jueves, 22 de enero de 2009

Elogio del error, consuelo del herrado

En la comparecencia de ayer de nuestro querido Chaves en el Parlamento andaluz hubo muchas perlas, pero para no aburrir, me quedo con dos.

"Así hemos de reconocerlo (que nadie fue capaz de prever la crisis) y asumir cada cual la cuota de responsabilidad correspondiente. Hablo de errores, no de engaños. Y si alguien quiere hablar de engaño, debe señalar que el primero que engañó fue él, pues sabiendo lo que se avecinaba no dijo nada."

Sin entrar en la polémica de si hubo o no gente que previó esta crisis, afirma sin rubor alguno que cada cual debe asumir la cuota de responsabilidad que le corresponda. Y uno se pregunta ¿qué cuota de responsabilidad ha asumido este gobierno y con qué consecuencias? No recuerdo ninguna dimisión, pero no me importaría que alguien me refrescara la memoria.

Por otro lado, que sea más rentable electoralmente reconocer el error que el engaño no deja de tener su aquél. ¿Es preferible un gobernante inepto o uno mentiroso? Nuestros políticos parecen haber respondido ya a esa pregunta. Por otro lado, que hubo voces claras y fuertes que más o menos anunciaban lo que se avecinaba, dentro y fuera de nuestro país, es evidente. Que nuestros gobernantes no las creyeron, también. Pero es importante subrayar que nunca contemplaron la posibilidad de estar equivocados; que su soberbia les llevó a llamarlos antiopatriotas; que si hubieran contemplado esa posibilidad podrían haber puesto en marcha medidas que en cualquier caso, errados o no, hubieran sido saludables para nuestra economía. Por tanto, no sólo se trató de un error de previsión, sino de un error de soberbia, de no admitir la posibilidad del error. ¿Y es mejor eso que ser un mentiroso? Al menos para mentir es preciso conocer la verdad.

"¿Es Andalucía, desde esta perspectiva, la Comunidad Autónoma más golpeada por la crisis? Sencillamente, no. El incremento del paro registrado en nuestra Comunidad es inferior a la media nacional, y también inferior a las Comunidades del arco mediterráneo, con las que compartimos similitudes económicas. Evidentemente esto no es ningún consuelo, aunque sí pone de manifiesto la capacidad diferencial de respuesta de nuestra economía, su flexibilidad, y el efecto de las medidas adoptadas."

¿Error o engaño? Según el INE, la tasa de paro en España a finales de 2006 era del 8,3% y la andaluza del 12,22%. La existente en el tercer trimestre de 2008, últimos datos disponibles de la EPA, eran del 11,33% y el 18,33% respectivamente. Un incremento del 36,5% en el primer caso y del 50% en el segundo. Salvo que cincuenta sea inferior a treinta y seis, es harto difícil que nuestro incremento de paro sea inferior a la media nacional.

¿Error o engaño? Si se concluye que esa evolución comparativa pone de manifiesto la capacidad diferencial de nuestra economía, su flexibilidad y el efecto de las medidas adoptadas cuando aquélla, erróneamente, se consideraba positiva ¿también es válida la reflexión una vez demostrada que dicha evolución es negativa?

Hay muchas más perlas en su discurso. Si lo leen con un poco de espíritu crítico, no tiene desperdicio.


9 comentarios:

Anónimo dijo...

Se trata de decrecimientos positivos, o de incrementos diferencialmente negativos acelerados por la aptitud decreciente del Gobierno autonómico, o algo así, seguro.

Manupé dijo...

"Como tenemos la humildad suficiente para reconocer que no gozamos del monopo- lio de las buenas ideas, deben saber que analizamos las medidas que en otras latitudes se adoptan, así como las que plantean otros grupos políticos, por si arrojan alguna luz que pueda ayudar".

Le faltó decir: que va a ser que no plantean ninguna mejor, pero por si acaso, aquí está el tio recibiendo a puerta gayola.

A más ver.

Er Tato dijo...

Creo que lo tuyo es la poesía y la mujeres, Octavio, pero se agradece el intento... ;-)

Hombre, Manupé, gracias por aportar otra perla. ;-P

Saludos

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

... si es que tenemos lo que nos merecemos...

cibeles dijo...

Me debe de estar flaqueando la memoria pero yo juraria que en otros labios y hace algunos meses ya oi algo parecido a "la capacidad diferencial de nuestra economía", debe de ser la edad. Saludos.

canalsu dijo...

Es cierto que Andalucía es la menos golpeada por el paro. Ya no quedaba gente a las que golpear.

Antonio Azuaga dijo...

En primer lugar, el título es muy bueno, no por retórica sino por semántica. Luego… ¡qué quieres que te diga! La “decencia” moral reclama igual respuesta al error que al engaño. Al primero, por su negligencia o por su incompetente quehacer; al segundo, por su perversa intencionalidad. Pero el político es un torpe manoseador del lenguaje: se conduce sólo por connotaciones tópicas. Y aquí, errar presume perdón y comprensión porque todos erramos…

La “corte” política española –toda, absolutamente toda– últimamente me produce malestar gástrico. Y quiero dormir sin ardor de estómago. Me callo pues.

Un abrazo

Juan Carlos Garrido dijo...

Yo siempre preferiría a un mentiroso; lo malo es cuando no se puede escoger (porque se dan los dos supuestos),

Saludos.

Er Tato dijo...

O quizás nos merecemos lo que tenemos, que parece lo mismo pero no es igual, Mª Ángeles. Por cierto, no recuerdo haberte visto por aquí nunca, así que bienvenida y, como es tradición, a la primera invita la casa. Tomo nota de tus blogs -¡qué hacendosa, chiquilla!-, para pasearme por ellos en cuanto tenga un hueco.

En otros labios y en el mismo sentido, querida Cibeles. O mejor dicho, en el mismo sinsentido.

Amigo Canalsu, sí quedaba, sí. Ya conocerás los datos del último trimestre de la EPA -al escribir la entrada aún no estaban-, ¡un 21,78% en nuestra querida tierra! Y todavía andan diciendo algunos miembros del desgobierno que para el 2013 habrá pleno empleo. Ya no le quedan a uno ni ganas de reír.

Ya sabes Antonio que quien a yerro mata a yerro muere. O al menos debería.

Pues yo preferiría no tener que elegir, pero si fuera obligatorio, estoy de acuerdo contigo, Juan Carlos. Prefiero un mentiroso porque siempre estará en mi mano compensar su pecado con mi desconfianza.

Besos y abrazos