Anoche recibí un correo que chorreaba ilusión y sonaba a resoplido de satisfacción. De inquietud. De esa íntima duda de no saber si el barco se iba a mantener a flote y durante cuánto tiempo. También traía enredada en sus palabras la responsabilidad. De no defraudar a amigos y gente cercana. De saberse comprometido. De enseñar lo aprendido de forma imaginativa, con un nuevo envoltorio que venda la mercancía sin cambiar su esencia. Porque no sólo de arte vive el hombre y hay que comer, beber, pagar la luz, el ADSL, el registro del dominio... Disculpen que me haya salido la vena prosaica. Fue sin querer. Ya saben que soy de ciencias y me toca alimentar el tópico.
Como no creo que a su remitente le importe, reproduzco a continuación el contenido del correo:
"Después de una lucha encarnizada y muchas horas de trabajo, hemos conseguido crear, sin conocimientos informáticos que valgan, nuestra humilde página web.
El alumbramiento no ha estado exento de complicaciones, pero por fin está entre nosotros. Poco a poco iremos dándole forma. Aquí os dejo el enlace para que la visitéis, opinéis y nos ayudéis a mejorarla."
Son cuatro amigos. Cuatro mosqueteros del arte. Bueno, para ser políticamente correctos, tres mosqueteros y una mosquetera, que están dispuestos a dar la batalla para combatir la galopante mediocridad cultural de nuestros jóvenes y de los no tan jóvenes. Vaya por delante mi absoluta predisposición a dejarme conducir en este viaje que inician.
Del barco que acaban de botar, y que a buen seguro irán embelleciendo aunque lo importante sea su mercancía, me ha gustado especialmente este texto. En él lo explican casi todo. Y en su cabecera, Afrodita como alegoría, completada quizás por la castración de Urano que no permitía a sus hijos ver la luz.
Ilusiónennos e ilusiónense. Aporten algo nuevo, algo fresco, algo distinto. Como diría Sabina, resumiendo, consigan un punto y apARTE. Y si no, al menos inténtenlo. Con eso será suficiente.
Suerte. La vuestra será también nuestra.
4 comentarios:
Los cuatro mosqueteros han encontrado la posada donde reponer fuerzas.
Larga vida a sus andanzas
Muchísimas gracias querido Tato. Como tú bien sabes (tú mejor que nadie), ha sido una lucha encarnizada, pero por fin lo hemos conseguido. Por fin vemos los frutos de tan ardua tarea.
Y tú, mi querido Tato, has tenido mucho que ver.
Muchas gracias por todo.
Un fortísimo abrazo.
Me alegro mucho, me parece una gran idea, y también me llevé una sorpresa cuando leí la noticia.
Así que les deseo mucha suerte.
vengo de echarme un traguito de agua y ahora llego a mi tasca pa empezar con mi copita de manzanilla.
Te felicito de nuevo Aguaó por la iniciativa.
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