lunes, 17 de noviembre de 2014

Probablemente, todo es más sencillo...

Cuando Monago dijo de inmediato, casi instantáneamente, que sus viajes privados se los pagaba él y que no recordaba cuántos viajes le pagó el Senado a Canarias, le creí. Uno puede olvidar cuántos viajes hizo a Canarias hace un lustro, pero siempre recordará si hizo algún viaje particular a costa del erario público, porque eso no se puede hacer sin querer, de eso se acuerda uno. Es como si me preguntaran cuántas comidas con clientes hice durante el último año a cargo de la empresa. No recuerdo cuántas, pero sí que nunca pasé el cargo a la empresa de ninguna comida con mi familia o con amiguetes. Porque, de haberlo hecho, lo recordaría. Esas cosas no se olvidan si uno no las hace nunca.

Después, cuando dijo que si hubiera algún viaje de los pagados por el Senado que se pusiera en cuestión, devolvería el dinero, la cosa empezó a chirriar. ¿Es que era posible que alguno de esos viajes pudiera ser cuestionado? La mera admisión de esa posibilidad resquebrajaba la solidez de la primera afirmación. Si uno duda en esas cosas, si uno piensa que pudo hacerlo, lo más seguro es que lo hiciera.

Lo que ha pasado después ya es de todos conocido. Papeles para arriba y papeles para abajo en su peregrinación televisiva, que si no los entrego porque son el fundamento de mi defensa, que si son viajes o vuelos, presunciones de inocencia dependiendo del pie del que se cojee, pruebas de austeridad vital del interfecto -¿cómo se puede vivir sin parabólica, alma de cántaro?-, la búsqueda de los tres pies al gato...

En mi opinión, todo es más sencillo que eso. El presidente extremeño le ha echado huevos a su partido con el asunto de la corrupción y su partido se ha hecho una tortilla con ellos. Porque en el mundo de la política, si vas a pisar callos, más vale que tengas el culito que se pueda comer en él.

Decía que, probablemente, todo es más sencillo. Se enamoró, y como tenía barra libre en el Senado, fue a ver a su amada todas las veces que pudo. Y seguramente no lo hizo por dinero -las dietas y otros emolumentos a los que dice haber renunciado teniendo derecho a ellos como presidente extremeño suman mucho más que esos billetes de avión-, sino por comodidad o vaya usted a saber por qué. Se equivocó, señor Monago. No pasa nada. Lo explica usted con claridad, devuelve el dinero, convoca elecciones y se presenta de nuevo. Si sus paisanos le vuelven a votar, borrón y cuenta nueva.


7 comentarios:

Dyhego dijo...

Están tan acostumbrados a que les salga todo gratis... que crees que se lo merecen todo.
Salu2, don Tato.

Er Tato dijo...

Pues llámame ingenuo, Dyhego, pero creo que éste es un tipo honesto que simplemente ha cometido un error y se está llevando todas las iras.

Saludos

Dyhego dijo...

quise decir que "creen".
Malas jugarretas de escribir rápido...
Yo ya no me fío de ninguno.
No te llamaría yo "ingenuo" ni por allá pasó.
Salu2.

Er Tato dijo...

Aunque se intuía el significado, lo de "ni por allá pasó" lo he tenido que buscar. ;-)

Ahí va un carajillo...

Saludos

Dyhego dijo...

Muy bueno el carajillo, con crema y con saber alcohólico, jejeje.

El Senado paga los viajes de los políticos (no olvidemos que ellos mismos pueden subirse el suelo y haces sus propias leyes), no te piden justificantes. Es "lógico" que muchos se aprovechen. Pero como tú apuntas, todos sabemos lo que pagamos y lo que nos pagan.
Salu2.

Anónimo dijo...

Sr. Tato, es de sentido común básico, que si un político miente descaradamente, en el caso de Monago ya ni se sabe las veces que van, debe dimitir. Además de devolver lo sustraídos a las arcas públicas y marcharse, nada de borrón y cuenta nueva, esperando que las urnas lo legitime con votantes con el mismo criterio ético que usted.

Er Tato dijo...

A ver, criaturita, que se le escapa a usted el resuello por entre las mellas.

Según usted, lo que ha hecho Monago se merece no sólo la dimisión y que devuelva el dinero -como planteo yo-, sino también su muerte civil, inhabilitándolo de por vida para el sufragio pasivo, aunque no haya cometido ningún delito y sus paisanos decidieran reelegirle con todas las cartas ya bocarriba.

Si pone el listón a esa altura con todos -y supongo que su recta ética no le admitiría cosa distinta-, deja usted al PSOE-A hecho un erial. No se salva ni Pedro Sánchez con su hipoteca preferente de Caja MAdrid.

Pero en fin, usted mismo.

Saludos, artista