Casi todos los días tiene uno que escuchar en el desayuno, en la máquina del café, en el taxi, en la barra del bar, que el origen de la crisis ha sido financiero, lo cual es cierto, y que la culpa de todo la han tenido los bancos y la falta de regulación del sistema financiero, lo cual ya no es tan cierto.
Y claro, uno se pregunta si la gente sabe que la cantidad de billetes y monedas en circulación en el mundo la deciden, en última instancia, los gobiernos, y que no llega ni al 10% del valor del PIB mundial, es decir, que con todo el dinero existente en el planeta no se podría comprar más que el 10% de los bienes y servicios que se producen en un año en el mundo.
O que el porcentaje de los depósitos que los ciudadanos cedemos a los bancos y que éstos no pueden prestar -el llamado técnicamente coeficiente de encaje-, también lo definen los gobiernos y que, siempre que sea inferior al 100% -normalmente está en el entorno del 2%-, permite la creación de dinero bancario basado en meros apuntes contables de promesas de pago y confianza.
O que el tipo de interés y las condiciones a las que los Bancos Centrales prestan dinero a los bancos comerciales, y que influyen de manera decisiva en el tipo de interés de "mercado", lo fijan los gobiernos.
O que los requisitos legales y de solvencia para operar en el sistema financiero, así como la regulación y autorización de los distintos productos financieros los deciden los gobiernos.
Es obvio, por tanto, que las reglas de juego del sistema financiero, el mercado más intervenido del mundo con diferencia, la han fijado los gobiernos: la cantidad de dinero en circulación, los activos financieros comercializables, la información que debería ofrecérsele a los ciudadanos sobre cada uno de ellos, el tipo de interés de los Bancos Centrales, el coeficiente de encaje, la solvencia de las entidades financieras autorizadas por ellos... ¿Falta de regulación dicen? ¿No será que crearon un monstruo que no supieron o no quisieron controlar mientras les vino bien el crecimiento desaforado basado en el crédito fácil y el endeudamiento, que les permitía recaudar impuestos a dos manos y gastarlos a cuatro? No fue un problema de ausencia de instrumentos de control, sino de desidia interesada de nuestros gobernantes para usarlos. De avaricia e imprudencia de banqueros y ciudadanos. De irresponsabilidad y gestión de luces cortas cuando no de falta de luces. De todo eso y algunas cuestiones más, pero desde luego no de falta de instrumentos de regulación, ni de exceso de libre mercado, ni de capitalismo salvaje. Aunque lo diga el propio Bernanke, que ya tiene delito el chiquillo.