastante bien. Se lo digo todas las mañanas a ése que se asoma al espejo con la sonrisa puesta. Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así... Y soy feliz. Pero es que en mi caso es verdad.
7 comentarios:
Querido maestro:Cuando la gente vaya a los bancos a decir que no pueden pagar sus hipotecas,que cuando se lo digan al director de la oficina y de camino le cuente un par de chistes.Como decia Van Gaal,siempre positivo nunca negativo.Optimismo al poder.Ya lo dijo el Sr. Zapatero:Buenas noches y buena suerte,que de verdad la vamos a necesitar.Un saludo
De acuerdo con Bogar.
Cuando no podamos llenar el depósito del coche (o del barco) que nos sonría el gobernante que haya con su negra y petrolífera sonrisa, en lugar de hacer una rebaja fiscal a los carburantes.
Un beso.
Bueno, vamos a ver, es cierto lo que dices y lo que te comentan, oh Tato, pero también es cierto que -sin caer en la estupidez- tenemos que vivir estos tiempos con un poco de optimismo. Porque el pesimismo genera desconfianza en nosotros mismos y en todo lo que nos rodea. Y las crisis se agravan.
Nestor aparicio:Debemos vivir estos tiempos con optimismo o con realismo.Saludos
Sin duda Néstor, sin duda. Pero yo, que soy más optimista que pesimista, no critico ni lo uno ni lo otro. Cada cual puede optar por la actitud ante la vida con la que más cómodo se sienta. El problema, y es lo que yo denuncio, se produce cuando las consecuencias de esas actitudes trascienden a la propia persona.
Si yo soy un optimista redomado y me compro una vivienda y un Mercedes que no puedo pagar con mi sueldo actual porque pienso que el año que viene me van a hacer presidente de mi compañía y me van a cuadruplicar el sueldo, además de optimista sería un gilipollas. Si además soy presidente del gobierno y por razones políticas y a sabiendas niego la evidencia lanzando un mensaje a los ciudadanos de que no es necesario que ahorren, ni que dejen de consumir compulsivamente porque esto es sólo una desaceleración coyuntural que ya estará solucionada el año que viene, entonces, además de optimista, soy un malnacido.
Saludos
Yo les digo a mis alumnos que afronten sus exámenes con optimismo. ¿Es suficiente eso para aprobar? Ay, si ser optimistas bastase para todo. Lo que de verdad vale es estudiar con optimismo o solucionar los problemas con una sonrisa, no ocultar ambas carencias la falta de estudio, la falta de soluciones) con una sonrisa.
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