viernes, 28 de marzo de 2008

Cambiar para que todo siga igual

Algunas cuestiones previas sobre mi posición, aunque de sobra conocidas. En este país no existe democracia real. La soberanía reside en los partidos. El sistema electoral pervierte la voluntad real de los ciudadanos. Por defecto, o quizás virtud, quién sabe, desconfío de las palabras de quienes ostentan el poder o aspiran a hacerlo y suelo remitirme a los hechos, no sin acercarme a ellos también con cierto escepticismo.

Así que, pareciéndome mal el reparto de poder real resultante de las últimas elecciones, esto es lo que hay. Por ello, que el PSOE pretenda subvertir ese resultado otorgando raciones y medias raciones de poder en las instituciones a quienes no lo ganaron en las urnas, me resulta de una desvergüenza insultante. Que además lo pretenda hacer con pólvora ajena acusando de nuevo al legítimo propietario de esa pólvora de poner dificultades, raya el cinismo. Pero que el pago de favores futuros a los nacionalistas se pretenda disfrazar de apuesta por el pluralismo político, debiera ser directamente un delito de insulto colectivo.

Si quieren manipular los resultados electorales en los despachos, al menos háganlo en un sentido que sea más respetuoso con la voluntad real de los votantes. Si, en nombre del pluralismo, quieren ceder puestos en la Mesa del Congreso o en otras instituciones a quienes no tienen derecho a ello, háganlo con partidos como IU que obtuvo casi un 25% más de votos que CIU o con UPyD, que superó al PNV. Además, ¿la Mesa del Congreso no debe ser elegida por el pleno? ¿qué hacen jugándosela al póker? ¡Ay, perdón, que esto no se puede decir!

Mal empezamos. Muy mal. Los socialistas mercadeando. Los nacionalistas, convirtiendo en oro su mugre. Los populares, dejando la gestión de la derrota al que ya se marchó, mientras callan como putas. Y el ciudadano, aplaudiendo en el entreacto de este melodrama mientras se limpia los mocos con el recibo de la hipoteca.


4 comentarios:

Juan Carlos Garrido dijo...

El PSOE pide a los nacionalistas que le den de comer a él sólo (esto es, que apoyen a sus candidaturas) y luego acusa al PP de ser un caradura por no querer pagar a escote. Coincido en que la actuación de la oposición no está siendo demasiado honrosa.

Por lo de "democracia real", se trata de una aintinomia, como "luz negra" o "calor frío".

Saludos.

bogar dijo...

Mientras no cambie la famosa Ley D´Hont,no sé si se escribe asi,y no haya mayorias absolutas los nacionalistas tendran la sarten por el mango.Ademas la revolución pendiente en España es la domcracia en los partidos que no existe y si existe es infima.Como siempre saludos

bogar dijo...

Donde digo domcracia,quiero decir democracia.

Er Tato dijo...

Amigo bogar, disculpa que te corrija, pero es un error muy común pensar que la culpa de los males de nuestro sistema electoral se debe a la Ley D´Hont, cuando ése es el menor de sus problemas.

Que la asignación de los escaños no sea proporcional al número de votos totales obtenidos se debe fundamentalmente a la existencia de circunscripciones provinciales y a la asignación automática de un determinado número de diputados (en general 2) por provincia con independencia de su población.

Sólo con que hubiera una circunscripción única ya tendríamos bastante más de la mitad del camino recorrido.

En mi opinión, un sistema que obligue a mayorías absolutas con elementos correctores de la pluralidad tiene bastantes más ventajas que desventajas. Así, si además de lo anterior hubiera doble vuelta para los casos en los que no haya mayoría absoluta y limitación de mandatos, problema resuelto.

Saludos