lunes, 30 de agosto de 2010

Erre que erre, pero no le echan cojones

Ya lo dijo su jefe hace unos meses y ahora lo repite un subordinado. Consejero delegado, sí, pero subordinado. Y no se engañen, lo ha dicho tan fino que parece que no dice lo que su jefe -al que se le entendía todo cuando conseguía vocalizar-, dijo. Pero no se dejen engañar, que ya está bien de que nos vengan lloriqueando por las esquinas cuando tenemos uno de los accesos más caros y lentos de Europa, cuando los accionistas de Telefónica han heredado unas infraestructuras y una posición de mercado privilegiada que han sido pagadas con nuestros impuestos y nuestras tarifas en la época en que eran un monopolio, cuando el primer semestre han mejorado los ya espectaculares beneficios consolidados del mismo periodo del ejercicio anterior -¡¡más de un 18% de rentabilidad neta sobre ventas antes de impuestos!!-, según ellos mismos explican a sus accionistas. ¿Por qué a sus inversores les venden que el negocio va viento en popa a toda vela y a sus clientes -a mí no me miren-, que nos tienen que meter la vela por la popa? Pues eso.

Si lo que quieren es impulsar un acuerdo con todas las operadoras para cargarse las tarifas planas o pactar cualquier otro sistema de tarificación con objeto de evitar una fuga masiva de clientes desde la operadora que primero tome esa decisión hacia las que mantengan las tarifas planas, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) y la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) debieran ir tomando nota. El titular de su conferencia -"la industria debe ser capaz de dar una respuesta colectiva a sus retos actuales"-, deja lugar a pocas dudas.

Si lo que quieren es cambiar la manera de tarificar el servicio de acceso a internet que ofrecen a los ciudadanos para incrementar sus ingresos, ¿quién se lo impide? Habría que recordarles que las denominadas tarifas planas son un invento relativamente reciente, que fueron impulsadas e ideadas por las propias operadoras para competir entre ellas y que nadie les obligó a ofrecerlas. Y tampoco nadie les obliga a mantenerlas. A ver, ¿quién es el primero que le echa cojones y se las carga?


6 comentarios:

Naranjito dijo...

Bueno, y ahora nadie nos compara con nuestros vecinos europeos?. Ahora no, claro, ahora vamos a aprovechranos del chiringuito heredado. Menos mal que yo no tengo Telefónica, pero de mi operador ya hablaremos.
Gracias colega tasquero.

Er Tato dijo...

Pues yo con Timofónica sólo tengo la línea -todavía no me fío de las otras para esto porque Timofónica las putea en las centrales y les desconectan los pares-, pero vamos, que en todos sitio cuecen habas.

Saludos

sevillana dijo...

En casa hemos estado toda la vida con Telefónica hasta hace menos de un año que nos hemos cambiado a Ono y os puedo decir que por ahora tanto la línea telefónica como internet me van mejor que cuando estaba con telefónica y además pago mucho menos, casi la mitad.
Saludos

Er Tato dijo...

Es que Telefónica, que tiene magníficos profesionales, podría convertirse en una gran empresa - una empresa grande ya lo es-, si renunciara a su prepotencia y dejara de abusar de los clientes cobrándoles los servicios más caros de todo el país, sobre todo en aquellos lugares donde no llega la oferta de sus competidores.

Saludos, Sevillana

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Ese es el verdadero problema Tato, que al final tienes que mamar con ellos.
De todas formas, tú no lo retes y tate tranquilito.
Un abrazo

Er Tato dijo...

Está bien, Rafael, me estaré quietecito... pero vigilándolos.

Un abrazo