martes, 26 de agosto de 2008

Cuestión de calidad... humana

El Consejero de Justicia vasco, Joseba Azkarraga, ha anunciado la puesta en marcha de una campaña de información en las instituciones europeas para dar a conocer la ínfima calidad de la democracia en el Estado español. En la rueda de prensa donde hizo el anuncio, también dijo que "un gobierno que niega a los ciudadanos la posibilidad de emitir su opinión, que pone en solfa el derecho de decisión y que utiliza una cúpula judicial en favor de sus intereses partidistas, o que retuerce las leyes en función de presiones mediáticas, es un gobierno que está exhibiendo un claro déficit de democracia".

Estando de acuerdo con parte de lo que dice -en negrita-, no estaría mal que el señor Azkarraga explicara también en Europa la ausencia de democracia y libertades individuales en el País Vasco, mientras el gobierno del que forma parte recoge las nueces y mira para otro lado. O que dijera por qué callaba cuando Zapatero utilizaba a esa cúpula judicial o retorcía las leyes para convertir a asesinos en hombres de paz. Parece claro que la mezquindad de los nacionalismos no conoce límites.


2 comentarios:

Juan Carlos Garrido dijo...

Si a un particular se le ocurre realizar una denuncia semejante (falsa) contra otro, lo normal es que el demandado , a su vez, le ponga otra al demandante por difamación, y esto es lo que tendría que hacer el gobierno de España. Y si al gobierno vasco se le ocurre defender a este señor , ir tambien a por él por malversación de fondos públicos y prevaricación.

¡Ya está bien de que todos estos dislates siempre les salgan gratis a los de siempre!

Saludos.

Er Tato dijo...

El problema, Juan Carlos, es que lleva bastante razón. Este gobierno -y todos los que han sido-, no cree en la división de poderes. No hay difamación cuando se dice la verdad. La calidad de nuestra democracia es nefasta. Otra cuestión bien distinta, que es la que pretendía subrayar, es la indecencia de nuestros políticos arrimando siempre el ascua a su sardina, aunque para ello tengan que vivir en una permanente y continua contradicción. Como este personaje, al que le importa un carajo la calidad de nuestra democracia aunque se le llene la boca de algo que no conoce ni de lejos.

Saludos