Ver una pancarta en una manifestación con el lema "Si me devuelves mi dinero te voto" no es más que el reflejo del nivelazo del que hacen gala nuestros políticos. Como un espejo que les escupe a la cara las babas con las que ellos mismos mercadean.
Los socialistas se lamentan de que la manifestación de los afectados por el caso Fórum-Afinsa le hace el juego al PP y se ceba injustamente con el gobierno. El PP, con nuestros impuestos, quiere que el Estado se haga cargo de solucionar el problema de unos ciudadanos que libremente decidieron asumir un riesgo para obtener dos o tres veces la rentabilidad que ofrecía un mercado regulado y supervisado por ese mismo Estado.
Ahora, en Sevilla estalla el caso Contsa. Más de mil inversores que obtenían rentabilidades de entre un veinte y un treinta por ciento. Dicen que muchos son pequeños ahorradores, desvalidos ciudadanos a los que engañaron. No lo sé. Es posible.
Lo que sí sé es que quienes han perdido sus ahorros en estos casos o en otros similares, han huido conscientemente de fórmulas de inversión tradicionales y conocidas por todos, más seguras, supervisadas por el Estado y dotadas de sistemas de garantía. Esas características son precisamente las que impiden que esas inversiones ofrezcan los rendimientos que sí son posibles en otras de mayor riesgo, menores garantías y escasa supervisión financiera.
No es creíble, al menos yo no me lo creo, que alguien pueda sentirse engañado. Entiendo que estén cabreados, irritados y preocupados, pero no engañados. Todos ellos sabían que estaban obteniendo entre tres y seis veces la rentabilidad que les ofrecía su banco de toda la vida. Y todos sabían, o podían intuir, a qué era debido ese diferencial. Alguien capaz de decidir que un producto es más rentable que otro, de endeudarse con el banco al 4 por ciento para obtener con ese dinero un rendimiento del 20 por ciento o de liquidar un plan de pensiones con el que obtiene un 5 por ciento para invertir en sellos que le ofrecen un 15, no puede pretender que le tomemos en serio cuando dice que la responsabilidad por el ejercicio de su libertad no es suya, sino del Estado; que él no sabía lo que hacía. ¿Ninguno se preguntó por qué éramos tan tontos los que no hacíamos lo que ellos? ¿O por qué seguía habiendo bancos que captaban depósitos o compañías de seguro que comercializaban productos de ahorro? ¿O por qué ellos eran más listos que los demás?
Y no sólo eso. Todos aquellos que han obtenido altas rentabilidades mediante la especulación, directa o indirectamente, han ayudado a crear una situación que nos ha estallado a todos en la cara. A los que se beneficiaron de esas altas rentabilidades y a los que no. No parece justo ni razonable que sea el Estado, es decir, nuestros impuestos, el que pague la irresponsabilidad de los que se beneficiaron o pretendían beneficiarse pero llegaron tarde.
Sé que hay dramas personales detrás de estas situaciones, pero la solución no puede ni debe pasar por medidas que transmitan el mensaje de que los ciudadanos podemos exigir libertad para tomar decisiones y no asumir la responsabilidad de sus consecuencias. El Estado no puede convertirse en el paraguas protector de ciudadanos irresponsables. La ayuda a la que deberían tener derecho los perjudicados no debería ser distinta de la que tenga cualquier otro ciudadano en función de sus recursos y su situación. ¿Por qué el hecho de haber perdido sus ahorros mientras buscaban altas rentabilidades debería otorgarles más protección y derechos que a aquéllos que por sus circunstancias sociales o particulares se ven condenados a la pobreza?
La campaña electoral hace extraños compañeros de cama. El PP prometiendo más Estado para ganarse el favor de un colectivo cabreado con el gobierno. ¿Dónde están los liberales de este país? Porque está claro que ni en el PP ni en el PSOE. Al menos mientras dure la campaña. Mucho me temo que el 9M me tocará ir al colegio electoral a abstenerme. ¿Será eso a lo que llaman abstención activa?.
4 comentarios:
Lo que importa es la caza de votos, y punto. Con tal de ganar los votos de diversos colectivos, se está dispuesto a hacer o dejar de hacer, según los casos.
Querido tato:Totalmente de acuerdo con que se sientan cabreados,irritados y preocupados,pero nunca engañados.
Un ejemplo:Yo tengo 10 millones de pestas y voy a un banco y me da el4% de interes y otra persona tiene 10 millones de pesetas y los metió en CONTSA que le daba el 10% ó el 15%.Este dirá de mi que soy tonto que el es mas listo porque está ganando mas dinero.Ahí tenemos el resultado final.Ahora todos los politicos les daran soluciones para cazarlos al vuelo,mejor dicho corriendo como a conejos.Saludos
Un cuñado mío intentó convencerme de que invirtiera en fórum. No lo hice. Tuve que aguantar su desprecio y los comentarios hirientes que de mí hizo en ciertos círculos. Hoy tengo que aguantar su depresión por haber perdido una buena morterada. Mi bonhomía me impide alegrarme por lo que le ha pasado a él, pero sí me alegro, evidentemente, por no haberle hecho caso. Y es que con los cuñados, ya se sabe...
Hola Tato.
Veo que no has vuelto a escribir sobre el tema Afinsa y, sin embargo, otros sí lo han hecho porque la intervención de esta empresa ha dado mucho que hablar. En mi opinión, ¡una indecencia!
Se dijo que su actividad era financiera, que se trataba de una estafa piramidal y que sus administradores habían cometido varios delitos, sino muchos. En esto no entro, porque no lo he seguido tanto y me falta la base legal necesaria.
Leo recientemente que la Administración Concursal admite que la actividad de la empresa era puramente mercantil, no financiera.
No soy afectado, tengo amigos afectados y me acongoja ver que el lunes 11 de septiembre (de 2017) han iniciado una huelga de hambre.
Tato, a ti que te gusta opinar con información, y a juzgar por lo que se lee en la taberna, lo haces con criterio y ecuanimidad, aquí te dejo dónde documentarte por fuentes alternativas:
http://canalafinsa.blogspot.com.es/
http://elsaqueodeafinsarevisado.blogspot.com.es/
Será un gran placer leer tus reflexiones, si te decides.
Gracias, una vez más, por tan animada taberna.
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