Ver al nacionalista más moderado de los nacionalistas vascos, suponiendo que ello no sea una contradicción en sus propios términos, gritando a calzón quitado en la celebración del día del partido (Alberdi Eguna) que nadie tiene derecho a hacerle la prueba del algodón para ver quién es más nacionalista, resulta patéticamente gracioso.
Es como liarse a grito limpio en medio de la calle a decir que uno es gilipollas y que a nadie se le ocurra ni cuestionar su gilipollez, ni decir que hay alguien más gilipollas que uno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario