Ahora que nuestra Bibiana Aído ha anunciado que el Consejo de Ministros de este viernes solicitará la declaración del 22 de Febrero como "Día Internacional por la Igualdad Salarial" y que, una vez más, vuelven a la carga con aquello de la brecha salarial entre hombres y mujeres -ya hablamos del asunto en la taberna aquí y aquí-, sería conveniente que alguien nos explicase qué quieren decir con eso de la brecha salarial. Porque un servidor es un defensor militante del "igual trabajo, igual salario" y, por tanto, cualquier diferencia salarial entre trabajadores que no esté basada en las características del puesto de trabajo y el rendimiento de cada cual me parece deleznable. Entre hombres y hombres, entre mujeres y mujeres y entre mujeres y hombres. Vamos, entre personas.
Así, en la página seis de un informe realizado por UGT para la ocasión se define la brecha salarial como "la diferencia media de salario entre mujeres y hombres por hora trabajada", y un poco más adelante enumera las causas de esa brecha salarial:
1-. La discriminación directa. O sea, pagar menos por igual trabajo.
2-. La desvalorización del trabajo de las mujeres. O sea, pagar menos por igual trabajo.
3-. La segregación del mercado de trabajo. O sea, pagar distinto por distinto trabajo.
4-. La tradición y los estereotipos. O sea, pagar distinto por distinto trabajo.
5-. La brecha inversa: el déficit de corresponsabilidad masculina. O sea, que hay menos mujeres trabajando que hombres.
Resulta obvio que la definición de brecha salarial asumida en el informe no es sinónimo de discriminación. El salario medio por hora trabajada de un ingeniero y de un peón de albañil que ejerzan de tales también son diferentes, ¿deberíamos entonces pagarles lo mismo por hora?. También es evidente que de las cinco causas de brecha salarial enumeradas, sólo las dos primeras implican un trato salarial injusto.
Continuando con el informe, a partir de su página nueve se exponen las diferencias salariales en España usando los datos de la Encuesta de Estructura Salarial del Instituto Nacional de Estadística de 2006 -en realidad han fusilado la nota de prensa del INE-, para apoyar la conclusión de que existe discriminación salarial entre hombres y mujeres. Como ya he dicho en otras ocasiones, aunque nunca he detectado esa discriminación a mi alrededor, no seré yo quien la niegue. Fundamentalmente porque mi experiencia personal es tan poco significativa para negar su existencia como los datos del INE para afirmarla.
Y me explico. Si uno analiza los microdatos y la metodología empleada para realizar la encuesta y calcular los estimadores, llegará a la conclusión de que a partir de los salarios medios de cada sexo no se puede concluir la existencia de discriminación salarial. Si buceamos en los datos podremos comprobar cómo esa diferencia salarial viene explicada por los siguientes factores inherentes a la propia metodología con la que se realizó la encuesta:
1-. Se entrevistaron a 235.272 trabajadores: 91.628 mujeres y 143.644 hombres.
2-. Tenían contrato a tiempo parcial el 26,94% de las mujeres y el 6,75% de los hombres entrevistados.
3-. La antigüedad media en su empresa de las mujeres es de 8,66 años y de 11,2 años en los hombres.
4-. El 14,53% de las mujeres y el 22,01% de los hombres entrevistados tienen responsabilidades de organización y supervisión.
5-. En las actividades peor remuneradas (trabajadores no cualificados, servicios de restauración y dependientes de comercio) trabajan el 32,34% de las mujeres y el 9,11% de los hombres entrevistados.
A la vista de estos datos es difícil colegir que la brecha salarial entre mujeres y hombres quede explicada en su totalidad, ni siquiera en una gran parte, por la discriminación pura y dura. Al calcular el salario medio de la mujer en una muestra en la que el porcentaje de contratos a tiempo parcial -con salarios lógicamente proporcionales al tiempo de trabajo-, cuadruplica a la muestra masculina; la antigüedad -que se traduce en complementos de trienios o quinquenios-, es casi un 23% inferior; hay un 34% menos de puestos de responsabilidad y supervisión; y hay 3,5 veces más trabajadoras empleadas en actividades de baja remuneración, lo verdaderamente extraño hubiera sido que los salarios medios entre ambos sexos se acercaran siquiera.
Y una última reflexión. Si tomáramos todas las encuestas de los 143.644 hombres entrevistados, anotáramos sus salarios, calculásemos su media -que son los 22.051,08 euros que se indica en el informe-, y midiéramos cuánto se desvía cada uno de los salarios de esa media, comprobaríamos que hay una gran diversidad -dispersión-, de salarios. En estadística, uno de los instrumentos que se usa para medir esa dispersión es el CV (coeficiente de variación). Pues bien, el coeficiente de variación de los salarios de los hombres asciende al 75,14%. ¿Debemos pues deducir que existe discriminación salarial entre los hombres? Es evidente que no, pues los salarios de cada uno de ellos estarán en función básicamente de su puesto de trabajo y de su tipo de jornada, y probablemente, aunque en mucho menor medida, de lo bien que le caiga a su jefe o de lo pelota que sea. Entonces, si esa variabilidad entre los salarios masculinos no significa discriminación ¿por qué ha de significarlo una variabilidad mucho menor -su CV es del 21,44%-, entre el salario medio masculino y femenino?
En fin, que hoy ha tocado otra vez ladrillo, pero no puedo soportar que por pura ideología se manipulen las conclusiones sobre datos objetivos y fácilmente contrastables.
(Por si alguien no ha tenido suficiente y quiere bucear en los microdatos de la encuesta, aquí he subido los datos extraídos del INE convertidos en hoja de cálculo Excel 2007 y con algunas tablas adicionales)
7 comentarios:
Excelente trabajo que comparto. En otro orden de cosas creo que la verdadera desigualdad se ve más en los trabajos peor remunerados-más mujeres- y en los puestos de responsabilidad-más hombres.
Muchas gracias, Antonio. Bienvenido a la taberna, y como ya es costumbre, a la primera invita la casa.
Saludos
BUENO TATO, TAMBIÉN HAY OTRA FORMA DE HACERLO MENOS DESCARADO.
Hay empresas en donde los jefes, les dan los trabajos a los hombres y hay mujeres que piden ser más aprovechadas, pero no te dan trabajos, y algunas que conozco que incluso las tienen durante horas parada, diciéndoles, que cuando tengan un rato les buscan tareas, puedo asegurarlo, lo he visto y no es que no sea capaz, es otra cosa, enseñan los programas a los hombres y son administrativos igualmente, en este tema hay mucho tomate, y mucho machista e injusto con la sarten por el mango. Y las hay con incluso dos carreras que se las da de lado y enseñan a los hombres que son de confianza y que subieron de celadores, eso pasa cantidad de veces y en las administraciones públicas... al montón. así es la cosa.:) y aunque se quejen solo consiguen que la arrinconen.
Tato.
He leído con muchísima atención tu entrada y me ha aclarado muchas cosas, porque desde que tuve conocimiento de la noticia me quedé preocupado. No sabía encajar esos datos con mi entorno inmediato y, si no recordaba mal, la legislación laboral española no permite discriminar a hombres y mujeres por la buenas. Me lo has aclarado perfectamente. Lo que sí que sería un avance de verdad es que cada vez se estrechase más la brecha real entre número de mujeres y de hombres trabajando y que no hubiese discriminación para puestos de responsabilidad a igual formación.
Un saludo en chándal desde mi casa. Je, je, je.
Bueno Karol_a, no dudo de que exista eso que has visto. Por desgracia, malnacidos los hay en todas partes, pero yo no lo he visto en mis 25 años de profesión.
En efecto, alegre opinador. La clave está en la segunda parte de tu comentario, aunque yo no creo que la diferencia en puestos de responsabilidad entre hombres y mujeres sea una discriminación gratuita por parte de los empresarios. La mayoría de empresarios, aunque sólo sea por puro egoismo, no relega a una profesional a un segundo plano si es mejor que un hombre por simple machismo. Ahí el Estado tiene mucho que decir, y lo está diciendo, aunque debería afinar algunas cuestiones. ¿En chándal? Mira que eres vulgar... ;-P
Besos y abrazos
Lo que dices en el post lo llevo diciendo hace ya varios años. Las mujeres han accedido más tarde que los hombres a la universidad así que también han empezado a hacerlo más tarde a los puestos medios y altos de las empresas. Si tienen menos antigüedad y han alcanzado, en proporción, menos puestos de dirección, lo que extrañaría, como tú mismo dices, es que la brecha hubiera sido menor o incluso inexistente.
En teoría, con el paso de los años las cifras deberían tender a igualarse, tanto en el porcentaje de puestos de dirección ocupados como en el tema salarial, aunque ésto último quizás se produzca más lentamente por el tema de la antigüedad.
Me han llamado machista muchas veces por defender estas tesis, pero ninguno de esos que lo hicieron fueron capaces de responder afirmativamente cuando les pregunté que si conocían a alguna mujer que, en la actualidad, teniendo el mismo puesto y antigüedad cobrara menos dinero que sus compañeros varones. Supongo que la culpa es mía, por intentar conversar con gente que no presentaba argumentos con los que defender sus opiniones.
Saludos.
Estas son de esas cosas de las que todos hablan pero que nadie ha visto, ApD. Bromas aparte, seguro que hay casos en los que la mujer cobra menos desarrollando las misma funciones que un hombre, pero no creo que sea una situación generalizada como se pretende hacer ver.
Saludos
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