viernes, 11 de diciembre de 2015

El mercado ancho y profundo del populismo...

A estas alturas ya estarán todos ustedes al corriente de la que le está cayendo a Marta Rivera de Ciudadadanos por cuestionar la redacción que la ley de violencia de género dio al art. 153 del Código Penal. Todos, absolutamente todos, la están poniendo a parir, incluido el PP que durante la tramitación de la ley allá por 2004, dijo cosas como éstas en el Congreso:

"...pensamos que no se han disipado las dudas de constitucionalidad que planteaban los nuevos preceptos que la ley introduce en el Código Penal. En esta cuestión, que ha sido muy debatida pero conviene recordar, el Gobierno quiso un tipo penal distinto para hombres y mujeres, aunque la conducta sea la misma, en este caso amenazas y coacciones. Si un hombre amenaza o coacciona es un delito más grave que si lo hace una mujer. Esta medida suscitó la crítica prácticamente unánime de los profesionales del derecho, que consideraban que nos encontrábamos no solamente ante una discriminación inconstitucional sino ante un grave retroceso a tiempos pasados."

También es preciso recordar que la sentencia que declaró constitucional esa modificación del Código Penal, lo hizo con 7 votos a favor y 5 en contra, incluyendo 4 votos particulares con sus correspondientes fundamentos.

Una de las cuestiones que se discute en la doctrina no es si el maltrato de un hombre a una mujer debe constituir una circunstancia agravante que aumente la pena, sino si dicha agravación debe ser, como establece la modificación legislativa, automática, sin admitirse prueba en contrario y sin posibilidad de que pueda atenuarse cuando se demuestre que la conducta del varón no responde a violencia machista ni a denigración de la víctima por ser mujer. Porque para sancionar de manera más grave la conducta de violencia conyugal que responda a un patrón de delincuencia machista no es necesaria esa agravación obligatoria, sino que bastarían las agravantes genéricas contenidas en los arts. 22 y 23 del Código Penal, como el abuso de superioridad o la circunstancia mixta de parentesco, o plantear la agravación en la norma como potestativa.

A la vista de esas posiciones enfrentadas en la doctrina y entre los profesionales del Derecho, no deja de ser significativa la unanimidad en la crítica demagógica, cobarde y superficial a la postura de Marta Rivera, postura que, insisto, es compartida por una parte importante de la doctrina y por 5 de los 12 magistrados del Tribunal Constitucional que dictaron la sentencia. Por tanto, se comparta o no su opinión, no parece que la señora Rivera haya dicho una barbaridad de tal calibre que justifique que le salten a la yugular por retrógrada. A mí, cuando menos, me ha parecido valiente, que no es poco con los tiempos de simpleza y cobardía intelectual que corren.

Una vez más, nuestros políticos demuestran su superficialidad e ignorancia -no se sabe si auténtica o impostada-, a la hora de combatir ideas con demagogia. Será porque el populismo tiene todavía un mercado ancho y profundo...


domingo, 6 de diciembre de 2015

El uno por fandangos y el otro por peteneras...

Hay que reconocer que, en términos generales, el presidente no estuvo mal.

Teniendo en cuenta que sus antecesores en el mal trago de tener que dar explicaciones a los ciudadanos a cara de perro nunca han gobernado y podían hacer castillos en el aire, en efecto, no estuvo mal el presidente, no.

Pero... Siempre hay un pero. Y es que el señor Rajoy salió por peteneras cuando uno de los ciudadanos le preguntó por el erróneamente denominado impuesto al sol. Ese ciudadano se refería a esto y no al recorte de las primas a las renovables. Cierto es que el presidente se fue hábilmente por los cerros de Úbeda, pero no deja de ser curioso y significativo que el ciudadano ni se enterase. Seguramente alguien le había preparado la pregunta y no tenía ni zorra idea de lo que estaba preguntando. Como para pedirle encima que se enterase de la respuesta y repreguntara...





lunes, 30 de noviembre de 2015

A la Sexta va la vencida... O no

Pues ahora que lo dice la Sexta, oráculo de la progresía de este país, imagino que algunos, espero que muchos, empezarán a dejar de decir tonterías y a plantear este asunto con el debido rigor.

Otros, pocos, muy pocos, hemos escrito sobre esto desde hace más de ocho años en cinco ocasiones sin demasiado éxito. Se ve que a la Sexta va la vencida. ¿O tampoco?


Ya verán, ya...

Ya verán cómo los que ahora reclaman que el Estado salve a Abengoa de una nefasta gestión, son los mismos que despotricarán después contra el libre mercado tras no permitirle actuar purgando las empresas mal gestionadas. Los mismos que acusarán al libre mercado de socializar las pérdidas tras clamar al cielo que se socialicen a través de la intervención del Estado.

Sí, es una estrategia perversa acusar a alguien de no actuar habiéndole impedido previamente hacerlo. Pero los ciudadanos la compran. ¿Ven como el libre mercado es el diablo?, les dicen una y otra vez. Mientras, el libre mercado hace oídos sordos porque ni está ni se le espera. Demasiados intereses para permitirse el lujo de la libertad.

Este asunto se arreglaría si les dejaran solos. La simple expectativa de que el Estado intervendrá -ya lo está haciendo con sus rotundos mensajes-, incentiva a las partes a no llegar a un acuerdo, a la espera de que otros, los ciudadanos, asuman parte del riesgo y de la posibles pérdidas.

Ya verán, ya... 


miércoles, 18 de noviembre de 2015

Al rico refranero...

Dios, o quien sea, los cría, y ellos se juntan. Ya saben, más vale nacer con estrella que nacer estrellados. 

En fin, que vaya dos patas para un banco.


jueves, 12 de noviembre de 2015

De imposturas y réditos ideológicos

A Arcadi Espada -que dicho sea de paso, no es santo de mi devoción-, le están dando hasta en el cielo de la boca. Pero qué quieren que les diga, yo estoy bastante de acuerdo con el fondo de lo que dice. A mí, tanto minuto de silencio a las puertas de los Ayuntamientos, cámaras mediante, y tanta manifestación para subrayar la obviedad de lo que no es más, ni menos, que un asesinato tan execrable como cualquier otro, me parece altamente sospechoso de rédito ideológico.


martes, 10 de noviembre de 2015

La pela es la pela...

El español es ontológicamente chapucero, improvisa antes que planifica. Es entendible por tanto que algunos catalanes quieran dejar de ser españoles. No lo es tanto que pretendan conseguirlo comportándose como tales. Porque lo que viene sucediendo en los últimos meses en Cataluña, culminado por la resolución aprobada ayer en el Parlamento catalán, no es más que una inmensa chapuza impropia de catalanes que desean dejar de ser españoles.

La pregunta no es qué puede hacer el Estado español para evitar lo que pretenden los independentistas -que puede hacer muchísimas cosas-, sino qué pueden hacer los independentistas para conseguir lo que pretenden, más allá de declaraciones de intenciones y pulsos políticos.

En la práctica, ningún Estado moderno puede funcionar sin recursos económicos. Quienes promueven esta chapuza lo saben. Y por eso, junto a consignas panfletarias varias, incluyen en la resolución aprobada la verdadera clave de bóveda del proceso: la promulgación urgente de una ley de Seguridad Social y otra de Hacienda Pública.

Imaginemos que dentro de un mes han aprobado sendas leyes. Al margen de las cotizaciones, casi el 90% de los ingresos del Estado provienen de IRPF, IVA e Impuesto de Sociedades. La mayor parte de la recaudación de esos impuestos se realiza a través de las empresas. El IRPF se retiene en las nóminas de los trabajadores y se ingresa en Hacienda, el IVA se recauda por las empresas y es ingresado periódicamente en Hacienda y el Impuesto de Sociedades es ingresado por las empresas en Hacienda. En cuanto a las cotizaciones, tres cuartos de lo mismo.

¿Quiénes van a empezar a ingresar sus impuestos en las recién creadas Hacienda y Seguridad Social catalanas y dejar de ingresarlos en las del Estado español? En principio, el 37% del censo ha votado sí a la independencia. Admitamos -por elucubrar que no quede-, que sea incluso el 50%. Sigamos admitiendo que ese porcentaje se reproduce entre el mundo empresarial y que el 100% de esos empresarios independentistas están dispuestos a dejar de ingresar los impuestos en el Estado español y a ingresarlos en el nuevo Estado catalán, a pesar de que dejar de hacer esto último podría tener consecuencias, administrativas y penales, muy graves para ellos. Incluso en ese escenario, probablemente el más óptimo que pudiera darse, ¿creen ustedes que sería económicamente viable un Estado catalán con esos ingresos? Al Estado español le bastaría con esperar sentado a ver pasar los cadáveres políticos de los independentistas. Y quizás sea eso lo que debiera hacer. Ya saben, las cosas caen por la fuerza de la gravedad, y si no, lo harán por su propio peso.

En fin, que la pela es la pela...


lunes, 12 de octubre de 2015

Todo en orden y cada uno en su sitio

Hoy, cuando leía declaraciones de la alcaldesa de Barcelona o el alcalde de Cádiz -este último, profesor de historia para mayor escarnio de nuestro sistema educativo-, sobre el día de la hispanidad, genocidios, masacres y otras diarreas, me vino a la memoria esta entrada de hace un par de años.

Se ve que todo sigue en orden y cada cual en su sitio. 


viernes, 28 de agosto de 2015

Invita la casa. Hoy: Cosas que nadie quiere saber

Hoy, en esta invitación aún veraniega, en los coletazos de la indolencia vacacional y el ánimo perezoso de los que apuran sus últimos bostezos, ni siquiera voy a hacer introducción alguna al artículo que les dejo sobre el mostrador. Basta con la reproducción literal de su último párrafo. 

"Que la democracia interna es un ideal no exento de paradojas es obvio, pero seguramente habrá que procurar que exista algo más y algo distinto a que los partidos se limiten a ser conjuntos de palmeros que aplauden a rabiar la última ocurrencia de sus líderes, como que Rajoy decida que hay que debatir sobre la Constitución para decir quince días después que ya no toca.

Los partidos no simplemente imitan la pobreza del debate social, sino que la inducen, han descubierto que con esa simplicidad ideológica que gastan pueden seguir en lo suyo, y eso es algo que no puede sino ir a peor (para nosotros, naturalmente). En una situación de tan extrema escasez de argumentos, de tal anorexia política, debiera surgir de los medios de comunicación y de la sociedad civil un revulsivo, un empeño en hablar de lo que no se habla y en pensar sobre lo que no se piensa, porque aunque los políticos se esfuercen en negarlo, es nuestro porvenir el que está en juego, con una sociedad anestesiada, con una evolución demográfica que asusta, en una nación cuya unidad amenaza quiebra, internacionalmente casi insignificante, pese a nuestro volumen relativo, endeudada hasta mucho más allá de lo razonable y sometida, por tanto, a contingencias que pueden ocasionar una catástrofe en cualquier momento, mientras los partidos siguen dándole irresponsablemente a la manivela del gasto porque saben que todavía no nos hemos dado cuenta de que ese dinero que derrochan es el nuestro.
"

El resto pueden leerlo aquí. Si quieren, claro.

miércoles, 26 de agosto de 2015

El hombre que susurraba a los presupuestos...

Decía el otro día la ministra Báñez que el sistema de pensiones está asegurado. Un mojón. También le escuchaba hace unos días al Secretario de Estado de Seguridad Social reiterar que el sistema está garantizado y que, como muestra de ello, actualmente es absolutamente estable. Otro mojón. Debe ser por eso, porque es estable, por lo que todos los meses tienen que echar mano a la hucha de las pensiones para llegar a fin de mes.

Pero la prueba del algodón, por si lo obvio no fuera aún suficientemente contundente, son los Presupuestos Generales del Estado defendidos ayer en el Congreso por el trilero mayor del reino. Ya sé que a ustedes les parecen un jeroglífico, pero ya verán lo facilito que se lo explico sin meternos en demasiados berenjenales.

Si miran ustedes el resumen de ingresos por capítulos, verán fácilmente que las aportaciones previstas por los trabajadores a la Seguridad Social, las cotizaciones, ascienden aproximadamente a 117.000 millones de euros. Ésta es la partida de ingresos que sube si aumenta el número de trabajadores y que disminuye si baja. En definitiva, la partida que soporta realmente al sistema.

Si miran ahora el resumen de gastos por capítulos, verán que, sin contar el coste de funcionamiento del propio sistema, que serían las tres primera líneas -unos 3.800 millones-, el coste de las pensiones y prestaciones de la Seguridad Social asciende a algo más de 136.000 millones.

En resumen, y por simplificar, el sistema va a ingresar por cotizaciones 117.000 millones y se va a gastar en prestaciones 136.000 millones. O eso dice el señor Montoro en sus presupuestos.

Como se ve, con un déficit operativo presupuestado de casi 20.000 millones, el sistema es de lo más estable y está absolutamente garantizado. Ya decíamos por aquí hace tiempo aquello de que por sus presupuestos los conoceréis


viernes, 21 de agosto de 2015

Y para muestra, un botón...

Al Estado, o mejor, a nuestros gobernantes, no les gusta que les demuestren que pueden no ser imprescindibles. Pretenden el monopolio de la solidaridad para justificar así que ellos, y sólo ellos, son capaces de proteger a quienes requieren de protección. Porque si llegara a saberse que los ciudadanos organizados, la sociedad civil en definitiva, es capaz de sustituirlos a poco que se lo propongan, esto sería el caos. Para ellos, claro.

Y para muestra, un botón.


miércoles, 19 de agosto de 2015

Esto es la leche...

Los ganaderos del sector lácteo han pedido a la ministra Tejerina que fije el precio de la leche a un nivel que les permita cubrir costes pues, según dicen, la están vendiendo por debajo de sus costes.

La ministra les ha contestado que España tiene una economía de libre mercado y que los precios no se pueden acordar ni pactar porque no lo permite la legislación española ni la comunitaria, pero que no se preocupen, que va a solicitar a la UE el incremento temporal de los precios de intervención de leche desnatada en polvo y mantequilla, y que si no le hacen caso, el gobierno español intervendrá en el mercado con una compra masiva para reducir la oferta y elevar el precio. Y les recuerda que ya se han acordado subvenciones directas a los ganaderos por 247 millones de euros. Pero que vamos, que tenemos una economía de libre mercado en la que los precios no se pueden pactar. Y todo eso lo ha dicho en el mismo sitio, a la misma hora -grande Chiquetete...-, sin siquiera sonrojarse, oigan.

Está clarísimo, señora ministra, que en España y en Europa tenemos una economía de libre mercado. Una economía en la que existen sectores protegidos con precios de intervención, subvenciones directas a la producción y cuotas. Una economía que prohíbe fijar precios, pero permite que el Estado decida a partir de qué precio intervendrá en el mercado para reducir la oferta y que, ahora sí, mediante el juego del libre mercado se incremente el precio. En defintiva, dejamos que el precio fluctúe conforme a las reglas del libre mercado para dar verosimilitud a la pantomima -neoliberalismo y capitalismo salvaje lo llama la izquierda ignorante-, mientras manipulamos las cantidades que se ofertan en el mercado o se subvenciona a los productores para que el precio vaya con absoluta libertad en la dirección que necesitamos. Una economía de libre mercado, sí, señora ministra.

No me digan que esto no es la leche...


martes, 18 de agosto de 2015

De transparencias, despelotes y despendoles

Resulta entretenido curiosear por la Base de Datos Nacional de Subvenciones que el gobierno puso en marcha a raíz de la Ley de Transparencia. Es una lástima que sólo contenga las subvenciones de la Admministración General del Estado y sus organismos, aunque a partir del 1 de Enero de 2016 va a resultar mucho más divertido porque se incluirán las subvenciones de las Comunidades, diputaciones y ayuntamientos. Y entonces sí que nos vamos a reir. Por no llorar, claro.

En esa página pueden buscar mucha información. Incluso pueden exportarla a una hoja de cálculo y procesarla como les venga en gana, aunque les advierto que contiene más de 700.000 registros y algunos de ellos incompletos. Quienes me conocen ya imaginarán que ayer anduve jugueteando con ella un buen rato. Y les adelanto algunas datos y curiosidades.

En 2014, la AGE se gastó en subvenciones más de 3.600 millones de euros -¡casi 600.000 millones de pesetas!-, de los que, por ejemplo, 375 se emplearon en ayudar a la industria automovilística a través de los planes PIVE, más de 107 millones a Air Europa, más de 26 millones a Telefónica, casi quince millones a Bankinter, siete millones a los supermercados Día, más de dos a Mercadona, casi dos millones a BBVA o a Banco Santander, casi doce millones a San Miguel, más de cinco millones a El Corte Inglés, y así sucesivamente. O multitud de subvenciones de entre tres y cinco mil euros para editar libros tan innovadores como "Caperucita Roja" o "Alicia en el país de las maravillas". O casi 55 millones para "amortización de largometrajes". Incluso 1,3 millones a una fundación dependiente del partido que soporta, en el amplio sentido del término, al gobierno actual y en la que, como ya se puso de relieve por aquí hace algún tiempo, la coherencia brilla por su ausencia.

En total, 706.842 subvenciones concedidas graciosamente por la AGE en 2014, a las que hay que sumar las que hayan concedido el conjunto de los niveles inferiores de la Administración Pública. ¿Se imaginan cuántos recursos y funcionarios se han utilizado para gestionar todas esas subvenciones? Pues sí, también eso nos lo ahorraríamos.

Debe haber gente a la que le parezca bien eso de que el Estado nos quite nuestro dinero, incluso a los que no compran coches, para repartírselo a los fabricantes de coches, o a las editoriales para publicar libros que nunca compraríamos, o a los bancos que después nos cobran por sacar dinero en los cajeros, o a los supermercados que nos cobran la comida que les compramos. Seguro que hay gente a la que le parece bien que el gobierno de turno decida a qué empresas privadas les reparte nuestro dinero, pero como yo soy un poco rarito, a mí me parece fatal que se usen nuestros impuestos para transferir renta de los ciudadanos al sector privado mientras se recorta en educación, sanidad o dependencia.

En fin, que les aproveche la transparencia que, de momento, sólo sirve para verle las vergüenzas al Estado. Y a algunos, para hacernos mala sangre.


domingo, 16 de agosto de 2015

Invita la casa. Hoy: con la mano en el corazón

Casi siempre me reconforta leerle a alguien que es un liberal de izquierdas -un puñetero liberal de izquierdas, escribe contundente Javier Cercas-, quizás por no sentirme tan solo, o quizás porque nunca he entendido cómo se puede ser genuinamente de izquierdas sin ser liberal, aunque se pueda ser liberal sin ser de izquierdas.

En un breve y delicioso artículo, Javier Cercas dice cosas como ésta, aunque puestas en boca de un Xavier Rubert cuarentón que ahora, a la vista del relato, resulta evidente que ha envejecido mal, muy mal.

"...en democracia, la política no debe ser épica ni sentimental sino aburrida y sosa, que hay que dejar la épica y los sentimientos para el arte y la vida privada, que la política es prosa y no poesía, que la tarea del político no consiste en intentar traer el cielo a la tierra sino sólo en mejorar la tierra –en esa humildad estriba su grandeza–, que el político no debe prometer la felicidad: debe conformarse con facilitar las condiciones para que cada uno la busque por su cuenta."


sábado, 15 de agosto de 2015

¡A quién se le ocurre...!

Tras la comparecencia del ministro Fernández Díaz, lo único que ha quedado meridianamente claro es que cometió una enorme torpeza política. Del resto, como no hay testigos, sólo se puede deducir lo que cada cual quiera deducir.

En todo caso, y haciendo el esfuerzo de creernos lo que el ministro dijo, a saber, que lo recibió por haber sido vicepresidente del gobierno y porque estaba recibiendo amenazas, la primera reflexión que se le viene a uno a la cabeza es si esas amenazas las estaba recibiendo por mor de los cargos ejercidos o por su deleznable comportamiento posterior. Si fuera a causa de lo primero, parecería razonable que el Estado se hiciera cargo de su seguridad personal. Si fuera a causa de lo segundo, lo razonable sería que su seguridad se la procurase él mismo, pues no parece que ande escaso de recursos.

A algunos, que todavía defienden a Rato con aquello de la presunción de inocencia, de que es un presunto delincuente, subrayando lo de presunto, y de que un imputado es sólo eso, un imputado, habría que recordarles que Rato, que fue vicepresidente del gobierno, dos veces Ministro de Economía y una de Hacienda, diputado durante más de dos décadas o director del FMI, tuvo que acogerse a la amnistía fiscal porque había defraudado a Hacienda, es decir, a todos los españoles. Y no presuntamente. Fraude que no es delito porque el gobierno del que fue su partido abrió un paréntesis durante el cuál decidió que no lo fuera.

En resumen, Rato no es oficialmente un delincuente. Todavía. Pero sí es un sinvergüenza. Defraudó a Hacienda, gestionó Bankia de manera irresponsable y se lucró de ello, y es corresponsable del dineral que nos ha costado a los españoles el rescate de esa entidad financiera. Todo ello lo hizo como persona particular, no en el ejercicio de sus funciones como vicepresidente del gobierno, ministro o diputado. Y parece que haber actuado así tras ejercer todas esas responsabilidades políticas le hace merecedor de un trato privilegiado por parte del Ministro del Interior. Pretende además el señor Fernández que le alabemos el gusto.

Con la que está cayendo, ¡a quién se le ocurre...!

viernes, 7 de agosto de 2015

¡Y que viva la Blanca Paloma, oigan...!

Leía ayer que el 44% de las jubilaciones del primer semestre de 2015 fueron anticipadas, a pesar de las medidas que supuestamente han adoptado este gobierno y los anteriores. Se ve que no han andado muy finos. Como casi siempre.

Esta misma semana, la ministra Báñez, aquélla que lanzaba vivas a la Blanca Paloma para que le echara una manita en la salida de la crisis, ha afirmado en una una entrevista que sí, que "rotundamente, el sistema de pensiones es sostenible" y que, fíjense si está convencida, que igual que Fraga se encasquetó el meyba para darse un bañito en Palomares, ella no tiene plan privado de pensiones porque confía plenamente en el sistema público. Claro, sólo hay que echar un vistazo a su declaración de bienes del Congreso para darse cuenta de que a ella no le hace falta un plan privado de pensiones.

Cuando Báñez nos anima a confiar en el sistema público de pensiones y, simultáneamente, nos desanima a ahorrar para complementar las escasas pensiones que cobraremos, o no tiene ni puñetera idea de la cosa, o miente con el mismo desparpajo con el que jalea a la Blanca Paloma como remedio a la crisis. Y en ninguno de los dos supuestos sale demasiado bien parada.


miércoles, 5 de agosto de 2015

Pía, pía, que algo queda...

Cada vez me gusta más esto de Twitter. La verdad es que es divertido comprobar cómo gente que aspira a gobernarnos con un discurso de presunta honestidad y rigor, sean rojos o azules a tiempo completo o a ratos, no son más que los demagogos manipuladores de siempre disfrazados de solidarios y sentidos ciudadanos que vienen a salvarnos de nosotros mismos.

El último, el dicharachero y dizque intelectualmente solvente Pablo Iglesias, critica que el gobierno se haya subido el sueldo, "mientras que sanidad sólo recuperará un 3,6% tras el recorte del 35% de 2014". Y como algunas veces borran lo que escriben cuando se dan cuenta de que hacen el ridículo, he decidido dejar una huella indeleble de estas perlas en la taberna con una nueva etiqueta, que aquí no las pueden borrar.




Desconozco de dónde saca Pablo Iglesias sus datos, aunque me lo imagino consultándose cada mañana la entrepierna. ¿Confunde Pablo el gasto del Ministerio de Sanidad con el gasto en sanidad? Lo cierto es que el gasto sanitario no sufrió un recorte del 35% en 2014 sino del 0,21%. Ni siquiera llega a esa cifra el recorte acumulado de la legislatura de Rajoy, pues desde los presupuestos de 2012 hasta los del 2015, el recorte asciende a un 4,4%.

Esos datos pueden comprobarlos, si quieren, en la propia página del Ministerio de Sanidad, algo que, al parecer, no ha hecho Pablo Iglesias. Y algo que tampoco hace habitualmente con los datos que suele soltar cada vez que le ponen un micrófono o un teclado por delante.

Vótenlos, vótenlos. Y ya verán lo que nos vamos a divertir...

domingo, 2 de agosto de 2015

Calentando al personal...

Dice hoy El País que "los grandes grupos tributan el 6% del beneficio y el resto paga el 15%", y lo afirma haciendo referencia a "la última memoria de recaudación tributaria".

Pues bien, eso es simplemente mentira. Y se encargan de desmentirse a ellos mismos en el gráfico que publican en ese mismo artículo, que subtitulan, esta vez sí correctamente, como "Tipo efectivo de grandes grupos consolidados sobre resultado contable".

Verán, las empresas tributan en el Impuesto de Sociedades (IS) español por los beneficios obtenidos en España, y son esos beneficios con sus correspondientes ajustes por deducciones los que componen la Base Imponible (BI) del impuesto. Pero los grandes grupos de empresas, a diferencia de las empresas individuales más pequeñas, suelen tener una intensa actividad internacional, por lo que su resultado contable (RC), que se compone de la suma de los beneficios obtenidos en cada uno de los países en los que opera y en los que pagan sus impuestos, suele ser muy superior a los beneficios obtenidos en España.

Si ustedes van al apartado "ANÁLISIS PARA GRUPOS CONSOLIDADOS" del cuadro 3.6, página 47, de la última memoria de recaudación, que es de donde afirma el autor del artículo haber obtenido los datos, podrán comprobar que en 2013, el RC total de los grupos consolidados -beneficios en España más beneficios en otros países-, asciende a 81.195 M€, de los que sólo 30.247 M€ se han generado fiscalmente en España. Esas empresas han pagado en 2013 en España 4.853 M€ en concepto de Impuesto de Sociedades, que supone un tipo efectivo del 19,6% sobre los beneficios generados en España y un 6% sobre el resultado contable, es decir, sobre los beneficios generados en todos los países.

Si ustedes suben un poquito en ese cuadro, verán que para las empresas que no son grupos empresariales y que, por tanto, suelen tener menos actividad internacional, el tipo efectivo del Impuesto de Sociedades es del 21,8% y sobre el resultado contable del 14,9%, superior al 6% de los grupos de empresa porque la proporción de beneficios generados en España sobre el resultado contable es muy superior.

En resumen, que el periódico miente descaradamente y manipula los datos para que parezca que las grandes empresas apenas pagan impuestos en España. Para justificar que paguen tan poco, afirman que "los grupos consolidados tienen un abanico de opciones para rebajar su factura fiscal. Desde la deducción por gastos financieros, que permitía desgravarse los intereses de los préstamos entre empresas del grupo, a la libertad de amortización, fondo de comercio, deducciones por pérdidas de valor de participadas extranjeras...", sin mencionar en ningún momento que ese tipo efectivo es tan bajo porque está calculado sobre el total de los beneficios del grupo, sobre el resultado contable total, y no sobre el beneficio generado en España, que es como debe calcularse.

De esta forma, es comprensible que un trabajador medio, que paga impuestos hasta por respirar y que no tiene la posibilidad de profundizar en la veracidad de según qué noticias, se indigne cuando lee que las grandes empresas sólo pagan un 6% de sus beneficios. Y así anda el personal, indignado y cabreado a todas horas y votando a cualquiera que le prometa el cielo.

Que la prensa, de un lado y de otro, se dedique a desinformar y manipular al personal, dice muy poco del papel que se espera de ella en una democracia. Y que los líderes políticos se hagan eco de manera tan acrítica de aquellas noticias que le vienen bien para mantener siempre calentito a su rebaño, dice mucho de esta mediocre democracia que nos está tocando sufrir.



jueves, 30 de julio de 2015

Algunos no quieren enterarse... y otros no se enteran

Ayer escribía en un tuit Eduardo Garzón, economista, asesor de IU, miembro del Consejo Científico de ATTAC y hermano de Alberto Garzón entre otros cargos, lo siguiente:

"Algunos no quieren enterarse, pero un € de déficit público es un € nuevo en la cuenta bancaria de una familia o de una empresa. Contabilidad"

Y además, a requerimiento de algún tuitero que le pedía una explicación adicional, contestó con un enlace a un artículo suyo que ofrece una explicación a dicha afirmación. Compleja, añade entre paréntesis. Imagino que lo de compleja debe ser para quitarle a uno las ganas de leerla. De todas formas, por si alguien tiene la misma tentación que yo, aquí la tienen.

Ese documento reproduce análisis teóricos sobre identidades contables de la contabilidad nacional, copiadas de varios economistas, y de una obviedad tal, que sería comprensible por cualquier estudiante de primero de económicas. Viene a decir, poco más o menos, que en una economía cerrada, sin contacto con el exterior, cuando el sector público se endeuda, el sector privado -empresas o ciudadanos-, tiene superávit y viceversa.

Dicho de otra forma. Supongamos un Estado que no se relaciona con otros Estados. Si agrupamos a todos los agentes económicos de ese Estado en sector público y sector privado, resulta obvio que, contablemente, el saldo de ingresos y gastos de cada uno de esos grupos deber ser inverso al del otro. Si el sector público gasta un euro más de lo que ingresa, ese euro sólo puede haber salido de que el sector privado ha gastado un euro menos de lo que ingresa, de que el sector privado ha ahorrado un euro y se lo presta al sector público. Si abrimos la economía de ese Estado al exterior, tendremos un tercer sector, y la identidad contable también debe cumplirse, de tal forma que la suma de los saldos de cada uno de ellos debe ser cero. Si un sector gasta más de lo que ingresa, sólo puede hacerlo porque el ahorro de los otros dos sectores es idéntico a ese déficit.

Por mucho cachondeo que se haya montado en Twitter con la afirmación de Eduardo Garzón, la verdad es que desde el punto de vista contable, su afirmación no es ninguna barbaridad, aunque con ciertos condicionantes, como que ese déficit provenga del ahorro de los ciudadanos y no sea drenado por el sector exterior, o provenga del sector exterior y no sea drenado por los ciudadanos. Así, Garzón concluye que si el sector público tiene déficit, el sector privado, y dentro del mismo, precisamente las empresas, incrementarán sus beneficios. El problema de su planteamiento es la cabriola que hace al final para llegar a esa conclusión, pues el déficit público supone contablemente que bien el sector privado, bien el sector exterior, bien ambos, deben tener un superávit equivalente a aquel déficit, pero no necesariamente que el sector privado, y dentro de él las empresas, sean los que obtengan ese superávit. Eso también lo dice la identidad contable en la que se fundamenta su análisis, aunque él prefiere concluir que el déficit público se encauza siempre hacia el incremento de los beneficios empresariales y nunca hacia el incremento de la renta de los ciudadanos, por ejemplo vía subsidios, subvenciones, rentas varias de inserción, etc.

Así, a partir de igualdades contables incuestionables pretende dar apariencia consistente a unas conclusiones construidas sobre argumentos bastante débiles, subjetivos e ideologizados. Ya el propio título del trabajo, "La importancia del déficit público para la actividad económica", es en sí mismo una declaración de intenciones.

En todo caso, la afirmación que hace Eduardo en su tuit es, como él mismo matiza al final del mismo, contablemente correcta, pero sólo eso y bajo determinadas condiciones. La contabilidad sólo actúa de notario de las transacciones de la economía real. La dinámica de lo que sucede entre los distintos sectores de una economía moderna -sector público, privado y exterior-, se ve reflejada en la Contabilidad Nacional, pero ésta sólo nos cuenta lo que ocurre, no cómo ocurre y por qué.

Hay quienes opinan, como los hermanos Garzón, que los impuestos que recauda el Estado, además de para garantizar la igualdad de oportunidades, deben servir para intervenir en la economía, no sólo regulándola, sino también fijando precios o coartando libertades, o que el Estado debe endeudar a los ciudadanos presentes y futuros para incrementar los beneficios empresariales actuales que es, curiosamente, la tesis central que defiende el documento -"...cabe resaltar el importante papel que desempeña el déficit público en la generación de beneficios empresariales...", dice el autor del panfleto-, para abogar por el déficit público.

Otros, entre los que me encuentro, opinamos que el Estado debe limitarse a garantizar la igualdad de oportunidades en sentido amplio y a regular, que no intervenir, la economía para garantizar la libre competencia en los mercados. Que el Estado, o sea, todos nosotros, se endeude para impulsar artificialmente la economía no es más que una patada a seguir, un crecimiento hueco pagado a crédito por las generaciones futuras, que además adocena y amansa a empresarios y trabajadores mediante el espejismo de que el Estado siempre impulsará el crecimiento económico creando ahora una riqueza ficticia traída de un futuro incierto, riqueza que además ni siquiera se invierte en hacer menos incierto ese futuro.

¿Es más rico un ciudadano con un chalet valorado en 500.000 euros y una hipoteca de 400.000 euros que otro con un dúplex de 200.000 euros y sin hipoteca? ¿Es más rica la España del año 2014, con un PIB y una deuda pública de un billón de euros, que la del año 2007, con un PIB de un billón de euros y una deuda pública de 383.000 millones de euros? Ahí tienen una evidencia empírica de la importancia real del déficit público para la actividad económica que defiende uno de los hermanos Garzón.


miércoles, 29 de julio de 2015

¿Un impuesto al sol o un por si acaso?

¿Es realmente un impuesto al sol lo que el Estado pretende cobrar a quienes instalen placas solares para su autoconsumo eléctrico?

Existe una abrumadora mayoría, desde el PSOE a Podemos, pasando por Ciudadanos y UPyD, que entienden que quienes se pagan su propia instalación solar y no consumen electricidad de la red, no deben pagar nada. Dicho así, todos estaríamos de acuerdo.

¿Pero también debe ser así si el usuario está conectado a la red eléctrica, aunque no consuma un solo Kwh? Dicho de otra forma, ¿tampoco debe pagar por la seguridad de tener suministro eléctrico en caso de que en algún momento su propia instalación no le aporte la energía que necesita?

Conforme al proyecto planteado por el Gobierno, un usuario de autoconsumo que no esté conectado a la red eléctrica, no paga nada. Un usuario que esté conectado por si acaso, debe pagar algo aunque no consuma.¿Es eso una aberración o un castigo al autoconsumo?

Veamos. Si usted no tiene una instalación solar para autoconsumo pero no consume nada un determinado mes porque, por ejemplo, se ha ido de vacaciones, ¿debe usted o no pagar por estar conectado a la red? Parece que sí, que al menos deberá pagar por tener a su disposición la red de transporte eléctrico, aunque no haya consumido. Entonces, ¿por qué el autoconsumidor no debe pagar por lo mismo que usted? ¿Por qué en su caso es un impuesto al sol y en el suyo no es un impuesto a irse de vacaciones?

Llevar los razonamientos al extremo suele ser bastante ilustrativo. Imaginemos que el 90% de los españoles se instalan paneles fotovoltáicos y se mantienen conectados a la red eléctrica por si acaso, aunque prácticamente nunca necesiten consumir. Si no aportasen nada para mantener la red de transporte eléctrico, el 10% de los españoles que no han instalado paneles solares deberían pagar, aunque no consumieran porque se fueron de vacaciones, el 100% del mantenimiento y despliegue de la red de transporte, incluso de la que llega a la puerta de cada autoconsumidor conectado. Simplemente por estar conectados a ella, por tener la posibilidad de consumir. ¿Y entonces por qué un autoconsumidor no debe pagar por lo mismo?

Cuando se paga por el seguro de hogar o por el del coche, o se paga a la Seguridad Social se está pagando también por un por si acaso, por una contingencia. ¿Por qué en esos supuestos nadie se lo cuestiona? ¿Por qué no se habla en esos casos de un impuesto a la incertidumbre?

Así que no, no es un impuesto al sol, es pagar por un por si acaso. Y el que no quiera pagar por ello lo tiene fácil: que no se conecte.

viernes, 24 de julio de 2015

Invita la casa. Hoy: De estadísticas, pobreza y pobreza estadística

De la forma de medir la pobreza y del indicador AROPE ya hablamos por aquí hace un año con motivo del reparto de fondos para la pobreza. Pero el temita sigue de moda, y como es tan dado a la demagogia y a la manipulación, iba a añadir algunos comentarios específicos sobre el indicador cuando me he topado con un magnífico artículo de Ramón Rallo que no creo que yo pudiera mejorar, y que dice cosas como éstas:

"Y eso supone un problema serio a la hora de interpretar el indicador, pues no es lo mismo ser pobre (carencia material severa) que estar en la zona de peligro para pasar a ser pobre (riesgo de pobreza o baja densidad de empleo). Por ejemplo, una persona que esté desempleada pero posea un alto volumen de ahorros aparecerá en AROPE por cuanto encajará en la categoría de “baja densidad de empleo” aun cuando no esté sufriendo (ni vaya a sufrir en el futuro previsible gracias a sus elevados ahorros) ninguna carencia material severa"

"Por supuesto, es legítimo defender que la definición de pobre no debería restringirse a aquellas personas que sufren una carencia material severa, sino también a quienes están en riesgo de pasar a padecerla. Pero lo que sí deberíamos evitar a toda costa son los malentendidos..."

"...la definición oficial de pobre (hogar que padece carencia material severa) probablemente ni siquiera se ajuste a lo que el ciudadano medio visualiza como pobre"

"Siguen siendo muchas familias en una situación muy frágil, pero si de verdad nos preocupan y queremos darles una solución específica, lo que no podemos hacer es diluir su situación real en un océano de demagogia."

En fin, que si quieren, aquí lo tienen completo. Léanlo. Si quieren, claro.


lunes, 20 de julio de 2015

Las historias del abuelo cebolleta




"La deuda es una idea preconcebida que además se diseña, se lleva a los países, con la colaboración de las instituciones de la Unión Europea, para ponerles a los países la cadena perpetua de la deuda."

No se puede coger un micrófono en televisión y afirmar sin inmutarse que el endeudamiento de los países forma parte de un maquiavélico plan diseñado al alimón entre especuladores e instituciones europeas, ajeno además a los gobernantes de cada país, para hurtarle la soberanía al pueblo. O sea, que unos malvados especuladores se levantan un día con ganas de joder, se reunen con Merkel y Draghi, y diseñan un diabólico plan para obligar a los Estados a endeudarse y tenerlos después cogidos por las pelotas. Y todo eso contra la voluntad de los ciudadanos y los gobernantes de esos Estados. Porque claro, los gobiernos se resistían con uñas y dientes a gastar más de lo que ingresaban, y los ciudadanos castigaban en las urnas a quienes pretendían hacerlo. 


"Han trasladado la deuda de los bancos a la deuda pública del Estado para que la paguen ahora todos los ciudadanos griegos."

A ver, Cayo, la deuda de los bancos no es deuda pública, es deuda privada. Salvo que se trate de banca pública, ésa que tanto os gusta a los de IU. A lo mejor lo que quieres decir es que los bancos eran tenedores de deuda pública griega -que compraban endeudándose-, y cuando el Estado griego no pudo devolvérsela a su vencimiento a los bancos -y a otros prestatarios, como fondos de inversión o ciudadanos particulares-, la UE le prestó dinero a Grecia para que pudiera devolverla. Pero era tan deuda pública cuando la tenían los bancos como ahora, cuando la tienen las instituciones europeas, con la diferencia de que cuando la tenían los bancos, si no se les devolvía, el Estado griego debía declararse en quiebra, y ahora, las instituciones europeas, esos terroristas financieros, renegocian una y otra vez la deuda para continuar la ficción de que el Estado griego es solvente y le ofrece intereses inferiores al mercado. Y por cierto, la tenían pagar los ciudadanos griegos tanto antes como ahora.


"A este país [España] lo han endeudado los especuladores financieros en el periodo de la burbuja inmobiliaria, que endeudaron por encima de las posibilidades de este país a la gente y ahora hacen que lo paguemos los ciudadanos."

¿Y qué tienen que ver las deudas privadas de los ciudadanos contraídas durante la burbuja inmobiliaria, con la deuda pública que, desde 2007, casi se ha triplicado por decisión de los gobiernos elegidos por los ciudadanos? Se ve que el señor Cayo Lara tiene un pequeño cacao mental con esto de las deudas privadas y las deudas públicas. Incluso el otro día me sorprendió con un tuit en el que afirmaba que una de las asignaturas pendientes de Europa es impedir que los países se endeuden.

Menudo cacao mental tiene este hombre. O quizás no. Y lo peor es que a todos estos demagogos ignorantes les acercan un micrófono y sueltan estas leyendass urbanas que le suenan bien al pueblo, que al pueblo le encanta comprar, porque no hay nada que le guste más al pueblo que el perdón de sus pecados, que le digan que la culpa siempre es de otro, que había un plan preconcebido para subyugarlo pero que, gracias a Dios, hay iluminados que le muestra el verdadero camino.

sábado, 18 de julio de 2015

Y si te vi no me acuerdo...

Nada más ilustrativo de la honestidad intelectual de nuestros políticos que un ejemplo personal y de primera mano.

Algunos recordarán que el verano pasado me quejaba de que hubieran implantado la llamada zona azul en el pueblo en el que veraneo. Desde el mismo centro del pueblo hasta la puerta de mi casa. Teniendo en cuenta que vivo en la periferia y que el objetivo de este tipo de medidas es facilitar la rotación de aparcamientos en las zonas céntricas y comerciales, se comprenderá mi indignación de entonces, máxime cuando, a pesar de ser propietario de una vivienda desde hace más de quince años y pagar, como cualquier otro vecino del pueblo, los correspondientes impuestos locales por ello -IBI, basuras, tratamiento de residuos, etc…-, ni siquiera puedo acogerme a los beneficios de ser residente.

Pues bien, tras las últimas elecciones municipales, el nuevo gobierno está conformado por un tripartito. Un partido local, el PIF -Partido Independiente la Figuereta-, el PP y Ciudadanos por Isla, habiendo pasado a la oposición el PA y el PSOE, anterior bipartito que decidió implantar la zona azul en todo el pueblo. Ahora, la alcaldesa es del PIF y el Primer Teniente de Alcalde es del PP. Y como curiosidad, la corporación tiene nada más y nada menos que ¡seis Tenientes de Alcalde, seis! Lo que hace el intercambio de cromos y el quítate tú que me pongo yo... 

Pero a lo que iba. El PP, cuando estaba en la oposición, escribía cosas como ésta o ésta. Y el ahora Primer Teniente de Alcalde decía el verano pasado en los plenos, cuando estaba en la oposición, cosas como ésta.




Y la actual alcaldesa, entonces en la oposición, opinaba esto otro allá por Septiembre en el mismo pleno.




Y aquí estamos, otro verano más, con la zona azul en la puerta de casa, la oposición de entonces en el gobierno y el entonces gobierno en la oposición. En fin, como dijo Tancredi a su tío Fabrizio, que todo cambie para que todo siga igual.


lunes, 13 de julio de 2015

Pongamos que hablo de Grecia...

Cuando cualquier país, o sea, el conjunto de sus ciudadanos, decide dotarse de un determinado tamaño de Estado del Bienestar, también está decidiendo directamente cuánto se va a gastar en él y, por tanto, cuánto va a tener que pagar por él.

A veces, muchas veces, la mayoría de las veces, los gobernantes, elegidos por esos mismos ciudadanos, tienen la tentación de ofrecer a su pueblo un Estado de un tamaño que no pueden pagar o que no quieren pagar pidiendo más dinero a sus ciudadanos. Y es que igual que el tamaño de ese Estado importa porque suma votos, subir impuestos para pagarlo los resta. Así que el gobernante de turno, que quiere ser reelegido constantemente, pide prestado a los ciudadanos, de su país y de otros, emitiendo deuda pública.

Al principio, como la deuda es pequeña, el país está creciendo y paga en tiempo y forma, los ahorradores, esos que deciden no consumir ahora para poder consumir más adelante a cambio de una cierta compensación económica, le prestan a quienes han decidido consumir ahora lo que no tienen, pagando por ello una pequeña cantidad de dinero.

Año tras año, lustro tras lustro, década tras década, el país gasta sistemáticamente más de lo que ingresa. Los ciudadanos están encantados. Tienen un Estado con sanidad y educación gratuitas, con pensiones de jubilación, con prestaciones por desempleo... En fin, un Estado de Bienestar como Dios manda. Y que, además, no están pagando completo, que ya se encargan sus paisanos más ahorradores y los de otros países, de prestarles la diferencia.

Pero llega un momento en el que los ahorradores empiezan a pensar objetivamente -deja de crecer su economía, cada vez debe más, su gestión es algo caótica...-, que ese país puede tener dificultades para devolver el dinero que le siguen prestando, y entonces, como es lógico, empiezan a pedirle cada vez más dinero por prestarles dinero porque, si los ahorradores pueden prestar su dinero a otros países o empresas con mayor solvencia y menos riesgo, pedirán más recompensa si quien se lo pide es menos solvente. Lógico. Así que no parece que esa actitud de quienes prestan su dinero sea el resultado de una conspiración judeomasónica contra ese país.

Como la cosa sigue empeorando porque, lejos de hacer reformas en el país para equilibrar los ingresos y los gastos, siguen endeudándose, los ahorradores ya sólo están dispuestos a asumir el altísimo riesgo de impago a cambio de una compensación aparentemente desproporcionada, lo que llevaría al país a entrar en un peligroso círculo vicioso y finalmente a la bancarrota.

Llegados a este punto, y como ese país pertenece a un selecto club con el que comparte moneda, los miembros de ese club deciden echarle una mano. Primero decide permitir que ese país haga un quita a sus acreedores privados -esos ahorradores que le prestaron dinero durante lustros-, para aliviar la deuda, y después, como sabe que nadie le prestará dinero a un coste razonable tras esa quita, con el dinero de los contribuyentes de todos los países de ese club, y sin pedirles permiso, compra la deuda que quedaba en manos privadas y sigue prestándole dinero a unos tipos de interés más ventajosos que los normales del mercado. A cambio, le pide que haga reformas para volver a ser un país solvente y que todo vuelva a la normalidad más pronto que tarde.

Sin embargo, esas reformas suponen sacrificios importantes para la población y surge un partido político que, utilizando ese natural descontento de los ciudadanos, llega al poder prometiendo que esos sacrificios no son necesarios, que no piensa pagar buena parte de lo que deben y que sus acreedores son poco menos que unos usureros y unos desconsiderados que no respetan la soberanía de su país. Y entonces decide preguntar a su pueblo si quieren pagar lo que deben y hacer esos sacrificios.

Obviamente, los miembros del club, que han prestado el dinero de sus ciudadanos sin siquiera preguntarles si querían hacerlo, se cabrean un pelín. Resulta que el socio díscolo les insulta y pretende además darles una lección de democracia preguntando a su pueblo si quieren devolver lo que deben, cuando ellos ni se han planteado preguntarles a los suyos si querían prestarles su dinero.

Y ahora, algunas reflexiones, a modo de moraleja, sobre esta historia..

En una democracia, el tamaño y el alcance de cada Estado es una decisión de los ciudadanos de ese Estado, que a su vez deciden la orientación ideológica de cada uno de los gobiernos que deben implementarlo. No parece pues, que la responsabilidad última sobre ese modelo de Estado y sobre la forma de pagarlo sea de nadie distinto a sus propios ciudadanos.

Tampoco parece que la responsabilidad de pedir prestado para pagar ese Estado que no se puede o no se quiere pagar con la riqueza del propio país, sea de quienes prestan ese dinero. Más bien parece que será de quienes piden prestado. En todo caso, si quienes prestan fueran unos temerarios, ya asumirán su responsabilidad perdiendo el dinero prestado, que no es poco castigo.

Cuando los gobiernos deciden, con el beneplácito de los ciudadanos que los eligen, endeudarse libremente para pagar una parte del coste del Estado del que, también libremente, han decidido dotarse, asumen el riesgo de verse obligados a ceder parte de su soberanía, de su libertad para gestionar el país. Y es lógico. Quien tiene deudas no es totalmente libre de gastarse su dinero en lo que quiera, pues una parte del mismo debe dedicarlo a devolverlas. Y si además empieza a incumplir los pagos o gestiona el país de tal forma que aumenta el riesgo de incumplirlos, y sigue queriendo que le presten, los pretamistas les pondrán condiciones que, en algunos casos, pueden implicar una cierta pérdida de soberanía. Pero es preciso recordar que pedir prestado no es obligatorio y que prestar tampoco lo es. Por tanto, no parece serio darse golpes de pecho ni ponerse a lloriquear por perder una soberanía que previamente se puso en venta. Como ya se ha dicho por aquí en multitud de ocasiones, el ejercicio de la libertad es duro porque obliga a asumir las consecuencias del mismo. Lo otro es libertinaje.

Y aunque podría estar hablando de cualquier país, incluido España, pongamos que hablo de Grecia...


lunes, 6 de julio de 2015

¿Un ataque de dignidad y patriotismo? Venga ya...

Preguntarle a los ciudadanos si quieren subida de impuestos y rebaja de pensiones es una pamplina. La respuesta es tan evidente. que sorprende la sorpresa que algunos han manifestado tras el no de los griegos. También sorprende lo que se le ha escuchado estos días atrás a algunos sobre que lo verdaderamente democrático era votar no. Uno siempre ha creído que lo democrático era simplemente votar. Y no siempre.

No sé qué opinarán esos puritanos de la democracia sobre el hecho de que nuestra propia Constitución prohíba, en su art. 87, la iniciativa legislativa popular en materia tributaria. ¿Se imaginan al pueblo legislando sobre cuántos impuestos quiere pagar? Pues por eso está prohibido y por eso, hacer según qué preguntas al pueblo, no es más que una patochada. Y el gobierno griego, que ha disfrazado de pureza democrática su propia ineptitud y parapetado su cobardía tras el instinto popular, lo sabe perfectamente.

Un pueblo que corre a sacar sus ahorros de los bancos, en lugar de dejarlo en ellos para que se conviertan en créditos a las empresas, para que éstas, a su vez, hagan inversiones que generen puestos de trabajo y crecimiento económico. Un pueblo que chapotea en una economía sumergida, dicen que cercana al 50% del PIB, para eludir el pago de impuestos. Un pueblo que está encantado de jubilarse cuanto antes mejor y que los que vengan detrás que arreen. Un pueblo, en fin, que se comporta de esa manera -por cierto, más o menos como todos los del sur de Europa-, no puede pretender que nos tomemos en serio eso de que el resultado del referéndum ha sido producto de un ataque de dignidad y patriotismo.


sábado, 4 de julio de 2015

Que no es por el dinero, que es por la tomadura de pelo...

Ya me animaron, y lo consiguieron, a dejar de comprarlo los domingos y ahora están empeñados en que también deje de hacerlo los sábados. Y también lo han conseguido. Primero pasaron de 1,40 € a 1,80 € e incluyeron una revista que ni leo ni me interesa. Hoy, lo han subido a 2 € y ni siquiera han añadido otra revista que no me interese.

Debo reconocer que mi principal fuente de información diaria es la prensa digital, algunos blog realmente serios y rigurosos, ciertos programas de televisión -pocos pero interesantes-, y la radio. Lo del periódico en papel los fines de semana es, era, pura nostalgia. Desayunar durante hora y pico mientras mancho de aceite algunas páginas. O leer reposadamente mientras alargo el desayuno.  Como prefieran.

Y no, no es por el dinero, es por la tomadura de pelo. A partir de hoy mancharé de aceite el ratón y ya sólo me quedará nostalgia de la nostalgia.


miércoles, 1 de julio de 2015

Si un político puede abusar, abusará.

Hay quienes están en contra de la nueva ley de seguridad ciudadana porque entienden que evitar un desahucio -que consiste en impedir la ejecución de una resolución judicial y pisotear los derechos de otro conciudadano, el propietario del inmueble-, o cortar una calle impidiendo la libre circulación de personas, o plantarse a las puertas de la casa del político de turno, coaccionando con insultos y amenazas a él y a su familia, es libertad de expresión. Y quienes entienden eso, apellidan la nueva ley de ley mordaza.

Uno, que es bastante radical en el entendimiento de las libertades en general, y de la libertad de expresión en particular, considera que tales comportamientos están muy alejados del ejercicio del derecho a la libertad individual. Y que deben ser prohibidos y, por ende, castigados.

Dicho esto, comparto el apellido mordaza para esta ley. Pero por razones distintas, como ya adelanté en su día. El Derecho administrativo, escenario jurisdiccional en el que se mueve esta ley, es el menos garantista. Y la potestad sancionadora de la Administración Pública, que actúa siempre como juez y parte, de las más humillantes para el ciudadano. Este poder, teóricamente sometido a la tutela judicial del contencioso-administrativo, pero sólo teóricamente, es una fuente natural de abusos del poder político que, en este ámbito, está encantado de concentrar, no sólo de hecho, sino también de Derecho, los tres poderes del Estado.

Y la experiencia nos dice que si un político puede abusar, abusará.


martes, 23 de junio de 2015

¿Necesidad? ¿Solidaridad? ¿Marketing?

Esta mañana leí este tuit, retuiteado por alguien a quien sigo. Como podéis ver, se trata de una estudiante que no puede pagarse la matrícula de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla porque "el Gobierno no me concede la beca para continuar mis estudios", según afirma. Al parecer, sólo necesita 500 € para seguir estudiando, y para conseguirlos vende poemas exclusivos a 1,5 € o ilustraciones a acuarela por un precio de 5 € a 10 €.

Me asomé a su Twitter por curiosidad y comprobé que había conseguido un importante eco de simpatía y solidaridad. Muchos querían comprar sus poemas o sus acuarelas, o retuiteaban su tuit para darle difusión, o le daban ánimos, o criticaban a este sistema por impedir a alguien cumplir sus sueños. No hay nada como poner en una coctelera un "el gobierno no me concede la beca" junto a un "no me permiten cumplir mis sueños" y una pizca de desesperación, impotencia y mala situación económica de los padres, agitarlo todo adecuadamente y servirlo en las redes sociales para que se produzca automáticamente una corriente de simpatía para la presunta víctima y otra de signo opuesto para este gobierno presuntamente insensible.

Nadie le preguntaba las razones por las que no le daban la beca. Todos daban por hecho que era una injusticia. Nadie se planteaba si le denegaban la beca por ser una mala estudiante, por tener unos ingresos que sobrepasaban el umbral o por una verdadera injusticia, así que se lo pregunté yo. Le envié un tuit en el que le preguntaba cuál era la razón de que no le concedieran la beca, si era económica, académica o un error administrativo. De eso hace bastantes horas, tiempo durante el cual ha seguido tuiteando de forma activa.

Obviamente ella tiene todo el derecho a no responder. Y yo tengo todo el derecho a sacar mis propias conclusiones de ese silencio. Puede que le hayan denegado la beca por bajo rendimiento académico, en cuyo caso no parece que su sueño sea tan importante como para esforzarse y aprobar al menos el 90% de las asignaturas en las que se ha matriculado. Pudiera ser también que los ingresos de la unidad familiar sean superiores al umbral fijado para obtener la beca de matrícula -por ejemplo, para una familia de tres personas, los padres y una hija, los ingresos deben ser superiores a 32.697 euros, que no está nada mal-, en cuyo caso no parece que deban tener problemas para hacer frente a un gasto de 500 euros. O también podría tratarse de una magnífica campaña de marketing para vender poemas, acuarelas y retratos a lápiz. En cualquier caso, parece claro que no lo vamos a averiguar.

Y que conste que no conozco de nada a esta chica y que le deseo sinceramente que consiga su objetivo de continuar sus estudios. Este tipo de usos, y en ocasiones de abusos, de las redes sociales, y esas corrientes espontáneas de solidaridad acrítica en las que de paso se pone a parir al gobierno de turno, son comunes en los tiempos que corren. Sólo he usado el caso de Cynthia para ilustrar este tipo de iniciativas que comienzan a ser habituales.


martes, 16 de junio de 2015

Pues eso, que donde las dan...

¿De verdad pensamos que Zapata es antisemita hasta el punto de defender el holocausto o que Soto estaría dispuesto a pasar por la guillotina a Gallardón? Pues eso.

A los políticos de siempre, a la casta, si se les pone delante de la hemeroteca, no se salva ni uno. A los nuevos políticos, esos criados a los pechos de las redes sociales, se les coloca ante sus trinos y rebuznos digitales, y tampoco salen demasiado bien parados. ¿Quién no ha escrito alguna barbaridad en twitter un día tonto? Incluso todos los días si se es tonto a tiempo completo. Pues eso.

El problema no es ése, el problema es que ellos mismos han puesto el listón del comportamiento ético, de la regeneración democrática y de la honestidad personal e intelectual a una altura que ahora, y con toda razón, los damnificados quieren aplicarle a ellos sin contemplaciones.

Pues eso, que donde las dan las toman.  


lunes, 1 de junio de 2015

De iconoclasias y otros pragmatismos...

¿De verdad hay que colocar por encima de la libertad de expresión unas cuantas notas musicales y un trozo de trapo? Sí, ya sé que la ley dice lo que dice, pero no era esa la pregunta. Parece lógico que a quienes sacralizan esos símbolos les hayan ofendido los pitos. También comparto la opinión de que ofender a los símbolos que son importantes para los demás es una falta de respeto, una muestra de incivismo y una demostración de la mala educación crónica de buena parte de la ciudadanía.

Ahora bien, calificar esos actos de delictivos o pedir sanciones para sus autores pone de manifiesto el extraño concepto que de la libertad individual en general, y de la libertad de expresión en particular, se tiene en este país. Con una piel tan fina -y selectiva-, respecto de las libertades ajenas, es fácil explicarse algunas de las cosas que pasan.

O a lo mejor es que uno, que es iconoclasta desde que descubrió que el tío Aquiles también se tiraba pedos, no termina de entender ciertas ofensas.

 

martes, 19 de mayo de 2015

El periódico de los domingos y el libre mercado

Leía estos días atrás que uno de los objetivos del nuevo director de El Mundo es recuperar las ventas del periódico los domingos. Me resultó curioso leer la noticia porque hacía más de una semana que dirigí este tweet al periódico.

Quizás algunos somos raritos, pero yo compraba El Mundo los domingos, además de porque me gusta, porque era de los pocos que no me obligaba a adquirir por cojones los suplementos. A mí sólo me interesaba leer el periódico tranquilamente mientras desayunaba. Y sólo quería pagar por lo que me interesaba leer. Desde el pasado 10 de Mayo ha pasado de costar 1,40 euros a costar 2,80 euros, sin opción a adquirir sólo el periódico. Desde el pasado 10 de Mayo tienen un lector menos en papel.

Seguramente les dará igual. A lo mejor sólo han perdido uno y han ganado miles. Pero me extrañaría. Fundamentalmente porque antes, quien tuviera interés en leer los suplementos, podía adquirirlos pagándolos ¿pero cuántos de los que sólo desean leer el periódico estarán dispuestos a pagar el doble por él? Si han tomado esa decisión es porque creen que serán muchos. Ellos sabrán. Aunque dice el nuevo director que otro de sus objetivos es potenciar el formato digital del periódico. A lo mejor pretende hacerlo perdiendo a sus lectores en papel.

Así es, o debiera ser, el libre mercado. Quien ofrece sus productos y servicios decide cómo comercializarlos. Quien los necesita, decide cómo y a quién se los compra.


lunes, 18 de mayo de 2015

IDEA, la banca pública andaluza de facto...

Resulta que la agencia IDEA, que se dedica, entre otras tareas, a avalar a los empresarios para que los bancos que no creen en la viabilidad de sus negocios les presten dinero con la garantía de que, si el empresario se arruina, la Junta de Andalucía pagará ese préstamo, vio ejecutado en 2013 el 93,6% de los avales concedidos, unos 83 millones de euros, casi 14 mil millones de pesetas. ¿Alguien es capaz de calcular cuántas becas o ayudas a la dependencia se puede pagar con ese dinero?

Dicho de otra forma, el 93,6% de las empresas que pedía préstamos a los bancos y que eran denegados salvo que alguien solvente los respaldara con avales, dejó de pagarlos. No parece que sea la gestión de riesgos uno de los puntos fuertes de la Junta de Andalucía. Hasta el punto de que la Cámara de Cuentas les llega a decir en su informe:

"A la vista del alto índice de ejecuciones, se insta a la agencia IDEA  a  que  revise  los procedimientos  de  análisis técnico  que  efectúa  para  el  otorgamiento de  estas garantías de manera que se incida más estrictamente sobre el análisis empresarial de la viabilidad e idoneidad de los proyectos y ello redunde en una disminución de las ejecuciones de aval por fallidos"

Suena un poco a cachondeo, porque todos sabemos a estas alturas de la película cuáles son los procedimientos de análisis técnico que usa la administración andaluza para favorecer a algunos con el dinero de todos.

Y a pesar de todo, hay quienes siguen hablando de banca pública como solución a la salvación y regeneración de nuestro tejido productivo. Una banca pública que utilice criterios laxos para conceder los créditos que la banca privada, más rigurosa, deniega.

¿Para qué quieren una banca pública si con que avalen a quienes ellos consideran que se merecen un crédito, la banca privada se lo concederá encantado y sobre la marcha? Total, invita el contribuyente.


viernes, 15 de mayo de 2015

Justicia poética...

Anda últimamente muy dicharachera Susana, nuestra presidenta en funciones y protagonista del mayor de los ridículos electorales de nuestra democracia. Que si son los andaluces los que pierden con todo este jaleo -aunque no sé yo, porque Bélgica estuvo sin gobierno dieciocho meses allá por 2010, y mejoró el PIB, el empleo y el déficit-, que si esto es surrealista, que si hay que ir a unas elecciones se va... Y lo último, que los partidos de la oposición están usando el Estatuto de Autonomía para bloquear el gobierno.

Curioso y desmemoriado lamento el de nuestra querida Susana. Sobre todo si tenemos en cuenta que el Estatuto de Autonomía de 1.981, en su art. 37.2, establecía que "si, transcurrido el plazo de dos meses a partir de la primera votación, ningún candidato hubiera obtenido la mayoría simple, quedará designado Presidente de la Junta el candidato del partido que tenga mayor número de escaños". Y que dicho artículo fue modificado en la reforma del Estatuto de Autonomía de 2007, convirtiéndolo en el art. 118, que establece que "si, transcurrido el plazo de dos meses a partir de la primera votación, ningún candidato hubiera obtenido la mayoría simple, el Parlamento quedará automáticamente disuelto y el Presidente de la Junta en funciones convocará nuevas elecciones".

Ellos, los socialistas andaluces, sabrán por qué reformaron ese artículo en 2007. Quizás pensaron que era una buena forma de bloquear un posible gobierno de mayoría insuficiente sin pensar que algún día padecerían en sus carnes esa insuficiencia mayoritaria.

Algunos debe estar tirándose de los pelos por aquella ocurrencia.


domingo, 10 de mayo de 2015

Con dos cañones en proa...

Discutía el otro día con un amigo sobre la calidad del voto. Yo, en línea con las reflexiones que expuse en el ya lejano estreno de este blog, reiteré mi tesis mientras pude, que pude bien poco. Él, indignado ante mi osadía, repetía una y otra vez la misma afirmación a modo de axioma, ilustrándola en cada andanada con ejemplos variados de común denominador, a saber, que la calidad del voto de un pastor que ni siquiera supiera leer ni le interesara la política es la misma que la de un ciudadano informado e interesado. Yo, sorprendido por su indignación, apenas podía intercalar palabras sueltas por entre los huecos que dejaba su retahíla para tomar aire y no asfixiarse.

Discutir sobre política con alguien que sólo usa las tripas para sustentar sus posiciones no lleva a ningún lado. No sólo pasas un mal rato, sino que corres el riesgo de perder a un amigo y parecer lo que no eres. Por eso, cuando entró en el bar aquella morena de ojos verdes, con dos cañones en proa y una popa respingona insinuada con recato bajo el vuelo de su falda de primavera, y mi amigo me miró sonriente con un movimiento de cabeza, aproveché para cambiar de tema y pedir otras dos cervezas. Al fin y al cabo, resultaba obvio que era más lo que nos unía que lo que nos separaba.


sábado, 9 de mayo de 2015

Susana no tiene quien la quiera...

Incapaz de atraer voluntades ajenas a su proyecto de gobierno, a Susana se le nota demasiado que cuando la sacan de los eslóganes, las frases ocurrentes y las buenas intenciones huérfanas de remate, no es más que una política macarra y gris.

Tras la segunda votación perdida se ha puesto nerviosa. Acostumbrada como está a que todos le hagan reverencias, no encaja bien los reveses. Anda diciendo a todo el que quiera escucharla que hay una conspiración de todos contra ella. Que el hecho de que no la voten es surrealista y que roza el ridículo, como si votarla fuera la obligación de la oposición. Que los andaluces no pueden esperar a los intereses partidistas, los mismos por los que ella anticipó las elecciones. Que la gente que la para por la calle no puede esperar. Que nadie lo entiende.

Desde luego, no parece que vaya a ser una legislatura estable, en el supuesto de que finalmente salga elegida presidenta. Cualquier chispa, cualquier mirada torcida por los pasillos, la hará saltar por los aires. Y a ello está contribuyendo la propia Susana, en cuya palabra no confían ya ni los suyos. Ninguneó a IU adelantando las elecciones. Atracó al PP en la constitución de la Mesa del Parlamento. Se choteó de Podemos en la tribuna. Le dio un beso de viuda negra con lengua a Ciudadanos. Fijó ayer mismo la fecha de la próxima votación unilateralmente, sin siquiera consultar con el resto de grupos parlamentarios.

Y después de esos comportamientos le parece surrealista y ridículo que no apoyen su investidura. Lo surrealista sería que se echaran en sus brazos.

No sé si al final, después de las municipales, algún grupo de la oposición suavizará su dignidad, pero si es así, será una legislatura de equilibrios complejos, de bronca y sonajero. Si con mayoría absoluta las más de las veces han mantenido Andalucía al frente por la cola, no quiero ni pensar en cómo gestionarán esa minoría altiva y desdentada.

Para gobernar en ese sinvivir, mejor unas nuevas elecciones.


viernes, 8 de mayo de 2015

Otro tiro en el pie...

Que un partido político solicite a la Junta Electoral que impida a otro partido tener su espacio en la televisión pública para defender sus ideas, no parece una aptitud muy democrática. Aspirar a silenciar al adversario como estrategia para ganar votos es un arma de doble filo. Sobre todo cuando el partido que pretende poner la mordaza, y lo consigue, presume de regenerador de la democracia y obtiene sus votos de entre los ciudadanos a los que les asquea la política de trincheras y guerrrillas. 

En fin, si quieren pegarse otro tiro en el pie, allá ellos.


sábado, 2 de mayo de 2015

Ilusos...

Tienen razón en una cosa. La salida de la crisis es sólo un espejismo. Se ha desaprovechado la oportunidad de hacer verdaderas reformas estructurales en casi todos los ámbitos: institucional, educativo, productivo, económico...

Estamos saliendo del agujero, sí, pero porque el agujero ya no daba más de sí y sólo quedaba mejorar. Con la inestimable ayuda de las trampas en el solitario del BCE y una deuda pública que se ha más que duplicado desde el inicio de la crisis. O con un sistema productivo que no crea puestos de trabajo de valor, sino intensivos en mano de obra y de baja cualificación, como lo demuestra el hecho de que, a poco que crezca el PIB, se reduzca el paro. Mejoraremos, sin duda. Pero para quedarnos peor de lo que estábamos porque no estábamos tan bien como creíamos.

Tienen razón los sindicatos, sí. Pero sólo en eso. Porque ellos son corresponsables de la oportunidad perdida. Pedían ayer, exigían, mayores salarios y empleo de calidad, sin saber muy bien a quiénes pedían. Como el ateo que, consciente de que nadie le escucha en las alturas y sabedor de que es él quien debe operar sus propios milagros, se deja caer en la reconfortante esperanza de la oración. Ya saben, por si acaso. Y para culpar a otros cuando el milagro no llegue. 

Sí, mayores salarios y empleo de calidad. Por Decreto. O por cojones. Ilusos...


Viñeta: El Mundo Andalucía


sábado, 25 de abril de 2015

Invita la casa. Hoy: De intelectuales tuertos y vigas en el propio ojo

Hoy está sembrado Pedro G. Cuartango en su columna de los sábados. Le mete el dedo en el ojo al nuevo, y seguramente merecido, premio Cervantes y lo deja tuerto de incoherencia. Que escribir bien no está reñido con pensar torcido. Tampoco ser un intelectual, sea lo que sea tal cosa, es garantía de congruencia. El problema no es provocar o ser políticamente incorrecto, sino serlo de manera selectiva.

"Es un intelectual tuerto, serio inconveniente para quien aspira a ser uno de esos referentes éticos que tanto echamos en falta.". Así termina su columna Cuartango. Pero léanla, leánla. Si quieren, claro.


De la decencia, ni una palabra...

Dice el señor Armero que no lo contrataron por ser diputado, que eso no tuvo nada que ver, sino por su gran conocimiento de la realidad empresarial española. Aunque era, tras Trillo, el segundo diputado que contraban para asesorarles. Que se sepa. Pero seguro que no, que la condición de diputado de ambos es pura casualidad. Uno busca un asesor, y hala, resulta que era diputado. Y después contrata a otro, y coño, otro diputado. ¡Mecachis...!, que diría el superintendente Vicente.

Sobre el gran conocimiento de la realidad empresarial del señor Pujalte, diputado desde 1.994 ininterrumpidamente, debe ser que lo llevaba muy en secreto, que no quería que nadie se enterase porque, a la vista de su perfil en Linkedin -ya saben, esa red social profesional donde uno intenta adornar sus encantos para venderlos al mejor postor-, hay que echarle imaginación al asunto para creerse que estamos ante un gurú de la gestión empresarial. Experiencia profesional: diputado. Así de escueto lo escribió él mismo en su escaparate virtual de méritos profesionales. Y si él lo dice, ¿quiénes somos nosotros o el señor Armero para desmentirle?

Pero lo peor de todo este asunto no es que el señor Armero pretenda tomarnos a los ciudadanos por gilipollas, no. Lo peor es que al señor Pujalte y sus palmeros sólo se les ocurra un único argumento para defenderse.¡Es que es legal!, dice con cara de incomprendido. De la decencia, ni una palabra.


viernes, 17 de abril de 2015

Balance del primer día

Que uno de los máximos representantes institucionales de la Comunidad andaluza, el presidente del Parlamento, apenas tenga el bachiller, opine en pleno siglo XXI que la derecha solo sabe matar y arrojar a los socialistas a las cunetas, y haya sido condenado por la Audiencia Nacional por su funesta gestión como consejero de Cajasur, deja claro desde el minuto uno el estilo con el que inicia la legislatura la señora Susana Díaz. El mismo con el que terminó la anterior, cuando en el tiempo de descuento incorporó a la Diputación Permanente a sus compañeros imputados para aforarlos. 

Bronca en el reparto de puestos de la Mesa del Parlamento e incorporación a su presidencia de un perfil de dudosa dignidad personal e intelectual apoyado únicamente por los suyos -y al que, por cierto, ni Podemos, ni Ciudadanos ni IU rechazaron con sus votos, que las abstenciones también retratan-, balance del primer día de legislatura.



jueves, 16 de abril de 2015

Del afán liberticida y otras transversalidades...

De la prostitución ya hemos hablado por aquí en varias ocasiones. Porque hablar de prostitución no es sólo hablar de sexo y vicio, sino también, y sobre todo, de libertad individual.

Sobre su posible regulación, una ha dicho que va contra la dignidad de las personas, y otra que no cuenten con ella para mercadear con los derechos de las mujeres ni con sus cuerpos, que las mujeres son ciudadanas de pleno derecho.

Para que nadie tenga la tentación de desvirtuar el debate, quede claro desde el principio que hablamos, ellas y yo, de prostitución voluntaria. Y también que, aunque algunos en su ignorancia hablen de legalizarla, la prostitución no es un delito en nuestro país. Fijada pues la premisa del debate, vayamos al asunto.

La señora Botella dice estar en contra de la prostitución arrogándose el derecho de imponer a los demás su concepto de dignidad, como si fuera el único admisible, y calificando implícitamente de indignas a aquellas mujeres que la ejercen. La señora Montón, portavoz de Igualdad del PSOE, dice estarlo porque las mujeres son ciudadanas de pleno derecho, aunque ella piense, curiosamente, que en tal plenitud de derechos no debe quedar incluido uno de los más elementales, el de la libertad individual. Dignidades impuestas -y tal vez impostadas-, y plenitudes incompletas, todo un ejemplo de incoherencia intelectual.

La  cuestión no tendría la menor importancia si se quedara en el simple ejercicio legítimo de la libertad individual de estas dos señoras de expresar su opinión sobre cualquier tema y en una crítica igualmente legítima de este tabernero a su inconsistencia argumental. Pero da la casualidad de que se trata de dos ciudadanas con poder institucional, con capacidad para regular, e incluso legislar en el caso de la señora Montón, sobre el asunto que estamos debatiendo. Y en tal caso, sus opiniones pueden llegar a tener trascendencia sobre las vidas ajenas, lo que debería obligarlas a ser especialmente coherentes en sus trajines intelectuales.

En fin, parece claro que el afán liberticida es transversal, que no entiende de colores.


Un cilicio de seis mil millones...

Resulta que Europa, esa que subvenciona la agricultura, la ganadería o la pesca manipulando el mercado y sus precios, o establece trabas al libre comercio internacional, quiere sancionar en nombre del libre mercado a Google con casi el 10% de sus ingresos. Y todo por ser una empresa exitosa.

Hay quienes no saben distinguir las posiciones de dominio del mercado resultante de prácticas colusorias -cuando varias empresas se ponen de acuerdo para manipular el mercado en su beneficio-, o conseguidas a golpe de leyes impuestas por los  gobiernos de turno, de aquellas otras en las que el propio consumidor, libremente, concede esa posición de dominio a una empresa por la calidad o el precio de sus productos o servicios.

No es la primera vez que se persigue a empresas exitosas en nombre de la libre competencia. Ni será la última. Lo realmente patético es que lo hagan quienes no creen en la libre competencia. Ya saben, aquello de predicar con ardor la fe que uno no practica imponiendo penitencias ajenas con una sonrisa de satisfacción. Un cilicio de seis mil millones. 

miércoles, 15 de abril de 2015

¿Sabes cuál es el colmo de...?

Si ha cometido o no delito de blanqueo está por ver. Pero de que Rodrigo Rato, que ha sido ministro de Economía y Hacienda, vicepresidente del Gobierno y Director del FMI es un sinvergüenza redomado, no cabe la menor duda.

Que un ministro de Hacienda se acoja a una amnistía fiscal puesta en marcha por el gobierno de su propio partido y que nos enteremos así, como de casualidad, es como esos chistes malos del tipo ¿sabes cuál es el colmo de...? 

No sabemos aún si Rajoy le envió algún SMS de ánimo, pero imagino que todo se andará. Menos mal que vino a regenerar la democracia...


viernes, 10 de abril de 2015

Contumacia o de cómo rectificar sin cambiar de opinión...

No sé si a raíz del correo que les envié o porque han recibido alguna que otra llamada de atención en el mismo sentido, pero lo cierto es que el famoso bufete de abogados al que me refería en mi anterior entrada ha vuelto a tratar el asunto en su blog. ¿Para rectificar? ¡Qué va! Para ratificarse. Además, de una manera bastante curiosa. "Matizo e insisto. No es cierto que el Tribunal Supremo disienta del legislador", titula la nueva entrada.

En primer lugar, reconoce que el Tribunal Supremo ha sobrepasado el límite impuesto por el legislador en la Disposición Transitoria 5ª -tal y como yo sostenía-, afirmando que "es cierto que en los cálculos hechos por la Sala Cuarta, para uno de los dos casos analizados, se concede a una de las recurrentes 836,19 € más de la cantidad que debería haber procedido en aplicación de la ecuación de la disposición transitoria quinta del Real Decreto ley 3/2012."

En segundo lugar, da "por hecho que la parte vencida en el recurso resuelto por la Sala habrá pedido aclaración para minorar la condena, en ese concreto exceso derivado del error", y añade que "de ese error no puede deducirse, si no es por el emperramiento del que en mi anterior artículo hablaba, que el Tribunal Supremo haya elevado la indemnización por despido improcedente incluida en la reforma laboral o que haya introducido un nuevo elemento de “disenso” entre lo querido por el legislador en la reforma laboral de 2012 y la interpretación judicial del contenido de la reforma laboral”.

Resumiendo, la tesis del bufete es que el Tribunal Supremo se ha saltado el límite impuesto por el legislador -cuestión que negaba en su tesis anterior-, pero que ello no significa que contradiga ni a la norma ni al legislador porque se trata de un error. El problema de esa tesis es que, que se sepa, la parte vencida no ha pedido aclaración de la sentencia. Tampoco el Tribunal Supremo, transcurridos casi 7 meses de dictada la sentencia, y a pesar del revuelo mediático tanto en la prensa generalista como especializada, ha dicho esta boca es mía cuando, tras dicho revuelo, y pudiendo haber rectificado o aclarado de oficio la sentencia, no lo ha hecho.

Por tanto, objetivamente, y mientras el Tribuanl Supremo no corrija el error -si es que se trata de un error-, ese órgano jurisdiccional disiente claramente del legislador y usurpa el poder legislativo. Afirmar lo contrario apoyándose en la certeza de que se trata de un error material sobre el que el presunto errado mantiene un significativo silencio, no deja de ser un ejercicio de funambulismo intelectual.

Y también de contumacia. Tanto más llamativa cuanto que rectifica el fondo del asunto sin modificar su conclusión y reitera la regañina a sus compañeros de profesión por mantener la tesis contraria. 


miércoles, 1 de abril de 2015

De internet y otros escaparates de doble filo...

El otro día leía en varios medios una noticia interesante y curiosa. Se trataba de una sentencia del Tribunal Supremo que interpretaba de una manera muy suya un precepto de la reforma laboral de 2012. Vamos, que más que interpretarlo, lo reescribía, usurpando así el poder judicial las funciones del poder legislativo. Lo que venía a decir básicamente el Tribunal Supremo es que se saltaba a piola el límite de indemnización establecido en la Disposición Transitoria 5ª del Real Decreto Ley 3/2012.

El objeto de las Disposiciones Transitorias de cualquier Ley, como su propio nombre indica, consiste en establecer las reglas que se deben aplicar a las situaciones anteriores a su promulgación. En definitiva, establece las reglas que deben aplicarse a los derechos que una persona ha adquirido en virtud de la Ley anterior a la que viene a sustituir, durante la transición de una Ley a otra.

Por si les interesa y les apetece comparar lo que dice el Fundamento de Derecho 3º de la sentencia con esa Disposición Transitoria 5ª, aquí tienen lo que ésta dice:

"La indemnización por despido improcedente de los contratos formalizados con anterioridad a la entrada en vigor del presente real decreto-ley se calculará a razón de 45 días de salario por año de servicio por el tiempo de prestación de servicios anterior a dicha fecha de entrada en vigor y a razón de 33 días de salario por año de servicio por el tiempo de prestación de servicios posterior. El importe indemnizatorio resultante no podrá ser superior a 720 días de salario, salvo que del cálculo de la indemnización por el periodo anterior a la entrada en vigor de este real decreto-ley resultase un número de días superior, en cuyo caso se aplicará éste como importe indemnizatorio máximo, sin que dicho importe pueda ser superior a 42 mensualidades, en ningún caso."

Pero el verdadero objeto de esta entrada no es aportarles a ustedes algo de culturilla jurídica ni informarles de que el Tribunal Supremo ha deshecho, de momento, parte de la reformilla laboral que hizo Rajoy, sino ilustrar con un ejemplo real los peligros de usar la red como herramienta de marketing empresarial. Desde páginas web de empresas o profesionales absolutamente desactualizadas, que transmiten una desidia difícilmente compatible con la seriedad que uno espera de la empresa a la que pretende contratar un servicio, hasta herramientas como redes sociales o blog, utilizadas por las empresas con demasiada alegría, hasta el punto de que se vuelven contra ellas como un bumerán. 

El ejemplo real al que me refiero es el de un bufete internacional, aparentemente prestigioso, que tiene un blog en el que escribe artículos relacionados con el Derecho. Pues bien, buscando información sobre la sentencia de la que les hablaba, me topé con un artículo en ese blog, en el que se afirma que el Tribunal Supremo aplica perfectamente la Ley, además de poner a parir a sus colegas de otros despachos jurídicos por no saber leer correctamente una sentencia.

Tras leer ese artículo, y sorprendido por el grave error cometido por el bufete -y también, por qué no decirlo, por el tono de reproche empleado en el artículo-, intenté hacerles un comentario en su blog. Como no me permitía hacerlo -al parecer, hay que tener permiso-, me tomé la molestia de buscar en la página un correo electrónico y les escribí advirtiéndoles de su error. Como no recibí respuesta, les hice un comentario en su Twitter, precisamente en el tuit en que promocionaban ese artículo. Hasta hoy, nada de nada. Eso fue hace ya una semana y el artículo sigue ahí, en su blog.

Desde el punto de vista del marketing en la red, al error cometido por la falta de rigor del artículo, sin duda el más grave, se suman la dificultad de cualquier usuario de comunicarse con ellos, desaprovechando la interacción con potenciales clientes, y el uso de redes sociales como Twitter, absolutamente desatendidas. Después del esfuerzo realizado por la empresa para presentar en la web sus bondades, es una lástima que lo tiren por la borda de esa manera.

Cada día más, los consumidores usamos la información existente en la red para tomar nuestras decisiones sobre los productos y servicios que necesitamos. Muchas empresas piensan que con hacer una página web y colgarla ya tienen el problema solucionado, olvidando que la página no sólo tiene que estar bien diseñada y ser atractiva -ça, va de soi...-, sino que debe estar permanentemente actualizada y atendida, debe ser accesible para su cliente objetivo y debe transmitir rigor en el sector de que se trate.

¿Contratarían ustedes sus asuntos con un bufete tan descuidado? Pues eso.