A veces cualquier niño demuestra más sensatez que cualquier adulto. Y ya no digamos si los adultos son dirigentes de naciones, "todopoderosas naciones". Lo peor es que aplauden en vez de caérseles la cara de vergüenza.
Al Tato le encanta provocar. Por eso ha abierto esta taberna desde la que vierte sus opiniones, cuenta sus vivencias o reflexiona sobre lo humano, que lo divino le queda algo lejos. Acodado en la vieja barra de madera ennegrecida con aroma a vino rancio, barrica y salitre de altramuces, espera curioso la polémica, el comentario o la opinión de alguien que discrepe, que para alabanzas ya tiene uno su ego.
2 comentarios:
Lo que me parece más fuerte es que fue hace dieciséis años y todo está mucho peor y estamos más ciegos, sordos y mudos
A veces cualquier niño demuestra más sensatez que cualquier adulto. Y ya no digamos si los adultos son dirigentes de naciones, "todopoderosas naciones". Lo peor es que aplauden en vez de caérseles la cara de vergüenza.
Un saludo.
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