martes, 11 de noviembre de 2014

¡Con dos cojones...!

Lamentable debate, casi una charla de amiguetes, entre Podemos y PSOE.

Por subrayar algo, las contradicciones y mentiras del eurodiputado López Aguilar, que se ha tragado el rosario y lo vomita cuenta a cuenta con los ojos en blanco. Como hacen casi todos, por otra parte.

Pueden ver el debate, por decir algo, íntegro en este enlace. Pero permítanme que les cocine una tapita, ensartando en un pincho, una detrás de otra, tres afirmaciones hechas por el señor Aguilar separadas por apenas unos minutos de conversación.







Primero dice que está en contra de esa política disparatada que ha impuesto la mayoría conservadora, y que ha tenido como consecuencia que en países como España se haya pasado de una deuda del 30% del PIB antes de la crisis, al 100%. Y después se queja de que la Comisión europea ha estado dominada ampliamente por una política austericida. Más allá del erróneo uso del término, ¿cómo es posible que se queje de lo uno y de lo contrario? ¿cómo se puede criticar que los países hayan seguido endeudándose, pasando de un 30% de deuda pública al 100%, y quejarse a renglón seguido de una supuesta política de austeridad? Tienen tan interiorizado el catecismo y tan desordenada la oración, que ni siquiera se percatan de que una política de austeridad jamás habría multiplicado por tres la deuda pública. Lo sueltan con las mismas entendederas con las que uno lee la factura de la luz.

Y lo último es ya de traca. Afirma que no ha sido la política sino la ausencia de regulación de las entidades financieras la causante de la crisis. No una nefasta regulación financiera, no la laxitud de los políticos en la aplicación de esa regulación, no la gestión de los políticos al frente de las cajas, no, sino la ausencia de regulación del sector económico más intervenido del mundo. ¡Con dos cojones...!


2 comentarios:

Dyhego dijo...

Lo que te decía, más corruptos que cofrades.
Salu2.

Er Tato dijo...

Bueno, en ese caso, más que de corrupción, se trata de una mezcla entre ignorancia, catecismo y aquello del tonto paseando el dedo por la valla.

Ahí va un cafelito

Saludos