Contaba Yoani hace un par de días en su blog -ya saben, al fondo a la izquierda de la taberna-, una situación tremenda que no me resisto a reproducir para subrayarla, para que no quede como una simple anécdota extraviada entre tanto agravio a la libertad, para que nos produzca vergüenza, aunque sea ajena, tanta indignidad:
"Hace un par de años fui a la oficina de DHL en Miramar para enviar unos videos familiares a unos amigos en España. La empleada me miró como si pretendiera trasladar a otra galaxia una molécula de oxígeno. Sin siquiera tocar el casete MiniDV, me dijo que la filial habanera sólo aceptaba transportar modelos VHS. Pensé que se trataba de una cuestión de tamaño, pero la explicación de ella fue más sorprendente: “Es que nuestras máquinas para visualizar el contenido sólo leen casetes grandes”"
2 comentarios:
He leído la entrada completa de Yoani y he dejado un comentario. Alucinas de que nuestra "democrática" UE no haga nada contra empresas que aceptan esas normas contra los derechos humanos.
Un abrazo, Tato.
Ya imaginaba que muchos de los habituales leíais el blog de Yoani, pero cuando leí esa entrada pensé que lo que en ella se narraba podía pasar despercibido, casi como una anécdota, y a mí me pareció tan dramático, tan digno de subrayarse, que quise hacerlo con una entrada.
Un abrazo, alegre opinador
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