¿Por qué tanto engaño? ¿Por qué esa escenificación de falsa unidad? Digan la verdad. Que sólo están de acuerdo en que el asesinato, cualquier asesinato, es una salvajada más propia de alimañas que de seres humanos.
En todo lo demás se limitan a hacer teatro. A decir que hay unidad frente al terrorismo, mientras IU sigue apoyando terroristas en ayuntamientos. Mientras ERC afirma que le gustaría que se contemplara un final negociado con ETA. Mientras el PSOE intenta incluir uno de sus eslóganes electorales en el comunicado. Mientras el PP recrimina que no se incluya la propuesta de derogación de la autorización parlamentaria para negociar con los terroristas.
¿Unidad? No seamos ingenuos. No se ponen de acuerdo en la manera de acabar con el terrorismo ni con muertos encima de la mesa. Unos pretenden, tremendo error a mi juicio, mantener abierta permanentemente la posibilidad del diálogo y la negociación. Otros pretenden cerrar esa vía a cal y canto. Palabras y más palabras. El Estado de Derecho y la democracia ya han derrotado al terrorismo, gritan algunos con impostada dignidad mientras lanzan a los asesinos el mensaje de que cuando decidan dejar de matar serán bienvenidos al diálogo y la negociación; que en ese momento no importará cuántos muertos más hayan sumado a sus macabros argumentos. Señalan con el dedo acusador a quienes mantenemos con firmeza el discurso de la derrota, con vencedores y vencidos, como único camino. No, ahora no es el momento de hacer bandera de propuestas partidistas, dicen con una mirada de desprecio. ¿Propuestas partidistas? ¿Acaso no lo es el empeño de mantener abierta la vía del diálogo? ¿Acaso un demócrata asesinado y una familia destrozada no es el mejor momento para ser firmes hasta la exageración?
¿Evitar el uso electoral de un asesinato? ¿Cómo evitar lo que ya ha sucedido? El terrorismo ha irrumpido de nuevo en unas elecciones. Ya hemos sido todos influidos. Aunque no queramos, aunque nos neguemos. Cualquier gesto, cualquier pensamiento, cualquier decisión que tomemos el día de las elecciones ya ha sido contaminada. Quienes pensaban abstenerse y ahora irán a votar. Quienes pensaban votar por unos y ahora votarán por otros. Quienes iban a votar por inercia y ahora lo harán con convicción. Quienes iban a votar con la cabeza y ahora votarán con las tripas.
A veces a uno le queda la sensación de que nuestra clase política está enferma y contagia a pasos agigantados su enfermedad a los ciudadanos.
2 comentarios:
Como siempre lo bordas,cada uno,me refiero a los partidos y a los periodistas que los representan, arriman el ascua a su sardina.En lo unico que estan de acuerdo todos es en que hay que ir a votar,logico,si no se les acaba el chollo y los politicos dejarian de tener grandes sueldos y grandes ventajas.Soy de la opinión de LISTAS ABIERTAS,URNAS CERRADAS pero siempre he votado en blanco,ahora en esta jornada de reflexión me lo estoy pensando.Saludos
No puedo estar más de acuerdo, Tato.
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