¿Por qué, en este país de presunciones donde se confunde la institución con la persona, al mediocre lo llaman Ilustrísimo o Excelentísimo? ¿Uno se convierte en ilustrado o excelente al alcanzar el cargo, o debiera alcanzarlo sólo el que ya lo era antes? Si un empresario no quiere atender a sus clientes en catalán ¿por qué no lo dejan en paz si es obvio que el mercado lo pondrá en su sitio? ¿O es que lo que temen es que sea el mercado el que les ponga en su sitio a ellos? ¿Por qué quien impone llama fascista a quien no se deja imponer? ¿Es que Nadal no gana suficiente como para comprarse unos calconcillos de su talla? ¿Tanto le aprietan que tiene que dar esos gritos a cada golpe? ¿Por qué el realizador saca siempre un primer plano de su trasero precisamente cuando se da el pellizquito para sacarse los calzoncillos de la raja del culo?
Jauría
Hace 19 horas
3 comentarios:
Te respondo sólo a una porque, si no, me extiendo. El realizador busca más audiencia: la de mujeres y hombres a los que no les gusta el tenis pero que, si hacen zapping, se paran un ratito en el canal (incluso de manera inconsciente).
Es la misma respuesta para mi pregunta ¿Por qué el realizador de la Sexta enfoca en el graderío solo a mujeres cuando retransmiten un partido de fútbol? ¿Y por qué han contratado de comentarista de fútbol a Andrés Montes? Bueno, esa segunda requiere otra respuesta.
Apuesto a que sabes las respuestas a esas preguntas disfrazadas de retóricas.
Un beso.
Por supuesto que las sé. Lo que pasa es que son MIS respuestas y no LAS respuestas. Algunas son obvias y sólo pretenden provocar. Otras no lo son tanto y pretenden invitar a la reflexión.
Venga, a estudiar que te dispersas.
Besos retóricos
Si cada vez que alguien llama fascista a alguien, lo fuera de verdad, en las pasadas elecciones habría ganado Fuerza Nueva o como se llame ahora con 15 millones de votos.
Si los gritos de los tenistas es inversamente proporcional al tamaño de su ropa interior, entonces Sharapova, que pega tremendos gritos, debe llevar... bueno, mejor corramos un tupido velo
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