viernes, 30 de enero de 2015

Lo que me he reído, aunque sea para llorar...







jueves, 29 de enero de 2015

Dicen que el pueblo es soberano...

Grecia ya estaba formalmente quebrada antes de que la troika impusiera sus condiciones para salvarla. Y lo estaba gracias a sus gobernantes y a sus ciudadanos. Tenía un Estado altamente ineficiente, grandes bolsas de corrupción, una contabilidad falseada, un pueblo feliz con jubilaciones a los 55 años...

Y todo esto antes de la intervención. Después llegó la denostada troika que, insistamos, ya se encontró el destrozo hecho. ¿Y qué ha hecho? Pues prestarle a Grecia dinero de todos los contribuyentes europeos. Y poner condiciones para prestárselo, claro. Era susto o muerte.

¿Y qué le está exigiendo la troika actualmente a Grecia? Pues algo bastante razonable. La deuda griega está ahora básicamente en manos públicas. El tipo de interés que está pagando Grecia no es de mercado, sino político, ¿o alguien piensa que a Grecia la iban financiar inversores privados al 2,5% de interés? Lo único que le piden es que tenga superávit primario en sus cuentas públicas. ¿Y qué es eso? Pues la diferencia entre ingresos y gastos, excluido el pago de la deuda. En definitiva, la capacidad de ahorro que se tiene para hacer frente a las deudas con sus intereses. Alguien con superávit primario podrá pagar sus deudas tarde o temprano, aunque sea renegociando los plazos, pero alguien con déficit primario no las podrá pagar nunca. De ahí que ésa sea la piedra angular de la exigencia que se le impone a Grecia para seguir financiándola. No parece nada descabellado, ¿no? 

Ahora llega un partido al poder, heredero del descontento y la desesperación de los ciudadanos griegos, y quiere tirar por tierra todos estos años de sacrificio y sufrimiento del pueblo griego para volver al principio, al país que aparentaban ser cuando fueron rescatados. Ahora, cuando el PIB griego empieza a crecer tras seis años de caída, cuando su déficit público empieza a aproximarse a cero, quieren darle una patada al tablero y desandar lo andado.

Es probable que sea necesaria una reestructuración de su deuda, pero no creo que vayan a conseguir otra quita -recordemos que ya hubo una en 2012-, ni que la UE esté dispuesta a mantener dentro del euro a un país que no cumple sus compromisos. Lo contrario sería el principio del fin de la UE. Y estoy convencido de que Tsipras lo sabe. Lo que no tengo tan claro es si se trata de un farol para conseguir al menos algo de tiempo y oxígeno reestructurando la deuda, algo factible y seguramente necesario visto lo visto, o si va a llevar el farol hasta sus últimas consecuencias.

En cualquier caso, el pueblo griego ha dicho alto y claro lo que quiere: que Syriza cumpla el programa electoral por el que lo han votado. Otra cuestión bien distinta es si ese pueblo es realmente consciente de las consecuencias y si está dispuesto a asumirlas. Si es así, adelante. Dicen que el pueblo es soberano...



miércoles, 28 de enero de 2015

Sólo eso, ya debiera ser suficiente...

Como decíamos ayer, a los empresarios, a los malos empresarios, no les gusta el libre mercado. Y por eso a mí me encanta...

Así empezaba una entrada de la taberna de hace ya casi dos años. Una entrada que, como casi todas las que escribo, pretendía provocar la reflexión, e incluso la indignación de aquellos que, sin aportar jamás un solo argumento, disparatan contra el libre mercado. Y como otras muchas entradas, se quedó hueca de comentarios. Debo reconocer que me sorprendió, porque con ese título y con la que le estaba cayendo por entonces, afirmar -y argumentar-, que el libre mercado, el culpable de todos nuestros males, es de izquierdas mientras lo vituperaba de hecho la izquierda oficial y lo machacaba de derecho la derecha, dizque liberal, prometía un buen debate que se quedó en eso, en promesa de político.

En fin, que con el mismo leitmotiv de aquella entrada, escribo ésta. La actual Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), antigua Comisión Nacional de la Competencia (CNC), ha sancionado con 98,2 millones a una serie de empresas por trampear el mercado.

La capacidad de la CNMC para vigilar las prácticas colusivas es escasa, yo diría que casi testimonial, pero al menos sirve para recordarnos de vez en cuando, a modo de pepito grillo, que ni a los empresarios ni al poder político les gusta el libre mercado. 

Sólo eso ya debiera ser suficiente para que a los ciudadanos nos debiera encantar.


viernes, 23 de enero de 2015

Que dice la EPA...

En España trabajan oficialmente 17.569.100 personas para sostener a 46.464.000, produciendo aproximadamente un billón de euros.

En Andalucía trabajan oficialmente 2.681.800 personas para sostener a 8.392.000, produciendo aproximadamente 138 mil millones.

En la empresa de Monedero no trabaja oficialmente nadie para sostener a no se sabe quiénes, produciendo 425.000 euros.

Que dice Pablo Iglesias que en este país hacen falta más empresarios como Monedero.

Si él lo dice...


martes, 20 de enero de 2015

De chirigota...

Menudo repaso le han dado a quien redactó el nuevo proyecto de Reglamento de Circulación. Lo más bonito que le dicen es que es impreciso. Y afirmar de una norma legal que es imprecisa es confirmar que creará más problemas de los que resuelve.

Y la verdad es que basta con leer una frase para preguntarse quién coño ha redactado ese nuevo Reglamento: "Los vehículos en los que su conductor circule a pie no sobrepasarán la velocidad del paso humano"

Todavía estoy intentando imaginar qué vehículo es ése en el que su conductor circula a pie, aunque me viene a la cabeza el troncomóvil. Y también cuál es la velocidad del paso humano. Porque, digo yo, no será la misma la de Soraya Sáenz de Santamaría que la de Pau Gasol. Y tampoco será la misma el día que te estés meando vivo que el día que vayas relajadito. Y la del campeón del mundo de marcha...

En todo caso, hay que reconocer que la frase es genial. Pero para un monólogo o una chirigota, picha, no para una norma legal.


viernes, 16 de enero de 2015

Mientras haya imbéciles, mejor tenerlos entretenidos...

Que expulsen de un programa como Gran Hermano a dos gitanos venidos a menos por manifestar su homofobia o su racismo mientras un negro en pelota picada pone cachondo con su badajo a un maricón, no deja de ser un curioso esperpento. No quiero ni pensar la que les hubiera caído si los pilla el cocinero del otro día.

Y lo mejor de todo es que la cadena de televisión pretende hacernos creer que los ha expulsado por lo que han dicho, cuando los llevaron al programa precisamente para que lo dijeran. A lo mejor son tan ingenuos que piensan que los que ven esos programas son imbéciles y no se han dado cuenta de la jugada... ¡Vamos hombre!

Desde luego, el sentido de la causalidad en estos casos está clara: estos programas se hacen porque la gente los ve, no viceversa. Entiendo que estos programas existan. Entiendo incluso la propia existencia de esa cadena de televisión. No hay más que ver el nivelito de una parte de la ciudadanía. Fíjense, si no, en la audiencia de GH y Sálvame, con más de ocho horas diarias en pantalla.

¡Ah! Y por lo que me cuentan, los han expulsado de la casa, pero van a seguir en el programa porque han pedido perdón, porque tienen muchos amigos gays que son guays y porque los quieren mucho. ¡Ah! Y porque uno de ellos dice que está casado con una paya. Como diría Freddie, el espectáculo debe continuar.

Uno, que cree en la libertad individual por encima de casi todas las cosas, jamás impondría la desaparición de este tipo de programas, aunque se alegrase de ello. Siempre que fuera por falta de audiencia, claro.

Porque mientras haya imbéciles, mejor tenerlos entretenidos y embobados en el sofá del salón.


"Me levantaré cada mañana con la esperanza de que la muerte siga dormida..." Descanse en paz

Acabo de leer en el periódico en el que escribía que ha muerto. Mi admirado Alvite llevaba tiempo enfermo y hoy, al acostarme y encender el portátil para dar una última ojeada a la prensa del día, miré de reojo la mesilla de noche donde siempre hay un libro suyo esperando a que subraye con una sonrisa alguna de sus metáforas imposibles. 

Hacía meses que no sabía de él. Sus breves bordados literarios de humor oscuro no asomaban por mi cuenta de Twitter desde hacía tiempo y algo me impulsó a teclear su nombre en Google para saber de él. Apenas unas horas antes había fallecido. Algunas entradas escribí sobre él en la taberna. Y también le dediqué una serie de relatos en humilde homenaje a su estilo literario único e inimitable. Poca cosa para tanto maestro.

"También yo concibo la vida con esa aparente resignación de quien sabe que el lugar en el que se encuentre en cada instante es exactamente el sitio al que tendría que haber ido. Se trata de establecer la meta justo donde te pueda el cansancio, ni un poco antes, ni un metro más allá... ", dijo alguna vez.

Descanse en paz, maestro...


martes, 13 de enero de 2015

De cautelas cautelarísimas y otros por si acasos...

Una de las definiciones que me parecen más acertadas sobre lo que es la economía colaborativa -ya saben, Blablacar, Airbnb, Uber...-, es la que ofrece la propia Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que la define como un intercambio entre particulares de bienes y servicios que permanecían ociosos o infrautilizados a cambio de una compensación pactada entre las partes.

Hace algunas semanas, un juez decretó medidas cautelarísimas contra Uber tras una demanda de los taxistas contra ella. Y lo hizo además sin dar siquiera audiencia al demandado, cuestión que nuestro ordenamiento procesal permite, pero de manera excepcional cuando concurran razones de urgencia o cuando dicha audiencia previa pueda comprometer el buen fin de la medida cautelar. No parece el caso.

Esto último no tendría mayor importancia si no fuera porque revela una clara animadversión del poder establecido -político, económico, judicial...-, a los cambios, a las nuevas formas de economía, a la imaginación, a la libertad.

Para enfrentar los supuestos problemas -yo hablaría de oportunidades...-, que genera la economía colaborativa, la solución no pasa por imponer a ésta las restricciones regulatorias de los sectores en los que pretende operar, sino por desregular esos sectores, liberalizarlos. Libertad y poder para los consumidores, no sólo para los políticos o los lobbies, sean éstos taxistas, editores de periódicos o agencias de viajes.

Muchas de las regulaciones actuales, que pretendían solucionar algunos fallos de mercado, como los problemas de información asimétrica -cuando el consumidor no dispone de toda la información sobre la transacción económica que se va a hacer, pero el oferente sí-, o de poder de mercado, no tienen desde hace tiempo ningún sentido. La mejora e inmediatez de la información que pueden proporcionar las nuevas tecnologías a los consumidores, eliminarían o minimizarían muchos de esos fallos de mercado y devolverían el equilibrio de poder a las transacciones económicas entre consumidores y oferentes. Si los dejaran, claro.

La libertad espolea la imaginación. Resulta triste e infantil la actitud de nuestros gobernantes de querer poner puertas al campo y retrasar lo inevitable, desaprovechando entre tanto las bondades de los nuevos modelos de relaciones económicas -mejora de la competitividad, aprovechamiento de recursos ociosos, reducciones de precios, beneficios medioambientales...-, y desincentivando la creatividad de los ya de por sí escasos emprendedores que existen en nuestro país.

Los ciudadanos harían bien en preguntarse -por enésima vez-, por qué el libre mercado tiene tan mala prensa, o a quién beneficia y perjudica su existencia. Incluso por qué, tanto las izquierdas como las derechas, lo demonizan. Sobre todo cuando tocan el poder.


miércoles, 7 de enero de 2015

Sólo es un programa de cocina...

A un niño de 12 años que participa en un concurso de cocina en televisión, lo han castigado quitándole un punto y haciéndole limpiar por un comentario machista.

No sé si el chaval habrá cambiado su opinión con el castigo o simplemente se habrá limitado a tomar nota de que es conveniente no decir en público lo que uno piensa si no es políticamente correcto.

Quizás el mejor método para convencer a un crío de que hay que respetar al prójimo no sea castigarlo y humillarlo públicamente por sus opiniones, sino explicarle por qué son erróneas, injustas y ofensivas. 

Pero claro, sólo se trata de un programa de cocina... 


martes, 6 de enero de 2015

De momento, un aplauso

Ha dicho la presidenta de la Junta, Susana Díaz, que su gobierno garantiza a los pacientes de Hepatitis C la medicación que les prescriban los profesionales sanitarios. Esperemos que no se quede en el dicho y pase a los hechos, porque visto lo visto...

Pero de momento, un aplauso. Un aplauso por asumir sus competencias, por llevar esperanza a ciudadanos en graves dificultades, por usar nuestros impuestos en lo que de verdad importa. En definitiva, un aplauso por cumplir con su obligación. Malos tiempos estos, en los que a uno le apetece jalear lo que debiera ser normal.

Mientras, hay quienes dirijen sus reclamaciones a Rajoy o amenazan con querellarse contra el gobierno central, en lugar de exigirle a sus respectivos gobiernos autonómicos soluciones al problema. A ellos les recuerdo, por si lo han olvidado, que las competencias sanitarias están transferidas porque así lo quisieron los distintos gobiernos elegidos por los ciudadanos. Y que los parlamentos y los gobiernos autonómicos deciden cuánto se gastan en sanidad, educación, televisiones públicas, subvenciones o coches oficiales.
 
Quizás sea hora de que los ciudadanos se lean los presupuestos aprobados por los gobiernos de turno durante la legislatura, en lugar de aplaudir a los payasos, a la mujer barbuda o al equilibrista en el circo político. 



lunes, 5 de enero de 2015

Por si todavía queda algún ingenuo...

"La propuesta de creación de una banca pública por parte de nuestro gobierno parece sugerir que, o se piensa que la valoración del riesgo que hace la banca privada es errónea, o el Estado está dispuesto a asumir riesgos que el mercado ha decidido no asumir"

"Hasta ahora, la competencia entre bancos privados ha demostrado sobradamente que no suelen equivocarse por exceso en la evaluación del riesgo, es decir, asignando a un negocio más riesgo de su riesgo objetivo, sino más bien al contrario. Sólo hay que echar un vistazo a los créditos concedidos a los promotores, sobre todo por parte de las Cajas de Ahorros. Por lo tanto, el incremento del crédito que promete la nueva banca pública sería consecuencia de una política de riesgo mucho más laxa que la de la banca privada, lo que implicaría necesariamente una morosidad muy superior a la del mercado"

Estas cosas escribía este humilde tabernero -sin más mérito que el sentido común-, hace ya casi cinco años, cuando al señor Zapatero se le ocurrió la idea de iniciar una línea de crédito directo a las empresas, ICO-Directo, asumiendo el Estado el riesgo de impago -banca pública pura y dura-, y saltándose la estrategia clásica del ICO, en la que el riesgo de impago lo asumía el banco privado que comercializaba sus fondos.

Pues bien, como era lógico suponer, de los 551 millones de créditos concedidos a través de ICO-Directo, casi 200 millones son de dudoso cobro, un 35% de morosidad. Casi el triple de la morosidad del sistema financiero y seis veces la morosidad del propio ICO. Doscientos millones que habrá que retraer de nuestros impuestos y que si hubiesen sido prestados por la banca privada, hubieran pagado sus accionistas.

Aun así, algunos seguirán defendiendo la banca pública. Dirán que un banco público bien gestionado no tiene por qué incurrir en pérdidas. Pero olvidan que la razón de ser de un banco público consiste en correr riesgos que el mercado no está dispuesto a asumir, proveer de crédito a quien no posee suficiente solvencia para devolverlo, y todo ello, a tipos de interés asumibles por el deudor. ¿Puede estar bien gestionado un banco que actúe bajo esas premisas? ¿Un banco público bien gestionado? ¡Menudo oxímoron!  

Espero que tomen nota la señora Susana y sus ratones coloraos. Y también los andaluces.

domingo, 4 de enero de 2015

Del señor Moya y otros premios...

"Le pedimos a Díaz que tome el ejemplo del presidente Rajoy y que rebaje de manera inmediata aquellos impuestos en los que tiene competencia normativa, y rebaje la carga tributaria a los andaluces porque eso generará mayor renta disponible en el bolsillo de los andaluces, mayor consumo, inversión y generación de empleo" (Vicesecretario de Economía y Desarrollo Rural del PP andaluz, ¡toma ya, señor Moya!)

Imagino que se refiere el señor Fernández de Moya -luego le doy el premio que se lo estoy envolviendo-, a la rebajilla fiscal del señor Rajoy. Ésa que se hará en dos tiempos, mitad en 2015 y mitad en 2016, años de elecciones. Ésa que dejará el escenario impositivo por encima del que se encontró cuando llegó al poder en 2011 con un programa en el que prometía, entre otras cosas, bajar impuestos. Ésa que supondrá un incremento real de la presión fiscal en un punto hasta 2017, según ellos mismos reconocen.

Está muy bien, y además es cierto, eso de que rebajar la carga tributaria genera mayor renta disponible, mayor consumo, inversión y empleo. Pero estaría mejor si se lo creyeran. Y ya, señor Fernández de Moya, sería la polla si además de decirlo y creérselo, lo hicieran.

Y disculpen el vocabulario soez, pero es que no he podido resistir la tentación de la rima. Podría haber sido peor y haberlo mandado al carajo o a mamarla.


sábado, 3 de enero de 2015

Pues yo no lo termino de pillar, oiga...

"Es muy significativo de la buena evolución económica española en 2014 que las matriculaciones de turismos hayan crecido un 18,4%"

Así reza esta mañana un editorial periodístico que continúa diciendo, algunos renglones más abajo, que "hay comunidades en las que nueve de cada diez nuevos coches matriculados por los particulares se han debido al Pive".

Más de 700 millones de euros gastados para sostener la industria del automóvil. Más de 700 millones pagados por quienes no compraron ni piensan comprar un coche. Más de 700 millones que no se dedicaron a inversiones productivas, investigación, sanidad, educación... Más de 700 millones gastados en alterar el precio de las cosas. Más de 700 millones para sostener artificialmente puestos de trabajo en un sector destruyéndolos en otro.

Seguramente será verdad que el incremento de la demanda de automóviles "es muy significativo de la buena evolución económica española". Pero yo no lo termino de pillar...