La vida sigue

Dice Pepiño en su blog que el PSOE crece en votos y escaños. Es cierto, le han votado exactamente 38.361 ciudadanos más. Un 0,34%. También dice que las candidaturas socialistas ganan con rotundidad en ocho Comunidades Autónomas. Será en votos, porque en escaños sólo lo hacen en cinco. Y en Baleares con la rotundidad(¿?) que dan 366 votos más. Y que conste que me parece más democrático ganar por votos que por mecanismos legales o enjuagues de coleguillas. Pero para siempre, querido Pepiño, para siempre, no sólo cuando a uno le conviene.

En IU andan cabizbajos y cabreados. El fracaso electoral no sólo les va a llevar a la ruina política, sino también a la financiera. No tienen con qué devolver el prestamo millonario -y menos mal que sólo le concedieron la mitad-, que solicitaron para presentarse a las elecciones. Es lo que ocurre cuando se vende la piel del oso antes siquiera de comprarse la escopeta. Y cuando se echa mano del capitalismo para intentar derrotar al capitalismo. O se pacta con terroristas (ANV). O se colabora en quitarle la voz al pueblo para prostituirla (Sevilla, Córdoba...). Tantos años de pinza y no han reclamado cambios en el sistema electoral. Ahora que no sirven para tender ni unos calcetines gastados, se acuerdan de poner demandas a troche y moche. Bien estaría si bien acabara.

En el País Vasco, en Galicia, en Cataluña... Las imposiciones lingüísticas se extienden a la misma velocidad que la memez nacionalista. Al final, se ahogarán en sus propios vómitos. Esperemos que lo hagan antes de que se lleven por delante al país.

Y Urkullu, que anda diciendo por ahí que una cosa es el partido y otra el Gobierno vasco. Que lo del referéndum ése es cosa de un tal Ibarreche. No me provoque, señor Urkullu, que aunque sea complicado, todavía puedo tener un concepto peor de nuestra clase política. Y es que cuando insultan a mi inteligencia me pongo muy nervioso y me caliento. Por cierto, es de cobardes cambiar el reglamento de la Cámara vasca para que sea el pleno y no la Mesa de la Cámara la que decida sobre la disolución de grupos parlamentarios. ¿Es que piensan volver a cometer desacato? Blindaje preventivo lo llaman.

Para terminar, parece que Erchaves se ha encontrado con unos profesores de Instituto respondones. Y no es que no quieran ganar más, que en eso son de los míos. Sólo hay que ver cómo se ha puesto el gasoil, la gamba blanca, la ración de cincojota y el servicio. No, no es eso. Es que Erchaves le ha puesto precio a su dignidad. Y de paso, a la educación de nuestros hijos.