jueves, 11 de diciembre de 2014

De la libertad sin control... y yo sin enterarme

A uno le preocupa leerle a todo un premio Príncipe de Asturias que "estamos en el colmo de la libertad sin control, sin contrapoder", o que "la libertad sin restricción de los merados ha acabado con el resto de libertades", o que "en los totalitarismos existía la hipertrofia de lo colectivo que sometía al individuo", o que "en la actualidad, la doctrina neoliberal recorta autonomía a la política", o que "el neoliberalismo ha logrado que la soberanía de los intereses esté por encima de la soberanía del pueblo".

Y le preocupa porque le hace sentir a uno marciano. Pero como él es un ilustre pensador y un servidor sólo es un humilde tabernero, lo más probable es que sea él quien tenga razón.

Seguramente sea "la libertad sin control" la que permita a las empresas iniciar sus actividades de un día para otro sin ningún tipo de trabas administrativas, o decidir las condiciones en las que contrata o despide a sus trabajadores, o el nivel de impuestos que pagan.

También es más que probable que "la libertad sin restricción de los mercados haya acabado con el resto de las libertades", porque son los mercados los que imponen a los ciudadanos cuántos impuestos deben pagar, a qué sectores o empresas se subvenciona, cuál es el salario mínimo que deben cobrar, si pueden ir o no un domingo a comprar fruta o un televisor...

Y posiblemente lleve también razón al afirmar que "en la actualidad, la doctrina neoliberal recorta autonomía a la política", como resulta evidente al comprobar que los políticos se gastan cada año casi la mitad de lo que produce el país, o que suben impuestos a su antojo, o que subvencionan precios en los mercados, o que imponen o eliminan aranceles al gusto, o que manejan al poder ejecutivo, judicial y legislativo a su antojo, BOE mediante.        

Ahora bien, lo que me ha descolocado de verdad es eso de que "en los totalitarismos existía la hipertrofia de lo colectivo que sometía al individuo". De lo poco que yo viví el franquismo no recuerdo precisamente que el sometimiento del individuo se debiera a una hipertrofia de lo colectivo. Y de lo leído, tampoco. ¿O acaso se refiere a los totalitarismos de izquierda?

En definitiva, que no sé qué me habría fumado yo cuando escribí todas esas sandeces sobre los pérfidos mercados. Fuera lo que fuera, acabo de ver la luz. Y me ha quedado clarísimo que la culpa de todo ha sido, y es, del neoliberalismo y de la libertad sin restricción de los mercados, que llevan décadas campando a sus anchas. Y yo sin enterarme.


2 comentarios:

Dyhego dijo...

Libertad dirigida se llama eso ¿no?
Salu2, don Tato.

Ponga usted un carajillo,por favor, que hace frío.

Er Tato dijo...

Pues no sé si es dirigida o no, pero lo que no es desde luego es libertad ni libre mercado. Aunque lo diga un Príncipe de Asturias...

Aunque ya no son horas, ahí va ese carajillo.

Saludos