Grecia ya estaba formalmente quebrada antes de que la troika impusiera sus condiciones para salvarla. Y lo estaba gracias a sus gobernantes y a sus ciudadanos. Tenía un Estado altamente ineficiente, grandes bolsas de corrupción, una contabilidad falseada, un pueblo feliz con jubilaciones a los 55 años...
Y todo esto antes de la intervención. Después llegó la denostada troika que, insistamos, ya se encontró el destrozo hecho. ¿Y qué ha hecho? Pues prestarle a Grecia dinero de todos los contribuyentes europeos. Y poner condiciones para prestárselo, claro. Era susto o muerte.
¿Y qué le está exigiendo la troika actualmente a Grecia? Pues algo bastante razonable. La deuda griega está ahora básicamente en manos públicas. El tipo de interés que está pagando Grecia no es de mercado, sino político, ¿o alguien piensa que a Grecia la iban financiar inversores privados al 2,5% de interés? Lo único que le piden es que tenga superávit primario en sus cuentas públicas. ¿Y qué es eso? Pues la diferencia entre ingresos y gastos, excluido el pago de la deuda. En definitiva, la capacidad de ahorro que se tiene para hacer frente a las deudas con sus intereses. Alguien con superávit primario podrá pagar sus deudas tarde o temprano, aunque sea renegociando los plazos, pero alguien con déficit primario no las podrá pagar nunca. De ahí que ésa sea la piedra angular de la exigencia que se le impone a Grecia para seguir financiándola. No parece nada descabellado, ¿no?
Ahora llega un partido al poder, heredero del descontento y la desesperación de los ciudadanos griegos, y quiere tirar por tierra todos estos años de sacrificio y sufrimiento del pueblo griego para volver al principio, al país que aparentaban ser cuando fueron rescatados. Ahora, cuando el PIB griego empieza a crecer tras seis años de caída, cuando su déficit público empieza a aproximarse a cero, quieren darle una patada al tablero y desandar lo andado.
Y todo esto antes de la intervención. Después llegó la denostada troika que, insistamos, ya se encontró el destrozo hecho. ¿Y qué ha hecho? Pues prestarle a Grecia dinero de todos los contribuyentes europeos. Y poner condiciones para prestárselo, claro. Era susto o muerte.
¿Y qué le está exigiendo la troika actualmente a Grecia? Pues algo bastante razonable. La deuda griega está ahora básicamente en manos públicas. El tipo de interés que está pagando Grecia no es de mercado, sino político, ¿o alguien piensa que a Grecia la iban financiar inversores privados al 2,5% de interés? Lo único que le piden es que tenga superávit primario en sus cuentas públicas. ¿Y qué es eso? Pues la diferencia entre ingresos y gastos, excluido el pago de la deuda. En definitiva, la capacidad de ahorro que se tiene para hacer frente a las deudas con sus intereses. Alguien con superávit primario podrá pagar sus deudas tarde o temprano, aunque sea renegociando los plazos, pero alguien con déficit primario no las podrá pagar nunca. De ahí que ésa sea la piedra angular de la exigencia que se le impone a Grecia para seguir financiándola. No parece nada descabellado, ¿no?
Ahora llega un partido al poder, heredero del descontento y la desesperación de los ciudadanos griegos, y quiere tirar por tierra todos estos años de sacrificio y sufrimiento del pueblo griego para volver al principio, al país que aparentaban ser cuando fueron rescatados. Ahora, cuando el PIB griego empieza a crecer tras seis años de caída, cuando su déficit público empieza a aproximarse a cero, quieren darle una patada al tablero y desandar lo andado.
Es probable que sea necesaria una reestructuración de su deuda, pero no creo que vayan a conseguir otra quita -recordemos que ya hubo una en 2012-, ni que la UE esté dispuesta a mantener dentro del euro a un país que no cumple sus compromisos. Lo contrario sería el principio del fin de la UE. Y estoy convencido de que Tsipras lo sabe. Lo que no tengo tan claro es si se trata de un farol para conseguir al menos algo de tiempo y oxígeno reestructurando la deuda, algo factible y seguramente necesario visto lo visto, o si va a llevar el farol hasta sus últimas consecuencias.
En cualquier caso, el pueblo griego ha dicho alto y claro lo que quiere: que Syriza cumpla el programa electoral por el que lo han votado. Otra cuestión bien distinta es si ese pueblo es realmente consciente de las consecuencias y si está dispuesto a asumirlas. Si es así, adelante. Dicen que el pueblo es soberano...
5 comentarios:
Otra reflexión sobre el tema:
El populismo perfecto
El enlace anterior está mal. El bueno:
http://www.zoomnews.es/478004/ver-que-pasa/populismo-perfecto
Pues es lo que yo siempre digo, pero mejor dicho. Que no hay libertad sin responsabilidad, aunque al pueblo le quieran vender otra cosa. Y aunque el pueblo esté encantado de comprarla.
Saluods
Es muy humano lo de echar balones fuera y culpar al sursum corda de todo...
Salu2, don Tato.
Sí, es muy humano decir que es muy humano... ;-)
Saludos
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