Ayer, mientras cruzaba en taxi la capital de una magnífica isla en una noche espléndida, iba como siempre, pensando en mis cosas y sin echar mucha cuenta ni al trayecto, ni al taxista.
Cuando estábamos llegando al hotel, con el dulce acento de esa tierra que no pierde musicalidad ni cuando el instrumento es una ruda voz masculina, el buen hombre volvió la cabeza y me dijo algo que no entendí bien. ¿Perdone?, le dije. Que seguro que es usted un hombre con suerte, me contestó alegre. Me quedé descolocado y, mientras pensaba que en efecto soy un hombre con suerte, algo en mi cara debió indicarle que no sabía muy bien a qué venía eso. ¿No se ha dado cuenta?, inquirió con una sonrisa. Hemos atravesado la ciudad con todos los semáforos en verde y es la primera vez que me ocurre, aclaró por fin.
Sonreí y le contesté que me alegraba de que opinara eso. Había comprado esa misma mañana cuatro décimos de lotería para el sorteo de Navidad. Y acabados en trece. Antes de despedirnos me deseó suerte. ¿Más aún?, pensé. Le di una buena propina. Él no lo sabe, pero tengo apuntado su número de licencia. Si cae el gordo, a lo mejor se lleva una sorpresa.
En el avión de vuelta, subido a ese duermevela que braceando bordea la realidad para no caerse al precipicio de la fantasía, se me apareció un cuento. O lo soñé, porque cuando bajé de las nubes, de las reales y de las otras, se me había olvidado por completo. Y les aseguro que era espectacular.
5 comentarios:
Pues haz memoria querido que ya hemos visto que se te dan bastante bien.
Buena suerte con la loteria.
Saludos
...pues acabo de leerlo.
En una ocasión dijiste que no eras capaz de contar en una entrada las cosas que te ocurrían. Acabas de hacerlo, de transmitir tus sensaciones para que los demás las vivamos... y además, como diría el querido Paco Gandía, es verídico.
Me ha gustado mucho. Gracias.
Un fuerte abrazo querido Tato.
No te regaré el oido.
Espero que esa suerte te acompañe.
Pero... ¡¡¡me encanta como cuentas las cosas!!!
Alguna vez he atravesado la capital de una isla (quizá la misma, no sé) con todos los semáforos en verde. Pero no llevaba lotería en el bolsillo.
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