Una verdadera delicia para los sentidos, pensó mientras sus ojos enamorados prendían la luz modelada por aquel cuerpo desnudo. Lo recorrió con la mirada en una lenta declinación, saboreando su perfección sobre aquel lienzo de luna. La frente, con las arrugas justas, tres, centradas en riguroso prorrateo entre aladares. Las cejas, pobladas pero sin alboroto. Los ojos, de un gris menesteroso que convocaban en aquelarre a la pasión. El torso, poderoso pero sensato. Las caderas... Dio un respingo inesperado y palideció. Unas repulsivas manchas oscuras sobre la piel le alteraron el pulso y a punto estuvo de caer. Cuando se acercó al espejo y comprobó que tan sólo eran lamparones de chocolate reseco de una noche loca, Narciso respiró aliviado entre hipidos nerviosos.
Bemoles
Hace 21 horas
13 comentarios:
Yo habría cambiado el espejo por el agua de un lago, porque me gusta la fidelidad en el mito. Pero vamos, es una minucia, porque el relato está muy bien.
Qué bien tener tiempo para mirarse-admirarse a uno mism@. Tal y como vamos viviendo ahora, sin tiempo para recrearnos en nada, cualquier día vemos proyectado en el espejo a un extrañ@. (bonito reto....no te digo más..jejeje). Besos, Pilar
Eso de las tres arrugas me ha llegado dentro, para las que ya somos arrugosas.
La historia es fascinante, esos ojos grises llenos de pasión es una maravilla.
¡¡¡ay...!!!
Pero claro, se llamaba Narciso...
¿Y si después me persigue la SGAE por plagio? Quita, quita, profe.
Bueno Pilar, yo casi estoy en esa fase. Cuando me levanto por las mañanas y veo a ese tío con la barba blanca reflejado en el espejo, siempre pego un respingo.
Ya sabes, querida Dama, que la arruga es bella. Además, a mí me gustan maduritas. Y por Narciso no te preocupes, que él es feliz limpiando las manchas de chocolate y amándose a sí mismo. Mejor. Menos competencia. ;-)
Besos y abrazos
Lo de "lienzo de luna" y "torso, poderoso pero sensanto" me ha dejado tocado. Gran relato.
Un abrazo.
Gracias Juanma. Es importante para los que intentamos escribir saber que lo que escribimos no deja indiferente. La indiferencia, que no el aplauso o el rechazo, es el fracaso el creador.
Un abrazo
"Lienzo de luna" para definir el espejo es una metáfora maravillosa.
Pues desde luego que no dejas indiferente. Me ha gustado mucho.
Y cuidado con la SGAE, uno nunca sabe quien está detrás...
¡Ay si los espejos hablaran!
Muchas gracias, Parsimonia y Maese.
Pues anda que si los espejos, con su cruel sinceridad, hablaran, cualquiera los aguantaba, Jesús.
Besos y abrazos
Tato, no sabía que escribieses biografías, esta entrada es la mía clavadita.
Un abrazo
Siempre me he preguntado qué coño estuviste haciendo con el chocolate en esa noche loca, mi Capitán. ;-)
Un abrazo
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