martes, 25 de agosto de 2009

Vencer o convencer, fascismo o libertad

Si uno fuera un nacionalista inteligente, disculpen el oxímoron, intentaría convencer para vencer, como diría Gasset. Llevan años afirmando que en Cataluña no hay ningún problema lingüístico, que no hay imposiciones, que el castellano no está proscrito, que hay libertad de elección, que esto de las lenguas se vive con absoluta normalidad en las calles y que son los políticos nacionalistas españoles los únicos que ven problemas donde no los hay.

Y ahora va el bueno de Bernat Joan, de ERC y secretario general de la cosa lingüística, y se cisca en todo eso diciendo que si el TC declara inconstitucional el artículo del Estatuto que establece la obligatoriedad del catalán, ignorarán esa sentencia. Y añadiendo que sería un error judicializar la política lingüística -esto lo dicen quienes la han judicializado legislando para imponer el catalán en todos los ámbitos e impidiendo a los ciudadanos la libre elección del castellano como lengua vehicular en la enseñanza-, y que una sentencia en ese sentido "podría crear un alud de gente que exigiera en los tribunales educación en castellano para sus hijos" -¿un alud? ¿pero no eran tres iluminados con afán de protagonismo los que reclamaban las enseñanza en castellano para sus hijos?-, y que el gobierno estatal no ha valorado lo suficiente las consecuencias que tendría un colapso de la política lingüistica en Cataluña -¿habrá confundido gobierno estatal con TC? ¿por qué será?-, y remata asegurando que el TC es una anomalía judicial que no debería existir. Aunque he de reconocer que si a esta última frase añadiera un "tal y como está configurado en la actualidad", me apuntaría. En resumen, que el catalán hay que imponerlo a ese alud de ciudadanos que, en uso de su libertad, no quieren hablarlo o aprenderlo: vencer para convencer.

Pues nada, otro que escupe al cielo y se queda para comprobar la ley de la gravedad.


19 comentarios:

X dijo...

El problema de los nacionalistas catalanes es que se creen que los únicos que hay en Catalunya son ellos, que toda la política que se hace en contra de su independencia se hace desde Madrid. Se creen, realmente lo creen, que no los comprenden porque no están ahí. Y se creen, por tanto, que pueden contar trolas y van a colar porque en Catalunya solo están ellos.

Aunque hace tiempo que no voy, he ido mucho a Barcelona. Tengo amigos catalanes, veo en televisión a catalanoparlantes hablando en castellano y he constatado, y para esto me basto y me sobro y no necesito que me lo diga un independentista ni ningún estamento central, que claro que hay un problema lingüístico. Pero este no es -o no solo es- que no se permita a muchos chavales recibir educación en castellano (que es cierto). El problema es que muchos catalanes no hablan bien castellano. Y esto, como suele decirse, es así. Y no lo hablan bien porque no lo han aprendido bien.

Ellos creen, y con el uso continuo de este verbo no me estoy metiendo en sus mentes, estoy reproduciendo lo que unos u otros han dicho en público, que la enseñanza exclusiva en catalán es pertinente porque el castellano lo van a acabar hablando de todas formas. El problema es que no es así, que eso ya es falso, y que si se enseña poco y mal -y así es, se han llegado a las dos horas semanales- al final no se va a hablar bien.

X dijo...

Conclusión (si es que no es obvia): que no, coño, que ni siquiera sabéis hablar bien, ¿cómo no va a haber un problema?

Capitán dijo...

Ya sabes Tato, primero se crea una ciudadanía incapaz de ser convencida porque no sabe qué significa nada de lo que la tienen que convencer, y después se le impone porque tampoco saben cómo vivir sin imposiciones.

Menos mal que por aquí nos queda el Arenas, y sin imposiciones.

Er Tato dijo...

En efecto, X, ¿cómo se va a hablar y escribir bien el castellano en Cataluña con 2 horas semanales si ya se habla y se escribe mal en el resto del país con todas las horas semanales? En cualquier caso, para mí ése sería un problema que, con ser importante, no es el principal en este asunto. La gravedad radica en que es un problema de libertad individual. Cuando el Estado, en cualquiera de sus niveles, decide por ti sobre algo tan personalísimo como el idioma en el que debes expresarte, escribir, o incluso callar o pensar, no estamos muy lejos del totalitarismo.

Pero alguna responsabilidad tendrá la ciudadanía ¿no, mi Capitán? Venga, que ahí llevas ese Arenas, aunque con estas calores...

Un par o dos de abrazos

Juanma dijo...

Querido Tato, corto y pego mi columna radiofónica semanal del día 12 de noviembre de 2008:

"Dear Cristóbal, dears friends:
My english is very bad. Tan bad, tan bad que mejor me expreso en español. El uso del idioma, querido Cristóbal, queridos amigos, sólo debe contemplar una finalidad bien sencilla: que dos o más personas, mediante el manejo de un código lingüístico común, se puedan entender. Todo lo que salga de ahí no es más que política pendenciera o intereses que se arrastran como un reptil venenoso.
Tengo un amigo que, como su nombre propio indica, no puede ser más catalán: Josep María Güell i Enrich. Pues bien, yo he visto cómo este amigo, mi catalán favorito, ha llamado a Barcelona a las dos de la madrugada, despertando y asustando a su hermana dormidísima, porque no podía esperar a contarle la emoción que sentía viendo a San Gonzalo por las calles de Triana. Un tiempo después, mi amigo Güell recibió la visita de un colega de su tierra y tuvo problemas en un bar porque, estando los dos solos, tomando tranquilos una cerveza, hablaban en catalán, lo que fue considerado una falta de respeto por algunos incultos que estaban allí. El idioma, la lengua en la que cada uno se expresa, no puede ser, no debe ser, un motivo de enfrentamiento entre gente que comparte el mismo suelo o suelos distintos. Dejemos en paz a los idiomas. Más nos vale poner empeño en usar de manera correcta aquel o aquellos que sean los nuestros y los que aprendamos en adopción.
A partir de ahí, sólo debe imperar la sensatez. Si mi amigo Güell habla catalán y castellano y yo sólo castellano, los dos sabemos en qué idioma nos entenderemos. Tú que has vivido allí, querido Cristóbal, sabes bien que, por lo general, no hay en las calles catalanas ese problema con el idioma que los políticos tuneadores y tunantes se empeñan en introducir en los colegios y en los telediarios. Se atrincheran en una batalla con los idiomas, pero sólo lo hacen porque no encuentran forma mejor de intentar ocultar su personalidad tan sandia.
En fin, que como no queda resultón decir POINT OF SUTURA y sólo parlo catalá una miqueta, mejor me sigo dejando mecer por el vaivén de este castellano tan correctísimo que me caracteriza. ¿O acaso no me sa entendío tó?"

Er Tato dijo...

Pues eso, querido Juanma, lo que yo decía... ;-)

¡Cómo me gusta encontrarme palabras nuevas y buscarlas en el diccionario! Es como abrir un regalo sospresa cada vez. Sandia: necia, simple. Uno ama tanto el idioma, cualquier idioma, y las palabras, que su imposición, en uno u otro sentido, es una de las cosas que más me indigna.

Un fuerte abrazo

Juanma dijo...

Dicho lo cual, te cuen:
Yo trabajo en la gestión de un teléfono de información de una empresa nacional. Hace unos días nos llegó una reclamación, a un teleoperador que había cometido un error, que venía del País Vasco. Todo estaba escrito en euskera y español. ¿Por qué? ¿Acaso no es un gasto evitable? ¿Escribir en una papelito oficial, de una empresa española, sólo en español es discriminar al idioma autonómico? Yo creo que no tiene nada que ver una cosa con la otra. ¿Cuidar y fomentar la lengua de la región? Hombre, por supuesto, faltaría más. Hay que cuidar todo lo que tenga que ver con la lengua (el lenguaje). ¿Pero acaso el castellano no es la lengua más rica de cuántas existen, al menos en occidente? ¿Por qué coño usan la lengua como reivindicación nacionalista?
No entiendo ningún nacionalismo. No entiendo el orgullo de pertenencia a un país. Yo estoy muy contento con ser sevillano, andaluz y español. Si me hubieran dado a elegir, seguramente habría optado por las tres circunstancias. Porque son eso: circunstancias. ¿Orgullo por petenecer, haber nacido, a un país que pudiera haber sido otro por un millón de causas, o sólo por una? Yo sólo entiendo el orgullo que nace a la hora de conseguir lo que uno se propone y lucha por ello. Y, aún así, dudo siempre del orgullo. Y del orgulloso.

Ea, un abrazo.

Juanma dijo...

Sandia. Y basta un acento para degustar una sandía...qué gozada esto del lenguaje.

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

En el castigo llevan la penitencia.
No es un problema de los ciudadanos, es un problema de los políticos tan incultos que tenemos.
Yo trabajo con muchos catalanes y nunca he tenido problemas de comunicación con ninguno, tampoco ni con gallegos ni con asturianos ni con vascos y además, tampoco los pienso tener a partir de ahora.
Decía lo de penitencia porque se pierden por ejemplo la belleza de la palabra oxímoron.
Pome una copita de seco Tato, que voy a la tienda de la esquina pa comprarme unas tortas de aceite que entoavía no he desayunao.
Un abrazo.

Capitán dijo...

Tato, la ciudadanía tiene toda la responsabilidad, es más, tenemos lo que nos merecemos. Y nos merecems no ser capaces de pensar, nos lo hemos ganado a pulso.

Un abrazo

mangeles dijo...

Yo creo, que en algunas Comunidades Autónomas existen dos idiomas oficiales, y deben ser ambos los que coexistan de forma equilibrada. Eso es díficil, pero no imposible.

Yo estuve hace un par de años en Barcelona. No tuve ningún problema. Todo el mundo nos habló en castellano. Y nuestros amigos, en el "furor de la conversación" se iban al catalán, protestábamos, y decian: perdón, perdón, y volvían a hablar en castellano.

El problema es el uso que el "nacionalismo" hace de los idiomas. En la Comunidad Valenciana, en la Gallega, o en Mallorca por ejemplo...el problema es igual. Recuerdo un año veraneando en Altea (Alicante), un mallorquín fué incapaz de explicarnos que era una comida que tenía de menú del día....verdura decía...."PISTO, PISTO, PISTO"...y el colega no supo decirnoslo en castellano.

Pero nadie protesta porque los gallegos, o los mallorquines, o los alicantinos no sepan castellano...porque no hay peligro de que pidan la independencia.


Tenemos que tener mucho cuidado en no olvidar que el catalán o el euskera son lenguas cooficiales en sus autonomías y deben ser bilingues y eso deben conseguir.

Un beso, Tato.

Y ponme un tinto de verano, que estoy agobia de caló por los madriles.

mangeles dijo...

Por cierto, los andaluces y madrileños bilingues en castellano e inglés, jejejjee.

Pd.: Me ríe a muerte, en Almuñecar una Semana Santa, que mi hermano el mayor y yo, ligamos con unos alemanes, y el alemán me decia, despues de ver la Pasión Viviente..."Es que yo al Judas no le entendí"...Y yo le decía, no te preocupes colega, al Judas no le entienden ni en su pueblo....(Un andaluz cerrado de las Alpujarras, que ni te cuento...Tato).

mangeles dijo...

Se me ha olvidado decir, que el grupo de alemanes, venían de la Embajada de Alemania en Madrid, y estaban aprendiendo castellano en Almuñecar...¡¡¡¡¡

Y a la hija de la chica que viene a limpiar a mi casa, que es rusa, le manda LA CERVANTES, a estudiar castellano a Barcelona.¡¡¡¡


La vida....

Más besos.

mangeles dijo...

Pero dicho muy seriamente, lo que a mí realmente me preocupa es la imposibilidad de entenderse con los demás por teléfono (también en persona), en el mismísimo castellano.

Yo cogo una llamada: Despacho Jurídico, digamé.

-Mire, que soy yo, que estuve allí hace una semana, y quiero hablar con el abogado.

-Bien, es que hay 5 abogados, me puede decir con cual de ellos quiere Vd. hablar.

-Pues es que no lo sé muy bien, uno joven, con perilla....con...

-Bien, bien, el Sr. García.

-Ese, ese...con ese...

-Le pongo. Me puede decir su nombre...

- Paco.

-Perdón, D. Francisco que más?

- Paco, el de la Marimar, la cuñada de su primo Julio, el del pueblo...

- Ya...y apellido...

- No se preocupe...digale que Paco,...el me conoce...

- Vale...

- Jorge, te paso a Paco.

-¿Quién es Paco?

- El amante de tú mujer. Te paso.

Er Tato dijo...

Amigo Rafael, a los políticos los elegimos y los sufrimos los ciudadanos, así que eso de que no es un problema de los ciudadanos... Imagino que a estas horas ya habrás desayunado, así que te pongo mejor una cervecita bien fría con unos chochitos fresquitos.

A lo mejor tenemos lo que se merecen unos pocos, mi Capitán.

¡Coño, Mangeles, hoy te doy el premio a la comentarista más prolífica! Por resumir. A mí me da igual que pidan la independencia, o que tengas dos idiomas oficiales, pero lo que no me da igual es que no se respete la libertad de elección del ciudadano, ni las imposiciones a los individuos sobre cuestiones personales, como el idioma en el que quiera recibir la enseñanza, o en el que quiera rotular su empresa o en el que quiera hablar. Que sean lenguas cooficiales quiere decir eso mismo, que ninguna debería estr por encima de la otra.

Besos y abrazos

Karol_a dijo...

Estoy bde acuerdo contigo tato y con el señor X Escritor, flipao y poeta. No necesariamente en ese orden.:)
Además de que es evidente y tengo a mis primos en edad de estudiar en Barcelona, que le pregunten a ellos, no dicen cosa distinta a que lo que es y decís, pues no, no convencen.
Un placer leerte Tato, como siempre.
Un besote.

Karol_a dijo...

Ah se me pasaba, imperdonable...
Juanma tú si que sabes, estoy muy de acuerdo con tu clarísimo comentario.
:)

canalsu dijo...

¿tan difícil es entender que tenemos que el mismo derecho que reclaman para sí?

Juan Carlos Garrido dijo...

Entre progres y taifistas, rápido se tacha de fascista a toda aquel que comulgue por completo con sus ideas (por lo común, como piedas de molino).

Saludos.