martes, 8 de julio de 2008

Por alusiones

Era la cuarta colilla en apenas media hora. Tras la última calada, la aplastó con su mugriento pie desnudo cuando ya el filtro amenazaba con desaparecer engullido por entre los huecos de sus dos únicos dientes. No sintió nada. Ni siquiera algún dolor que le recordara que aún estaba viva. Otra noche sin morir. Otro sinvivir que amanecía.

¡Coooorteeeeen!¡Fantástica la escena!, gritó el director. !A ver, que le maquillen otra vez los pies para un primer plano! ¡Y la mugre de la cara! ¡Esos dientes, los quiero más amarillos y sucios! ¡Las ojeras y las costras en la piel, repasadlas! ¡El pelo más pringoso y las uñas con más roña! ¡Que el espectador sea capaz de palpar ese olor nauseabundo! ¡De oler el asco! ¡Repetimos toma en cinco minutos!, siguió gritando.

Encendió la última colilla mientras observaba la escena desde el otro lado de la calle, acurrucada entre los cartones sucios de su hogar errabundo. Un angosto sendero de límpida piel se perfiló mejilla abajo, surcando profundos valles hasta perderse en el horizonte, allá donde la comisura de sus labios confundía cielo y tierra. Como si quisiera beberse la amarga negrura que arrastraba esa última lágrima delatora. Verse reflejada en el espejo de aquellos gritos que hablaban de ella sin saberlo, le hizo añorar otros tiempos. Por primera vez entendió que debía hacer algo. Empezar de nuevo. Buscar trabajo. Y comenzaría por hablar con aquel director que esperaba, inquieto, con su taza de café humeante en la mano, a que terminaran de falsificar a la protagonista. Como si una ficción de la realidad pudiera mejorar el original.


5 comentarios:

pilar dijo...

Me encantan tus relatos. He estado sin ordenador y me he perdido estos últimos pero ya que los he leido, te felicito de nuevo.Besos, Pilar

Anónimo dijo...

Tato, hay ficciones que, a veces (sólo a veces) mejoran el original. o cual no quita para que tu relato esté, de nuevo, muy conseguido.

Anónimo dijo...

No tengo tiempo para escribir sobre tus últimos relatos, porque me voy a la pequeña Odisea de mi prueba oral, o como dice Aa que debo decir para evitar ambigüedades, "verbal".
En conclusión: me gusta cómo escribes y me gustan tus relatos pequeños o grandes.
El de la llave multiforme y el de la santa mística, no me han gustado más que este, ni menos.
Un abrazo, y no me tengas rencor por ser pirata, otros tienen peores cualidades.
Un beso.

el aguaó dijo...

Sencillamente magnífico. Sobrecogedor e intimist. Sorprendente y espectacular.

A veces la propia realidad supera a la ficción.

Un fuerte abrazo querido Tato.

Er Tato dijo...

Muchas gracias, Pilar. Y a mí me encanta que te encanten, así que ya estamos los dos encantados. Y no, no me olvido de que te debo uno.

Amigo Octavio, nada hay más idéntico, más exacto, más auténtico que el original. La ficción, si aspira a imitar, siempre será peor. Y si aspira a mejorarlo o empeorarlo -en definitiva, a cambiarlo-, no es comparable a un original al que no pretende parecerse. Y si no, prueba a darle un chupetón a ese jamón que usas por bandera.

Que tengas mucha suerte, querida Soboro. Y gracias por los halagos. Lo que no he terminado de entender es ese "...y no me tengas rencor por ser pirata".

Y tú, aguaó, tan adulador como siempre.

Besos, muchos besos para todos, recién sacados del frigorífico (lo siento Octavio, se me han derretido los abrazos con tanto calor)