Al Tato le encanta provocar. Por eso ha abierto esta taberna desde la que vierte sus opiniones, cuenta sus vivencias o reflexiona sobre lo humano, que lo divino le queda algo lejos. Acodado en la vieja barra de madera ennegrecida con aroma a vino rancio, barrica y salitre de altramuces, espera curioso la polémica, el comentario o la opinión de alguien que discrepe, que para alabanzas ya tiene uno su ego.
4 comentarios:
Este es reciente, ¿no? Genio, sí, se le va a echar de menos.
Pues realmente no lo sé, Elisa, pero la verdad es que es intemporal y eterno, como él. Lo mismo podría haberlo dibujado en el 36 que ayer mismo.
Y sí, se le va a echar de menos.
Besos
Una genialidad intemporal de un genio al que se echará de menos. Un saludo.
Sin duda, alegre opinador.
Saludos
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