martes, 1 de enero de 2013

Un poquito de caña para empezar el año...

¿Recuerdan esta odisea? Pues diez días antes, en concreto el 16 de Noviembre, había puesto en marcha la contratación con una nueva operadora. A partir de ese momento comenzó el proceso de portabilidad, y unos 3 ó 4 días después Telefónica, operadora con quien tenía contratada hasta ese momento únicamente la línea física, recibió la solicitud de mi nueva operadora.

Como buen monopolio que es -no, no se me ha olvidado el ex-, y estando dirigido por un choricillo de cuello blanco que apenas sabe vocalizar sus diarreas mentales, nada bueno cabe esperar de su compromiso con los clientes. Nada nuevo bajo el sol de las operadoras de telecomunicaciones. 

Además, Telefónica tiene la fea costumbre de facturar el servicio de línea de dos en dos meses por adelantado, y con una celeridad que ya quisiéramos para nosotros, sus clientes, cuando de solucionarnos problemas se trata. Tal es la celeridad, que el importe ya está cargado en cuenta exactamente el mismo día en que empieza el periodo a facturar, lo que permite intuir que la factura está elaborada y enviada al banco muchos días antes de que comience ese periodo. Bonita forma de que sus clientes le financiemos su tesorería...

Pues bien, el día 22 de Noviembre se carga en cuenta el importe del periodo que termina el 21 de Enero de 2013, a pesar de que ya habían recibido de mi nueva operadora la solicitud de portabilidad y de saber que no va a prestarme ya ese servicio. En todo caso, entiendo que en una empresa tan grande, donde los procesos están tan mecanizados -tanto, que son incapaces de poner sentido común en ellos, como luego veremos-, existe una cierta inercia que impide que el elefante mueva el culo -sobre todo si esa inercia les favorece-, por lo que me pareció razonable esperar unos días a que hicieran el abono del importe indebidamente cobrado.

El 10 de Diciembre, transcurrido ya un tiempo más que prudencial para que el elefante se hubiera movido, y teniendo en cuenta que desde el 26 de Noviembre ya tenía servicio con mi nueva operadora, decido hacer una reclamación por escrito solicitando la devolución del importe correspondiente al servicio no prestado, que va desde el 26 de Noviembre hasta el 21 de Enero de 2013. Me acusan recibo de la reclamación y me asignan un numerito.

Ni puñetero caso, así que el 13 de Diciembre vuelvo a reclamar por escrito -otro acuse de recibo y otro numerito-, informándoles de que si en 48 horas no han realizado el abono, daré orden al banco de que devuelva el recibo completo. Como era de esperar, el elefante ni se inmutó ante la hormiguita y ofreció la callada por respuesta. Como lo prometido es deuda, el 15 de Diciembre devuelvo el recibo.

Silencio administrativo. Sin noticias, hasta que el 27 de Diciembre recibo una carta -por correo postal, nada de correo electrónico, que para eso es una empresa tecnológica-, que por supuesto no hace referencia alguna a las dos reclamaciones realizadas, informándome de que el recibo ha sido devuelto -¡como si yo no lo supiera...!-, y de que debo pagarlo, so pena de tener que pagar gastos de gestión de cobro y amenaza de comunicar el impago a las entidades dedicadas a la prestación de servicios de información sobre incumplimiento de obligaciones dinerarias, bonito eufemismo para referirse a las empresas que gestionan los conocidos registros de impagados.

Ese mismo día, nueva reclamación por escrito -y nuevo acuse de recibo con numerito-, en la que, con toda la elegancia de la que soy capaz, les insinúo que son un poco inútiles, les informo de que no pienso pagar ninguna factura que no corresponda a servicios efectivamente prestados y que, si quieren cobrar, que me envíen una factura correcta y el número de cuenta en la que hacer el ingreso de la misma. Bueno, también les informo de que me reservo el derecho a emprender las acciones legales oportunas en el caso de que procedan a comunicar a cualquier registro de impagados la devolución de una factura incorrecta.

¡Y justo al día siguiente recibo una respuesta por correo electrónico, haciendo referencia a las tres reclamaciones! Pero no se alegren, no. Después de un arranque ciertamente prometedor -"...tras leer su escrito, le pido disculpas en nombre de la compañía y en el mío propio por la falta de información proporcionada..."-, la misiva continúa con un "...al estar la factura devuelta, antes de que se le realice el abono tendrá usted que abonar la factura pendiente...", y finaliza de esta guisa: "...su opinión es importante para nosotros ya que nos ayuda a mejorar. Le agradeceríamos dedique un minuto a rellenar la encuesta de satisfacción que le mencionamos a continuación". Se podrán imaginar en los términos en los que contesté a la encuesta. ¿A quién se le ocurre adjuntar al final de un correo que va a cabrear a un cliente una invitación a cumplimentar una encuesta de satisfacción? Y todo esto un 28 de Diciembre.

Increíble, ¿no? O sea, están 20 días fraudulentamente con mi dinero en su cuenta, hacen caso omiso de dos reclamaciones previas a la devolución de la factura en las que le solicito que realicen el abono, y ahora me dicen que, para hacerme el abono, primero debo pagar la factura que devolví.

Obviamente les respondí que no pensaba pagarla y que, cuando quisieran, me enviaran la factura correcta y el número de cuenta para hacer el ingreso. O que me hicieran ellos primero el abono, que ya después, cuando me acordase, les pagaba yo la factura, que en definitiva era lo mismo que ellos me estaban pidiendo a mí. Pero no. Volvieron a contestarme diciéndome que no era posible anular la factura incorrecta y hacer otra correcta -éste, insistir a conciencia en las cosas mal hechas y no plantearse siquiera cambiarlas, es el mal endémico de nuestro país-, y que la única forma de resolver el problema es que la pagara y que posteriormente ellos me harían el abono. Tampoco me dijeron cuándo me harían ese abono, aunque intuyo la fecha: cuando les saliera de los huevos.

Bueno, pues no sé qué harán ellos finalmente, pero yo sí sé lo que voy a hacer: esperar sentado la factura correcta y, si la recibo, pagarla. Y sí, ya sé que estas cosas le habrán pasado, y le seguirán pasando, a mucha gente. Lo que no sé es si toda esa gente está dispuesta a complicarse un poquito la vida -y contarlo públicamente-, para que no le tomen el pelo, y así, que al siguiente ciudadano le resulte algo más fácil exigir sus derechos. O mejor, que ni siquiera tenga que exigirlos porque ya no sean vulnerados.

¡Ah, y feliz año a todos...!

Continuará... Supongo.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Feliz año.

Er Tato dijo...

Igualmente

Er Tato dijo...

Igualmente.

Unknown dijo...

Ospedrin... yo ando en algo parecido pero no me habia dado cuenta de que cobran por adelantado...malditos roedores!
Felicidades por el blog!

Er Tato dijo...

Pues suerte, Jesús, porque la vas a necesitar. ;-)

Saludos