Como decíamos ayer, a los empresarios, a los malos empresarios, no les gusta el libre mercado. Y por eso a mí me encanta...
Así empezaba una entrada de la taberna de hace ya casi dos años. Una entrada que, como casi todas las que escribo, pretendía provocar la reflexión, e incluso la indignación de aquellos que, sin aportar jamás un solo argumento, disparatan contra el libre mercado. Y como otras muchas entradas, se quedó hueca de comentarios. Debo reconocer que me sorprendió, porque con ese título y con la que le estaba cayendo por entonces, afirmar -y argumentar-, que el libre mercado, el culpable de todos nuestros males, es de izquierdas mientras lo vituperaba de hecho la izquierda oficial y lo machacaba de derecho la derecha, dizque liberal, prometía un buen debate que se quedó en eso, en promesa de político.
Así empezaba una entrada de la taberna de hace ya casi dos años. Una entrada que, como casi todas las que escribo, pretendía provocar la reflexión, e incluso la indignación de aquellos que, sin aportar jamás un solo argumento, disparatan contra el libre mercado. Y como otras muchas entradas, se quedó hueca de comentarios. Debo reconocer que me sorprendió, porque con ese título y con la que le estaba cayendo por entonces, afirmar -y argumentar-, que el libre mercado, el culpable de todos nuestros males, es de izquierdas mientras lo vituperaba de hecho la izquierda oficial y lo machacaba de derecho la derecha, dizque liberal, prometía un buen debate que se quedó en eso, en promesa de político.
En fin, que con el mismo leitmotiv de aquella entrada, escribo ésta. La actual Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), antigua Comisión Nacional de la Competencia (CNC), ha sancionado con 98,2 millones a una serie de empresas por trampear el mercado.
La capacidad de la CNMC para vigilar las prácticas colusivas es escasa, yo diría que casi testimonial, pero al menos sirve para recordarnos de vez en cuando, a modo de pepito grillo, que ni a los empresarios ni al poder político les gusta el libre mercado.
Sólo eso ya debiera ser suficiente para que a los ciudadanos nos debiera encantar.
10 comentarios:
Pues a mí esa noticia me vino al pelo, porque justo el día anterior había explicado en clase los mercados imperfectos y los cárteles, y no había mejor ejemplo real para ilustrarlo. A veces el Estado hace bien sus deberes de servir al bien público, sancionando a empresas para garantizar el buen funcionamiento de los mercados. También les cuento las sanciones que se ha llevado Microsoft en USA. Sin Estado bien entendido el capitalismo no funciona.
Un abrazo colusorio.
Ya veo que te estás convirtiendo en un peligroso liberal... bien entendido.
Lo del "Estado bien entendido" da mucho juego, Ridao, porque depende de si le preguntas a un comunista o a un liberal. Y si le preguntas a Pedro Sánchez o a Rajoy, entonces además dependerá de qué hayan desayunado esa mañana, de lo que diga la última encuesta o de si retransmitieron en directo la tarde anteriorr el desahucio de una pobre anciana.
Ya sabes que éste es un país de firmes convicciones. ;-P
Otro abrazo, poeta
P.S.: Espero que no estés maleducando a una nueva generación de economistas. Yo me conformaría con que les enseñaras a pensar, a ser críticos y a no mirarse embobados el ombligo.
Don Tato:
¿En algún lugar y en alguna época se ha puesto en práctica el libre mercado al 100% (o casi)?
Pregunto, que de todo esto no entiendo mucho.
Salu2.
Ponga un café, por favor.
Pues no, Dyhego, no existe. En esto, como en casi todo que tenga que ver con la ciencia social y con los comportamientos humanos, no hay blancos ni negros porque es una cuestión de grados.
Como bien dice Ridao, el libre mercado, dejado a su ser, dejaría de ser libre. Las personas somos así. Por eso es necesario un Estado que vele por las reglas de juego de esa libertad, sobre todo cuando esa libertad no está interiorizada por los ciudadanos, no forma parte de su ADN, como ocurre en los países en los que casi todos esperan que papá Estado le dé un besito de buenas noches todos los días.
Es curiosa la ignorancia de los progres de salón -de derecha y de izquierda-, y de los liberales de tebeo. Los primeros, porque aspiran a que el Estado intervenga a tope en la economía -y de paso en las libertades individuales de cada cual-, para evitar el cáncer del libre mercado. Los segundos, porque creen que el Estado sobra. Y ambos, porque fomentan el Estado mientras sople a su favor y lñes inunde de subvenciones y mamandurrias.
Y volviendo a tu pregunta, que me desparramo, échale un vistazo a este enlace y a sus gráficos. Resulta muy interesante comprobar, por ejemplo, la correlación entre el índice de libertad y la renta percápita o la calidad del sistema de salud, o del sistema educativo. Incluso hay que quienes piensan que el sentido de causalidad de esa correlación es justo el inverso, que mientras más culto es el pueblo, más libre se vuelve la economía motu proprio.
Vaya ladrillo que te he soltado, Dyhego. Eso te pasa por hacer esas preguntas. ;-)
Un saludo
Don Tato:
No es un ladrillo. En modo alguno. Y le agradezco su atención.
Les he echado un vistazo a las estadísticas que vd señala pero sólo entiendo los enunciados. :)
No llego a entender cómo una economía más libre puede reducir los índices de pobreza.
En fin, muchas gracias. En serio.
Bueno el café también.
Primero te pongo el café, y ahora te lo explico así de una forma sencillita, como de andar por casa.
Verás, en una economía que no es libre, los precios a los que el ciudadano paga los bienes y servicios que se producen en el país dependerá del poder que tenga quien los fabrica o los vende. El caso más extremo de poder por el lado de la oferta es el monopolio, que sólo es posible en economías que no son libres. Y aquí, de nuevo, las cosas no son blancas o negras. Conforme menos libertad económica exista en un país, más concentración de la oferta habrá -a lo mejor no hay monopolios puros, que es un solo oferente, pero hay oligopolios, que consisten en que el pastel se lo reparten entre unos pocos-, y más poder tendrán las empresas para imponer sus precios. En estos mercados, el precio no lo fija el coste de producción, por lo que los ciudadanos siempre pagarán más de lo que pagarían en una economía de libre mercado, en la que las empresas tienen que competir entre sí, tienen que innovar para ser más baratos que el vecino manteniendo la calidad.
Parece claro entonces que mientras más libre sea el mercado, mientras más competencia REAL exista entre las empresas, más baratos serán los bienes y servicios que se produzcan en la economía. Y mientras más baratos sean esos bienes, más poder adquisitivo REAL tendrá una persona.
Si una persona gana 600 euros al mes, será menos pobre en un país en el que el pan, la carne, el teléfono, la electricidad o la gasolina sean más baratas por efecto de la competencia, que en otra en la que sea más cara por tratarse de mercados mopolísticos u oligopolísticos. Es más probable que no pase hambre en el primer modelo que en el segundo.
El libre mercado favorece SIEMPRE al ciudadano, al consumidor, y por eso, manteniéndose todas las demás circunstancias igual -caeteris paribus, que dicen los economistas que hablan para que no se les entienda-, siempre reducirá el índice de pobreza, generará más riqueza, el Estado podrá recaudar más impuestos que podrá gastar en mejor educación y salud, bienestar en definitiva.
Venga, te pongo un chupito de Miura mientras te entretienes leyendo una cosa cortita.
Saludos
Le contesto en cuanto pueda, que ando ajetreado.
Don Tato:
Gracias por las explicaciones. Son lógicas y racionales.
Esta mañana me he acordado de usted mientras escuchaba a la periodista Pepa Bueno, de la SER. Estaba glosando la noticia de esa familia que había sido expulsada en Madrid del piso alquilado porque ya no podía pagarlo después de varias subidas. Decía la periodista que el piso había sido comprado con fondos buitres (que no sé exactamente que es, pero me lo imagino -especulación-). Terminaba la periodista diciendo que a esto nos conducían las políticas "ultraliberales" del PP.
Me he acordado de usted porque, si lo he entendido bien, usted afirma, con datos, que las políticas del PP tienen de liberales lo que Bárcenas de honrado.
También me he leído el caso de Hong Kong.
Gracias por sus clases. A este paso, le voy a tener que pagar las clases particulares...
Ahora busco por internet lo que es un chupito de Miura.
Salu2.
¡Licor de guindas!
Eso tiene buena pinta.
De nada, Dyhego. Mis clases ya están pagadas sabiendo que lo que escribo le resulta a alguien de utilidad, o le sirve de reflexión, o de simple entretenimiento.
Imagino que Pepa Bueno -¡anda que escucha usted unos programas...!-, se refería a esta noticia. Lo que ocurre es que hay quienes no distinguen el tocino de la velocidad, y además su ideología les hace identificar por sistema lo malo con el libre mercado. La lamentable situación de esa familia no tiene nada que ver con un supuesto libre mercado, pero ya sabe usted, manipula que algo queda.
Saludos y otro chupito de Miura
P.S.: En efecto, es licor de guindas. Parecido al pacharán,pero sustituyendo las endrinas por guindas.
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