viernes, 29 de agosto de 2008

Amor en tiempos revueltos

No sé si ha sido la convicción con la que lo cuenta, como si realmente se creyera lo que dice. O la desvergüenza con la que pretende convencernos de que son víctimas de sus víctimas, envuelta en esa especie de putrefacción moral cuya pestilencia le obliga a uno, casi sin querer, a dar un par de arcadas antes de vomitarle el desprecio a la cara. El caso es que a medida que avanzaba en la lectura del artículo que la socia vital de De Juana ha publicado en Gara, la perplejidad me iba descolgando poco a poco la mandíbula. Y cuando ya parecía haber llegado a su tope, una frase casi al final del texto terminó por desencajármela con un desagradable chasquido. "Pero contra todo esto siempre queda un arma: el amor", afirma sin rubor. Se me saltaron las lágrimas. De dolor. ¡Coño, cómo duele recolocar la mandíbula! ¿Será ese amor del 9mm Parabellum?

Siempre dudo sobre si debo o no dar pábulo a este tipo de barbaridades, pero casi siempre llego a la misma conclusión. Es muy sano tener información de primera mano. Saber lo que rumian estas acémilas. Sin intermediarios ni intérpretes. Retrato en negro sobre fondo blanco del animal en su entorno natural.


3 comentarios:

Carlos RM dijo...

Yo prefiero enterarme a través de ti. Así no cuentan una visita más (quizá se adornen con ella) en su web. Sin comentarios, aunque esto sea uno...

Panduro dijo...

Ha debido ser un error del Gara. La frase correcta era: "Pero contra todo esto siempre queda un amor: el arma"

Anónimo dijo...

A mi lo que mas me "ha gustado" del artículo de esta energúmena es cuando se queja de los daños sufridos en su automóvil, las amenazas escritas y telefónicas a cualquier hora del día y de la noche.... y sobre todo cuando habla de los ataques mediáticos contra su familia y contra ella que evidencian el estado de excepción en el que viven.
Al menos ella y su amado compañero pueden denunciar ese "estado de excepción".
Que le pregunten a sus víctimas si pueden hacer lo mismo.