El gnomo que habitaba feliz desde hacía dos lustros bajo la tecla de la letra "Ñ", no se percató hasta que fue demasiado tarde, de que Jean-François Revel, propietario del ordenador, había comenzado un curso de español.
La bóveda de la Catedral de Jaca
Hace 19 horas
2 comentarios:
Eso le pasa por ser un gnomo moderno. Si hubiera vivido debajo de una seta roja con motas blancas no le habría pasado nada.
Me ha encantado. Me he llevado dos días parado y hoy me encuentro una gran producción. Estás en racha creativa.
Un abrazo.
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