miércoles, 31 de diciembre de 2014

Del trecho que va del dicho al hecho...

"Andalucía mantiene una voluntad implacable de lucha contra la corrupción y está apostando por medidas de transparencia para evitar que se acerquen a la vida pública quienes pretenden beneficiarse de lo que es de todos.

La corrupción es un cáncer letal para la confianza de los ciudadanos en sus instituciones. Entiendo la desconfianza y el recelo y aseguro que seguiré luchando con toda la energía de la que dispongo para impedir que nadie se aproveche de lo público.

Sé que no es tiempo ya ni de promesas, ni de pactos, ni casi de palabras, sino de hechos. Por eso, a partir de este año que ahora comienza, hasta el último euro que salga de las arcas públicas andaluzas va a estar sometido al escrutinio de todos los ciudadanos, desde sus casas, a través de internet. Porque quien no tiene nada que ocultar no tiene nada que temer.
" (Susana Díaz, Presidenta de la Junta de Andalucía, con la boca llena y la vergüenza ausente, 30/12/14)

"Nosotros, como siempre, actuamos dentro del marco del Estado de Derecho, vamos a estar siempre en una actitud colaborante con la Justicia, exigimos celeridad en el procedimiento, queremos que paguen los culpables, y desde luego también, trabajamos para recuperar el dinero que haya sido presuntamente defraudado" (Miguel Ángel Vázquez, portavoz de la Junta de Andalucía, el de los cuatro golfos, 30/12/2014)

Hasta aquí lo dicho. Y a partir de aquí, una pequeña muestra de hechos.

El Consejero de Justicia, el encargado de que la Administración de Justicia andaluza funcione correctamente aportándole los recursos materiales y humanos necesarios, menosprecia pública y reiteradamente a una jueza que, casualidades de la vida, investiga las alcantarillas de la Junta de Andalucía de los últimos lustros. Y para no quedarse en las formas, que son poco efectivas, pasa a los hechos, dificultando en lo posible su labor.

La "actitud colaborante" (sic) de la Junta de Andalucía ya viene de lejos. Desde la negativa de Griñan a entregar las actas de los Consejos de Gobierno con fundamento en el art. 30 de la Ley 6/2006 del Gobierno de la Comunidad Autónoma de Andalucía, hasta la publicación por parte de Susana de las actas de la Comisión General de Viceconsejeros en la página web de la Junta para darle a los morros a la jueza ¡¡y con fundamento en ese mismo artículo!! Desde quejarse al CGPJ porque la jueza hacía determinadas preguntas a un testigo referentes al partido que sustenta al gobierno, hasta recurrir ayer mismo dos autos de la jueza, uno de ellos porque pretende investigar más de la cuenta. 

¿Que esos recursos son procesalmente legales y legítimos? Sin duda alguna, pero su presentación es una decisión puramente política. ¿Que ilustran con descaro y meridiana claridad el trecho que va del dicho al hecho? Resulta más que evidente. Y bochornoso a más no poder. 

Bueno, pues feliz año a todos. A pesar de los gobiernos.


sábado, 27 de diciembre de 2014

De Llera: cantos y guijarros...

Nuestro impresentable Consejero de Justicia, que ya ejerció de machista, fue recriminado por el CGPJ, fusiló al mensajero y puso su ignorancia impostada al servicio de la manipulación política, se pregunta ahora en voz alta, micrófono mediante, de dónde sacará la jueza Alaya tiempo para leerse los informes que ha solicitado. Y ha añadido con esa chulería que le caracteriza, que ni se ha leído el auto ni se lo va a leer.

Como ven, toda una trayectoria de buena educación y respeto hacia el Poder Judicial y sus profesionales. Y precisamente del Consejero del ramo.

Si es que...


domingo, 14 de diciembre de 2014

Al menos en lo que queda de fin de semana... Tictac, tictac, tictac

"Democratizar la economía es garantizar que la participación de las empresas y los individuos en el desarrollo económico no dependa de los contactos que se tengan, o de los recursos familiares, sino de la capacidad, creatividad y esfuerzo individuales. Es decir, hablamos de garantizar la igualdad de oportunidades y movilidad social."

"Nuestra apuesta pasa por fomentar la competencia y crear mercados abiertos, poniendo coto a los oligopolios que, en connivencia con los poderes públicos, dominan sectores clave de nuestra estructura productiva."

"Frente a un Gobierno complaciente con los grandes, los socialistas creemos que la defensa de la competencia es un mecanismo para romper intereses corporativos y expandir las oportunidades de crear riqueza. Desafortunadamente, el deterioro institucional y la injerencia en las instituciones que regulan y supervisan la economía de nuestro país, ha llegado a niveles sin precedentes."

"Y no podemos olvidarnos del otro agente fundamental en todo sistema económico: los consumidores. Mejorar sus derechos es forzar a que las empresas se esfuercen más por innovar y mejorar la calidad de sus productos y servicios."

No, no lo he escrito yo aunque parezca un refrito de algunas de mis entradas. Lo ha escrito hoy en la prensa el Secretario de Economía del PSOE, Manuel de la Rocha, en un artículo de análisis titulado "Hacia una economía más democrática".

Por fin me he enterado de lo que quieren decir cuando hablan de democratizar la economía. Vamos, lo que toda la vida de Dios se ha llamado libre mercado e intervención del Estado para garantizar, que no manipular, la libre competencia y la igualdad de oportunidades.

Lo que sigo sin entender es por qué, si el libre mercado ya existe -según el pensamiento único progre, es lo que nos ha traído todos nuestros males actuales-, es necesario ahora tomar todas esas medidas para garantizar la libre competencia y el libre mercado. Pero seguro que algún día me topo con otro artículo en el que me lo explican, en el que, a modo de repentina revelación, descubren que no, que era precisamente la inexistencia de libre mercado y el fomento del capitalismo de amiguetes los causantes de enormes injusticias sociales y de corruptelas e inficiencias en la economía y las instituciones.

Pero en fin, quedémonos de momento con la buena noticia: el nuevo PSOE de Pedro Sánchez también cree que el libre mercado es de izquierdas. Al menos en lo que queda de fin de semana. Tictac, tictac, tictac, tictac...


viernes, 12 de diciembre de 2014

Limpiándose la baba del traje...

Como decíamos ayer...

Tremendo titular el del editorial de hoy en el periódico El Mundo: "Google no puede obstaculizar el acceso a la información en internet". Y ni se ponen colorados los tíos.

Dicen que lo fundamental es garantizar, en cualquier caso, que los lectores sigan accediendo a los contenidos de medios digitales con normalidad. También admiten que los periódicos se benefician de la tecnología de Google. Y que Google quiere negociar con cada medio por separado, y que de eso, nada de nada, que hasta ahí podíamos llegar. Pero vayamos por partes.

¿Qué es eso de que Google quiere obstaculizar el acceso a la información en internet? ¿Quiénes han llamado parásito a Google por prestar a los ciudadanos un servicio gratuito que, al tiempo que facilitaba  el acceso a la información, aportaban tráfico e ingresos a los propios medios digitales? ¿Quiénes pretendían cobrar a Google por prestar ese servicio por el que no cobra? ¿Quiénes han provocado que Google cierre ese servicio? Y entonces, ¿alguien no tiene claro aún quiénes obstaculizan el acceso a la información en internet?

Ahora, cuando han comprobado las consecuencias de su avaricia y de su ignorancia, reclaman que se garantice a los lectores que puedan seguir accediendo a los contenidos de medios digitales. ¿Y acaso que Google cierre su servicio de noticias lo impide? ¿No puede el usuario teclear la URL del medio que desee leer, en algunos casos previo pago a ese medio de un precio, y mantenerse informado? Entonces, ¿en qué medida impide Google que se siga accediendo a los medios digitales? ¡Ah! ¡Que Google les enviaba a sus portales mogollón de tráfico de usuarios que querían ampliar la información que, a modo de resumen, ofrecía Google News y ahora se van a quedar sin ese tráfico que les generaba pingües beneficios por publicidad! Haberlo dicho antes, hombre... Que no es por el derecho a la información de los ciudadanos, que es por el vil metal. ¡Acabáramos!

Si hasta admiten ahora que los periódicos ganaban dinero con Google News. ¡Hay que ser gilipollas...!

Y por último, parece que no terminan de enterarse. Que si Google quiere negociar individualmente, que si quiere imponer su posición de fuerza y no se lo van a permitir, ¡que ha dicho que se va, que se pira, que au revoir, que arrivederci, que ahí os quedáis...!

Hasta la Asociación de Editores de Diarios Españoles, acojonada por la que han liado, emitió ayer un comunicado en el que "requiere la intervención de las autoridades españolas y comunitarias, y de las autoridades de la competencia, para proteger de manera eficaz los derechos de los ciudadanos y de las empresas". ¿Se puede ser más patético? Ahora piden ayuda a las mismas autoridades a las que exigían leyes para chuparle la sangre a Google. Y como Google no se deja, piden que la amarren a la camilla.

Hay que ver la que ha liado el pollito...







jueves, 11 de diciembre de 2014

De la libertad sin control... y yo sin enterarme

A uno le preocupa leerle a todo un premio Príncipe de Asturias que "estamos en el colmo de la libertad sin control, sin contrapoder", o que "la libertad sin restricción de los merados ha acabado con el resto de libertades", o que "en los totalitarismos existía la hipertrofia de lo colectivo que sometía al individuo", o que "en la actualidad, la doctrina neoliberal recorta autonomía a la política", o que "el neoliberalismo ha logrado que la soberanía de los intereses esté por encima de la soberanía del pueblo".

Y le preocupa porque le hace sentir a uno marciano. Pero como él es un ilustre pensador y un servidor sólo es un humilde tabernero, lo más probable es que sea él quien tenga razón.

Seguramente sea "la libertad sin control" la que permita a las empresas iniciar sus actividades de un día para otro sin ningún tipo de trabas administrativas, o decidir las condiciones en las que contrata o despide a sus trabajadores, o el nivel de impuestos que pagan.

También es más que probable que "la libertad sin restricción de los mercados haya acabado con el resto de las libertades", porque son los mercados los que imponen a los ciudadanos cuántos impuestos deben pagar, a qué sectores o empresas se subvenciona, cuál es el salario mínimo que deben cobrar, si pueden ir o no un domingo a comprar fruta o un televisor...

Y posiblemente lleve también razón al afirmar que "en la actualidad, la doctrina neoliberal recorta autonomía a la política", como resulta evidente al comprobar que los políticos se gastan cada año casi la mitad de lo que produce el país, o que suben impuestos a su antojo, o que subvencionan precios en los mercados, o que imponen o eliminan aranceles al gusto, o que manejan al poder ejecutivo, judicial y legislativo a su antojo, BOE mediante.        

Ahora bien, lo que me ha descolocado de verdad es eso de que "en los totalitarismos existía la hipertrofia de lo colectivo que sometía al individuo". De lo poco que yo viví el franquismo no recuerdo precisamente que el sometimiento del individuo se debiera a una hipertrofia de lo colectivo. Y de lo leído, tampoco. ¿O acaso se refiere a los totalitarismos de izquierda?

En definitiva, que no sé qué me habría fumado yo cuando escribí todas esas sandeces sobre los pérfidos mercados. Fuera lo que fuera, acabo de ver la luz. Y me ha quedado clarísimo que la culpa de todo ha sido, y es, del neoliberalismo y de la libertad sin restricción de los mercados, que llevan décadas campando a sus anchas. Y yo sin enterarme.


Muerto el perro... o de cómo escupir para arriba con una sonrisa estúpida

Ya se lo dije hace años -¡cómo pasa el tiempo...!-, a uno de los que más beligerante ha sido con Google en nuestro país. Él decía que Google no podía prescindir de los contenidos de los principales periódicos españoles. Yo le dije que qué se apostaba.

Ahora, Google anuncia que cierra su servicio de noticias en España y además deja de enlazar contenidos de los editores españoles.

Fíjense cómo, en un alarde de hipocresía e incoherencia, el periódico que ha sido tan beligerante con esto de que se usen parcialmente sus contenidos, incluso cuando en la reseña se incluye un enlace directo al origen de la noticia, fomenta en todas y cada una de sus noticias on line que se compartan, facilitando enlaces directos a Facebook, Twitter, Google+, Kindle, Linkedin, Meneame, Tumblr o Pinterest.





No sé si debo empezar a preocuparme por reseñar de vez en cuando alguna noticia de la prensa española, aunque incluya siempre el enlace a la fuente original.

En fin, que les aproveche su estupidez y que sigan salivando.


domingo, 30 de noviembre de 2014

Un par de cositas, señor Sánchez...

Decía ayer Pedro Sánchez en la entrevista que le hicieron en La Sexta, que quiere reformar el art. 135 de la Carta Magna para que Rajoy no pueda seguir haciendo los recortes que está haciendo. Olvida, o quizás ni siquiera sepa -no sé qué es peor-, que los límites establecidos en la reforma del art. 135.2 CE y cuantificados en los artículos 11 y 13 de la Ley Orgánica 2/2012 que la desarrolla, no entrarán en vigor hasta el 1 de Enero de 2020, conforme al apartado tercero de la Disposición adicional única de la primera y de la Disposición Final Séptima de la segunda. Siendo así, difícilmente podría Rajoy estar utilizando para sus recortes un precepto que ni siquiera está en vigor.

También pidió a Podemos que explique sus cambios de criterio. Y eso está bien. El problema es que él no se aplica el cuento. Aún estoy esperando que explique este cambio de criterio de cuando era aspirante a Secretario General del PSOE. Se ve que ya apuntaba maneras Pedro el Intermitente.


sábado, 29 de noviembre de 2014

Invita la casa. Hoy: Un vistazo por el retrovisor...

Excepcional columna la de hoy de Enric González. Repito, excepcional. Le puso un espejo retrovisor al partido que sostiene al gobierno y el resultado es estremecedor. Un reflejo claro de por qué ocurre lo que está ocurriendo, de la desconfianza del ciudadano en el estilo político que él mismo ha fomentado con su voto. Fíjense que ni siquiera un partido recién nacido como Podemos, con escaso pasado y esperemos que ningún futuro, saldría bien parado de una mirada por su retrovisor, pero les siguen aplaudiendo.

Bueno, pues les dejo con Enric González y su columna. Y si no se fían de él y quieren comprobar que no quita ni pone coma alguna a los entrecomillados, pueden flagelarse echando un vistazo aquí.


jueves, 27 de noviembre de 2014

Un cabrón con pintas...

Iba ayer escuchando en la radio del coche una de esas tertulias vespertinas en las que los tertulianos parecen expertos en todo y sientan cátedra, y escuché algunas barbaridades -no sé si producto de la manipulación informativa o de la simple ignorancia-, que me llamaron poderosamente la atención.

El asunto iba sobre desahucios. Y los expertos eran una periodista catalana, un profesor de Historia y un escritor, todos bastante conocidos. Aunque la tertulia, que pueden escuchar completa aquí, duró casi tres cuartos de hora, las dos cuestiones que más me llamaron la atención las tienen ustedes editadas aquí.

La primera, los datos aportados como preámbulo de la tertulia. Se afirmaba, con datos publicados por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que pueden ustedes encontrar aquí, que se han realizado 21.178 ejecuciones hipotecarias en el segundo trimestre de 2014, un 4,2% más que el mismo periodo del año anterior -el segundo trimestre de 2013-, en el que hubo 20.323, y se concluía que la cosa estaba fatal y que iba a peor.

Sin embargo, no se aportaba el dato del trimestre inmediatamente anterior -el primer trimestre de 2014-, en el que hubo 24.226 ejecuciones hipotecarias, un 14,4% más, o del anterior -el cuarto trimestre de 2013-, en el que hubo 24.076, un 13,7% más, y que parecen indicar que la cosa, aunque esté jodida, dista mucho de ir a peor. Parece más razonable, sobre todo cuando no hay cuestiones de estacionalidad de por medio como es el caso,  comparar un periodo con los inmediatamente anteriores para presentar la evolución de una variable, y no con el mismo periodo de hace un año. Tampoco se dijo cuántas de esas ejecuciones hipotecarias corresponden a vivienda habitual. Porque no es lo mismo que a uno le deshaucien una finca, un local comercial, una segunda o tercera vivienda, que su vivienda habitual.

Después, aportando datos del Banco de España que parecen sacados de aquí, se afirmaba que entre 2012 y 2013 habían perdido su vivienda unas 100.000 familias, para concluir a continuación, refiriéndose a otras fuentes que no concretaba, que en España se había superado ya la barrera psicológica de los 100.000 desahucios al año. Sería interesante saber cómo daba ese salto de los 100.000 desahucios en dos años del Banco de España, a esa misma cifra, pero anual.

Y la guinda la puso la señora Otero cuando remató, encantada de dar la estocada definitiva marcando paquete, que "es lo que tienen los datos, que no se pueden discutir, son datos". Pongamos entonces todas las cifras sobre la mesa y juzguen ustedes si pueden o no discutirse esos datos.

Según un informe del Banco de España de hace un par de semanas, el número de entregas de vivienda debido a ejecuciones hipotecarias en el primer semestre de 2014 ascendió a 26.549, de las cuales 19.565 eran viviendas habituales, lo que arroja una cifra esperada anual de unas 39.000 viviendas habituales, en definitiva, familias que se quedan sin su hogar. Por otro lado, si tenemos en cuenta que en España había 18.331.400 viviendas familiares en el segundo trimestre de 2014 según el INE, los desahucios esperados suponen un 0,21% de esas viviendas. El problema es, sin duda, grave, fundamentalmente para las familias afectadas, pero parece claro que estamos muy alejados de esos datos indiscutibles, de esas 100.000 familias desalojadas de sus viviendas cada año. Es lo que tienen los datos, que no se pueden discutir, que diría la señora Otero.

Una segunda cuestión que me llamó la atención fue escuchar al escritor tertuliano -consolidado cuentista, en el sentido literario del término-, afirmar con absoluta rotundidad que el origen de todo el problema estaba en el art. 579 de la Ley de Enjuiciamiento Civil aprobada en el año 2000, que es el que permite a los bancos seguir embargando los bienes de los deudores hasta cubrir los créditos hipotecarios concedidos. También dijo que en Francia o Alemania, la entrega de la vivienda extingue la deuda. Es fantástico, porque ambas cuestiones son absolutamente falsas y reflejan una ignorancia difícilmente compatible con la contundencia y seguridad con que hizo y reiteró esas afirmaciones. Ni en Francia o Alemania existe la dación en pago por ley, ni un precepto puramente procesal es el responsable de que los españoles respondamos de nuestras obligaciones con todos nuestros bienes, presentes y futuros, sino el art. 1.911 del Código Civil.

¿Que las leyes se pueden cambiar? Sin duda alguna. Siempre que estemos dispuestos a asumir las consecuencias de esos cambios. Como ya dije hace algunos años, si estamos dispuestos a perjudicar al 97% para proteger al 3%, si asumimos el encarecimiento y limitación del crédito hipotecario, adelante. Pero estaríamos errando el tiro. Nada hay más legítimo que legislar en nombre del pueblo, ni menos democrático que hacerlo perjudicando a la mayoría.

Y por cierto, volviendo al caso que sirvió de pie a la tertulia -el de la pobre anciana desahuciada porque su hijo pidió un préstamo que no pagó-, es interesante subrayar que el préstamo fue solicitado a un prestamista particular, no a una entidad financiera, porque esta última, con buen criterio, se lo denegó por el alto riesgo de impago a pesar de poder avalarlo con la vivienda. Parece claro que al hijo nadie le engañó. Y también que es un cabrón con pintas.


martes, 25 de noviembre de 2014

Porque el papel lo aguanta todo...

Tan inútil es derogar la reforma del art. 135 de la Constitución por quien la impulsó, como mantener la reforma que se hizo en su día.

En primer lugar, esa reforma no entrará en vigor hasta 2020, así que, de momento, no es culpable de nada de lo que nos ocurre.

En segundo lugar, diga lo que diga la Constitución al respecto -lo de antes, lo de ahora o lo de después-, la prioridad en el pago de la deuda es una exigencia de hecho, no de Derecho. Sólo habría que impagarla para comprobar cómo el Estado del Bienestar, eso que el señor Sánchez el Inermitente quiere proteger con su nueva ocurrencia, se va al carajo. Sencillamente porque no podemos pagarlo a tocateja.

Si la reforma sirvió para algo, lo hizo en su momento, transmitiendo al mercado, en una tesitura económica muy complicada para nuestro país, un compromiso claro del Estado con nuestros acreedores. Pasado ese efecto, que sin duda fue útil, esa norma es un mero adorno que se limita a constatar lo inevitable. Y siendo así, ¿qué necesidad tiene el señor Sánchez de reformar la redundancia? ¿qué necesidad tiene de lanzar al mercado el mensaje contrario al que se lanzó en su día? Que no tenga valor práctico ese precepto no significa que eliminarlo no produzca un desvalor indeseable.

Si el señor Sánchez no quiere elegir entre pagar las deudas y pagar la Sanidad o la Educación, que no se limite a retirar el maquillaje de nuestra Constitución con el mismo bombo y platillo con el que su partido y él mismo la maquillaron, que no se quede en la superficie como hace siempre, que no se limite a sus ocurrencias populistas. Si quiere un Estado de Bienestar sostenible, que haga propuestas más imaginativas y elaboradas para crear empleo y riqueza en el país, única vía para no tener que elegir.

Porque el papel, aunque sea de Carta Magna, lo aguanta todo...


lunes, 24 de noviembre de 2014

Sólo por recordarlo...

Hay quienes dicen que el impuesto del IRPF no es suficientemente progresivo, que los que más ganan deberían pagar aún más. Pero los datos son tozudos.

Según las últimas estadísticas del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas publicadas por la Agencia Tributaria correspondiente a 2012, en ese ejercicio se presentaron 613.754 declaraciones con rendimientos superiores a 60.000 € al año, que pagaron 21.700 millones de euros.



Dicho de una manera más gráfica. El 3,17% de las declaraciones aportaron el 32,43% de la recaudación total del impuesto.

Sólo por recordarlo...


lunes, 17 de noviembre de 2014

Probablemente, todo es más sencillo...

Cuando Monago dijo de inmediato, casi instantáneamente, que sus viajes privados se los pagaba él y que no recordaba cuántos viajes le pagó el Senado a Canarias, le creí. Uno puede olvidar cuántos viajes hizo a Canarias hace un lustro, pero siempre recordará si hizo algún viaje particular a costa del erario público, porque eso no se puede hacer sin querer, de eso se acuerda uno. Es como si me preguntaran cuántas comidas con clientes hice durante el último año a cargo de la empresa. No recuerdo cuántas, pero sí que nunca pasé el cargo a la empresa de ninguna comida con mi familia o con amiguetes. Porque, de haberlo hecho, lo recordaría. Esas cosas no se olvidan si uno no las hace nunca.

Después, cuando dijo que si hubiera algún viaje de los pagados por el Senado que se pusiera en cuestión, devolvería el dinero, la cosa empezó a chirriar. ¿Es que era posible que alguno de esos viajes pudiera ser cuestionado? La mera admisión de esa posibilidad resquebrajaba la solidez de la primera afirmación. Si uno duda en esas cosas, si uno piensa que pudo hacerlo, lo más seguro es que lo hiciera.

Lo que ha pasado después ya es de todos conocido. Papeles para arriba y papeles para abajo en su peregrinación televisiva, que si no los entrego porque son el fundamento de mi defensa, que si son viajes o vuelos, presunciones de inocencia dependiendo del pie del que se cojee, pruebas de austeridad vital del interfecto -¿cómo se puede vivir sin parabólica, alma de cántaro?-, la búsqueda de los tres pies al gato...

En mi opinión, todo es más sencillo que eso. El presidente extremeño le ha echado huevos a su partido con el asunto de la corrupción y su partido se ha hecho una tortilla con ellos. Porque en el mundo de la política, si vas a pisar callos, más vale que tengas el culito que se pueda comer en él.

Decía que, probablemente, todo es más sencillo. Se enamoró, y como tenía barra libre en el Senado, fue a ver a su amada todas las veces que pudo. Y seguramente no lo hizo por dinero -las dietas y otros emolumentos a los que dice haber renunciado teniendo derecho a ellos como presidente extremeño suman mucho más que esos billetes de avión-, sino por comodidad o vaya usted a saber por qué. Se equivocó, señor Monago. No pasa nada. Lo explica usted con claridad, devuelve el dinero, convoca elecciones y se presenta de nuevo. Si sus paisanos le vuelven a votar, borrón y cuenta nueva.


sábado, 15 de noviembre de 2014

De dimes y diretes...

Dice el Secretario General del Grupo Socialista en el Parlamento andaluz que en Andalucía se mantiene la gratuidad de los libros de texto para más de 920.000 alumnos. Hombre, gratuitos, gratuitos, lo que se dice gratuitos no son. Eso sí, la Junta lleva años ahorrándose una pasta con este cuento de la buena pipa. ¡Ah! ¿Que no lo saben? ¿Que quieren que les cuente el cuento de la buena pipa?

Dice Pedro Sánchez, el Intermitente, que no habrá recuperación si hay desigualdad y ha propuesto al PP subir el salario mínimo hasta el 60% del salario medio. Se equivoca dos veces, dos. La desigualdad no sólo es sana, sino que es inevitable. Lo insano es la pobreza. Y la recuperación tiene más que ver con ésta que con aquélla. Y suba, suba el salario mínimo hasta los 15.600 €/año y verá cómo se incrementa la desigualdad y la pobreza entre los más desfavorecidos -los trabajadores menos cualificados-, verá cómo se destruyen muchos puestos de trabajo.

Dice Juan Carlos Monedero que el Estado no es buen gestor y que va siendo hora de inventar un sector público no estatal. ¿Y éste qué se ha fumado hoy?

En fin, ya ven ustedes cómo está el patio de dimes y diretes...

martes, 11 de noviembre de 2014

¡Con dos cojones...!

Lamentable debate, casi una charla de amiguetes, entre Podemos y PSOE.

Por subrayar algo, las contradicciones y mentiras del eurodiputado López Aguilar, que se ha tragado el rosario y lo vomita cuenta a cuenta con los ojos en blanco. Como hacen casi todos, por otra parte.

Pueden ver el debate, por decir algo, íntegro en este enlace. Pero permítanme que les cocine una tapita, ensartando en un pincho, una detrás de otra, tres afirmaciones hechas por el señor Aguilar separadas por apenas unos minutos de conversación.







Primero dice que está en contra de esa política disparatada que ha impuesto la mayoría conservadora, y que ha tenido como consecuencia que en países como España se haya pasado de una deuda del 30% del PIB antes de la crisis, al 100%. Y después se queja de que la Comisión europea ha estado dominada ampliamente por una política austericida. Más allá del erróneo uso del término, ¿cómo es posible que se queje de lo uno y de lo contrario? ¿cómo se puede criticar que los países hayan seguido endeudándose, pasando de un 30% de deuda pública al 100%, y quejarse a renglón seguido de una supuesta política de austeridad? Tienen tan interiorizado el catecismo y tan desordenada la oración, que ni siquiera se percatan de que una política de austeridad jamás habría multiplicado por tres la deuda pública. Lo sueltan con las mismas entendederas con las que uno lee la factura de la luz.

Y lo último es ya de traca. Afirma que no ha sido la política sino la ausencia de regulación de las entidades financieras la causante de la crisis. No una nefasta regulación financiera, no la laxitud de los políticos en la aplicación de esa regulación, no la gestión de los políticos al frente de las cajas, no, sino la ausencia de regulación del sector económico más intervenido del mundo. ¡Con dos cojones...!


domingo, 9 de noviembre de 2014

Miedo me dan sus ocurrencias...

Dice Pedro Sánchez que en los próximos días pondrá encima de la mesa propuestas audaces en el ámbito económico y que aboga, entre otras cosas, por la intervención del Estado en la economía. También dice que durante la crisis económica se ha producido una concentración de poder en pocas manos, poniendo de ejemplos al sector financiero, el energético, el de las telecomunicaciones y todos aquellos sectores que afectan al día a día de los españoles.

¿Dónde ha estado metido este hombre en las últimas décadas? La ausencia de competencia real y de libre mercado durante toda la reciente etapa democrática española ha sido tan evidente, que resulta preocupante que quien pretende liderar la recuperación económica del país atribuya todo eso que dice a la crisis que se inició hace poco más de un lustro. Porque para que la crisis haya sido la responsable de tales consecuencias, la situación previa a la crisis debiera haber sido justo la contraria. Pero, ¿cuándo no ha estado concentrado el poder en unas pocas manos en este país? ¿cuándo ha habido competencia real en el sector financiero, energético, de las telecomunicaciones y en muchos otros?

El Estado lleva interviniendo en la economía desde hace décadas. Y por eso, entre otras razones, estamos como estamos en España y en Europa. ¿Y ahora llega el señor Sánchez a decirnos que la solución es la intervención del Estado en la economía, la democratización de la economía y de la riqueza, sea lo que sea tal sandez, o la limitación de salarios a los altos directivos de empresas privadas?

Dijo el fundador del PSOE, Pablo Iglesias, que “quienes contraponen liberalismo y socialismo, o no conocen el primero o no saben los verdaderos objetivos del segundo”. Otro ilustre socialista, Indalecio Prieto, en una conferencia pronunciada en Bilbao el 21 de Marzo de 1921 titulada "La libertad, base esencial del socialismo", decía cosas como ésta:

"Yo he de decir -ello ha de ser el eje principal de mi disertación-, que soy socialista a fuer de liberal. Es decir, que yo no soy socialista más que por entender que el socialismo es la eficacia misma del liberalismo en su grado máximo y el sostén más eficaz que la libertad puede tener. Soy socialista, fundamentalmente, porque entiendo que sin la plenitud de la libertad económica es imposible que en la vida real se dé la plenitud de la libertad política [...] La libertad política, la libertad humana, no puede tener la amplitud de su inmensa función sin descansar en la libertad económica. [...] Hoy no hay libertad, no puede haberla en toda la extensión del ejercicio de esa inmensa función ciudadana; no puede haberla mientras haya hombres sometidos por inferioridad de sus condiciones económicas a hombres constituidos en una posición privilegiada por razón de su categoría social."

Haría bien este hombre en leer a los suyos...


De bolos y papelones...

Los líderes de los dos partidos mayoritarios -con el permiso de Podemos-, anduvieron ayer de bolos, enardecidos por el pensamiento unidireccional de sus incondicionales que les jaleaban, ajenos a la nueva  realidad, enajenados en su papel de divinidades. Más o menos como siempre. Y como si nada hubiera cambiado. Pero ha cambiado. O eso espero.

El presidente del gobierno, que sólo se baja de la pantalla para recostarse en el cojín mullido de los pelotas que aplauden con ojos bovinos y baba dulce, participó en unas Jornadas sobre Buen Gobierno en Cáceres, rodeado de los suyos. Y apoyó al señor Monago que se echó una novia en Tenerife y estuvo más de dos años viajando un par de veces al mes para verla, a costa del erario público. Sobre lo primero, nada que objetar. Sobre lo segundo, todo. Él mismo ha dicho que sus viajes privados se los paga de su bolsillo. Y después ha dicho que devolverá el dinero de esos viajes pagados por el Senado. Luego esos viajes eran privados. No le queda otra que dimitir si realmente pensaba lo que decía estos días atrás sobre los corruptos. Se ve que sigue confundido...

El otro, el presunto líder de la oposición, anduvo por mi ciudad para apoyar al candidato socialista a la alcaldía y, de paso, sudar los sobacos de la camisa. Y como la corrupción es el tema del día mientras las cloacas sigan apestando, pues tuvo un mano a mano con su amiga Susana para ver quién de los dos se ducha más veces al día. Y parece que Susana no se había terminado de fregotear bien detrás de las orejas.

Vaya papelón el de estos dos líderes de paja. Todo el día diciendo que ya han llamado al camión cisterna para que baldee con agua fuerte y lejía la pocilga, y el uno se va con todo el séquito a un acto sobre el buen gobierno para apoyar públicamente a quien dice una cosa y hace la contraria, mientras que el otro se pone de barro hasta las cejas revolcándose entre EREs falsos, fraudes, zancadillas a la justicia e imputados que siguen en sus cargos.

Es difícil de entender que, si realmente tienen intención de limpiar la política, hagan estas cosas quienes debieran ser los adalides de esa limpieza. Y como es difícil de entender, sólo cabe concluir que esa intención es impostada. Y que sí, que son todos iguales. Unos porque trincan. Y otros porque dejan que trinquen pudiendo evitarlo.

viernes, 7 de noviembre de 2014

A ver si cunde el ejemplo...

Ya se ha dicho por aquí en multitud de ocasiones que el libre mercado, a quien beneficia de verdad, es a los consumidores. Y que a los malos empresarios les jode todo esto de la libre competencia, la libertad, la transparencia de precios. Y que parece mentira que los consumidores no seamos conscientes de nuestro poder cuando el mercado es libre y que sigamos pidiendo más Estado para que sea menos libre.

Viene esto a cuento de una iniciativa por parte de un grupo de médicos murcianos que han decidido no recetar fármacos del laboratorio Grünenthal, fabricante de la Talidomida. Es cierto que, desde el punto de vista legal, no hay nada que objetar. La interposición de una demanda por responsabilidad civil tiene unos plazos de prescripción -y está bien que los tenga-, y alguien no hizo bien su trabajo para defender los derechos de los afectados. Pero cuando el consumidor es soberano, puede decidir no comprar bienes o servicios a aquellos empresarios que no asumen sus responsabilidades si no es porque se las imponga la ley.

Cuando se habla de libre mercado, se habla de darle el poder al consumidor, al ciudadano en definitiva. Pero hay quienes prefieren que los gobiernos intervengan en la economía y concedan el poder a aquellos empresarios que mejor se mueven por las alcantarillas del Estado. Los mismos que después enarcan las cejas asombrados por la corrupción.

En fin, que un merecido aplauso a esta iniciativa. Y a ver si cunde el ejemplo. 


jueves, 6 de noviembre de 2014

Y él más... de lo mismo

Esta mañana, mientras venía al trabajo, escuchaba en la radio a un importante dirigente del PSOE andaluz respondiendo a preguntas de los periodistas sobre qué harán si Chaves y Griñán son finalmente imputados. La respuesta suena a viejo. Habrá que esperar a ver qué decide el Tribunal Supremo antes de que el partido tome una posición, contestaba.

Si han expulsado del partido de manera inmediata a gente por su mera imputación en un delito -y yo les alabo el gusto; ya saben aquello de la presunción de culpabilidad que ahora andan aplicando a la desesperada...-, ¿cómo es que no tienen clara su posición respecto de lo que ocurriría si los dos ex presidentes andaluces son imputados?

Si de verdad se está radicalmente, sin concesiones, por la regeneración democrática, es tan sencillo como responder al periodista que si son imputados serán expulsados de inmediato del partido.

Tal y como está el patio, esas respuestas de nadar y guardar la ropa se cargan de un plumazo la credibilidad de los porrazos que el señor Sánchez se pega en el pecho con su y yo más. Yo más contundente, yo más implacable, yo más ejemplar...

En fin, él, más de lo mismo...


miércoles, 5 de noviembre de 2014

Ya no queda ni Esperanza...

Al parecer, Esperanza lo sabía. Y desde hace ya varios años. También la fiscalía, con denuncias que tenían cara y ojos.

Quizás debiera tomar nota nuestro internacional Antonio Banderas y acudir a clases de interpretación a donde quiera que las haya recibido tanto sinvergüenza como se nos ha colado en la élite del país. Y después dicen que no son todos iguales. Puede que sea cierto, ¡pero lo disimulan tan bien...!

No me digan que no es para hacer la maleta.


domingo, 2 de noviembre de 2014

El perdón de los pecados... ¿y para cuando la penitencia?

Hoy entrevistan en la prensa a Juanma Moreno -perdonen la confianza...-, y no dice nada nuevo porque nada nuevo sabe decir. Incluso queda mal consigo mismo en apenas veinte líneas, a tres preguntas de distancia, probablemente a dos minutos escasos entre la una y la otra.

Primero le preguntan que por qué el PP no ha hecho la reforma electoral. Y responde que por sentido de Estado, porque las grandes reformas sólo se pueden hacer con el respaldo de las dos grandes fuerzas políticas. Tres preguntas más tarde afirma que si estuviera en su mano, reformaría la ley con o sin el PSOE. O el señor Moreno no tiene sentido de Estado, o simplemente no tiene sentido. O la memoria no le alcanza más allá de apenas unos minutos. O, lo que es más probable, su ideario está construido de eslóganes deslabazados.

Pero no queda ahí la cosa. Tras la tumultuosa y corrupta semana, en la entrevista no se podía eludir el asunto de la corrupción. Y lejos de mostrar la contundencia -aunque sea verbal-, que ahora se ha puesto de moda entre nuestros políticos, culebrea. ¿Sobre la imputación del alcalde de Roquetas y presidente de la Diputación? Hombre, mejor esperar al 18 de Noviembre para ver si la cosa mejora. ¿Sobre el ex alcalde de Alhaurín el Grande, condenado por cohecho? Dice que tiene que hablar con no sé quien para tomar una decisión.

El que fuera presidente del PP andaluz hasta hace dos días, y antecesor del señor Moreno, decía en las redes sociales que no todos los políticos son iguales y que le da asco la corrupción. Nada nuevo bajo el sol. No hay político de cualquier color que no haya repetido ese mantra en los últimos meses. Y si no que se lo pregunten al señor Granados. El peligro de las redes sociales es que el ciudadano de a pie te contesta  Y el señor Zoido no resistió dos preguntas seguidas sobre el asunto antes de batirse en retirada con un esclarecedor silencio.






El problema de los actuales golpes de pecho de nuestros políticos cuando de combatir la corrupción se trata es que no son creíbles. Suena a aquello de que a la fuerza ahorcan. Se limitan a lloriquear y sonarse los mocos mientras sueltan, entre hipidos impostados, esa patética coletilla de que no son todos iguales. Sin duda, no son todos iguales. Unos se lo han llevado calentito mientras otros miraban para otro lado. Porque si los que mandaban en los partidos no se percataban de lo que, en la mayoría de los casos, era vox pópuli, es que son unos ineptos. Y si lo sabían y estamos como estamos, hasta las trancas de mierda, es que miraban para otro lado. Ninguna de las dos opciones les permite reprocharnos a los ciudadanos nuestra, según ellos, injusta generalización al gritarles que son todos iguales.

El ciudadano ya está pagando con creces y en sus propias carnes el error de confiar en ellos, aquello de la reponsabilidad in eligendo. No estaría mal, si quieren demostrarnos que no son todos iguales, que quienes dicen no serlo, asuman también su responsabilidad -in eligendo e in vigilando-, y no se limiten a sentirse escandalizados y a pedir perdón. Eso está bien a los ojos de Dios, pero es que algunos somos agnósticos.


De bilis y otros perfumes...

Espectacular Pedro Jota hoy en su "Carta de un arponero ingenuo". Es como una pelea de corrala pero en elegante. Como envasar la bilis en un fino perfumador egipcio. Y el final, ¡qué final de cristal egipcio hecho añicos...!

"¡Ah! y en relación a eso que dices de que no te gustaría que dentro de diez años la gente identificara a EL MUNDO como «el periódico de Casimiro», chico, nunca se sabe qué puede caernos del cielo, pero yo que tú tampoco me preocuparía demasiado. Francamente, ese peligro no lo veo."

Ahora, que si mérito tiene la carta, tanto o más lo tiene quien ha decidido acogerla en sus páginas. Aunque me da que conociendo al arponero, tampoco es que le quedara otra alternativa. Tenía que elegir entre susto o muerte. Y eligió susto por si algún ingenuo lo confundía con valentía.


sábado, 1 de noviembre de 2014

¡Es que es tan escasa...!

No estamos acostumbrados a que el mundo de la cultura le afee el gesto al poder a título individual. En rebaño, para pedir y siempre que salga gratis, sí. Pero a solas, de frente y renunciando a una pasta, no. Y eso ha hecho Jordi Savall.

Hay que aplaudir su coherencia. Critica la falta de subvenciones del gobierno al mundo de la cultura y cuando ese gobierno le premia, le responde alto, claro y de su bolsillo, que no quiere nada de él.

Uno, que abomina de las subvenciones estatales, incluso a la cultura, no está de acuerdo con lo que defiende Jordi Savall, pero sí con cómo lo defiende. Siempre he respetado y admirado la honestidad intelectual, máxime cuando hay que pagar por mantenerla erguida. ¡Y es que es tan escasa...!


jueves, 30 de octubre de 2014

Invita la casa. Hoy: Una lectura alternativa del informe de Cáritas

El otro día, cuando supe del informe de Cáritas, le eché un vistazo a la página web que lo contiene -muy bien organizada por cierto-, y cuando me topé con los indicadores y la metodología de análisis empleados, no me terminaron de convencer las conclusiones casi unánimes que había leído en la prensa, así que decidí escribir un artículo al respecto. 

Cuando lo tenía medio escrito, me topé con este interesante artículo del economista Juan Ramón Rallo, que cuenta lo que yo pretendía escribir, y que no era otra cosa que una lectura alternativa del informe, distinta del pensamiento único con el que se han abordado sus conclusiones.

Y como lo cuenta mejor que yo, les adelanto alguna de las cosas que dice.


"Acaso sorprenda al lector saber que en todos los indicadores no financieros de privación material (cuántos españoles pueden ahorrar frente a imprevistos, cuántos no tienen automóvil, lavadora, teléfono, ordenador, ducha, inodoro o luz natural en sus habitaciones, cuántos viven en barrios afectados por la delincuencia...) estamos mucho mejor que hace 20 años y, en su mayoría, también mejor que hace 10; o que España es el país de Europa que más ha visto reducida su desigualdad salarial desde 1995; o que el crecimiento económico que hemos vivido entre 1973 y 2011 ha beneficiado más a las rentas bajas que a las altas. Y es que estos datos, también recogidos en el informe de Cáritas, han tenido nula repercusión en la prensa"

"Es cierto que Cáritas en todo momento habla de exclusión social y no de pobreza, pero la organización debería ser consciente de la demagógica equiparación que suele hacerse entre ambas, sobre todo cuando se las vincula a la crisis actual."

"Ni estar peleado con tus vecinos, ni estar peleado con tu pareja, ni tener un abuelo semianalfabeto, ni ser madre soltera, ni vivir en un hogar con ciudadanos extracomunitarios ni ser apolítico equivale a ser pobre."

"...el porcentaje de españoles que puede estar atravesando dificultades verdaderamente acuciantes (dificultades que, en todo caso, se habrían considerado el estándar de normalidad hace 40 o 50 años) se halla en torno al 5%, frente al 2-3% del pico de la burbuja de prosperidad de 2007."


Pueden leerlo completo. Si quieren, claro.


miércoles, 29 de octubre de 2014

De almorranas y otros sufrimientos silentes

Ha dicho su ministro de Defensa que el presidente está sufriendo extraordinariamente. Pero sufre en silencio. Salvo una tímida petición de perdón casi obligada, con la misma emergencia y resignación con las que uno se tira un pedo en el autobús. Sólo silencio mirando de reojo. Ni una rueda de prensa urgente con preguntas y repreguntas. Ni una comparecencia en el Parlamento, sede de la soberanía según dicen.

martes, 28 de octubre de 2014

A ver si esto revienta de una puñetera vez...

¿Recuerdan ustedes cuando su señoría Alaya pedía a la Junta las actas de las reuniones de la Junta de Gobierno y la Junta se las negó alegando que eran secretas? ¿Y recuerdan ustedes cuando desde esta modesta taberna se le afeaba esa conducta a la Junta por mentirosa y le recordaba el contenido del art. 31 de la Ley 6/2006 del Gobierno de la Comunidad?

Pues bien, la Junta acaba de hacer públicas las actas de la Comisión General de Viceconsejeros, ¡¡con fundamento en el art. 31 de la Ley 6/2006 del Gobierno de la Comunidad!! Como decíamos entonces, no era una cuestión de no poder, como alegaban allá por 2011, sino de no querer, de no darles la real gana.

Y ahora, con la chulería hasta las cejas, cuando se las ha pedido su señoría, han decidido que no se las dan, pero que las publican en la página web. Y además, quieren quitarle la competencia a su señoría sobre el asunto del fraude de la formación.

De nuevo hay que decir que están en su derecho procesal, pero también que el mensaje que lanzan a cualquier ciudadano decente es el que es. Por mucho que se den golpes de pecho sobre su afán de regeneración democrática. Los mismos golpes de pecho que se daba Rajoy cuando llegó al gobierno y ya ven ustedes, desde los mensajitos a Bárcenas hasta el espectáculo de ayer.

Con lo fácil que es ser contundente contra la corrupción y además parecerlo, no termina uno de entender la enorme torpeza de nuestra clase política. Salvo que se trate de esa soberbia ciega alimentada por el sectarismo ciudadano.

A algunos nos están dejando sin más alternativa que votar a Podemos, a ver si esto revienta de una puñetera vez.


sábado, 25 de octubre de 2014

Por más que lo repitan... ¿cómo explicar una mentira?

Nada, que no hay fin de semana que no me tope con el asunto de marras en algún artículo de opinión.

Esta vez es un redactor jefe de El Mundo, Vicente Lozano, el que empieza su columna de análisis afirmando que "los buenos analistas tendrán que estudiar en algún momento por qué una crisis económica generada por el neocapitalismo liberal más rampante..." y bla, bla, bla, bla.

Pero no queda ahí la cosa. en el colmo de la coherencia argumental, llega a decir que Emmanuel Macron "quiere liberalizar de una vez la economía gala". Y que ése es "un programa de reformas que ya querríamos que aplicara en España el Gobierno liberal –así se proclama– de Mariano Rajoy". Y que "todo el mundo está de acuerdo en que estas recetas son las únicas que pueden sacar a Francia de su parón y evitar que toda la UE caiga en recesión"

Empezar diciendo que la crisis la ha generado el neocapitalismo liberal más rampante, para echarle flores a continuación al programa liberal -ya veremos-, del primer ministro francés, ansiándolo además para nosotros y reconociendo que es la única vía para evitar que la UE caiga en recesión, no sé qué le parecerá a ustedes, pero hacía tiempo que no leía algo tan incoherente. ¿Cómo se puede aplaudir a lo que, según su autor, ya estábamos padeciendo y fue causa de la crisis?

Salvo que neguemos la mayor, claro. Y que no haya sido el neocapitalismo liberal el causante de la crisis. Entre otras razones, porque tenía una magnífica coartada cuando, según dicen, andaba asesinando a nuestro Estado del Bienestar: se encontraba maniatado en las húmedas mazmorras de palacio por orden de ese mismo Estado.

Y todavía se extraña el autor, como reza el subtítulo de su artículo, de que "no se ha explicado por qué una crisis generada por el neocapitalismo ha fulminado los postulados económicos de la socialdemocracia".

¿Cómo explicar una mentira? ¿Y quién  dice que el libre mercado no debiera formar parte de los postulados económicos de la socialdemocracia?


viernes, 24 de octubre de 2014

De donde no hay... (LXVIII)





martes, 21 de octubre de 2014

La mirada sucia de su señoría Alaya...

El PSOE de Andalucía, ese adalid de la transparencia y la regeneración democrática, ha anunciado que va a presentar una queja ante el CGPJ porque la jueza Alaya preguntó a un testigo si le constaba que el PSOE se hubiera financiado a través de los cursos de formación.

Si su compromiso con la ética y la transparencia no es impostado, deberían estarle agradecidos a la señora Alaya. De los ERE ni se enteraron si no hubiera sido por ella porque, por lo que ellos sabían, era cosa de cuatro golfos. Del fraude de la formación tampoco porque, al parecer, era un gran montaje del gobierno de la nación. ¿Y ahora tampoco quieren averiguar si el partido se financiaba ilegalmente para limpiarlo?

¿Que tienen derecho a utilizar los recursos procesales que estimen convenientes? Sin duda. El problema es que el mundo de la ética y la decencia política va mucho más allá del mundo del Derecho. Y a veces, ejercer según qué derechos, le quita las caretas al personal.

No sé yo, pero da la sensación de que el PSOE sigue sin rumbo, a base de bandazos, y la credibilidad que gana un día se le escapa a chorros al día siguiente. 

Otro puñadito de votos para Podemos...

lunes, 20 de octubre de 2014

Pase de modelos

Este fin de semana han estado debatiendo en Podemos su modelo organizativo con dos alternativas claramente diferenciadas. Una, liderada por Pablo Echenique, que gira alrededor de un modelo asambleario, de democracia directa, en la gestión del partido. Otra, liderada por Pablo Iglesias, que asume el modelo de partido clásico, de democracia representativa, con un secretrario general fuerte y un equipo de gestión elegido por éste.

Hasta el domingo 26 estarán votando por uno u otro modelo organizativo y el lunes 27 sabremos el resultado. Esperemos que triunfe el modelo de Pablo Echenique...

viernes, 17 de octubre de 2014

Cachorrillos de piquetes...

Resulta que hay convocada un huelga de estudiantes y la Junta de Andalucía ha dado instrucciones de que, si nadie asiste a clase, los profesores no pongan faltas de asistencia a los alumnos. Al menos eso nos decía ayer una tutora en una reunión que mantuvimos en el instituto.

Nos contaba nuestra hija que son cuatro o cinco de su clase los que no quieren ir a la huelga, pero que sus compañeros, cachorros de futuros piquetes que sí quieren secundarla -según muchos de ellos, porque ya tienen planes...-, les están presionando para que firmen y no asistan a clase, pues si asistiera algún alumno, a ellos sí les pondrían falta. Por supuesto, todos firmaron y ninguno irá a clase. 

Como ven, una muestra más de cómo la actitud de nuestros políticos en general, y del gobierno andaluz en este caso, manipula al personal.

Si en lugar de dar instrucciones para que no se contabilice como falta la inasistencia general, las hubiera dado para que se contabilizase como falta de asistencia a quien falte y la materia que corresponda a ese día se considere impartida aunque la inasistencia sea general, los alumnos se sentirían menos coaccionados por sus "compañeros" y tomarían más libremente su decisión. Además, y no menos importante, quienes decidieran secundar la huelga entenderían que el ejercicio de ese derecho también tiene consecuencias -una falta de asistencia y un esfuerzo extra para recuperar la materia impartida-, y que hay que ejercerlo con responsabilidad.

Es irresponsable transmitir a nuestra juventud que una decisión tan extrema como la huelga son unas vacaciones o una fiesta. Porque después, cuando crezcan y la asunción de responsabilidad por las decisiones tomadas no sea ya opcional, vivirán enfadados con el mundo o morirán defendiendo causas absurdas. 


martes, 14 de octubre de 2014

Ha perdido don Cayo una buena ocasión para callar...

Está últimamente el señor Cayo Lara que se sale del pellejo en Twitter.

Decía el otro día que los hijos de trabajadores que habíamos estudiado en la Universidad no debíamos olvidar nunca que fue gracias a la lucha de la izquierda y los sindicatos.




Hombre, en mi caso, pude estudiar en la Universidad gracias a las denominadas Universidades Laborales que creó Franco allá por 1.955 para los hijos de obreros. Y gracias a mi esfuerzo, claro. Sin duda, no olvidaré ninguna de las dos cosas. Imagino que quienes hayan estudiado su carrera gracias a la izquierda y a los sindicatos, si es que hay alguno, tampoco lo olvidarán.

Y hoy escribía también que la reforma laboral abarató el despido a 20 días por año y que los trabajadores despedidos perdieron miles de millones que no pagaron los empresarios.




Habría que recordarle al señor Lara al menos un par de cuestiones.

En primer lugar, que las indemizaciones por despido en España se crearon durante la dictadura de Franco, mediante la Ley de Contrato de Trabajo de 1944, modificada mediante decreto en 1956, ratificado en el texto refundido de la Ley de Procedimiento Laboral de 1973, que sufrió una modificación mediante Real Decreto el 16 de Julio de 1976, a los pocos meses de la muerte del dictador, gracias a la cual la indemnización por despido improcedente podía llegar ¡¡hasta las 120 mensualidades!! -es preciso recordar que  desde la aprobación del Estatuto de los Trabajadores hasta las últimas reformas laborales, la indemnización máxima era de 42 mensualidades-, y que finalmente se volvió a modificar en 1977 mediante Real Decreto-Ley, reduciendo la indemnización máxima a 60 mensualidades.

Y en segundo lugar, que ni la reforma laboral de Zapatero ni la de Rajoy abarataron el despido objetivo a 20 días por año trabajado, puesto que tales indemnizaciones ascendían ya a 20 días por año trabajado desde 1980, conforme al art. 53.1.b) del Estatuto de los Trabajadores, y así permanecen hasta la fecha.

En fin, que un pelín menos de soberbia y un pelín más de rigor intelectual no le vendrían mal al señor Lara antes de atribuirse méritos en exclusiva o de afirmar según qué cosas.


domingo, 12 de octubre de 2014

Repitiéndolo una vez más... y las que hagan falta

Que el libre mercado no está en el origen de la crisis resulta tan evidente para quien quiera verlo, como evidente es que casi nadie desea reconocerlo. De esto hemos hablado ya en la taberna decenas de veces, pero no viene mal repetirlo.


Publicado en el periódico El Mundo


De la alergia de los empresarios al libre mercado, del temor de los políticos a la libertad, del complejo de la izquierda con la riqueza fruto del esfuerzo personal, del riesgo moral... De todo eso hemos hablado. Todo eso se ha apuntalado con argumentos nunca rebatidos. Pero no sirve de gran cosa. Tampoco sirve que el reo de tanto mal ni haya estado, ni esté, ni se le espere. Da igual, porque ya ha sido condenado a la inexistencia, a existir en otra cosa. 

Que el ciudadano fuera el principal beneficiado del libre mercado parece no importar ni al propio ciudadano. De eso, de que no le importe, o mejor dicho, de que le preocupe su existencia, ya se encargan los poderes, los de hecho y los de derecho.

Los políticos de cualquier colorín quieren más Estado porque eso es más poder, y todos lo quieren para lo mismo: para enriquecer a los suyos a costa de los otros, aunque los suyos sean unas veces unos y otras veces otros.

Los dueños del dinero, los empresarios, quieren más Estado que les garantice no tener que competir a cara de perro contra el mérito y la capacidad de quienes aún, pobres ilusos, creen que sus éxitos dependerán de ello.

Y los ciudadanos, ¡ay, los ciudadanos!, quieren más Estado que decida por ellos porque esto, según les advierten los poderes de hecho y de derecho, les hará libres.

En fin, que aquí, unos y otros, parecen sentirse cómodos con aquello que dicen que dijo una vez un antiguo y afamado torero cuando le preguntaron qué opinaba sobre la guerra civil: ya no sé quiénes son los malos y quiénes son los míos.

sábado, 11 de octubre de 2014

Redondo y hueco como un balón...

Escribe hoy Pedro Sánchez una interesante tribuna política en la prensa. Dice cosas imposibles de no compartir para cualquiera que se sienta demócrata.

"La democracia no es tan solo votar cada cuatro años, es una forma de gobernar que, siguiendo a Dahl, para su plena efectividad y calidad requiere una alta participación e implicación ciudadana en los asuntos públicos; un sistema electoral suficientemente representativo; una ciudadanía informada que conoce las políticas existentes, las alternativas posibles y sus previsibles consecuencias; una sociedad sin desigualdades lacerantes y sin exclusión social; un respeto escrupuloso a la ley; y, finalmente, un electorado que controla la agenda del sistema y del Gobierno"

Después entra ya en valoraciones sobre la gestión del adversario, legítimas pero partidarias, como por otra parte cabe esperar de cualquier dirigente político. Y aquí surgen los primeros problemas, porque sus afirmaciones pueden ser contrastadas con la realidad y, sobre todo, con lo que realmente hacen en aquellas administraciones en las que gobiernan.

Afirma que "bajo el mandato del PP hemos llegado a niveles de desigualdad económica lacerantes". Si acudimos al indicador más utilizado para medir la desigualdad, el coeficiente de Gini, podemos comprobar que el índice más alto de desigualdad desde 2002 se produjo en los años 2010 y 2011 -gobiernos del PSOE-, y en 2012 -gobierno del PP-, recuperándose en 2013 -gobierno del PP-, pero manteniéndose todavía en niveles superiores a los años 2009 y anteriores. Como se ve, no hay grandes diferencias entre la gestión de unos y otros. Cuando la economía va mal, aumentan las desigualdades, y cuando mejora, disminuyen. Ningún mérito que resaltar. Ninguna diferencia entre la gestión de los socialistas del PP y los del PSOE.

Continúa diciendo que "un Gobierno que usa el decreto-ley como forma natural de ejercer la iniciativa legislativa [...] no puede hablar seriamente de renovación democrática". Y tiene toda la razón. Pero nuevamente los hechos le sacan los colores a su buen criterio. El abuso del decreto-ley de este gobierno y del anterior, al que él apoyó como diputado en el Congreso, es cuantitativamente similar.

Y añade que "un Gobierno que coloniza hasta límites extremos las instituciones de control y que nombra para dirigir RTVE a un «ferviente militante» no puede creer en los pesos y contrapesos de la democracia representativa". Y también tiene toda la razón. Y de nuevo, la realidad le estropea su impecable argumento. Por ejemplo, allá donde gobierna su mentora, Susana Díaz, la televisión autonómica es tan sectaria y manipuladora como la de las comunidades gobernadas por el PP. Ni más ni menos. Y como guinda de esa alergia a los pesos y contrapesos de la democracia que defiende el señor Sánchez, la señora Díaz aprobó hace ya año y medio un decreto por el que el subdirector de RTVA, elegido a dedo, asumía las funciones del dimitido director general hasta que las fuerzas políticas se pusieran de acuerdo para elegir al nuevo director general. Año y medio hace ya. ¿Para qué se van a poner de acuerdo si la que manda obtiene más rédito con el desacuerdo?

Podríamos seguir con otras afirmaciones, más que razonables, imprescindibles para una democracia sana, como la promoción de una Administración imparcial y meritocrática, la democracia interna de los partidos, la transparencia, la lucha contra la corrupción... El problema es que no hay más que mirar a Andalucía, esa tierra donde podrían poner en práctica todo ese repertorio de magníficas y plausibles ideas, y percatarse de que ni están ni se las espera.

"Están invitados a exigirnos", titula Pedro Sánchez su artículo, y dice estar convencido de que cuanto más les observemos, mejor se comportarán, quizás sin percatarse muy bien de lo que subyace bajo esas palabras. La aparente humildad de esa convicción, su obvio infantilismo, no encierra más que la desconfianza crónica de ellos hacia ellos mismos, conscientes de que allí arriba no llegan precisamente los más capaces, los más honestos, los más brillantes. No, allí arriba llegan los más hábiles en esquivar los navajazos de los suyos, casi siempre más certeros e invisibles que los de enfrente, llegan los que han aprendido a nadar vestidos sin mojarse la ropa. Y esos, sólo sintiéndose observados serán capaces de controlar su soberbia ontológica. Por eso lo piden ahora que aún no están ebrios, que aún no tienen la botella a mano, que aún tienen momentos de lucidez, porque saben que cuando estén borrachos de poder ya será tarde.  

Sí, el artículo le ha quedado tan redondo como hueco al señor Sánchez. Un ejercicio más de catecismo político, de palabras abrochadas como corbatas de primera comunión a su impecable camisa blanca, de ilusiones garabateadas en modernas pizarras digitales, tan pulcras y desmemoriadas, que no dejan el más mínimo rastro de tiza en la tarima. 

viernes, 10 de octubre de 2014

Mientras el desprecio social no esté a la altura de las circunstancias...

Además de un sano ejercicio, es una excelente vacuna contra el sectarismo mostrar y subrayar las incoherencias del personal, sean del color que sean. Y más aún cuando quienes caen en ellas son personajes que se han caracterizado por la defensa pública de ciertas convicciones o creencias personales y que, de alguna manera, aspiran a que el pensamiento y comportamiento ajenos se adecúen a esas convicciones.

El clásico haz lo que yo te diga pero no lo que yo haga cuando quien así actúa lo hace a cara descubierta, sin ocultar su desfachatez, y el personal lo compra, me parece aceptable. Al fin y al cabo, sarna con gusto no pica. Pero cuando alguien se da públicamente golpes de pecho con sus principios y aspira a ganar un ejército de prosélitos para su causa mientras reniega de tales principios por la vía de los hechos, el reproche y el desprecio social debiera ser de tal magnitud, que hasta hiciera innecesario un posible reproche jurídico.

Y para muestra, un par de botones recientes que ilustran esos comportamientos a ambos lados de las barricadas.

El primero, un importante dirigente sindical de Asturias, que masticaba a dos carrillos sus principios socialistas y sindicales a grito limpio mitin tras mitin, mientras hacía una fortuna de 1,4 millones de euros de dudoso origen y sin contribuir al fisco como sus principios socialistas y sindicales parecieran exigirle. Pidamos derechos sociales y Estado del Bienestar, pero que los paguen los demás.

El segundo, un par de presuntos liberales -los señores Recarte e Iranzo-, que siempre han renegado en tertulias televisivas y artículos de opinión de lo público, de las subvenciones, de la politización de instituciones financieras y del despilfarro, poniéndose mientras las botas con la tarjeta negra de Caja Madrid y con sus sueldazos de consejeros de la banca pública durante varios años.

Mientras el desprecio social no esté a la altura de las circunstancias...


De las culpas que siempre son del otro...

Como no soy sospechoso de haberle tocado las palmas a este gobierno, ni de no haber criticado que el presidente eligiera a una médica de ministra de Fomento o a una socióloga de ministra de Sanidad que está haciendo buena a su antecesora, ni de no haber pedido la dimisión de Rajoy apenas un mes después de su toma de posesión, puedo decir, sin que nadie me acuse de hacer leña del árbol caído, que la crisis del ébola no puede estar gestionándose peor, en el fondo y en las formas.

Dicho esto, que resulta evidente, habría que añadir que es igual de evidente que aquí hay más responsables, aunque resulte políticamente incorrecto decirlo. Ayer escribía en un tuit Ignacio Escolar -ya saben, ese periodista ampliamente reconocido por su objetividad-, que "el PP cumple el protocolo. En el Prestige, culpar al capitán. En el Alvia, al conductor. En el ébola, a la enferma".

Dar a entender que en esos tres casos los únicos culpables son los políticos, exonerando de toda responsabilidad al capitán del Prestige, condenado por desobediencia a la autoridad, o al conductor del Alvia, que circulaba por esa curva a más de 150 km/h y está imputado, o a la enferma de ébola que reconoce que se tocó la cara con el guante y que no le dijo nada sobre que había estado en contacto con un enfermo de ébola a su médico de cabecera cuando acudió a él con fiebre, es cuando menos mezquino, amén de manipulador.

No se trata de culpar a la enferma, que bastante penitencia -excesiva diría yo-, tiene ya con estar jugándose la vida, pero tampoco de solidarizarse con ella hasta el punto de olvidar que con su actitud irresponsable ha puesto en peligro la vida de muchas personas.

¿Que ha habido improvisación, que ha faltado formación al personal sanitario y medios materiales? Sin duda, ésa es una responsabilidad política y debiera serlo penal. Pero si lo que cuenta la prensa es cierto, nadie en su sano juicio podría afirmar que la auxiliar de clínica se infectó por falta de formación o de medios -cualquier persona, sin ser sanitario, sabe que tocarse la cara con un guante infectado es peligroso-, o que ocultó información relevante a su médico por ignorancia. Es más, lo razonable es pensar que lo primero, tocarse la cara con el guante, fue un descuido, quizás un exceso de confianza, un error que le puede pasar a cualquiera, pero ocultar información vital a su médico de cabecera parece más bien una decisión premeditada y consciente.

Cada palo debe aguantar su vela y reponsabilizarse de sus propios actos. Ser comprensivos y solidarios con quien se ha jugado la vida por salvar la de los demás es de bien nacidos. Cuestión bien distinta es serlo por razones ideológicas, partidarias o corporativistas.


lunes, 6 de octubre de 2014

Como los intermitentes...

Ya apuntaba maneras de improvisador cuando era candidato a la secretaría general del PSOE y ahora se consolida, pareciendo un hombre de Estado los días pares, y podemizándose los días impares.

Ahora me comprometo a primarias abiertas en Noviembre, ahora no. Ahora soy antitaurino, ahora no. Ahora un funeral de Estado por cada víctima de la violencia doméstica, ahora no. Ahora hay que eliminar el Ministerio de Defensa, ahora no.

Vamos, que funciona como los intermitentes, ahora sí, ahora no.


Total, otro mentiroso más...

"Es rotundamente falso que esa empresa [Matsa] haya tenido un trato de favor; el proyecto se declaró incentivable, señor Bonilla, para que usted se entere, en octubre del año 2007, previamente se comprobó su naturaleza, que no se había iniciado y que se localizaba en zona adecuada" (respuesta del señor Chaves en la sesión de control al gobierno del 10 de Junio de 2009, página 11)

Si el señor Chaves dijo la verdad y se comprobó que no se habían iniciado las obras, entonces el Instituto para la Reestructuración de la Minería del Carbón y Desarrollo Alternativo de las Comarcas Mineras mintió en el BOE sin que Matsa realizara alegación alguna a su resolución, mintió el ministro Sebastián en su comparecencia en el Congreso y miente ahora la Junta de Andalucía al reclamar la subvención con el argumento de que las obras ya estaban iniciadas cuando se solicitó la misma.

No sé yo, pero me parece a mí que es más fácil concluir que quien mintió fue el señor Chaves y no los otros tres. Y en sede parlamentaria. Pero vamos, que pelillos a la mar. Total, otro mentiroso más...


sábado, 4 de octubre de 2014

¡Cómo nos gusta quedarnos en las formas para no mojarnos en el fondo, matarile, rile, rile...!

Que nunca ha estado fina en las formas es tan evidente como que la prensa, los partidos y los sindicatos de todos los colores han preferido quedarse en la superficie para que la realidad no les estropee un buen linchamiento con réditos populistas.

Me refiero a la presidenta del Círculo de Empresarios, Mónica de Oriol, quien ya dijo en su día que los trabajadores sin cualificación no valen para nada -aunque pretendía decir que el salario mínimo interprofesional es un enorme error-, o que los subsidios generan parasitismo, o que sindicatos y patronal son una casta que defienden sólo sus intereses y no la competitividad, y que ahora ha dicho que la legislación laboral sólo perjudica a las mujeres a las que pretende proteger.

Todo lo que ha dicho, aunque quizás no como lo ha dicho, es una realidad. Podrá no gustarnos escucharla, pero es lo que hay. Y en lugar de tomarnos en serio esos problemas, analizarlos, debatirlos, ponerles el foco, nos echamos las manos a la cabeza y exclamamos, ¡anda, lo que ha dicho esta retrógrada de mierda!, y nos aplaudimos unos a otros encantados de comprobar que, al fin, nos hemos puesto de acuerdo por unanimidad en algo.

Uno, que cree que el Estado debe estar para garantizar la igualdad de oportunidades en toda la amplitud y profundidad de la expresión, la seguridad de los ciudadanos, el libre mercado y poco más, comparte las reflexiones de la señora Oriol.

En el asunto concreto de la legislación laboral dirigida a fomentar la incorporación de la mujer al mundo laboral, desarrollada seguramente desde la buena fe por parte de nuestros legisladores, al tiempo que desde la más absoluta ignorancia sobre el mundo real de la empresa y de las relaciones laborales, es un tremendo error cargar a los empresarios con una responsabilidad que corresponde a toda la sociedad, y por ende al Estado.

Cuando se obliga al empresario a conceder una reducción de jornada por cuidado de un menor de 12 años y se protege a la trabajadora frente a despidos por tal circunstancia, lo que se fomenta es que el empresario, en igualdad de condiciones, prefiera a un hombre antes que a una mujer. Es una decisión absolutamente racional, que cualquiera de nosotros tomaría si fuéramos empresarios y, por tanto, irreprochable desde el sentido común. Si cuando tenga que reducir personal, el empresario se ve obligado a prescindir antes de un trabajador, hombre o mujer, competente pero sin reducción de jornada, que de un trabajador, hombre o mujer, menos competente pero con reducción de jornada por guarda legal del menor, lo más probable es que el empresario discrimine a la mujer a la hora de contratar. Se convierte así una legislación teóricamente protectora, en una realmente discriminadora de la mujer.

Pero si estamos de acuerdo en que la mujer tiene una serie de dificultades añadidas para labrarse una carrera profesional por el simple hecho de ser mujer, y que debemos garantizar una igualdad de oportunidades efectiva que no existe, a pesar de una legislación teóricamente protectora, ¿qué podemos hacer?

En primer lugar, ser conscientes de que imponer a un sector de la sociedad, los empresarios, la obligación de soportar una responsabilidad que es de todos, que es del Estado, no funciona. Es necesario tomar medidas que sean neutras respecto de las decisiones empresariales, que no hagan que el empresario que discrimina no contratando mujeres tenga menores costes que el empresario comprometido con la función social de la empresa porque si no, al final, o este último termina discriminando para sobrevivir, o terminará cerrando su empresa por no poder competir contra los menores costes de las empresas que discriminan.

Así, por ejemplo, subvencionar una buena red de guarderías y servicios dirigidos a las necesidades de las familias con hijos en las que ambos padres desean trabajar, con costes adaptados a cada renta. O implantar medidas en las que el empresario se enfrente al mismo problema con independencia de que el trabajador sea hombre o mujer, por ejemplo, equiparando los permisos retribuidos de paternidad y maternidad, de manera que no sean transferibles entre los progenitores. En definitiva, como se dijo antes, medidas que sean neutras a las decisiones empresariales, en las que el empresario no adquiera ninguna ventaja o desventaja competitiva dependiendo de la decisión que tome respecto al sexo del trabajador.

Pero nuestra legislación laboral no sólo yerra en este asunto, sino que es incoherente en muchos otros. Busca fines loables con mecanismos alejados del mundo real, y claro, lo esperable es que consigan exactamente lo contrario. Ahí llevan algunos ejemplos ilustrativos.

El permiso de lactancia contemplado en el art. 37.4 del Estatuto de los Trabajadores, que se supone que es para lo que su propio nombre indica, es posible acumularlo en jornadas completas. Es decir, acumular la hora diaria de permiso en el equivalente a días de permiso completos. ¿Se supone que en esos días deben cebar al niño para no tener que darle de comer en los meses posteriores hasta que cumpla los nueve meses?

La sucesión de empresas, concepto regulado en el art. 44 del ET, se introdujo como una manera de evitar el traspaso de los trabajadores de una empresa a otra con pérdida de sus derechos de manera fraudulenta. Actualmente, la jurisprudencia ha ampliado generosamente dicho concepto aplicándolo, por ejemplo, a aquellos supuestos, muy habituales en las licitaciones públicas de servicios, en los que una empresa presta un servicio a un cliente con un equipo de trabajadores y, al cabo de cierto tiempo, el cliente solicita nuevas ofertas al mercado, obteniendo un precio más ventajoso que el actual. El cliente decide cambiar de proveedor y el nuevo contratista se plantea el dilema de iniciar un proceso de selección de personal en el mercado o de contar con parte del personal de la empresa saliente. Si el nuevo contratista contara con el personal de la otra empresa, tiene muchas posibilidades de que, ante una demanda de cualquiera de esos trabajadores, un juez dictamine que ha existido sucesión de empresas y, en ese caso, el nuevo empresario deberá respetar todas las condiciones del trabajador, desde su salario original, hasta su antigüedad, tipo de contrato, beneficios sociales, etc... ¿Qué hará un empresario que sea consciente de esta realidad? Sin duda, no contratará a ninguno de los trabajadores de la empresa saliente, incluso aunque se presentasen al proceso de selección abierto. ¿Y qué habrá conseguido una norma creada para proteger al trabajador? Que los trabajadores con experiencia en ese servicio pierdan su trabajo, que la nueva empresa deba contratar trabajadores menos productivos, al menos hasta que superen la curva de aprendizaje del servicio a prestar, y que la economía se vuelva menos competitiva.

La conversión de los contratos por obra o servicio determinado en indefinidos si su duración supera los 3 años, art. 15.1.a) del ET, y de los temporales que superen los 24 meses en un periodo de 30, art. 15.5 del ET, que persiguen acabar con la dualidad de nuestro mercado laboral -indefinidos sobreprotegidos y gran precariedad en los contratos temporales-, fomentando la estabilidad en el empleo, consiguen exactamente lo contrario. Cuando un trabajador ya ha estado 13 meses en una empresa con un contrato temporal, y 4 meses después podría ser contratado por otros 12 meses, el empresario no lo contrata, sino que contrata a un nuevo trabajador porque el coste posterior del despido es muy superior al coste adicional que el descenso momentáneo de productividad del nuevo trabajador le provoca. Sin esas limitaciones, es probable que el primer trabajador fuera de nuevo contratado. Con esa limitación, se produce la rotación automática, que provoca la permanencia en el paro del trabajador al que se pretendía proteger, e implica además un deterioro de la productividad en la economía.

Lamento sinceramente la longitud de la entrada, y sé que casi nadie va a llegar hasta aquí -es lo que tiene este medio, que sólo se aprecian los mensajes breves y simpáticos-, pero el asunto es demasiado trascendente como para despacharlo con la torpeza con la que lo hace la señora de Oriol, o la frívola indignación de las fuerzas vivas y vividoras de este país.


viernes, 3 de octubre de 2014

Los Manolos...

Ayer me contaba una persona muy cercana -tanto, que por las noches me da codazos para que deje de roncar-, una escena que presenció por la mañana y que ilustra muy bien lo que ayer escribí. Resulta que ella suele comprar la fruta y la verdura en una frutería de las de siempre, y que el frutero, al que conoce desde hace muchos años, tiene una empleada.

Mientras ojeaba el género, llegó una chavala para ofrecerle a Manolo el frutero un curso de formación para su empleada, subvencionado por la Junta de Andalucía. El frutero le preguntó si era de esos cursos en los que regalan una tablet, y que si era así, que sí, que él le firmaba todos los papeles como si hubiera realizado el curso, pero que desde luego, su empleada no iba a asistir, que él sólo quería la tablet.

Esa persona cercana que me da codazos por la noche -y otras cosas más agradables cuando me lo merezco-, levantó la vista del cajón de kiwis y se encaró indignada con Manolo, recriminándole su actitud y su desvergüenza, a lo que éste le respondió que, para que se lo lleven crudo los de arriba, que al menos a él le toque algo.

No parece, pues, que sean los políticos quienes son el reflejo de una sociedad corrupta, sino más bien al contrario. No recuerdo yo haberle escuchado a ninguno de ellos, cuando les trincan con el carrito de los helados, argumentar que, para que se lo lleve crudo Manolo el frutero, mejor se lo llevan ellos.

El frutero muestra al menos algún vestigio de remordimiento cuando se preocupa de buscar una coartada en el mal ejemplo de quienes debieran ser ejemplares, aunque sólo sea para encontrar algún alivio moral a su mezquino comportamiento. El político trincón y vividor ni siquiera piensa que deba necesitar coartada. Salvo el señor Gracia, que como su tocayo el frutero, se refugia en la inmoralidad ajena para justificar la propia, como si ser exquisitamente ejemplar no debiera ser un requisito imprescindible para representar al pueblo, para hablar y actuar en su nombre.