sábado, 2 de agosto de 2008

A flor de piel

No lo soportaba más y dejó caer la piel. El dolor de su cuerpo en carne viva era más soportable que el vacío de aquella lascivia eternamente insatisfecha. Media arroba de piel quedó en el suelo, plegada caprichosamente como un ligero vestido de noche junto a sus pies. Ahora sí. Ahora sí podría amar, aligerada de aquel enfermizo deseo carnal. Nunca supo, antes de morir hueca de amor, que la piel sólo era una humilde vasalla de la lujuria. Y que ésta habitaba en otro lugar.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero el deseo carnal no está solamente en la piel ¿no?

Er Tato dijo...

¿Tú que crees?

Besos castos

P.D.: ¿Sabes que es el mayor órgano del cuerpo humano con 2 metros cuadrados de superficie? ¿Y sabes que algunos creen que sólo sirve para que no se salga la carne?

Anónimo dijo...

Tato, es que eres muy alegórico y a veces no lo capto. Toc toc (dos golpes en la cabeza).
Pues los que piensan que la piel tan sólo sirve de envoltorio no saben lo que se pierden, je, je.

Reyes dijo...

Muy a flor de piel su entrada tabernero.
Desconocía la capacidad de la piel, aunque dudo que el deseo carnal radique en otro lado.

Un besazo y felices vacaciones.

El Caliz de la Canina dijo...

Con la calor, habrán sido calenturas de verano .......

Un abrazo canino.

La Canina seguirá cavilando .....