miércoles, 21 de mayo de 2008

Los travases de (T)aguas

Ayer por la tarde se volvió a certificar en el Congreso, una vez más, la catadura moral de nuestros políticos. De los de un lado y de los de otro, que aquí el más tonto hace relojes.

Después le da la risa a uno cuando les escucha lloriquear y lamentarse de lo injustos que somos los ciudadanos cuando generalizamos al opinar sobre sus comportamientos. Que no digo que no tengan algo de razón, pero es que nos lo ponen muy difícil. Tanto, que no le quedan a uno ganas de empezar a discriminar -éste no, éste sí, éste también-, ni de conceder el beneficio de la duda.

Resulta que IU-ICV ha impulsado una "Interpelación urgente sobre la relación entre la política y los lobbies o grupos de presión", que en su punto primero pretendía que el Congreso reprobara el comportamiento del Gobierno por haber avalado el trasvase, léase captación puntual de tráfico de influencias, del señor Taguas desde un alto cargo gubernamental a la patronal de los constructores. No se trataba tanto de una cuestión jurídica, como de ética y estética. Si lo prefieren, de talante moral. Vamos, un simple gesto para lavar conciencias. Pues ni por ésas. Ahí están todos retratados en el diario de sesiones.

Han votado a favor, además de IU-ICV, PP, ERC, PNV, BNG y UPyD, un diputado del PSOE, al que su decencia, -él dice que fue un error, que pareciera que sólo cuando yerran son decentes-, le impulsó a romper una disciplina de partido -¿para cuando listas abiertas y democracia interna en los ídem?-, que le va a costar un expediente. No sé si nos quedaremos sin saber si será por torpe o por díscolo.

Claro que si analizamos algunos comportamientos anteriores de los que han apoyado la interpelación, aparecen serias dudas sobre si la motivación que les ha llevado a apoyarla es el interés público o el interés partidista. Porque ésta es la misma IU que apoya a quienes no condenan la violencia en el País Vasco o arrebata ayuntamientos a las listas más votadas hurtándole la palabra al pueblo a cambio de poder. Es el mismo PP que consideró ético el paso de Miguel Ángel Rodríguez de la Secretaría de Estado de Comunicación a la presidencia de una empresa de publicidad. Es la misma ERC que negoció con ETA que no se matara en Cataluña. Es el mismo PNV que recoge las nueces mientras hace de la ambigüedad su bandera.

Y esperemos que UPyD se mantenga limpia. Esperemos que su comportamiento hasta el momento sea fruto de la convicción y no de su inocencia infantil. Sobre todo porque ésta última se cura con el tiempo.


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