sábado, 30 de enero de 2010

Hasta cuando acierta se equivoca

Y es que este hombre no tiene remedio. No toma ni una decisión de calado sin pedir permiso a los sindicatos. Vamos, que no toma ni una decisión de calado. Y así lleva años. Ya saben, la paz social por encima de un bienestar social sostenible -¿sostenible? Sí, sostenible, toma nota presidente-, el interés particular disfrazado de interés general.

Y ahora va y toma una decisión valiente, certera y necesaria, aunque escasa. No dice ni pío a nadie y en dos días la aprueba en Consejo de Ministros, con filtración a la prensa incluida. Sin llevarla antes al Pacto de Toledo, sin reunirse previamente con otras fuerzas políticas, sin contar con nadie. Ni hacer dejación de funciones sine die hasta que los agentes sociales se pongan de acuerdo, ni tomar decisiones trascendentes sin hacer al menos un par de reuniones para intentar el consenso, que ya sabemos que pasar de un extremo al otro es nuestro deporte nacional.

Y a los sindicatos y al resto de partidos políticos, ya les vale. ¿Tanto les cuesta poner las luces largas? Porque si algo hay que criticarle a las decisiones del Consejo de Ministro de este viernes es que no haya sido más ambicioso.

En fin, veremos en qué queda todo porque, vistos los antecedentes, del dicho al hecho...


miércoles, 27 de enero de 2010

Cannonball

Hace ya algún tiempo que los que seguimos de cerca y con cierto interés todo este interesante debate sobre la propiedad intelectual y las nuevas tecnologías tenemos claro -al menos yo lo tengo-, que lo que está en juego no es el sustento de los creadores, sino los enormes ingresos y beneficios de la industria que los explota y de algunos, unos pocos, creadores privilegiados.

Por eso leí con curiosidad, sobre todo por el personaje, el artículo de opinión que al respecto escribió en El País, a principios de enero, el ex presidente extremeño, Rodríguez Ibarra. Flojito, muy flojito, y mezclando churras con merinas. Pero hete aquí que el brillante escritor Muñoz Molina, intentando separar las churras de las merinas, confunde el tocino con la velocidad y se va por los cerros de Úbeda a buscar un palito que meterle en el ojo al señor Ibarra. Y claro, el extremeño, esta vez mucho más brillante y certero, aunque no exento de su dosis diaria de demagogia y exhibicionismo, construye una réplica demoledora.

Esperemos que el asunto no se quede ahí, porque esto promete ser divertido. Me encantan las broncas dialécticas en la plaza pública. O publicada, que para el caso es lo mismo. Son muy sanas.


martes, 26 de enero de 2010

Complejo

Histérico, esculcó una vez más dentro del maletín, pero tampoco lo encontró. La megafonía del aeropuerto anunciaba ya el embarque urgente de su vuelo a Londres y la agente encargada del nuevo escáner corporal no dejaba de observarle. Rojo de ansiedad, buscó una vez más entre la maraña de papeles ahora desordenados y respiró aliviado al encontrar el librito. Se sentó tranquilamente a leerlo hasta que una mueca de placer le abobó la sonrisa, lo guardó de nuevo en el maletín y se dirigió con aplomo hacia el escáner. Nunca hubiese consentido que se rieran de mí por tenerla tan pequeña, murmuró mientras se acomodaba en Business Class y volvía a buscar, excitado, su librito de poesía erótica griega.


De donde no hay...(XIV)

Criticaron el efecto llamada y ahora piden escolarización y sanidad universal para inmigrantes sin regularizar. Defienden la energía nuclear, pero rechazan que se almacenen los residuos donde gobiernan. Se les llena la boca en defensa de la libertad de elección de lengua en la enseñanza y, en cuanto tienen poder, se ciscan en ella. Se dicen liberales, pero practican el estatismo más descarado. Cuestionan la ley electoral, pero cuando gobernaron no hicieron nada por cambiarla. Presentan un código ético -excusatio non petita...-, pero mantienen a imputados en sus cargos.


lunes, 25 de enero de 2010

¡Noticia! ¡Noticia!

Digna de visitar la página del diputado Juan Luis Rascón. Empezando por sus datos biográficos, escritos con estilo y hasta entretenidos de leer, siguiendo por sus compromisos, puestos rojo sobre blanco, y terminando por su exhaustiva declaración de bienes, sin olvidar otros apartados, como el chat de los martes por la tarde o su blog.

En fin, que así va el país cuando es noticia que sea el perro quien muerda al hombre. Y desde luego, mi aplauso más rotundo para este socialista, más allá de que compartamos o no las mismas ideas. ¿Para cuándo listas abiertas y algo más de democracia?


domingo, 24 de enero de 2010

Dudas existenciales (XXI)

¿Es justo que quienes son donantes de órganos, llegado el caso de necesitar uno, no tengan prioridad respecto de quienes no lo son? ¿Por qué es ilegal el comercio voluntario de órganos? ¿El típico argumento de que, si fuera legal, sólo los más desfavorecidos comerciarían con sus órganos, no desautoriza ipso facto a un Estado incapaz de garantizar a los más pobres la cobertura de sus necesidades básicas? ¿Acaso ese Estado tiene derecho a impedir el uso de la libertad individual cuando no es capaz de garantizarla? ¿Y si el que vende su riñón tiene sus necesidades cubiertas y quiere el dinero para comprarse un coche de lujo? Aquí les dejo un interesante artículo respecto de todo este complejo asunto.


martes, 19 de enero de 2010

Invita la casa. Hoy: El síndrome del coronel Tapioca

De Pérez Reverte me aburren sus libros hasta cabecear de tedio, pero de vez en cuando se pone periodista y se afeita la lengua escribiendo artículos geniales, políticamente incorrectos, valientes y divertidos. No he podido dejar de sonreír mientras leía el que os traigo hoy. Y claro, tampoco podía dejar de ofreceros este regalo. Dice algunas cosas como éstas:

"Si un turista se ahoga en el golfo de Tonkín porque el junco que alquiló por cinco dólares tenía carcoma, a la familia le falta tiempo para pedir responsabilidades a las autoridades de allí –imagínense cómo se agobian éstas– y exigir, de paso, que el Gobierno español mande una fragata de la Armada a rescatar el cadáver. Todo eso, claro, mientras en el mismo sitio se hunde, cada quince días, un ferry con mil quinientos chinos a bordo. Que busquen a mi Paco en la Amazonia, dicen los deudos. O que nos indemnicen los watusi..."

"Y claro. Cuando el pavo de la cámara de vídeo y la sonrisa bobalicona se deja caer por allí, a veces lo destripan, lo secuestran o le rompen el ojete..."

Léanlo, léanlo. Si quieren, claro.


lunes, 18 de enero de 2010

De noticias y otras mentiras

Fíjense en esta noticia. Y en todas éstas. Si lo que dice la prensa es lo que dice el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) -lamento no haber encontrado el informe original en la página web de Gestha-, tenemos en este país unos periodistas y unos técnicos de Hacienda bastante mediocres. Y si no lo son, la alternativa es aún peor.

Si acudimos a la fuente de la fuente, es decir, a la AEAT, comprobamos que los datos ofrecidos son correctos, pero las conclusiones no son más que una interpretación torticera de los mismos. Por ejemplo, es cierto que el salario medio del varón en Andalucía asciende a 17.903 euros y el de la mujer a 12.447 euros, pero para deducir de esos datos que existe una discriminación salarial de más del 30 por ciento, hay que hacer verdaderos malabarismos.

Para los que se animen a curiosear en los datos originales, aquí los tienen, además de la metodología en la que se basan, para que puedan interpretarlos correctamente.

Para los que quieran la tapita ya cocinada, les diré que la información de la AEAT no tiene en cuenta si se trata o no de los mismos puestos de trabajo, ni diferencia entre jornadas laborales parciales o completas, ni si han trabajado durante todo el año o no. ¿Se puede entonces colegir de los datos ofrecidos que de un salario menor se deriva necesariamente discriminación salarial? Pues según la prensa y Gestha, sí.

Resulta curioso que ya hablase de esto mismo hace más de dos años. Y además, hoy estreno etiqueta. De vez en cuando desguazaré alguna noticia. Para tocar un poco los cojones.


domingo, 17 de enero de 2010

Populismo caro, carísimo

¿Alguien piensa que los impuestos que pagan las empresas los pagan realmente ellas? No sean ingenuos. Los impuestos los pagamos los ciudadanos. Las cotizaciones sociales, el IVA o el Impuesto de Actividades Económicas, como la materia prima o los salarios, no son más que otro coste para las empresas. Y como tal, sobre él aplican el correspondiente margen de beneficio para obtener el precio final que usted y yo pagamos por un producto o servicio y que, lógicamente, lleva incorporado esos impuestos.

Que a nuestro presidente le encandile el nuevo impuesto que Obama pretende imponer a la banca para, según dice, recuperar cada céntimo gastado por los contribuyentes en sus rescates, no resulta extraño. Alguien debiera aclararle que el resultado final sólo es más leña al mismo mono. O a lo mejor ya lo sabe. Ni al mismísimo Maquiavelo se le hubiese ocurrido contentar al pueblo castigando a los odiados banqueros en el trasero de los ciudadanos. Y por dos veces. ¿Qué tal alguna medida que empobrezca a los accionistas de los bancos a los que ha habido que rescatar? Pues eso.


viernes, 15 de enero de 2010

A ver si nos aclaramos, picha

Hay que ver la que le están dando a nuestro presidente por haber aceptado la invitación de Obama al llamado desayuno de oración. Y todo por su declarado y practicante laicismo, que por supuesto comparto en el fondo. A mí no me gustan los crucifijos en las escuelas públicas, aunque tampoco haya que plantearse una guerra santa y urgente contra este asunto. También estoy en contra de que el Estado financie la labor proselitista de cualquier religión. Pero todo ello no me impide entrar con respeto en una iglesia, ni acudir agradecido a una ceremonia religiosa a la que me inviten.

Libertad y respeto son dos caras de una misma moneda. Máxime cuando uno está obligado a actuar en nombre de unos ciudadanos, de un país y de buena parte de un continente a los que representa. Más allá de sus convicciones personales -que tampoco tienen por qué impedirle acudir a un acto religioso-, nuestro presidente ha sido invitado por su representación institucional, no por sus méritos personales o su ideología. Quienes le afean la conducta de aceptar esa invitación -los mismos que le critican la retirada de crucifijos-, se equivocan de manera torticera y, probablemente, con premeditación y alevosía. A ver si nos aclaramos, picha.


jueves, 14 de enero de 2010

De donde no hay...(XIII)

Entren, comparen, y si encuentran algo mejor... tampoco crean que tienen mucho mérito.

A estas alturas de la película, seguro que ya habrán leído la zurra que en el culo de Zapatero nos da a los españoles la prensa extranjera por mor de las ocurrencias y el currículum de nuestro querido presidente. Pero lo que quizá no hayan leído sea la relectura que del duro editorial del martes del Wall Street Journal hace la revista de prensa internacional que ayer colgaba nuestro gobierno en su página web.

Empezando por la traducción, que da una sañuda patada en la ya desdentada boca de nuestra lengua. Literalmente. Y si al menos fuera porque han empleado Google Traslate en nombre de la austeridad, pues bien estaría, pero seguro que detrás del mantenimiento de esa página hay unos cuantos funcionarios que nos cuestan un potosí.

Y siguiendo por el encabezamiento del editorial, del que sólo traducen el título -quizás porque sea lo único que, desvestido de ironía, luce un tipo presentable-, pero del que se comen el subtítulo -aunque lo anuncien-, y que es una síntesis perfecta del duro sarcasmo y la gruesa ironía que se respira a lo largo de todo el texto y que reza así:"If Spain's Socialist Prime Minister José Luis Rodriquez Zapatero has his way, economic underperformance will soon be forbidden. Why didn't we think of that?". Algo así como "si el primer ministro socialista de España, José Luis Rodríguez Zapatero, se sale con la suya, dentro de poco estará prohibida la recesión económica. ¿Cómo no se nos había ocurrido antes?"


martes, 12 de enero de 2010

(In)diferencia: perversión de la igualdad

Cuando el bienestar material dependía del azar, de haber nacido en una familia acomodada, de la cuna en definitiva, el humilde pedía a gritos, si no igualdad de resultados, al menos una igualdad de partida, una igualdad razonable de oportunidades. Era, es, una cuestión de justicia, de decencia, de respeto por el ser humano.

Hoy, conseguida en buena medida esa igualdad de oportunidades, asumida de buen grado por la mayoría la carga que ésta supone, y convertida perversa y artificialmente en un derecho natural sin necesidad de contrapartida, aquélla, considerada ya insuficiente, ha mutado a la exigencia de una igualdad de resultados. Así, nuestros políticos, tan eficientes en la labor de darle al pueblo lo que quiere -ese pan y circo tan antiguo como la Roma imperial, trasfondo de su decadencia, ¿les suena?-, aunque no sea lo que el pueblo necesite, pusieron manos a la obra. Y aunque igualar por arriba en el esfuerzo, en el trabajo, en la brillantez, tiene indudables compensaciones, es provisionalmente ingrato y muy cansado. Entonces, ¿para qué sudar por algo que puede conseguirse fácilmente votando a los gobernantes adecuados? Cierto es que el asunto no da para vivir como un marajá, pero el conformismo suele ser un rasgo que convive pacíficamente con la falta de exigencia personal, y a caballo regalado...

Sin embargo, eso no es lo peor. Nos venden que la igualdad de resultados es el súmmum de la justicia social. Y lo compramos. Olvidan recordarnos que sólo es posible imponerla rebajando la exigencia a los más brillantes, a los más trabajadores, a los más dispuestos, para que sus resultados puedan ser alcanzados por los más vagos. Igualar por debajo. Ocultan la perversión que supone un sistema aparentemente beneficioso para los más humildes, pero a los que condenan a seguir siéndolo vaciando de valor el único instrumento que tienen para prosperar en un escenario de igualdad de oportunidades: su esfuerzo personal. Y mientras, permanecen las desigualdades entre ricos y pobres. Aquéllos, no necesitan esforzarse para conservar su bienestar. Y éstos, no tienen motivos para esforzarse porque consiguen el mismo sucedáneo de bienestar que quienes no lo hacen.


sábado, 9 de enero de 2010

Disculpen que me repita

Casi todos los días tiene uno que escuchar en el desayuno, en la máquina del café, en el taxi, en la barra del bar, que el origen de la crisis ha sido financiero, lo cual es cierto, y que la culpa de todo la han tenido los bancos y la falta de regulación del sistema financiero, lo cual ya no es tan cierto.

Y claro, uno se pregunta si la gente sabe que la cantidad de billetes y monedas en circulación en el mundo la deciden, en última instancia, los gobiernos, y que no llega ni al 10% del valor del PIB mundial, es decir, que con todo el dinero existente en el planeta no se podría comprar más que el 10% de los bienes y servicios que se producen en un año en el mundo.

O que el porcentaje de los depósitos que los ciudadanos cedemos a los bancos y que éstos no pueden prestar -el llamado técnicamente coeficiente de encaje-, también lo definen los gobiernos y que, siempre que sea inferior al 100% -normalmente está en el entorno del 2%-, permite la creación de dinero bancario basado en meros apuntes contables de promesas de pago y confianza.

O que el tipo de interés y las condiciones a las que los Bancos Centrales prestan dinero a los bancos comerciales, y que influyen de manera decisiva en el tipo de interés de "mercado", lo fijan los gobiernos.

O que los requisitos legales y de solvencia para operar en el sistema financiero, así como la regulación y autorización de los distintos productos financieros los deciden los gobiernos.

Es obvio, por tanto, que las reglas de juego del sistema financiero, el mercado más intervenido del mundo con diferencia, la han fijado los gobiernos: la cantidad de dinero en circulación, los activos financieros comercializables, la información que debería ofrecérsele a los ciudadanos sobre cada uno de ellos, el tipo de interés de los Bancos Centrales, el coeficiente de encaje, la solvencia de las entidades financieras autorizadas por ellos... ¿Falta de regulación dicen? ¿No será que crearon un monstruo que no supieron o no quisieron controlar mientras les vino bien el crecimiento desaforado basado en el crédito fácil y el endeudamiento, que les permitía recaudar impuestos a dos manos y gastarlos a cuatro? No fue un problema de ausencia de instrumentos de control, sino de desidia interesada de nuestros gobernantes para usarlos. De avaricia e imprudencia de banqueros y ciudadanos. De irresponsabilidad y gestión de luces cortas cuando no de falta de luces. De todo eso y algunas cuestiones más, pero desde luego no de falta de instrumentos de regulación, ni de exceso de libre mercado, ni de capitalismo salvaje. Aunque lo diga el propio Bernanke, que ya tiene delito el chiquillo.


viernes, 8 de enero de 2010

¿Dónde está el libre mercado, ese pérfido culpable de todos nuestros males?

Esta mañana, camino del trabajo, escuchaba en la radio al secretario general de una organización agraria andaluza lamentarse -y yo me sumo a ese lamento-, del perjuicio que las últimas lluvias han causado en los olivares. Hasta ahí, todo normal. Pero a continuación afirmó que "si realmente funcionaran las reglas del mercado, a menos producción el precio sería mayor". No me digan que no es perverso esperar que funcione el mercado cuando a uno le interesa, mientras el resto del tiempo se recibe dinero a espuertas del Estado -más del 40% de los ingresos de los agricultores proceden de ayudas públicas-, o se mantienen unos aranceles próximos al 20%, o se consume más del 75% del agua disponible a unos precios ridículos en un país donde el agua es un bien escaso, o se consume gasóleo subvencionado, o se impide el comercio internacional con los países pobres. De algo de esto ya hablábamos por la taberna hace un par de años.

Este video es un poco largo, pero refleja bastante fielmente el fondo del asunto y es muy didáctico, aunque tenga su migajita de demagogia. Les aseguro que merece la pena. Sobre todo para los que siempre presumen de que nunca pierden el tiempo viendo televisión, salvo los documentales de la 2.




martes, 5 de enero de 2010

¿Contrato para ser cumplido?

¿Qué pasaría si nuestros políticos firmaran un contrato -uno de verdad cuyo incumplimiento tuviera consecuencias judiciales-, con los ciudadanos, en el que se comprometiesen a cumplir su programa electoral, ése por el que les votamos? Pues nada, no sean ustedes ingenuos. Ya el PP gallego usó esa estrategia en las últimas elecciones autonómicas, las ganó y que si quieres arroz Catalina. El compromiso es público, está por escrito y firmado voluntariamente por el propio interesado elevándolo a la categoría de contrato. ¿Alguien se atreve a demandarlo por incumplimiento?

El punto trece del contrato para ser cumplido, según lo llamó en una clara redundancia -¿o no?-, el grupo parlamentario del PP, dice así:"...el gallego tiene que ser un instrumento de unión, nunca de imposición y debe garantizarse la libertad para escoger lengua en todos los ámbitos".

Primero descafeinó el espíritu del contrato. De esa libertad de elección, que no de otra cosa hablamos, se pasó a que los padres tendrían derecho a elegir el idioma de las asignaturas troncales -¿y el resto?-, a que habría una casilla con la pregunta vinculante en el sobre de matrícula y a que los alumnos tendrían libertad para utilizar oralmente y por escrito cualquiera de las dos lenguas en el aula. A la vista de que se hubiera considerado necesario legislar sobre este último extremo, algún despistado se preguntará si es que estaba prohibido en el aula expresarse en alguna de las dos lenguas oficiales.

Finalmente, ni eso. El borrador del decreto propuesto sólo permitirá a los padres decidir la lengua en educación infantil, siempre que coincida con la lengua predominante del entorno. En primaria, podrán decidir qué asignatura de las troncales -una y sólo una de las dos-, se estudiará en una de las dos lenguas oficiales, siendo el Consejo Escolar quien decida la lengua del resto de asignaturas. Y en secundaria, más de lo mismo.

En definitiva, todos jodidos. Los que quieren estudiar sólo en gallego y los que quieren estudiar sólo en castellano. Así lo cuenta quien lo sufre a diario.

Ao carallo a liberdade.


sábado, 2 de enero de 2010

Dudas existenciales (XX)

Si los padres tuvieran que pagar directamente los gastos de escolarización de sus hijos, ¿disminuiría el fracaso escolar? ¿Serían tan poco exigentes con sus profesores? ¿Se preocuparían más por conocerlos? ¿Les exigirían más esfuerzo a sus hijos? ¿Acaso no sería más justo que los padres de los alumnos a los que no les interesa aprender fueran penalizados con la obligación de contribuir económicamente al gasto que supone la plaza escolar de su hijo? ¿Por qué son más exigentes con los resultados de un curso de inglés o de informática pagados de su bolsillo? ¿No debiera ser la gratuidad un premio selectivo al esfuerzo y a los resultados según la capacidad de cada cual, y no un derecho indiscriminado?