Ni el beso es con lengua, ni la liga está abrazada a un hermoso muslo de mujer. No, no es una historia de amor. O sí. Pero no de las de chica conoce a chico, chico besa a chica y cinco minutos después ya están retozando, que ahora ya no se lleva eso del romanticismo y esperar varias citas para currarse el primer beso. Peor para ellos. No saben lo bien que sienta un beso bien "currao".
Se trata de una historia de amor paterno-filial. Suena un poco cursi, pero eso es lo que es y no me apetece ahora practicar el deporte nacional de cambiar el nombre a los sentimientos, a los comportamientos, a los pensamientos. ¡Al rico eufemismo, oiga! Y mira que la palabreja es fea.
Bueno, al grano. Yo soy bético, aunque no demasiado futbolero. Mi hijo, en cambio, es un forofo y se acaba de ir al partido a ver a su Betis, nuestro Betis. Últimamente nunca me da besos. Seguramente sus hormonas le dicen que ya es demasiado hombre para besar a un tío. Un día se me ocurrió decirle que si me daba un beso antes de ir a los partidos, le daría suerte al Betis. Es obvio que hasta ahora no ha funcionado, pero él me sigue dando el beso antes de marcharse. Es una lástima que se acabe la liga.
4 comentarios:
Afortunandamente también tengo esa suerte.
Es el beso de la suerte, según mi hijo.
¿Suerte?
Queridos amigos:La suerte no existe,existe la mala suerte y la buena suerte.De todas formas besos para todos.
No te preocupes. Las pretemporadas cada vez duran menos. Además, ahora vienen los torneos de verano y este año La Liga empieza antes, porque luego viene la Eurocopa.
Pronto volveran los besos.
Un abrazo querido Tato.
Vas a tener que ir pensando en cambiar el beso por otra cosa. (Es broma).
Te leo y siento que con mis niños, sobre todo mirando al mayor experimentaré lo mismo que tu ahora.
Tendré que inventar mil y una formas de robarle un beso.
Gracias que aun me quedan unos años.
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