viernes, 31 de agosto de 2007

O la educación para la ciudadanía empieza por uno mismo o es otra cosa

A punto de comenzar el curso escolar, aún no conocemos ni el contenido, ni el texto a utilizar en Andalucía para la polémica, no sin razón, asignatura de Educación para la Ciudadanía.

Busca que te busca en la página web de la Junta de Andalucía y de la Consejería, para encontrar sólo una nota de prensa fechada el 31 de Julio, en la que se informa de la aprobación por parte del Consejo de Gobierno de dos decretos que modifican la ordenación de las enseñanzas de Educación Primaria y de Educación Secundaria Obligatoria. Por supuesto, del contenido de los dos decretos, ni rastro. O al menos yo no los he sabido encontrar en el escaso tiempo que he dedicado a buscarlos, lo que dice muy poco sobre el interés que nuestro gobierno autonómico tiene en mantener informados a sus ciudadanos. En ese resumen de prensa se cuenta que el próximo curso se implantará en 3º de ESO y el siguiente en 5º de Primaria.

Resulta curioso que el contraste entre el comportamiento de algunos políticos y su empeño por imponer una asignatura de este tipo, recuerde a aquel dicho de "Tú haz lo que yo te diga, pero no lo que yo haga". La absoluta falta de respeto y nula educación (para la ciudadanía) que está demostrando el gobierno del ínclito Chaves, al no facilitar información a los padres respecto de una asignatura ciertamente sospechosa, no son precisamente el mejor ejemplo que pueden ofrecer a los alumnos que pretenden "educar para la ciudadanía".

Por tanto, desconozco el contenido de lo que aspiran a "enseñarle" a mis hijos, así que no me quedará otra que mantenerme atento hasta que nuestros representantes (¿?) políticos tengan a bien informarnos. En cualquier caso, lo que se lee por ahí sobre los materiales didácticos no tiene buena pinta y la desinformación sólo contribuye a incrementar la sospecha de adoctrinamiento que gravita sobre la asignatura.

Para intentar formarme una opinión algo más objetiva, he buscado por internet información sobre alguno de los libros de texto. Lo que realmente pretendía era conseguir extractos textuales que me permitieran formarme una opinión, pero casi todo lo que he encontrado han sido artículos que te servían el análisis cocinado. Sí, ya sé que podía haberme ido a una librería y comprármelos, pero qué quieren que les diga, tengo cosas mejores en las que gastar mi dinero. Llegados pues a este punto, me he tenido que conformar con un artículo de Justino Sinova en El Mundo, en el que entrecomilla lo que se supone son expresiones textuales del libro, y el resumen que la propia editorial hace en su página web. Me estoy refiriendo al texto denominado-¿lo adivinan?- "Educación para la Ciudadanía" de la editorial Akal.

Lo que afirma Justino Sinova que dice el libro lo pueden leer aquí, por lo que no abundaré en ello.

El resumen que de las líneas maestras del libro hace la propia editorial o sus autores, lo pueden encontrar aquí. La fiabilidad de la fuente queda por tanto fuera de toda duda. Y ahora sí extractaré aquellas cuestiones que, a mi juicio, sobrepasan con generosidad los límites de lo que entiendo por enseñanza, incluso la de unos supuestos valores universales, para adentrarse claramente en la selva del adoctrinamiento más descarado y chabacano.

En esa síntesis se habla de "....contexto nacional e internacional cada vez más degradado por la voracidad capitalista". Se admite que "Este ensayo es un tremendo contraataque a tamaña farsa". Se culpa del agravamiento de "la miseria, la injusticia, la violencia, la mezquindad y el horror humanos...." que siempre han caracterizado a las sociedades, a la virulencia sin límites del ".....Capitalismo brutal del último siglo y las cómplices democracias occidentales". Afirma que "....cada intento revolucionario de las sociedades para cambiar el sistema neoliberal capitalista e instaurar otros modelos más justos (comunismo y anarquismo) ha sido violentamente reducido por los mismos estados adalides de la Democracia internacional- se atiende a los casos de Cuba y el cono sur latinoamericano, la URSS, la España de principios de siglo, etc-". Se defienden con contundencia "....los actuales y 'vivos' intentos revolucionarios en América latina". Y finaliza esa reseña alabando "las geniales y corrosivas ilustraciones" de uno de sus autores, que no he tenido ocasión de verificar, pero que a la vista del texto, miedo da imaginárselas.

No conozco el resto del material que se va a emplear en esta asignatura y no quisiera ser injusto asumiendo que todos son tan lamentables como éste, pero visto lo visto, y aunque la muestra no sea estadísticamente representativa, el asunto no pinta bien. Esperaré no obstante, a disponer de más información, cuando sus ilustrísimas tengan a bien facilitármela, antes de plantearme, bien la objeción, bien sentarme todas las tardes con mis hijos para explicarles mi opinión sobre los asuntos con los que no esté de acuerdo.

Aunque ahora que caigo, como la asignatura es obligatoria y evaluable, si opto por la segunda alternativa y le explico a mi hijo que el comunismo es uno de los modelos de convivencia más injusto, que el capitalismo es un sistema económico, no moral ni político, que crea riqueza y bienestar o que Chávez (con "z") es un tirano que le está haciendo mucho daño a su pueblo ¿qué tendría que contestar en el examen si le preguntan por alguna de esas cuestiones?¿lo que piensa el profesor, lo que piensa el autor del libro, lo que piensa él o lo que piensa su padre? No sé yo si este experimento va a salir muy bien. Ya veremos.


jueves, 30 de agosto de 2007

Del spanglish al ingliñol

No soy supersticioso, pero no me hace mucha gracia eso de dejar el mes de Agosto en trece artículos. ¿Y si es verdad eso que dicen de la mala suerte? Así que, por si no tengo tiempo, ganas o inspiración suficientes antes de que acabe el mes, aquí va esta entrada para intentar regalar una sonrisa a mis parroquianos después de tanta seriedad.




Además, para que el artículo no sea del todo inútil, si es que un poco de humor puede ser calificado de tal, os pongo aquí un enlace por si os lo queréis bajar a vuestro ordenador. El formato en el que se descarga es FLV, pero en ese mismo enlace tenéis tanto un visualizador para ese formato, como un conversor, aunque sólo el primero es gratuito.

Por último, os explico el truquillo que he usado para poder descargar el vídeo desde Youtube. Cuando veis un vídeo en esa página, os sale a la derecha en una casilla la URL correspondiente (algo parecido a esto http://www.youtube.com/watch?=rUwkyxdj19A). Pues bien, si añadís a esa URL la palabra "kiss" delante de youtube manteniendo todo igual, obtendréis otra URL que os permitirá bajaros el vídeo. Hay otras formas de bajarse los vídeos, pero no conozco ninguna más sencilla que ésta.


miércoles, 29 de agosto de 2007

La cultura de la subvención y la subvención de la cultura

En su comparecencia de hoy en la comisión de Cultura del Congreso, el nuevo ministro de la cosa ha anunciado que incrementará el Fondo de Protección de la Cinematografía hasta los ochenta y cinco millones de euros. Todo ello con cargo a los presupuestos, "of course".

Y todo porque el cine español no gusta a los españoles. Tampoco a los foráneos, dicho sea de paso. Ni vamos al cine a ver nuestras películas, ni premiamos con la tan ansiada "cuota de pantalla" a las televisiones que las programan.

Resultado de todo ello: no es rentable hacer cine en nuestro país. Si el cine español es malo, que no digo yo que lo sea, ¿por qué hay que premiarlo regalándole el dinero de todos? Si lo que mi empresa produce no gusta a los clientes a los que van dirigidos mis productos, la solución no es que el Estado, que no el Gobierno, subvencione mi producción para que pueda seguir fabricando algo que nadie compra, sino ponerme las pilas para ser competitivo o cerrar la empresa.

Alguien podría argumentar que estamos hablando de cultura y no de algo tan "vulgar" como el comercio de bienes y servicios. Pero ¿es cultura aquéllo que, según dicen, no gusta a casi nadie?¿quién decide en esos casos lo que es cultura y lo que no? Si es posible hacer películas que permiten pagar a los actores, al director y al productor millones de euros cuando el resultado gusta al personal, habrá que concluir que la subvención de aquellas producciones que no gustan es un premio a la ineptitud.

No es sano para la sociedad que la cultura, y mucho menos la actividad económica en general, dependa de las subvenciones para su subsistencia. Cuando los ciudadanos no están dispuestos a pagar un determinado precio por ver una película, leer un libro o comprar un cuadro, se está poniendo de manifiesto que el valor percibido por aquéllos respecto de estos "productos" culturales, es considerado inferior al valor económico del dinero del que se tendrían que desprender para adquirirlos. Pretender eliminar ese diferencial a base de subvenciones creyendo que con ello se fomenta la cultura, es de una ingenuidad sólo digna de políticos demagogos.

Si de verdad se desean ciudadanos cultos, formados e informados, ofrézcanles una educación y una enseñanza pública exigente y de calidad. Lo demás, estar dispuesto a gastarse el dinero en un buen libro renunciando a otras alternativas de consumo, vendrá por añadidura.


Cuando todos se olviden del héroe

Nunca me he sentido cómodo hablando bien de los muertos si no los conocí en vida. Tampoco soy muy amigo de alabanzas "prêt à porter". Me cuesta decir algo que no suene artificial y convencional en esos momentos en los que el dolor, el de verdad, el que permanece cuando se apagan los fuegos artificiales que salpican de épica lo prosaico, te aplasta el alma.

Cuando termina la fiesta, todos se marchan, muere el héroe y resucita el compañero, el padre, el amigo. Sólo quedan los vasos sucios por los rincones, los restos de la borrachera por el suelo y el regusto amargo de la resaca que te devuelve, con más brusquedad si cabe, a la cruel compañía de su ausencia. Ésa con la que tendrán que convivir el resto de su vida quienes conocieron y amaron a la persona, siempre más entrañable y valiente que el ídolo.

Echen un vistazo a la magnífica pluma de tres vecinos de esta humilde taberna: "En paz", "Un escalofrío" y "Puerta". Merece la pena.


martes, 28 de agosto de 2007

Reflexiones democráticas

Hoy he leído un magnífico artículo escrito por Javier Redondo en El Mundo llamado "Elogio del mérito". Recuerdo haber reflexionado en varias ocasiones en este blog sobre la calidad de nuestra democracia y haber vertido algunas opiniones que debieran haber generado un interesante debate e incluso algún que otro "insulto". Siempre me ha resultado extraño que cuestionar el principio de "un hombre un voto" o hablar de oclocracia no haya provocado reacciones airadas en el blog.

Quien espere que haga un resumen del artículo de Javier Redondo, se verá defraudado. Y quede claro que la tentación de reproducir varios párrafos del mismo es grande, pero eso sería tanto como traicionar el sentido último de la reflexión que hace su autor.


lunes, 27 de agosto de 2007

Sensibilidad a flor de piel

Rosa Regás, esa que no lee periodicos, ni escucha la radio, ni ve la "tele", ha dimitido. Al parecer, el nuevo ministro le dijo que en los tres años y pico que llevaba al frente de la Biblioteca Nacional no había hecho nada. Incapaz de encajar una crítica tan fácil de desmontar si fuera falsa, esta mujer, sensible donde las haya, ha decidido dimitir.

Seguramente su dimisión no tenga nada que ver con el sectarismo del que constantemente hace gala, el despilfarro con el que ha gestionado la Biblioteca Nacional o el último episodio vergonzante del robo de dos mapamundis de la Cosmographia de Ptolomeo. Seguramente.

No se pierdan su "nota biobliográfica" (no, no es una errata) escrita por ella misma en su página, sobre todo los dos primeros párrafos. Cualquiera diría que alguien capaz de afirmar que "es importante ser de izquierdas para dirigir la Biblioteca Nacional" o que "se alegró más de la derrota del PP el 14 de marzo de 2004 que de la muerte de franco" desprecia a los dogmáticos. Lean, lean.


sábado, 25 de agosto de 2007

La paja en el ojo ajeno

Anoche estaba viendo con mi contraria el programa "Callejeros" en la Cuatro y en una de las pausas publicitarias, hice lo que hacemos todos, aprovechar para comprobar que todos lo botones del mando a distancia funcionan correctamente antes de que expire la garantía.

La bolita de la ruleta se paró momentáneamente en un programa del corazón en el que estaba el padre de un famoso torero, más famoso que torero, todo sea dicho. El buen hombre, con una cara de guasa que permitía intuir la pasta gansa que le habían pagado por contar lo que hace un día cualquiera, acababa de anunciar una primicia para el programa. Me caso a primeros de Octubre, dijo con satisfacción.

Uno de los periodistas (¿?) le increpó diciéndole que cómo se le ocurría dar esa noticia en televisión sin que ni siquiera lo supieran sus hijos, que si él fuera uno de ellos no acudiría a la boda y que era un impresentable. El papá del famoso torero contestó al periodista que él estaba allí por lo mismo que él, por dinero. Los periodistas que participaban en el circo del que ellos mismos formaban parte, saltaron como fieras en un ataque de corporativismo vergonzante, indignados al comprobar el descaro con el que un famosete de pacotilla osaba compararse con ellos.

En ese momento, el periodista que le hizo el reproche inicial retomó la palabra y le manifestó su agradecimiento por la exclusiva que acababa de dar en el programa, pero volvió a insistir en los reprobable de su conducta, en que si él fuera su hijo no iría a la boda y bla, bla, bla, bla.......

Aquello me pareció kafkiano. A un "señor" le pagan por contar exclusivas de su vida privada, unos periodistas (¿?) cobran por formar parte de un circo que se dedica a convertir artificialmente en noticia lo que, en condiciones normales, jamás lo sería, y cuando les recuerdan que ellos son tan payasos en el espectáculo como el famosete y que comen del mismo pesebre ¡van y se ofenden! Lo que no entiendo es cómo pueden mantenerse erguidos con lo que tiene que pesar la viga que tienen en el ojo.


viernes, 24 de agosto de 2007

Un par de tardes con Zapatero hablando de economía (y II)

Ahora supongamos que llega a oídos de los habitantes de nuestra isla que existen otras islas con productos que ellos no pueden fabricar o que, pudiendo hacerlo, lo hacen a mayores costes. Lo mismo les sucede a los habitantes de esas otras islas respecto de la nuestra. Comienza entonces un intercambio comercial en el que nuestra isla empieza a comprar y vender bienes al exterior, a importar y exportar. Acabamos de pasar de una economía cerrada a una economía abierta, cuya primera consecuencia es que ya no podemos calcular el PIB de la forma descrita anteriormente. ¿Por qué? Porque ahora, de todo el dinero gastado por los habitantes de la isla, no sabemos cuánto se ha empleado en comprar productos fabricados por ellos mismos y cuánto en comprar productos importados. Tampoco sabemos al valorar las existencias, cuántas se corresponden a importaciones almacenadas y aún no adquiridas por los ciudadanos. Pero sabemos varias cosas que nos permitirán hacer las correcciones necesarias al método anterior para calcular el PIB. Conocemos el valor de lo que hemos exportado y que, al haber sido producido en la isla, debería formar parte del PIB. Conocemos el valor de lo que hemos importado y que, al haber sido producido fuera de la isla, no debería formar parte del PIB. Conocemos todo el dinero que se han gastado los habitantes en el año. Y, finalmente, conocemos el valor de las existencia a final de año. Así, con una simple operación aritmética podemos deshacer el efecto de las exportaciones y las importaciones sumando las primeras y restando las segundas al valor obtenido de calcular el PIB como si se tratara de una economía cerrada.

Por tanto, en una economía cerrada el PIB será igual al gasto total de sus habitantes más las existencias. En una economía abierta, el PIB será igual al gasto total de sus habitantes, más las existencias, más las exportaciones (X), menos las importaciones (I). Más culturilla. A las exportaciones menos las importaciones (X-I) se le suele denominar "saldo exterior".

Ya podemos introducir el concepto de balanza de pagos. Se trata de un registro donde se contabilizan las transacciones económicas realizadas durante un determinado tiempo entre los habitantes de dos países. Estas transacciones se clasifican en diversos conceptos, de entre los que interesa destacar el intercambio de mercancías, denominada balanza comercial (X-I), y el intercambio de servicios (turismo, viajes..), denominada balanza de servicios. En nuestro país, ambas suponen más del 80% del volumen de transacciones y serán suficientes para explicar cómo afecta la evolución del saldo de la balanza de pagos al PIB y, por tanto, al modelo de crecimiento económico del país. Si la balanza de pagos es negativa como consecuencia de una balanza comercial también negativa, significa que importamos más de lo que exportamos y que, salvo que tengamos dinero ahorrado de periodos anteriores, nos tenemos que endeudar para hacerlo. Se verá más claro con un ejemplo, en el que suponemos que todo se consume y que no hay ahorro. Un país produce bienes y servicios por valor de 100 euros, por tanto su PIB es de 100 euros y la suma de las rentas de sus habitantes para gastar asciende también a 100 euros. Si exporta bienes por valor de 30 euros y no importa ningún bien, sus habitantes sólo pueden gastarse 70 euros y ahorrarán los 30 euros procedentes de la exportación. Si exporta por valor de 30 euros e importa por valor de 50 euros, sus habitantes se habrán gastado 120 euros (los 70 de la producción que no se exportó y los 50 que importaron), por lo que se han tenido que endeudar con algún país en 20 euros. Y esto ¿es bueno o malo? Pues depende del uso que se haga del endeudamiento como veremos más adelante.

Por último, otra cuestión interesante y de bastante actualidad ¿A qué se refieren los economistas cuando hablan de modelo de crecimiento? A estas alturas ya deberíamos entender que el PIB es un indicador de la renta de un país, pero se trata de un valor absoluto que requiere ciertos matices. Desde el punto de vista económico ¿es igual de rico y solvente un país con un billón de euros de PIB y diez millones de habitantes que otro con igual PIB y cincuenta millones de habitantes? Parece claro que no es lo mismo producir un billón de euros en un caso que en otro. Haciendo una simple operación matemática -por simplicidad, estamos suponiendo que todos los habitantes son trabajadores-, podemos obtener la media de lo que produce cada habitante: el PIB per cápita. En el ejemplo empleado, este indicador nos permitiría afirmar de entrada que el primer país dispone seguramente de mejores infraestructuras (carreteras, ferrocarriles....), mejor formación del capital humano, mejor tecnología y mayores inversiones en capital fijo (maquinaria, patentes...) que permiten que un trabajador produzca cinco veces más que el segundo país. Cuando se habla de crecimiento del PIB, es obvio que no es lo mismo crecer un 5% como consecuencia de mejorar la productividad (lo que un trabajador produce por unidad de tiempo) en esa misma magnitud, que como resultado de incrementar un 5% el número de trabajadores. Tampoco es lo mismo que el crecimiento sea debido al desarrollo de sectores de alta tecnología e industriales, que al de sectores coyunturales, como la construcción, o al turismo. Así mismo, cuando hablábamos antes del déficit de la balanza de pagos, no es lo mismo endeudarse con el exterior debido a la importación de bienes de equipo, patentes o tecnología, que van a permitir mejorar la productividad del país y crecer sobre bases más sólidas, que endeudarse para mantener un nivel de consumo por encima de nuestras posibilidades.

Y ya paro, porque seguramente estas cuestiones sólo interesarán a mi amigo, que es un poco "rarito". Imagino que darse un paseo por la taberna en pleno Agosto y encontrarse con este mazazo de artículo debe ser para salir corriendo, lo que otorga un plus de mérito a quien se lo trague. Si además le anima a acercarse un poco al mundo de la economía, que no es tan complicado como parece, habrá merecido la pena.


jueves, 23 de agosto de 2007

Un par de tardes con Zapatero hablando de economía (I)

El otro día me preguntó un amigo qué significaba, en román paladino, eso del PIB, el déficit exterior y los modelos de crecimiento. No paro de encontrarme estos conceptos en la prensa diaria, en ocasiones con interpretaciones contradictorias según de qué pie cojee el medio en cuestión, y me inquieta no enterarme de algo que puede terminar afectando a mi forma de vida, me dijo muy serio.

Mi amigo es un tipo inteligente, pero de "letras" puras, así que ante la perspectiva de tener que explicarle a palo seco el equivalente a media asignatura de segundo de económicas en plan "cuento de caperucita" y sin emplear una mísera expresión matemática, me entró la risa tonta, le quité importancia al asunto y le dije que ni caso, que se limitara a no gastar más de lo que ganaba y que si pedía algún préstamo, si se endeudaba, que fuera para invertirlo y no para irse de parranda todos los días, que siguiendo ese consejo no necesitaba saber nada más.

Se me quedó mirando con esos ojos sonrientes y socarrones que ponen los adolescentes cuando detectan que un "adulto" no quiere entrar al trapo de una conversación delicada. Mira Tato, me dijo, si no sabes explicármelo sin necesidad de recurrir a jeroglíficos indescifrables que sólo entendéis los que aspiráis a que no se os entienda como seña de prestigio, me lo dices, pero no me trates como a un imbécil. ¡Cómo me conoce el "cabrito"!, pensé. Supo al instante que mi frustrada vocación de enseñante no iba a ser capaz de encajar el golpe y admitir mi posible incapacidad de simplificar asuntos de cierta complejidad para ponerlos al alcance de profanos en la materia.

De acuerdo, le dije, pero quiero dejarte claro que, en aras a la simplicidad, será necesario obviar algunos matices, técnicamente importantes para un análisis "fino" del asunto, pero conceptualmente insignificantes para una comprensión global, a vista de pájaro, de estos aspectos de la economía de un país. Y ya puestos, escríbelo en tu blog para que pueda consultarlo de vez en cuando ZP, que parece que el par de tardes que le dedicó su amigo Jordi Sevilla no le cundieron demasiado, me contestó. Dicho y hecho.

Supongamos una comunidad de cien personas, en una isla solitaria en medio del océano, sin relación con ningúna otro colectivo. Supongamos también que esos cien individuos tienen profesiones variadas (agricultores, panaderos, científicos, cocineros, políticos....), que poseen una tecnología y unos recursos naturales que permiten un nivel de vida similar al de un país moderno. Al no mantener intercambios comerciales con ningún otro país, se dice que tienen una economía cerrada, sin sector exterior. En esas condiciones, todo lo que se produzca en la isla a lo largo de un año tendrá un valor económico determinado: las toneladas de pan fabricadas, los coches producidos, los servicios prestados.... Ese es el PIB, el Producto Interior Bruto. Lógicamente, hay diversas formas de calcular este valor, pero la más intuitiva es a través de la denominada "vía de la demanda". Para calcular el valor económico de todo lo producido en la isla bastaría con saber cuánto dinero se han gastado a lo largo del año los cien habitantes en compras de bienes y servicios y cuál es el valor de los bienes aún no vendidos al final del periodo, las existencias finales. Si sumamos esos dos valores, obtenemos el PIB. No es preciso para entender el concepto pero, ya puestos, no viene mal un poco de culturilla económica, por lo que añadiré que los bienes se suelen dividir en bienes de consumo (pan, productos agrícolas, televisores, servicios de restauración.....) y bienes que se utilizan en los procesos productivos que permiten fabricar otros bienes por parte de los empresarios (edificios, maquinaria....). Al valor adquirido de los primeros se le denomina Consumo (C) y al valor de los segundos, junto con los bienes de ambos tipos producidos y no vendidos (existencias finales), se le denomina Formación Bruta de Capital (FBC). De esta forma, el PIB será igual al Consumo más la Formación Bruta de Capital en una economía cerrada como la del ejemplo. En este caso no tiene sentido hablar de déficit o superávit exterior. No existe Balanza de pagos porque no existe sector exterior.


Raaatatatatatatatatata...........Power off, silencio.

Y el Montes éste ¿de qué va? Ver un partido de baloncesto con este payaso diciendo tonterías es un verdadero suplicio. Entre estupideces, canturreos y coletillas, se dedica a intentar radiar lo que vemos. ¡Cómo si no lo estuviéramos viendo ya!

Espero que retransmitan por la radio los partidos del Eurobasket para poder amordazar a este "gremlin" verboso con el "mute" del mando a distancia del televisor, porque si no, este conguito estrábico con voz de bebedor compulsivo de Cazalla, me obligará a ver los partidos con el MP3 enroscado en la oreja y escuchando "La Heroica".

Lo mejor, la nueva victoria de la selección. Y ya van......


miércoles, 22 de agosto de 2007

Espejito, espejito......

Como ya prometí, me he hecho asiduo del blog de Ignacio Anasagasti, alias "el flequi". Les aseguro que es muy divertido y una original fuente de inspiración como material de relleno para mi taberna.

Hoy le da caña a Madrazo, su socio de gobierno en el País Vasco. Dice de él que "tiene un morro que se lo pisa", que es un tipo sin principios y que no ha visto un caso de mayor vaciedad ideológica en la política. Remata la faena llamandoles "par de pillos" a él y a Odon Elorza. Casi "ná".

Vaya por delante que estoy absolutamente de acuerdo con mi "amigo" Ignacio. Coincidir dos veces con las opiniones de alguien cuyas ideas políticas son radicalmente opuestas a las de uno empieza a acojonarme un poco. Me lo haré mirar.

Y por cierto ¿qué morro, qué principios y qué vaciedad idelógica hay que tener para ser socio de alguien que nos merece esa opinión?


martes, 21 de agosto de 2007

De sindicatos, salarios mínimos y otras tonterías

Aunque uno ya no se sorprenda de las tonterías que dicen nuestros sindicatos, no puedo dejar de preocuparme por las consecuencias de lo que proponen. Urge una modernización de las estructuras y planteamientos sindicales en nuestro país, de su financiación y de su papel dentro de nuestra democracia.

Podría poner muchos ejemplos del anacronismo de nuestro sistema sindical, pero la excusa que me sirve para poner sobre la mesa este asunto es la exigencia de la UGT de que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) suba a 885 euros en cuatro años. Fiel a mi manía de acudir a la fuente para verificar si existen matices que pudieran cambiar el sentido de la noticia, me dirijo a la página web de la UGT. En ella compruebo que lo leído en la prensa es casi un "copia-pega" de la información que el propio sindicato ha "colgado" en su web.

En ella afirma varias cosas interesantes: que el SMI sólo afecta al 0,8% de los trabajadores, que esta renta constituye un suelo retributivo para el resto de los salarios y que, según un estudio realizado por UGT, la fijación del SMI tiene efectos positivos sobre el empleo. Les aseguro que por más que he buscado ese supuesto estudio no he conseguido encontrarlo, así que si alguien me lo hace llegar, prometo leerlo con el máximo interés.

También calla otras: que países como Alemania o Suecia no tienen SMI y que la mayoría de los economistas están de acuerdo en que la fijación de un salario mínimo por ley genera paro en los colectivos menos cualificados y más débiles.

Podría exponer aquí el mecanismo de formación de salarios y el efecto del SMI sobre la fijación del equilibrio en el mercado de trabajo, pero sería muy aburrido para la mayoría de los que me leen y tampoco les aclararía demasiado. No obstante, creo que merece la pena explicar, aunque sea de manera coloquial, las consecuencias de la intervención del Estado en la fijación de un precio mínimo del factor trabajo.

En circunstancias normales, lo que un empresario está dispuesto a pagar a un trabajador estará en función del valor añadido que éste aporte a la empresa. Si un bien puede venderse en el mercado a 10 euros, el consumo de materia prima y otros gastos para fabricarlo es de 4 euros y el empresario quiere ganar un 5% neto para ser competitivo y vender toda su producción, le podrá pagar al trabajador 5,5 euros/hora si su productividad es de 1 pieza/hora, 11 euros/hora si es de 2 piezas/hora y así sucesivamente, puesto que el coste máximo de producción no debería ser superior a 9,5 euros.

Supongamos que se trata de un trabajo de baja cualificación, un bien de consumo masivo y que la productividad media de los trabajadores es de 1 pieza/hora. Supongamos que el gobierno fija por ley un salario mínimo de 7 euros/hora. Las alternativas del empresario son fundamentalmente tres:
  • Subir el precio del bien, lo que en una economía globalizada supone en la práctica cerrar la empresa a corto o medio plazo, generando paro.
  • Contratar sólo a trabajadores cuya cualificación le permita obtener una productividad de más de 1 pieza/hora, lo que generará paro entre los trabajadores menos cualificados.
  • Invertir en maquinaria especializada, sustituyendo trabajo por capital y generando paro.
Los defensores del establecimiento de un salario mínimo no han sido capaces de demostrar lo que UGT afirma: que tiene efectos positivos sobre el empleo. Entonces ¿qué argumentos usan para defender su implantación? Según dicen, si no existiera, los salarios tenderían a fijarse por el mercado en unos niveles socialmente intolerables. Una tontería desmentida tozudamente por la realidad.

Veamos. En Alemania o Suecia no hay SMI y no parece que los trabajadores alemanes y suecos anden sumidos en la indigencia. Si en España sólo el 0,8% de los trabajadores perciben el SMI, el 99,2% perciben un salario superior, lo que implica que es el propio mercado el que mantiene los salarios en esos niveles pues, de no ser así, no tendría sentido que los empresarios pagasen salarios superiores al SMI.

Por tanto, si el SMI no interfiere en el mecanismo de formación de los salarios del 99,2% de los trabajadores ¿qué aporta al mercado laboral? La expulsión del mismo de los trabajadores más jóvenes y menos cualificados, dificultándoles la obtención de una experiencia laboral que les permita mejorar su cualificación. Un menor número de empresarios, principalmente pequeños, que no pueden poner en marcha proyectos cuyo valor añadido no supere el SMI. Un perjuicio para los consumidores que, o tienen que adquirir productos importados, o disponen de una menor oferta de bienes.

¿Cuándo van a ser valientes nuestros sindicatos y van a dejar de financiarse con cargo a los presupuestos? ¿Cuándo van a defender los intereses de los parados con el mismo entusiasmo que los de los trabajadores en activo? ¿Cuándo van a gestionar el medio y el largo plazo en lugar de buscar réditos a corto?


jueves, 9 de agosto de 2007

Quien no madruga.........se queda sin periódico

Y como no madrugué, sin periódico me quedé. Eso que dice Rosa Regás de que cada vez se leen menos periódicos no es cierto, al menos en las zonas de veraneo, salvo que la escasez de los mismos a las 11 de la mañana sea producto de la poca oferta y no de la tempranera demanda.

Hoy me he quedado sin periódico y, en el tranquilo desayuno que saboreo cada mañana en la terraza del bar de la esquina, sólo he podido leer el diario deportivo que todas los días le compro a mi hijo y que engulle inmediatamente en cuanto vuelvo de mi paseo matutino.

Me aburre este tipo de prensa repetitiva y casi siempre mal redactada, pero con un buen zumo de naranja recién exprimido, media "tostá" con aceite y jamón y toda la mañana por delante para saborear tan exquisito desayuno, quién se resiste a hojear y ojear un periódico. Hasta uno deportivo si es menester. Si no, el desayuno no sabe igual.

En escasos segundos ya había pasado las páginas de fútbol que, dicho sea de paso, son casi todas. Me planté en un plis plas en las seis o siete últimas que hablaban de otros deportes. Como no era plan de dar fin a la lectura de "prensa", antes incluso de que el pan comenzara a empaparse del precioso manto verde con el que acababa de cubrir su torso desnudo y sobre el que reposaría segundos después una hermosa manta de jamón, con más voluntad que convicción comencé la lectura de la zurrapa que aún quedaba por consumir de ese revuelto de papel y tinta.

Con el nivel intelectual de este tipo de prensa, no es extraño encontrarse con alguna perla que despierte la imaginación adormecida por el estío y aporte alguna idea para mantener, más o menos vivo, este blog contagiado de la falta de actividad vacacional.

Resulta que un tal Vilarasau, presunto periodista deportivo, titula su columna "No son deportistas, son esclavos", refiriéndose inicialmente al fútbol, para rematar con la F1 que es el objeto real de su artículo. Habla este buen señor de acoso laboral y de que, en estos casos, deberían existir facilidades para romper la relación contractual, se entiende que por parte del supuesto deportista sometido a tan infame esclavitud. También habla de contratos leoninos sin escrúpulos y plagados de cláusulas impensables para el mundo libre en el que vivimos. Pero olvida este buen señor varias cuestiones.

En primer lugar, que esos contratos se firman libremente y, por tanto, están sometidos a la aceptación voluntaria de las partes y a la legislación en vigor, civil o mercantil según el caso, por lo que causa risa leer que "lo que ocurre con los contratos deportivos sólo es equiparable a lo que sucedía en las no tan lejanas épocas de la esclavitud". No se trata pues de un contrato laboral que firma un trabajador, entrampado con la hipoteca hasta las cejas, con una familia a la que alimentar y que debe recibir la adecuada protección legal en su relación contractual con el patrón, sino de señores que ganan en un año lo que 10 de esos trabajadores juntos ganan en toda su vida.

En segundo lugar, hablar de acoso laboral referido a alguien que gana entre 1 millón de euros al año, el que menos, y 20 millones en el caso de Alonso, resulta una obscenidad. Este tipo de contrato ata a ambas partes. El patrón tiene que pagar todo el contrato y el "deportista" tiene que cumplirlo. Insinuar que quien ha firmado el contrato, asesorado por una legión de abogados bien pagados, lo ha hecho sin conocimiento de causa sólo es posible tras un ejercicio de cinismo.

Y por último, cobrar esa barbaridad para hacer lo que a uno le gusta y, según dicen ellos mismos, divertirse en su trabajo, no creo que se corresponda con ninguna forma de esclavitud. Al menos con ninguna a las que se refiere este "periodista".

En resumen, a mí no me producen la más mínima compasión estos "acosos en el trabajo" ni estas situaciones de "esclavitud laboral". Y que alguien pida protección para estos privilegiados respecto de sus condiciones "laborales" es el colmo de la estulticia.


lunes, 6 de agosto de 2007

Rosa Regás está "sembrá"

A los que nos sentimos de izquierdas, pero muy críticos con esa izquierda trasnochada, acrítica y caduca de la que algunos hacen gala con irresponsable orgullo y sin el más mínimo rubor, la entrevista realizada a Rosa Regás en el último número de Tribuna de la Administración Pública sólo puede producirnos sonrojo, salpicado de una cierta vergüenza ajena.

No es la primera vez que esta señora dice barbaridades. Esta vez se queja de que "los grandes logros sociales de este Gobierno se venden mal porque la prensa no es del Gobierno". Es decir, que los ciudadanos somos tontos, que no nos enteramos de nada y que la solución es que la prensa sea del Gobierno. Reconozco que es una traducción libre de sus palabras, pero es lo que yo he entendido.

También dice que "afortunadamente, cada vez se venden menos periódicos". Y todo esto lo dice tras haber afirmado que "La cultura es lo único que puede cambiar la sociedad. Cultura como transmisión de conocimiento que nos hace libres. El conocimiento nos permite elaborar nuestro propio criterio para no dejarnos imponer nada" y que "hace dos meses que no leo la prensa, ni veo la tele, ni escucho la radio".

Y la última frase curiosa de la entrevista: "Hasta que no nos demos cuenta de que el régimen de Franco fue dictatorial y se cargó la democracia en España, no sabremos quiénes somos porque no reconoceremos quiénes fuimos". ¿Seguro que sólo lleva dos meses sin leer la prensa, ver la "tele" y escuchar la radio?


domingo, 5 de agosto de 2007

Hamilton el sucio y la FIA: no hay que FIArse

No soy un experto ni en Fórmula 1, ni en la normativa FIA, pero lo ocurrido ayer en el Gran Premio de Hungría me parece una manipulación descarada.

La F1 es en primer lugar un gran negocio y accesoriamente un deporte. Los equipos toman decisiones estratégicas a lo largo del campeonato y tácticas en cada carrera, siendo éstas y aquéllas elementos esenciales en este "deporte" y en los resultados obtenidos. Sancionar a un equipo con el argumento de que una determinada estrategia, que sólo puede beneficiar o perjudicar a ese equipo y a nadie más, ha resultado perjudicial para la competición es tanto como negar la esencia de este espectáculo.

Sancionan a Alonso por conducta antideportiva porque no se creen lo que el propio equipo ha declarado: que Alonso ha actuado siguiendo las órdenes de equipo y no por iniciativa propia. Sin embargo, sancionan también al equipo porque estiman que la táctica de clasificación que han seguido perjudica la ¿imagen? de este "deporte".

No entiendo nada. Si sancionan a Alonso porque la FIA entiende que actuó motu proprio perjudicando a su compañero ¿por qué sancionan también al equipo por seguir una determinada táctica? O Fernando siguió las órdenes de equipo y entonces su conducta no es antideportiva, no siendo en ese caso acreedor de sanción alguna, o actuó por su cuenta, lo que implicaría que no había órdenes de equipo y, por tanto, tampoco táctica de equipo que sancionar. No es posible afirmar una cosa y su contraria, único argumento que permitiría sancionar a ambos. Si a todo eso añadimos que el único que desobedeció las órdenes de equipo fue Hamilton y que a Alonso le pusieron neumáticos duros y usados para la última vuelta de clasificación, saquen ustedes su propia conclusión. Y vaya por delante que Fernando no me cae demasiado bien en lo personal, pero es de justicia reconocerle su valía como piloto y las putadas que este año le están haciendo, empezando por su propio equipo y terminando por la prensa británica y la FIA.