sábado, 4 de julio de 2009

Alteridad y marketing

Desde su alféizar, Juanan, el bloguero Dédalus, me envía esta delicia. Cuando empecé a verla pensé que alguien se había tomado la molestia de hacer un corto con esta tapita mía. Tiene todos los ingredientes de un magnífico microrrelato llevado a la pantalla, pero es algo más que eso. Es mucho más que eso. Y algunos lo sabemos en primera persona.




Por cierto, no se pierdan la magnífica banda sonora del blog de Dédalus, que ha acompañado la escritura de muchas de mis tapitas.


8 comentarios:

cibeles dijo...

Me parece una forma de plantearlo para quitarse el sombrero, es una enfermedad terrible cuyo alcance solo conocen los que la han vivido de cerca, para ellos mucho animo. Saludos

Antonio Azuaga dijo...

Venía a tomarme una cervecita tentado por la “temperatura ideal” de que me hablabas y me he encontrado con el dolor por la memoria, que es uno de los peores dolores de la vida. Uno no sabe qué es peor, si ver la muerte o si ver la descomposición de un “yo” que aún vive. Sea por mal de Alzheimer, sea por acumulación de edad (mi padre tiene casi 95 y cada vez que hablo con él descubro un silencio nuevo). Cuando se trata de un ser querido, no hay titubeo que valga porque a uno le basta que esté ahí y a veces nos sonría. Pero cuando uno piensa en sí mismo… No sigo porque cualquier cosa que dijera sería fácilmente malinterpretada. Sólo apunto una cosa: si en el paquete de “Ducados”, que compulsivamente fumo, leo que “fumar acorta la vida” o que “provoca cáncer mortal”, sólo puedo pensar que en el tiempo que me fue concedido también se incluyó el de mis decisiones. Y me da lo mismo. La publicidad y yo siempre hemos tenido preocupantes diferencias: personalmente, prefiero morir antes de mi olvido.

Aunque, sin duda, tampoco esto esté en mi mano.

Uf, me he puesto “espeso”. Venga esa caña, que estoy “asfixiao”

sevillana dijo...

Si quieres saber lo que es y se siente ante esta enfermedad, entra en mi blog en una entrada llamada "Carta a mamá" con fecha 18 de febrero.
Saludos

Er Tato dijo...

Pues sí, Cibeles, a mí también me lo parece.

Sabía de tus circunstancias al respecto, querido Antonio, por algunos de tus magníficos versos y alguna que otra entrada de tu blog. De todas formas, ahí llevas una Cruzacampo helada con una tapita de mojama para suavizar tu espesura.

La he leído, Sevillana, le he leído. Muy conmovedora y dura.

La verdad es que no pretendía que la entrada fuera triste, pero ya ven, uno sólo es dueño de sus silencios.

Besos y abrazos

Alondra dijo...

Tengo un familiar con alzaimer en etapa madura, es muy penoso, y para ellos es denigrante cuando se dan cuenta de que no tienen agilidad mental.

Saludos

Sara Royo dijo...

Vengo aquí desde el blog de Dédalus y me encuentro esto... ayer estuve con un bebé de 92 años, no sé si es por su edad o por alguna enfermedad mental, pero la madre de mi amiga Isa venía sentadita en su silla de ruedas, empujada por una de sus hijas con el pulgar en la boca mordiéndose las encías como si ahora le fueran a salir los dientes. No recuerda el nombre de sus hijas, no tiene memoria reciente, pero nos cantaba las coplillas de su infancia y nos decía q tenía 32 años, y q qué escándalo (teníamos puesta música), "qué escándalo, alhaja", nos miraba con sus ojitos perdidos y levantaba el índice descarnado y no decía "qué gallinero", y bastaba el empiece de otra copla y ella la seguía del tirón...
Saludos.

Alicia dijo...

Si eres amigo de Juanan eres amigo mío. Me ha gustado la alteridad peligrosa que ha colgado en el alfeizar. te felicito.

(tu por lo menos dejas hacer comentarios... grrrr)

Er Tato dijo...

Alondra, Sara y Alicia, gracias por vuestros comentarios y bienvenidas a la taberna. A la primera invita la casa.

Besos