miércoles, 14 de enero de 2009

Vigilancia negativa y unas letritas de nada

Que alguna agencia de calificación crediticia, de ésas que dicen cuán fiable es el prestatario al que confiamos nuestros dineros, nos ponga bajo vigilancia negativa -¡qué fantástico eufemismo!-, y amenace con cambiarnos unas letritas de nada es lo de menos, porque su credibilidad, visto lo visto, está bajo mínimos. Ahora bien, ése es el consuelo de los imbéciles porque, desgraciadamente, en este caso no se equivocan. Y a la realidad, que es tozuda como ella misma, me remito.

Como al Estado le hace falta pasta por un tubo, no le queda más remedio que pedirla emitiendo instrumentos financieros para que los que tengan dinero se los compren a cambio de una rentabilidad determinada. Y como los que tienen dinero andan un poco escarmentados con tanto listillo, están mirando a los Estados para colocarlo. Y mirando, mirando, llegan a la conclusión de que deben pedir más rentabilidad a aquellos Estados que previsiblemente tengan más problemas o sean menos sólidos económicamente.

¡Et voilà! En la emisión de bonos de ayer, el ICO tuvo que ofrecer un 1,3% más de rentabilidad que la ofrecida por el bono alemán para que los inversores los compraran. La cuestión no es baladí. Si el Estado español pidiera prestado 100.000 millones de euros en 2009, el sobrecoste que pagaría, que pagaríamos, a pesar de que nuestra economía sea la mejor preparada para afrontar la crisis, Zapatero dixit, ascendería a unos ¡1.300 millones de euros! ¡Más de 200.000 millones de pesetas! Y la culpa será, una vez más, de la crisis financiera internacional.


6 comentarios:

José Miguel Ridao dijo...

Desde luego es para mosquearse. La ecuación es sencilla: a más rentabilidad, más riesgo; vulgo "nadie da duros a pesetas". Si el precio de la emisión del ICO ha sido del 3,5% y el bono alemán da 1,3 puntos más de rentabilidad, si no me equivoco los bonos españoles rentan un 27% menos que los alemanes, ergo el mercado, que es sabio, dice que el Estado español tiene un 27% más de riesgo que el alemán, y en Alemania no están para tirar cohetes.
Ya sé que estas cuentas están hechas de aquella manera,pero es para mosquearse.

Juan Antonio González Romano dijo...

Nada, Tato, se trata de un decrecimiento positivo del margen crediticio financiero no volátil, cuya repercusión será no positiva. Los eufemismos todo lo disfrazan a corto plazo. Y a largo plazo, el que venga detrás que arree.

Er Tato dijo...

Bueno amigo José Miguel, la parte matemática de tu razonamiento no es correcta, aunque el fondo sí lo sea.

La emisión del ICO se ha colocado al 3,5%, que supone 130 puntos básicos (1,3%) sobre el bono alemán al mismo plazo. En definitiva, que para un inversor es financieramente equivalente comprar bonos españoles al 3,5% o comprar bonos alemanes al 2,2%. Traducido a prima de riesgo, que un inversor considera que España, el Estado español, tiene un 60% (3,5/2,2) más de riesgo que el alemán y por eso exige más rentabilidad para soltar las perras.

Por cierto, no te recuerdo por aquí, así que bienvenido a la taberna y, fiel a la costumbre, a la primera invita la casa.

O de un crecimiento negativo, querido profe. Total, lo mismo da, que da lo mismo.

Saludos

Juan Carlos Garrido dijo...

Es que los banqueros, contumaces, se empeñan en mirar con mal ojo a los que gastan lo que no tienen (o sea, el "nuevo rico" estado español).

Podemos ofuscarnos en ignorar la realidad, pero ella nunca nos corresponde.

Saludos.

José Miguel Ridao dijo...

Hola, Tato. Gracias por la invitación.

Es verdad que erré en lo cálculos: los bonos españoles tienen un 59% más de riesgo que los alemanes (discrepamos en un puntito, así no estamos de acuerdo en todo y hacemos honor a tu blog), y los alemanes un 37% menos que los españoles. Hasta en esto la Economía tiene connotaciones mágicas algo sospechosas: ¿a dónde ha ido a parar ese 22% de diferencia? Como es riesgo, seguro que Zapatero lo convierte en un paquete anticrisis subprime, le pone un lazo y nos lo endiña.

Anónimo dijo...

Ya se apunta a que este año el déficit del Estado puede superar el 6%. Eso sí que es un incremento negativo en toda regla...