Al Tato le encanta provocar. Por eso ha abierto esta taberna desde la que vierte sus opiniones, cuenta sus vivencias o reflexiona sobre lo humano, que lo divino le queda algo lejos. Acodado en la vieja barra de madera ennegrecida con aroma a vino rancio, barrica y salitre de altramuces, espera curioso la polémica, el comentario o la opinión de alguien que discrepe, que para alabanzas ya tiene uno su ego.
1 comentario:
Jjjeje...y le diría Peces Barba...monarquía de escaparate hemos aceptado, solo eso...jeje...
¡¡¡que monas, rubitas, blanquitas,ojitos azules, y conjuntadas de vestiditos y zapatatitos nos ha salido las infantitas¡¡¡
jejjee
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