La verdad es que el año pasado me lancé directo al corazón, pero me estiré poco con los dineros. O mejor dicho, nada. Y como hechos son amores y no buenas razones, esta vez me dije que habría menos lírica y más épica. Así que tiré de cartera y allá que me fui, a darle un sablazo a la visa, que esto de regalar sentimientos desnudos de pudor por internet queda muy bien la primera vez, pero insistir queda algo roñoso, amén de reiterativo. Y de allí vengo, de tirar la casa por la ventana para llevar la contraria a la crisis.
No obstante, tengo mis dudas, no se crean ustedes. Que no cambio el brillo ácueo de sus ojos ni el grito silencioso de su piel estremecida de hace un año, cuando le decía cuánto la quiero sin siquiera dibujar esas palabras, por la sonrisa emocionada y transitoria de una joya regalada. Tampoco sé si ella lo cambiaría. Al fin y al cabo no la quiero más por ello. Aunque tampoco menos ¡qué coño!, pensará al leerme de nuevo ante la sospecha de que esta vez tampoco ponga precio, contante y sonante, a nuestro amor. Que no se preocupe, que esta vez no tendrá que esperar a que alguien encienda el ordenador, entre en la taberna y le muestre la entrada del año pasado para recordarnos queridos. Esta vez será un leve peso en su muñeca, más caro pero de menos valor, el que se lo recuerde a diario. ¡Aaaatchissss! ¡Bendita alergia!
5 comentarios:
¿19 años?
Felicidades
En efecto, querido Juan, diecinueve años, así, en letra, que suena mejor. Muchas gracias.
Otro abrazo
Pero si yo pensaba que eras más mayor, vamos creía que estabas a punto de jubilarte.
Bueno, me he pasado, no tanto, un poco más mayor
Recuerdo esa entrada...preciosa, romántica...no sé si preferirá "algo de más peso"...ya nos contarás. Besos, Pilar
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