domingo, 11 de mayo de 2008

Invita la casa. Hoy: nueve joyas en doscientas veinte palabras

Le escribió tantos versos, cuentos, canciones, y hasta novelas, que una noche, al buscar con ardor su cuerpo tibio, no encontró más que una hoja de papel entre las sábanas. (Mónica Lavín)

Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son. (Julio Cortázar)

¡Despiértese que es tarde!, me grita desde la puerta un hombre extraño. ¡Despiértese usted, que buena falta le hace!, le contesto yo. Pero el muy obstinado me sigue soñando. (Ana María Shua)

Tras una discusión, coloqué a mi mujer sobre la mesa, la planché y me la vestí. No me sorprendió que resultara muy parecida a un hábito. (Miguel Gómez)

Los senos de aquella mujer, que sobrepasaban pródigamente a los de una Jane Mansfield, le hacían pensar en la pobreza de tener únicamente dos manos. (Edmundo Valadés)

-¿Por qué vas a matarme? ¿No sabes acaso que soy el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo?
-Precisamente por eso. (Jaime Valdivieso)

Los niños entraron a la casa y destrozaron las jaulas. La mujer encontró los cuerpos muertos y enloqueció. Los pájaros no regresaron. (Triunfo Arciniegas)

Soñé que un niño me comía. Desperté sobresaltado. Mi madre me estaba lamiendo. El rabo todavía me tembló durante un rato. (Luis Mateo Díez)

Mientras subía y subía, el globo lloraba al ver que se le escapaba el niño. (Miguel Saiz Álvarez)


1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buenos todos, Tato: tu menú de hoy es inmejorable. Eso sí, con lo de tener más de dos manos no estoy de acuerdo: necesitamos tantas como tetas tenga la mujer (siempre que digo esto me acuerdo de la película "Desafío total"). Yo sólo he echado de menos tene más de dos en los trios...