miércoles, 26 de agosto de 2015

El hombre que susurraba a los presupuestos...

Decía el otro día la ministra Báñez que el sistema de pensiones está asegurado. Un mojón. También le escuchaba hace unos días al Secretario de Estado de Seguridad Social reiterar que el sistema está garantizado y que, como muestra de ello, actualmente es absolutamente estable. Otro mojón. Debe ser por eso, porque es estable, por lo que todos los meses tienen que echar mano a la hucha de las pensiones para llegar a fin de mes.

Pero la prueba del algodón, por si lo obvio no fuera aún suficientemente contundente, son los Presupuestos Generales del Estado defendidos ayer en el Congreso por el trilero mayor del reino. Ya sé que a ustedes les parecen un jeroglífico, pero ya verán lo facilito que se lo explico sin meternos en demasiados berenjenales.

Si miran ustedes el resumen de ingresos por capítulos, verán fácilmente que las aportaciones previstas por los trabajadores a la Seguridad Social, las cotizaciones, ascienden aproximadamente a 117.000 millones de euros. Ésta es la partida de ingresos que sube si aumenta el número de trabajadores y que disminuye si baja. En definitiva, la partida que soporta realmente al sistema.

Si miran ahora el resumen de gastos por capítulos, verán que, sin contar el coste de funcionamiento del propio sistema, que serían las tres primera líneas -unos 3.800 millones-, el coste de las pensiones y prestaciones de la Seguridad Social asciende a algo más de 136.000 millones.

En resumen, y por simplificar, el sistema va a ingresar por cotizaciones 117.000 millones y se va a gastar en prestaciones 136.000 millones. O eso dice el señor Montoro en sus presupuestos.

Como se ve, con un déficit operativo presupuestado de casi 20.000 millones, el sistema es de lo más estable y está absolutamente garantizado. Ya decíamos por aquí hace tiempo aquello de que por sus presupuestos los conoceréis


5 comentarios:

Dyhego dijo...

Ellos, los políticos, como tienen sus retiros dorados y bien dorados, ni se preocupan por las pensiones. Ganas dan de meter el dinero en un calcetín, escondido en la casa.

Er Tato dijo...

Bueno, Dyhego, somos los ciudadanos los que preferimos meter la cabeza bajo el ala y que no nos cuenten que las pensiones no están garantizadas si no se toman medidas como subir los impuestos, o reducir sus cuantías o retrasar la edad de jubilación, o una combinación de las tres.

Si decirnos la verdad les diera votos, ya verías tú cómo la decían. Pero decirle a un currante de hoy que su pensión de mañana no está garantizada es ahuyentar su voto. Y eso, nadie que tenga posibilidades reales de tocar poder lo va a hacer. Ése es el cáncer del sistema, políticos sin escrúpulos y ciudadanos sectarios que castigan lo que les resulta desagradable a sus oídos, aunque sea la verdad.

Saludos

Juanma dijo...

Pues sí, las cuentas son tan claritas como acojonadoras. El título es una genialidad. Tu última frase en la respuesta a Dyhego, brutal.

Afueraparte, es un hastío la pantomima anual en el Debate de los Presupuestos Generales del Estado. El gobierno de turno los lanza y la oposición de turno lo enmienda en su totalidad. Y así hasta el infinito y más allá...Políticos arrogantes, sin escrúpulos ni dignidas, a los que el ansia de poder les impide lograr siquiera un mísero acuerdo.

Un abrazo.

Juanma dijo...

Fe de erratas: "dignidad"...obviamente.

Er Tato dijo...

En efecto, esa frase a la que te refieres es brutal, y lo es porque es cierta.

No sé tú, pero yo lo compruebo a diario. Compañeros de trabajo, amigos, familiares... Muchos de ellos critican a unos o a otros, y cuando les animo a que me amplíen la información, a que me expliquen las razones de su opinión o de su comentario, sólo recibo como respuesta, en el mejor de los casos, lugares comunes que se desmoronan, al menos dialécticamente, con un simple soplido de sentido común. Otros, los menos -y entre ellos, yo mismo en no pocas ocasiones-, son prudentes, dan su opinión, sí, pero reconocen que no lo tienen claro, que les falta información.

En fin, es más que probable que yo sea un ingenuo y que le esté pidiendo peras al olmo, pero uno es como es.

Un abrazo

P.S.: No hacía falta la corrección, siempre tienes el beneficio de la duda en las erratas ortográficas... Sólo hay que comprobar en el teclado si las dos letras en discordia son vecinas y echarle la culpa al dedo porro. Por cierto, el otro día aprendí una palabra nueva creyendo que era una errata: egotismo. Por eso hay que ser prudentes.