Al parecer, la fundación Ideas pagaba a Amy Martin, el álter ego de Carlos Mulas, una cantidad fija por cada uno de los caracteres que conformaban sus artículos. Lo llamativo es que en esa cuenta se incluían los espacios en blanco.
No me digan que no es una fantástica alegoría de las aspiraciones de nuestra izquierda patria: que tengan el mismo valor una letra que un espacio en blanco, una palabra que el vacío, una idea que la nada. Igualdad en la mediocridad, pero igualdad al fin...
11 comentarios:
y si encima está buena...
que me perdonen las fundaciones de mujeres progresistas y el instituto andaluz de la mujer... en mi descargo diré que nunca he leído ni jamás leeré el sombras de Grey ese...
Está buena encima, debajo y de lado, eres_mi_cruz... Además, tiene pinta de graciosilla, como para tomarse un barril de Cruzcampo con ella en la barra del antiguo Tendío 11.
¡Ah! Y yo no pienso pedir disculpas a las mujeres progresistas por gustarme las mujeres, coño.
Por cierto, el otro día estaba pensando precisamente cuánto iba a tardar algún progre patrio en proponer la prohibición de ese libro. Hasta iba a escribir una entrada con la predicción, pero al final se me olvidó.
Saludos
¡¡¡¿han cerrado el 11?... ¿el de Don Fadrique?!!!...
con la de zurrapa que me he metido yo ahí para entrar en calor... qué tiempos...
Sí, y a ese Tendío 11 me refiero. Y no sé si lo habrán cerrado porque hace tiempo que no voy, pero hace ya algunos años que cambió de dueño y dejó de ser lo que era. Yo era de ir todos los viernes al salir del trabajo hasta que me echaba Juan. Igual hasta nos hemos visto por allí alguna vez. Fíjate que a mí me llevaba mi padre cuando el mostrador era de madera y yo tenía unos 2 ó 3 años. Me sentaba en el mostrador y me daba unos chochitos para tenerme entretenido. Y claro, de mayor me siguen gustando... La Cruzcampo también.
Sí, eres_mi_cruz, qué tiempos...
pues te hablo de hace unos cuatro o cinco años nada más... tuve una rehabilitación gorda allí que se convirtió en una total guerra de guerrillas, pues a nuestro queridísimo ayuntamiento le dio por hacer el carril bici justo cuando levantamos el cajón de obra... no sólo tuvimos que moverlo, sino que además me tuvieron vallado el futuro trazado meses sin que allí entrara una sola máquina de las suyas... las nuestras, por supuesto, debían abrir brecha diaria en la línea enemiga... allí metió el hocico hasta urbanismo, por si sacaban algo, tú sabes, pero en fin... se terminó la obra... al menos, ese año, tuve balcón de lujo para ver la Macarena...
sí señor, qué tiempos...
Yo hablo de hace mucho más tiempo... De cuando me aliñaba los viernes con tanques de Cruzcampo -entonces estaba de moda lo de los cortaos, pero Juan decía que eso era una mariconada, que o caña o tanque...-, hace ya más de 15 años. Una eternidad, querido amigo...
Perdón que interrumpa esta conversación nostálgica entre puretones....¿no te parece, compadre, que la indecencia no está tanto en la suplantación de la personalidad -que no deja de ser picaresca, a gran escala pero picaresca- como en esa cantidad de dinero, espacios en blanco incluidos, que cobraba por artículo?
Ea, ya pueden seguir hablando de cuando el coronel había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo...
Que yo me orillo aquí en una esquinita de la barra y me pongo a escuchar.
Un abrazo.
Bueno, también hay diputados que cobran por sus silencios en el Congreso. Incluso por sus ausencias. Y a cara descubierta.
Buenos días.
Oye, chaval, que uno todavía te puede dar un vapuleo a base de tanques y chochitos... ¿Cuántos barriles aguantas tú? ¿Y cuántos chochitos? ;-P
En cuanto a qué es peor, a la entrada de hoy me remito, querido Juanma.
Un abrazo
Sin duda, Panduro. Pero, como bien dices, al menos lo hacen a cara descubierta.
Saludos
ES la poética del absurdo, no exenta cierta belleza.
Salud.
Publicar un comentario